No he podido evitarlo, necesitaba escribir algo sobre Kyalin, ya que últimamente me había dado por buscar fandom de ellas y al ver que no había mucho en español he decidido contribuir a aumentarlo con este pequeño Two-shot.

Disclaimer: La imagen de portada de este fic ha sido ralizada por darkelfslair (tumblr)


"Ya te he dicho que lo siento, no es culpa mía, sabes cómo es el amor, o al menos quiero creerlo. No pude evitar enamorarme de ella. Tú y yo, ambos, sabíamos desde el principio que esto pasaría, que lo nuestro no llegaría a ninguna parte. Quiero a Pema, quiero estar con ella, y es mejor que lo aceptes, Lin. Por favor, no grites." La nombrada alzó una ceja, escéptica y enfadada a la vez. "Por supuesto que lo sabía, que lo nuestro acabaría. A decir verdad no sé siquiera por qué comencé a salir contigo, pero lo que me duele es que me hayas estado engañando durante meses, metiéndote en la cama de esa no-maestra a mis espaldas y luego llegando tan ricamente a casa como si no hubieras roto un plato en tu vida. Ya me lo dijo mi madre, que no confiara en nadie"

La pelea había comenzado justo tras el momento tenso de silencio que se formó después de que el joven maestro aire, hijo del Avatar Aang pronunciara las tres palabras que la hija de la jefa de policía sabía que llegarían en cualquier momento: esto no funciona. Y ella lo sabía, porque aunque se hubiera negado a aceptarlo, no estaba realmente enamorada de Tenzin. No lo estaba, y nunca lo estaría. Porque el amor jamás llamó a su puerta, y dadas las alturas, dudaba que jamás lo hiciera. Ya lo había aceptado, y de hecho, lo prefería. Su objetivo en la vida, el que ella misma se había puesto, era seguir los pasos de su madre y comandar la policía de Ciudad República, que su nombre fuera respetado por los ciudadanos y temido por los delincuentes, y eso no sería posible con distracciones como esas.

Pero aún así, que el segundo nómada del aire que quedaba vivo fuera el que hubiera empezado la ruptura, fue un ataque directo a su ego, y más a sabiendas de la infidelidad que éste había cometido. Se sentía despreciada y humillada, como si no estuviera a la altura de ese endeble que era, físicamente, el vivo retrato de su padre, y que en pocas cosas se parecía a su madre, porque para eso ya estaba Kya, su hermana mayor, y una de las más fieles compañeras y confidentes de la maestra-tierra. No pudo evitar gritar, e incluso insultar, al joven que tenía delante y maldecir a aquella chica que le había 'robado' a su pareja. Aunque para que te roben algo, primero debe pertenecerte, y ese no era su caso.

No era un secreto que la joven Lin se enfadaba con facilidad, y Tenzin se había estado preparando mentalmente para aquél momento. "De veras que lo siento, Lin. Jamás debí haberte ocultado esto, y debiera haber cortado contigo desde el principio, pero tenía miedo, tanto de tu reacción como de la de los demás. Hemos mantenido una relación por ya casi tres años y todo el mundo tenía esperanzas en nosotros dos desde hacía todavía más tiempo. Todos me decían que yo sería el que te traería la paz de la que carecías en tu día a día, y me pudo la presión. Pero ahora tengo claras mis ideas"

La mujer de ojos verdes como esmeraldas se apoyó en el escritorio que tenía detrás y suspiró casi resignada. Pasaron largos segundos antes de que, sin mirar a la cara a su compañero, se separó del mueble y se dirigió a la puerta. "En ese caso, creo que no tiene sentido que continúe aquí" En su voz se podía notar la rabia que contenía para no golpear ni al nómada ni a cualquier otra persona que se cruzara en su camino. Salió sin decir una palabra más y recorrió los pasillos del Templo del Aire, ansiosa de salir de allí en el primer ferry que llegara. "Lin" Alguien pareció llamarla por la espalda y se giró lentamente para toparse con los ojos azules de Katara. La veterana maestra-agua la miraba apenada. Sin duda había escuchado su discusión y estaba más que claro que no apoyaba el comportamiento de su hijo.

