Un extraño sentimiento.
Elias no podía entender ese extraño sentimiento, ya había experimentado lo que eran los celos, pero aquellos celos no eran nada comparados con estos. Tenía ese sentimiento que oprimía su pecho de manera dolorosa y se le formaba aquel nudo molesto en su garganta, tampoco podía entender esas ganas que tenia de golpear a ese chico.
Todo comenzó cuando Chise entro en la facultad y decidió seguirla a escondidas, durante toda esa semana que paso siguiéndola pudo notar como un chico se acercaba demasiado a ella; tocándola intencionalmente y siguiéndola a todos lados con aquella mirada anhelante. Chise no parecía enterarse de nada o simplemente lo ignoraba.
Durante todo el tiempo que estuvo observando sintió unas ganas terribles de apartar aquel chico de su lado y llevarla de vuelta a casa, donde él no pudiera verla ni tocarla. Pero antes de que pudiera hacer cualquier movimiento fue descubierto por Chise y enviado a casa con un regaño y una mirada de reproche, esa noche tuvo que prometerle que no la seguiría más a escondidas. Nunca hablo de esos celos que lo tenían loco, ni pregunto sobre ese chico que estaba cerca de ella.
Obvio que esa promesa no duro más que unas cuantas semanas. Días después volvió a ir a la Facultad escondido de Chise y mientras la observaba a la distancia, pudo notar al mismo chico de antes hablando animadamente con ella. Chise le daba la espalda mientras hablaba con el chico por lo que no pudo notar su presencia, pero el chico que estaba de frente... no pudo evitar notar esa alta silueta parada bajos las sombras de un árbol dándole un aspecto siniestro, esa extraña cabeza, esos cuernos sobre ella y lo más aterrador de todo, esos ojos rojos que parecían mirarlo directamente con un brillo peligroso, sediento de sangre. Un escalofrió lo recorrió y una sensación de terror se filtró a través de él, sus músculos se paralizaron impidiendo su huida, pero aquellos ojos le decían que, si seguía ahí, estaría en grave peligro. Se despidió rápidamente de Chise y se alejó de ahí a gran velocidad.
Chise miro confundida con el chico, que momentos antes le hablaba con normalidad, ahora corría despavorido del lugar. ¿Había dicho algo malo? Pero el chico no parecía mirarla a ella, sino, que se encontraba perdido en sus pensamientos mirando un punto fijo detrás de ella. Con curiosidad volteo encontrando a Elias parado, no muy lejos del lugar, saludándola con una mano. Al acercarse a él pudo notar como sus ojos, más concretamente sus pupilas, se encontraban curvada en una tenue sonrisa y a su alrededor todo parecía cargado de inocencia.
— ¿Paso algo?— Pregunto desconfiando de él.
—No, nada de nada— Respondió sin quitar la sonrisa.
Elias sintió como ese dolor en su pecho desaparecía, al igual que el nudo en su garganta, de alguna forma sabía que, ese chico, ya no se acercaría más a su pequeña estudiante y prometida. Ese día Elias aprendió que los celos podían ser una cosa muy fuerte y en ocasiones demasiados extremos.
Gracias por leer.
Historia también disponible en wattpad bajo el mismo nombre.
