Solo aléjate de mí pero no lo hagas, no me mires pero no apartes tu mirada de mí. Estoy llena de contradicciones, todas convergen en un mismo punto, mi cerebro recuerda tu olor, tu sonrisa, incluso tu no sonrisa revolotea constantemente en mis recuerdos.

Puedo cansarme de verte y cerrar los ojos o simplemente desviar la mirada, sin embargo tu recuerdo testarudo como todo en mí y en ti le grita a mi mente que tu mirada de acero fundido está grabada tan fuertemente en la mía que cerrar los ojos o desviar la mirada no es suficiente para apartarte de mis recuerdos.

El debate entre razón y corazón se daría seguramente más tarde, mis sentimientos gritando desesperados para ser escuchados y mi mente concentrada en susurrar. En ese momento era urgente huir, guardar la nota que había escrito pretendiendo hacer los deberes de Pociones y salir de la biblioteca antes que él se diera cuenta de que ahí estaba yo también; no soportaba tenerlo en la misma instancia, era una droga irresistible, una droga con olor a pimienta, sutil e imperceptible para muchos, embriagadora para mí.

Pasé por su lado como una estrella fugaz que solo ves un momento, así como las estrellas fugaces llamé su atención, tal vez me reconocía tan fácil entre la multitud como yo a él, tal vez su autocontrol se exponía al máximo cuando estábamos cerca, igual que el mío, o pudo no haber pasado ninguna de las anteriores, o todas, las posibilidades eran infinitas, de algo estoy segura, nuestras miradas se encontraron un momento que fue suficiente para que el fuego que desprendieron derritiera un iceberg.

Cuando llegué a mi sala común el anunciado debate entre corazón y razón se dio, entregar o no entregar la nota era algo que me carcomía desde hacía mucho tiempo cuando las empecé a escribir, de nuevo ganó la razón y la nota como todas las anteriores ocupó un lugar debajo de mi cama en un cofre de roble que él mismo me había regalado.

Una lechuza parda picoteó en mi ventana, solo atiné a ir por ella con pasos débiles, ya sabía que era de él, la reconocería entre mil.

Desenrollé de su pata una pequeña nota, las palabras allí escritas me quitaron el aire, es increíble que incluso cuando te esperas algo puede llegar a sorprenderte.

No mas ignorarnos Rose, sabes que no lo podemos evitar

Ésta noche donde siempre

SM