Trataba de ser sigiloso, de contener sus emociones y apenas percutir en las teclas de su portátil cuando ya era de madrugada. Contenía la respiración y apenas se movía, incluso al punto de tomar agua con una bombilla. Era sencillo: no quería preocupar a sus padres. Tan sencillo que se le olvidaba lo más evidente: que las ojeras aparecen con facilidad, que las rutinas de sueño se alteran. En algunos casos el estómago se resiente con violenta acidez y él formaba parte de esos "algunos".
Pero él pensaba que en su hogar nadie sospechaba.
Nunca se había considerado a sí mismo una persona intuitiva, salvo cuando se trataba de crear algoritmos o buscar soluciones a problemas concretos, donde los actores se movieran en el mundo de la lógica y objetividad, sin ruido como sentimientos o emociones. Es por eso que cuando despertó sintiendo que Tentomon lo llamaba, hace algunas semanas, se resignó. Tan solo debía ser que lo extrañaba y no se lo cuestionó más, hasta que durante la tarde una llamada extranjera llegó a su móvil.
Mimi disfrutaba fastidiarlo pero ella no lo llamaría a esa hora en los Estados Unidos sólo para divertirse. Además, su voz no sonaba como un capricho.
— ¡Izzy! ¡Por favor, ayúdame a comunicarme con Palmon, estoy segura que me llama! —La voz de Mimi se quebraba— ¿Estás ahí? ¡Koushiro!
No es que no quisiera contestarle, simplemente se quedó boquiabierto. No hace mucho se había despedido de Taichi, Yamato y Sora y ninguno de ellos le había mencionado algo. Incluiría a Hikari, quien en una situación así le contaría a Taichi e irían volando hacia su departamento a pedir ayuda.
— ¡Lo siento! ¿Qué fue lo que pasó?
—Tuve un sueño en el que Palmon caía al vacío y por más que estirara sus hiedras no podía alcanzarla. ¿Y si en verdad le pasó algo?
—Llegaré pronto a casa, espérame conectada y veré si hay alguna manera de comunicarnos con ella. Yo también estoy preocupado por Tentomon.
—Izzy… tengo un mal presentimiento.
Como si de huir se tratase, le cortó. Él también lo tenía y le aterraba la siguiente pregunta: ¿en qué parte de la lógica y objetividad cabía el digimundo? Y dentro de eso, ¿dónde caía él? Odiaba caer en este tipo de divagaciones donde una cosa llevaba a la otra, encontrándose con que la visión de un niño de diez años cambia irremediablemente con el paso del tiempo y su caso no era una excepción. Por otro lado, a pesar de que no vivió mucho su ilusión, disfrutó de los regalos de Santa Claus y lamentó que no durara para siempre. Esa misma sensación, como si se tratara de un puñal atravesando su pecho colapsaba su mente, produciendo un corto circuito… Había perdido la ilusión de cada día, ver a su Tentomon. Su mejor amigo ya no estaba y por más que lo intentase, no había forma de solucionar aquello.
~ o ~
Lo tenía en mente desde algún tiempo y hoy salió. No sé qué sucedera después, pero me imagino que será un fic de muchas divagaciones. Saludos y gracias por leer! Seré feliz si deja algún review. Gracias a Japi por insistirme con esto, de lo contrario creo que hubieran pasado unas semanas más para que esto viera luz.
Nos vemos en la actualización!