Se miraron durante unos segundos, pero al comprobar que la sanadora no decía nada y que sus ojos empezaban a humedecerse por las lágrimas que amenazaban por salir, volvió a emprender su camino hacia la salida, y posteriormente hasta el barco que la sacaría de esa isla en esos momentos la asfixiaba. En cuanto llegó a tierra firme de nuevo, se dio cuenta de que no había recogido las pertenencias propias que había ido acumulando el tiempo que vivió allí, y decidió que ya enviaría a alguien a por ellas en cuanto se hubiera relajado un poco. Ahora se le presentaba la duda de a dónde iría a pasar la noche, y el primer sitió que le vino a la mente, era la casa de su madre. Pero tendría que lidiar con la actitud tensa de su madre, y con la rebelde de su hermana. A pesar de eso, no tenía más opción, y enfurruñada, se dirigió allí.

Antes de que pudiera siquiera levantar el brazo para llamar a la puerta, puesto que no tenía copia de la llave, esta se abrió rudamente mostrando a una Toph con expresión gruñona y algo cansada ante ella. Tragó saliva sin atreverse a decir nada, por miedo a perder la compostura y echarse a los brazos de su madre, algo que nunca había ocurrido y no esperaba que pasara nunca. "Entra y cuéntame qué ha pasado" El tono era el de una orden, como la mayoría de veces que se dirigía a ella, pero esta vez, Lin pudo distinguir algo de compasión en su voz, aunque eso no la tranquilizó. Pasaron a la sala y se sentaron en el viejo sofá que la adornaba sin que ninguna de las dos dijera nada, la mayor expectante por una explicación y su hija intentando encontrar las palabras adecuadas.

"Tenzin" Lin alzó la vista ligeramente sorprendida. Todavía se preguntaba cómo era posible que a pesar de su ceguera, Toph siempre fuera capaz de adivinar qué pasaba sin importar la situación. Alzó una ceja y se llevó una mano al puente de su nariz. "Entonces es por él. Mira que lo sabía. Tendré que hacerle una pequeña visita al 'pies ligeros' y enseñarle a educar a su hijo, ¿verdad?" Lin negó con la cabeza. "Déjalo, mamá. Ya tengo suficiente. S-Solo déjame pasar aquí unos días y ya me buscaré un piso donde instalarme, ¿de acuerdo?" La madre solo atinó a estirarse y dejar sus pies sobre la mesa enfrente del sofá. "Mientras cocines tú... Y no vuelvas a tartamudear delante mía, no he criado a una cobarde, si quieres llegar a convertirte en cabeza de la policía algún día, más te vale no titubear en tus decisiones, sé fuerte y resígnate en las consecuencias"

*Lin asintió y de repente se percató de que la mayor se había puesto muy tensa y 'miraba' fijamente la puerta. Se levantó poco a poco y se acercó hacia ella, cruzándose de brazos. "Ha vuelto" Al principio no entendió a qué podían referirse esas palabras, pero en apenas unos minutos se empezaron a escuchar risas fuera de la casa. Abrió la puerta para encontrarse con un par de chicos de no más de dieciocho años a primera vista sujetando a una figura femenina que parecía medio inconsciente, pero con una despreocupada sonrisa en la cara, y que desprendía un fuerte olor a alcohol. Ambos portaban ropas que daban a entender que pertenecían al Reino Tierra, y a pesar de que estaban visiblemente atemorizados por toparse cara a cara con Toph Beifong, todavía se podía percibir un brillo de egocentrismo en su mirada. "Vaya, no sabía que usted se encontraría aquí, Chief Beifong" Dijo uno de ellos, el más alto, recuperando súbitamente la compostura al encontrarse con el rostro lleno de rabia de la adulta que le miraba a él y a su compañero alternativamente. "Vivo, aquí, joven, y esa que tienes en brazos es mi hija, y te agradecería que la dejaras en paz de una maldita vez sino quieres pasar el resto de tu miserable vida pudriéndote, como por cierto te mereces, entre rejas. ¿Te queda claro?" Él asintió, pero el otro no pudo evitar que, debido a su estado de embriagadez, hablara más de la cuenta. "Pero, señora, es ella quién viene a buscarnos, nosotros nos limitamos a aceptarla en nuestro grupo porque-"

Su compañero le tapó la boca antes de que pudiera decir una palabra más y tras dejar a la chica sobre el sofá en el que se encontraba Lin, la cual les dirigió una mirada asesina, y hacer una referencia a la jefa de policía, se marcharon casi corriendo.

"Mamá, siempre te cargas la diversión" Dijo Suyin, la hija pequeña de Toph, antes de caer dormida. "En cuanto despierte, se va a enterar de lo que significa portar el apellido Beifong" Lin la cargó hasta su cuarto y después se dirigió de nuevo a su madre. "Necesito ir mañana a trabajar, sé que no tengo turno, pero lo necesito" Toph apenas se removió en su asiento. "Haz lo que quieras, pero sé puntual, y cierra la puerta con llave cuando salgas, no quiero que Su se escape" Se sentó junto a ella. "No creo que eso la frene" La madre soltó una sonora carcajada con suficiencia. "Sabe lo que le pasará si me desobedece" "Pero tampoco parece importarle" La risa cesó, pero contrariamente a lo que pensaba la joven, la sonrisa no desapareció. "Así me gusta, con carácter. Ahora hazme algo para cenar"

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Le despertaron unos gritos procedentes del salón. Miró el reloj que colgaba de la pared y comprobó que apenas era medianoche. Se levantó pesadamente y se dirigió hacia la disputa, dispuesta a hacer de mediadora e intervenir si fuera necesario, pero algo le decía que ella irremediablemente participaría en ella animadamente. "No puedes hacer eso. No puedes estar encima mía desde que soy pequeña impartiendo una disciplina exagerada, de pronto dejarme libertad para hacer lo que quiera y cuando lo hago echarme la bronca del siglo" Ambas figuras estaban acaloradas por el enfado y casi lanzaban chispas por los ojos.

"Confiaba que después de todos los valores que te he intentado inculcar, al darte esa libertad de la que hablas serías consecuente con tus actos y no aparecerías de repente en casa completamente embriagada después de tres días, TRES DÍAS, desaparecida" Su no supo que responder a eso y de pronto notó la presencia de su hermana mayor junto a su madre. "Su, sabes que tiene razón. Estoy segura de que es por culpa de esos dos que has evolucionado tal comportamiento. Nunca debiste haber formado ese grupo al que llamas 'Tríada Terra', y obviamente, tampoco haber comenzado nunca a cometer esos delitos que ahora te han posicionado en el punto de mira de la policía." Al principio, su tono había sido calmado, pero a medida que hablaba se iba poniendo más nerviosa y su enfado se incrementaba.

"¿Y a ti qué te pasa conmigo? ¿Cuándo fue que me empezaste a hablarme de esa forma?" En tanto su mirada como en esas palabras se podía ver reflejado algo de decepción y pena, como si hubiera perdido algo importante. Lin a punto estuvo de ablandarse, algo que no pasaba muy a menudo, y a disculparse, pero fue callada por el gesto que hizo Toph, colocando un brazo en alto delante de su cara. "¿Y cuándo fue que tú comenzaste a comportarte de una forma tan irresponsable poniendo en riesgo no solo tu vida, sino además la carrera de tu hermana y la mía propia? No, Lin, no digas nada, tengo razón. Quizá mis años de servicio les hicieran replantearse echarme del puesto, pero no dudo en que desconfiarían de la hermana de una delincuente, y así difícilmente podrías llegar a sucederme en un futuro"

Algo pareció explotar en el interior de la menor de las presentes. Una inmensa rabia se apoderó de ella y gritó con un tono de envidia y confusión. "¿Por qué lo único que te importa es ese estúpido puesto, mamá? ¡Todo en esta familia se reduce a eso, y estoy harta de que por culpa de haber elegido un camino diferente al que a ti te hubiera gustado me trates como a una inferior, con menos respeto!" La mayor gesticulaba con las manos a la vez que hablaba. "La razón por la que le pongo tanto empeño es que yo misma creé la Fuerza de Policía de Metal Control en Ciudad República, el mismo Aang me dejó a cargo de la recién fundada ciudad y de todos su ciudadanos, y pongo mucho de mi parte para no fallar en mi cometido. Ambas sois libres de elegir vuestro camino, tanto si queréis ingresar en el cuerpo o no, y si Lin ha decidido que eso es lo que quiere hacer con su vida la respeto. Y por supuesto que estoy orgullosa de ella, de que continúe mi legado y de que se esté esforzando para que siga siendo un Beifong quien comande a todos esos maestros-metal que ayudan a protegerlos. Además, te trato con el respeto que te mereces, el respeto que se merece una rebelde de la ley"

De los ojos de Suyin comenzaron a brotar lágrimas de lo que más bien parecía ser rabia, y tras dirigirles una mirada cargada de odio a ambas mujeres presentes, abandonó la casa una vez más con un sonoro portazo. Un silencio sepulcral reinaba en ese momento la casa y tras unos instantes en los que ninguna de las dos movió un solo músculo, fue Toph quien decidió poner el punto final a ese día. "Regresa a la cama. Mañana debes despertarte temprano si quieres ir a trabajar, ya solucionaremos lo de tu hermana cuando estemos más centradas" Lin asintió sin querer contradecir a su madre, aunque le pareciera en ese momento mejor idea ir tras ella y traerla, por la fuerza si fuera preciso, de vuelta. Al menos así podría evadirse del dolor que le había causado el menor de los hijos del Avatar, y que no había aminorado su fuerza en ningún momento.

Pero si algo caracterizaba a Lin Beifong era su rudeza y su impasibilidad ante temas que parecían tan triviales a sus ojos. Y aunque de alguna forma lo único que se le pasaba por la cabeza era devolverle el daño que había recibido por su parte, sabía que no debía ser impulsiva ni rencorosa si quería ganarse el respeto de los que, esperaba, algún día serían sus subordinados. Desde que se despertó hasta que partió en dirección a su trabajo, más temprano de lo habitual, incluso antes que la gran Toph**, se estuvo convenciendo a sí misma de esas palabras, para evitar actuar con impulsividad.

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La mañana pasó más ajetreada de lo que había imaginado en un principio, pareciera como si toda Ciudad República se hubiera puesto de acuerdo en cometer actos delictivos que mantuvieran ocupados a todos los maestros-metal del cuerpo y no les dejaran apenas un pequeño descanso entre caso y caso. Pero esto no molestó en absoluto a la joven Beifong, que nada más lejos de incordiarla, le ayudaba a mantener alejados sus pensamientos negativos y la mantenía ocupada y entretenida, por no hablar de lo mucho que amaba su trabajo. Pocas cosas podían hacerla más dichosa que poner sus habilidades en el dominio en servicio a los demás, aunque esto nunca lo admitiría, sino que continuaría mostrando su lado frío hacia todo aquél que se le acercara, creando un sólido muro de indiferencia a su alrededor, que dudaba que nadie pudiera penetrar nunca.

Eso ya había pasado una vez, con Tenzin, y se había arrepentido como nunca antes. Había cometido la estupidez de dejar que una simple persona, que ni siquiera le interesaba, desquebrajara esa coraza que tantos años le había costado construir. Pero aunque no se diera cuenta, o no quisiera darse cuenta, hubo alguien que escapaba de su comprensión y sin saber cómo, se había convertido en la excepción de la regla que se coló aprovechando una pequeña grieta en aquella armadura, a la que comúnmente se suele llamar soledad. Y ese alguien no era más que la hermana mayor de aquél que últimamente le estaba dando tantos dolores de cabeza. Kya había sido capaz de apaciguar la rudeza de Lin con su actitud despreocupada y esas pequeñas charlas que, aunque pareciera imposible, habían conseguido sacar en ella más de una sonrisa.

Más de una vez se había sorprendido a sí misma pensando más de la cuenta en su amiga, pero siempre le echaba la culpa de esa acción a la profunda amistad que mantenían y que podría resultar incomprensible para muchos. La alocada, y muchas veces rebelde, maestra-agua y la inflexible y seria maestra-tierra compartiendo risas como no lo hacen con nadie más, al menos por parte de la última. Pero no podía evitar preguntarse el por qué de que desde hacía ya unos años su corazón se aceleraba y un sudor frío le recorría la espalda fruto del nerviosismo cada vez que se acercaba demasiado a Kya, el por qué de que esas caricias inocentes por parte de la mayor y esos abrazos amistosos que le regalaba, muy a menudo, hacían que la respiración se le entrecortase y no pudiese hablar cor claridad hasta que se le pasara el efecto, cosa que tardaba bastante si todavía continuaba a su lado.

Sus pensamientos fueron interrumpidos de golpe cuando por la radio implantada en el coche, para poder comunicar las diferentes unidades móviles de la policía, comenzó a sonar la voz de uno de los agentes. "A todas las unidades, informaron de un robo en la esquina de la Quinta y Harbor. El vehículo sospechoso se dirige al sur por el bulevar Hao, respondan unidades"*** Lin descolgó el comunicador lo más rápido que pudo deseando entrar una vez más en acción, aunque llevara todo el día trabajando, ya que se encontraba muy cerca del lugar que había indicado su compañero. "Aquí unidad 3-" Fue cortada antes de que pudiera terminar de hablar al encontrarse de frente con el auto que perfectamente podría ser del sospechoso. Sin pensárselo un momento, dio un giro brusco y se situó justo detrás de él, a modo de persecución.

La adrenalina invadió su cuerpo mientras aumentaba la velocidad, intentando predecir el camino que utilizaría el fugitivo para escapar lo antes posible de sus garras, aunque poco podría hacer contra ella. En cuanto vio la oportunidad, desplegó sus cables hacia una de las ruedas del otro coche, intentando no derribar los puestos de venta que se enfilaban a lo largo de la calle, consiguiendo soltarla y haciendo que éste colisionara. En su mente una sensación de orgullo para sí misma se empezó a formar, pero poco le duró para perseguir a dos individuos que habían salido del auto. Volvió a soltar sus cables metálicos esta vez a los sujetos que corrían ya conociendo su inevitable final en libertad, pero cuando los hubo atrapado, una voz que conocía demasiado bien la sobresaltó. "¡Déjalos en paz!" Suyin Beifong salía del coche visiblemente mareada por el golpe, lo cual no hizo más que desconcertar a la agente, que poco a poco comenzó a relacionar a los hombres que había atrapado con los que habían traído a su hermana en estado de embriaguez la noche anterior. "¿Su?"

La ira en su interior se incrementó, y trató de borrar los signos de desconcierto que acababa de mostrar tras la revelación de su pariente. Golpeó el coche en un intento de descargar su furia antes de hablar. "¿A sí que ahora robas tiendas con la Tríada Tierra?" Su por su parte, con ambas manos en sus caderas en actitud desafiante, no tardó en escusarse a sí misma. "¡Yo no robé nada! Solo conduje el auto. Les debía un favor. No es gran cosa" Lin evitó levantar una ceja incrédula mientras trataba de digerir la ignorancia de la menor. "No dejaré que te salgas con la tuya" Las burlas desafiantes de la otra calaron hondo en el ego de la oficial que intentaba autocontrolarse para no cometer ninguna estupidez, mientras su hermana se daba media vuelta para marcharse. "Ni siquiera pienses en dar un paso más" La retó. Sabía que lo haría, que la desobedecería, y que tendría que detenerla junto con los otros dos. Aunque no quería hacerlo, en su mente se aparecía la gran Toph reprendiéndolas por aquello, y sentía cierto temor.

Como era de esperar, Su la ignoro completamente y continuó caminando, así que con gran pesar, Lin tuvo que hacerlo. Desplegó sus tiras de metal hacia ella, capturando su muñeca, a lo que la menor respondió sorprendida cortando los cables que dieron un latigazo en dirección al rostro de la mayor, dándole de lleno y ocasionándole dos profundos cortes de la mandíbula hacia el pómulo derecho. Lin se tambaleó cayendo de rodillas por la sorpresa del impacto, mientras su vista se nublaba y notaba como las manos que se había llevado a la cara se mojaban con un líquido caliente. Se levantó pesadamente todavía sin poder creerse lo que su hermana menor acaba de hacer, no solo había herido a una agente de policía, sino que había lacerado a un miembro de su propia familia. En cuanto pudo recomponerse dirigió una mirada de odio hacia Suyin, que la miraba con horror y una tremenda culpa se reflejaba en sus ojos, dejando bien claro que nunca tuvo la intención de dañarle. Antes de que la mayor de ellas pudiera volver a atacar para detenerla apareció otro vehículo, propiedad de la policía, y de él descendieron otros cinco agentes que al analizar rápidamente la situación, no dudaron en inmovilizar al único miembro de la banda que quedaba libre y socorrer a su malherida compañera.

Lo primero que hizo Toph al enterarse de lo sucedido fue llamar a sus dos hijas a la sala de interrogatorios. Sentía una gran decepción por parte de ambas, y eso lo pudieron notar nada más quedarse a solas con ella. Lin portaba en ese momento la cara vendada para evitar que se volviera a abrir la herida que a los curanderos tanto les había costado cerrar, y Su no escondía su expresión de fastidio al encontrarse en tal situación. Las dos menores se limitaban a mirarse la luna a la otra con infinito desprecio, aunque en el fondo, y a pesar de su orgullo, compartieran un cariño especial. La tensión en el ambiente era casi inaguantable, y daba la impresión de que Toph se estaba manteniendo callada por unos momentos a propósito para torturarlas.

Al cabo de unos minutos, se decidió a hablar. "¿En qué estabas pensando?" Dijo señalando a Suyin. "¿Y en qué estabas TÚ pensando?" Gritó esta vez en dirección a Lin. Una sombra de confusión invadió su rostro, no comprendía por qué le recriminaba nada a ella, si de las dos era la que menos lo merecía. "¿Te enfadas conmigo? Ella es la que estaba saliendo por ahí con esos criminales" No dudó en apuntar con un dedo de recriminación a su hermana, lo que la hizo ponerse más a la defensiva. "¡Esto es todo por tu culpa!"

"¡Estaba haciendo mi trabajo!" Respondió casi gritando. Toph no dejó que la otra replicara otra contestación estúpida. "Ah, de acuerdo, ¡ya es suficiente! Esto es lo que vamos a hacer: Su, necesitas dejar la ciudad tan pronto como sea posible." La nombrada se cruzó de brazos. "¿Qué? ¿Y a dónde se supone que iré?" "A casa de tus abuelos. Lin dame el informe del arresto" Un escalofrío recorrió la espalda de Lin, presentía que quizá no fuera buena idea hacerle caso, pero aun así, con una mano temblorosa, se lo entregó. En cuanto lo tuvo en sus manos, apenas vaciló un par de segundos para romperlo. "¡Mamá! ¿Qué estás haciendo? No puedes cubrir esto, hay testigos"

"Soy la jefa de policía, no puedo tener una hija en la cárcel" Su tono de voz no daba cabida a discusión, pero Lin no se encontraba nada conforme con la decisión tomada por su madre. "Así que, una vez más, Su hace lo que le da la gana y no hay consecuencias, ¿no?" Toph suspiró con actitud cansada y se apoyó en la mesa elevando su manos para sujetar su cabeza. "Esta es la única opción"

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Lin se sentó pesadamente sobre el incómodo sofá de la casa. Ese día había sido demasiado intenso, no solo se encontraba agotada por el pesado trabajo que la había mantenido ocupada la mayor parte del día, sino que ademas sobre su consciencia caía el peso de la ira por el hecho de que su hermana hubiera quedado impune de su delito, y se sentía adolorida por la reciente herida en su rostro. Para colmo, aún rondaba por su cabeza su reciente ruptura con el maestro-aire. ¿Cómo se atrevía siquiera a traicionar su confianza de una forma tan vulgar? Al menos, se decía a sí misma, esa noche no tendría que aguantar los gritos de su madre, ya que esta se encontraba en su oficina procurando arreglar todo de forma que su hija quedara completamente libre de los cargos, y podría andar libremente por la casa sin miedo a molestar a nadie.

No llevaba ni dos minutos sentada, mirando ensimismada a la pared, cuando alguien llamó a la puerta del apartamento. Abrió la puerta algo desconfiada, pero casi se alegró al ver a la persona que tenía delante. "Lin, he venido porque me he enterado de lo que ha pasado con mi hermano, es un imbé- Oh, espíritus, ¿qué te ha pasado en la cara?" Como era de esperar, la hiperactiva Kya ni siquiera esperó a que Lin la invitara a pasar para comenzar a hablar atropelladamente y abalanzarse sobre ella en cuanto vio la venda, lo que provocó un ligero sonrojo en la maestra-tierra. "Nada, Kya, ha sido... eh... mi hermana. Ven, pasa y te explico"

La llevó hacia el mueble donde ella había estado sentada antes. "Déjame primero ver la herida" Acercó sus manos hasta las vendas y las retiró con cuidado, mostrando dos cortes limpios pobremente cosidos. "Tiene mala pinta, esto dejará marca casi seguro. ¿Te importa que lo cure yo mejor" Lin procuraba no poner muecas de dolor mientras asentía y esperaba a que Kya trajera el agua que utilizaría para ello. En cuanto terminó, la menor agarro una botella del licor que apenas estaba abierta, y un par de vasos. Era el pequeño momento de rebeldía que se permitía tener cuando estaba a solas con la maestra-agua. Los sirvió y entregó uno de ellos a la otra.

"Bien, ahora, cuéntame qué ha pasado" Lin tomó un pequeño sorbo que hizo que su garganta ardiera, antes de contestar. "Bueno, ha pasado lo de siempre, ya sabes. Su se ha juntado una vez más con esos perdedores y ha vuelto a hacer cosas que no debe, lo único que esta vez ha ido demasiado lejos. Conducía un vehículo de fuga para un robo. Cuando la he logrado capturar se ha resistido y... creo que puedes ver con tus propios ojos el resultado" Kya asentía lentamente. "Entonces, ¿está a la espera de un juicio, verdad?" Lin suspiró y negó con la cabeza. "No, mi madre la está cubriendo, al parecer no le parece correcto tener una hija entre rejas"

La mayor intentó cambiar de tema al ver cómo el humor de Lin iba cambiando a uno notablemente molesto, y poco a poco, el contenido de la botella se fue reduciendo, hasta tener a dos mujeres ligeramente mareadas y de confuso comportamiento compartiendo anécdotas y risas, y de vez en cuando poniendo en ridículo al hijo del avatar. Al poco rato, a la mente de Lin volvió la idea de vengarse de Tenzin. Quería devolverle el golpe con alguien a quien él tuviera en estima, a pesar de que eso ya no importara en absoluto, y sin percatarse de ello, se había quedado mirando fijamente a su compañera sin decir palabra y muy seria.

De pronto notó como la otra igualaba su expresión. "¿Qué ocurre?" Preguntó Kya preocupada pero con cierta dificultad debido al alcohol. Esas palabras resonaban en la mente de Lin y se repetían una y otra vez. "Qué ocurre, eso mismo me pregunto yo" Esas palabras no llegaron a abandonar su mente, en vez de eso, se acercó lentamente hacia la maestra-agua, rozando sus labios con los propios. Había llegado a la conclusión, de que, si tenía que vengarse de él, lo haría con su hermana. Podría ser un duro golpe para el joven maestro que la chica a la que acababa de dejar plantada se fuera con otra mujer, y para añadirle más drama al asunto, esa mujer fuera su hermana. Pero esos pensamientos desaparecieron en cuanto un escalofrío reconfortante recorrió todo su cuerpo y una agradable y cálida sensación se alojaba en su pecho en cuanto el beso fue correspondido por una sorprendida Kya.

Esta dejó su vaso sobre la mesa y profundizó el beso sentándose sobre la otra. Algo en su interior le gritaba que parara, que Lin solamente la había besado para dañar a su hermano, pero una parte más grande y poderosa calló esa voz, el placer del beso y la euforia porque su amor no correspondido le estuviera besando era más fuerte que su sentido común. Sus lenguas iniciaron una batalla de caricias entre ellas, derritiendo a ambas por la suavidad del acto. En ese momento, la joven oficial había dejado de pensar en lo que estaba haciendo, y en el por qué lo estaba haciendo, y únicamente se concentraba en acariciar sobre la ropa el cuerpo que se había posicionado encima suya.

Entre jadeos cortaron el beso, mirando directa e intensamente a los ojos de la otra, sintiendo como por esa simple mirada sus corazones se saltaban algún latido y se les cortaba la respiración una vez más. Sin mediar palabra, se levantaron, se dirigieron a la habitación que ocupaba Lin y cerraron la puerta, justo antes de volver a caer sobre los labios de la otra, esta vez más desesperadas, deshaciéndose con deseo y a la vez delicadeza de sus ropas y cayendo sobre la cama, dispuestas a llenar de suspiros de placer la noche.


*Aunque quiero hacer esta parte de la historia lo más parecida posible a la original, he sentido la tentación de inventarme esta pequeña escena para añadirle dramatismo al fic.

**No sé si lo habéis notado, pero le tengo muchísimo aprecio a este personaje, era indudablemente mi favorito cuando veía 'El último Maestro del Aire'

***Esta parte del fic está calcada del doblaje en latino de LOK

Agradezco muchísimo los reviews porque siempre me animan a seguir escribiendo, así que ya sabéis ;)