-Eres la Reina Santana López.
Se repetía una y otra vez frente al espejo.
-Pero aun ellos no saben que eres su Reina.
Sin despegar la vista de su reflejo tomo ágilmente la crema para prevenir espinillas y barros, no quería que su cutis empeorara aun más.
-No estás en la cima, pero llegaras… Que sea el último año de secundaria y sigas igual no quiere decir nada, eres la Reina Santana.
Con su cara completamente untada por la crema busco su cepillo especial para limpiar entre sus brackets, era rojo, su color favorito.
-Ellos te amaran Santana, solo dales tiempo… Ya te han ignorado demasiado.
Tenía los ojos cerrados mientras realizaba su ritual de limpieza facial, mecánicamente hacia todo igual que ayer, antes de ayer, hace una semana, un mes, años.
-Tú no eres una perdedora Santana…
Esto último lo dijo en voz baja y abandonando el baño, para tomar automáticamente su teléfono celular y mirar que tenía un nuevo mensaje.
"Santty si quieres que te ayude a escoger tus mudas de ropa hoy avísame y salgo para tu casa, no quiero otro "incidente" PD: Avísale a tu madre que tengo hambre"
Fruño el ceño al terminar de leer el mensaje, murmuro ciento de maldiciones al recordar lo que había pasado hace dos días, respondió agresivamente aplastando fuertemente las teclas de su teléfono celular que no tenia culpa de nada.
"Brittany, no me faltan los brazos ni soy ciega. Lo que paso hace dos días no se volverá a repetir… Te he dicho miles de veces que mi casa no es un restaurante y mi madre no es tu cachifa, es la mía"
Abrió el closet para comenzar a analizar lo que se pondría ¿Qué tenia de malo su forma de vestir? A ella le encantaba y a los demás le debería gustar. Tomo "Esto, aquello y lo otro" cerrando el closet con un empujón de su cadera. Su teléfono volvió a sonar, pero esta vez era una llamada.
-"Brittany no te voy a alimentar, déjalo"-Atendió fastidiada mientras escuchada claramente el suspiro de su amiga.
-"Pero Santana, me estoy muriendo de hambre y le di mi desayuno a Lord Tubbington…¡ESTOY HAMBRIENTA!"-Gritaba demasiado duro para el gusto de Santana que se preguntaba ¿Por qué su amiga tenía un fetiche con el maldito gato? ¿Estaba engordándolo para comérselo?
-"Britt ya viniste ayer y antes de ayer, hasta te comiste mi desayuno"- Pudo escuchar al otro lado de la puerta alguien que se acercaba.
-SANTANA DILE A BRITTANY QUE SU TOCINO SE ESTA ENFRIANDO Y QUE SU BATIDO DE FRESA LE ESTA CAYENDO MOSCA – Grito su madre del otro lado de la puerta.
-Mamá debes dejar de malcriar a Britt, y espero que mi tocino este caliente- Escucho los pasos de su madre alejándose y bajar las escaleras.
-"Como te iba diciendo Britt, no te pienso ali…"-Se escuchaba el sonido de la llamada finalizada- ¿Aló?... –Miro la pantalla para comprobar que la llamada había sido finalizada- Nunca cambiara- Lanzo el teléfono celular a la cama, su amiga ya debe venir en camino y debía apresurarse si no quería quedarse sin desayuno.
Se coloco su ropa interior para verse al espejo.
-Tienes un gran cuerpo Santana- A ella se le daba muy bien hablar en tercera persona.
Escondió su figura con ropa muy holgada, ella tenía su ideología. No se expondría como un trozo de carne en la secundaria como la hacían las porristas y muchas de las chicas que quería llamar la atención de los hombres, así pensaba ella. Peino su cabello para dejar una perfecta cola de caballo.
-No sé porque a la gente no le gusta mi vestir, ignorantes de la moda- Hablar en tercera persona y sola era lo que mejor sabía hacer.
Termino de amarrar sus botas que eran un estilo muy rustico, para colocar sus lentes de pasta con una fina montura negra, que hacía ver sus pómulos mas marcados.
-SANTANA BAJA, LLEGO BRITTANY- Se preguntaba ¿Por qué todos eran tan escandalosos en esa casa?
-Ve por ellos trigresa- Se dijo por última vez frente al espejo para abandonar la habitación tomando sus cosas.
Tropezó con la puerta al salir, cayendo sobres sus rodillas y manos, la torpeza era algo que también acompañaba a Santana día a día.
Bajo lentamente las escaleras para no repetir el accidente, bastante tiene con los comentarios burlones de su familia.
-Quita tus manos de mi tocino Brittany Susan - Dijo de forma amenazadora sin terminar de entrar por completo a la cocina, la rubia era muy predecible.
-Britt cuando termines de comer, ayuda a Santana a cambiarse de ropa, llegaran tarde –La madre de Santana hablaba de espalda sin ni siquiera mirarla mientras fregaba los platos- Te pondré el desayuno para llevar – Finalizo, aun sin ver a Santana.
-Ponga un poco más para mí – Le pedía la rubia – Santana sube a tu cuarto y quitándote esos trapos, ya subo por ti.
-¿Acaso no tengo libertad de nada en esta casa? – Preguntaba ofendida mientras escuchaba un coro de "No" – No me cambiare, es mi vida y yo decido que ponerme, no me expondré como un trozo de carne enfrente de esos animales – Respondió mientras rebuscaba en la alacena algo.
-Santana eres muy feminista, yo me "expongo" con este traje de porrista y no me ha pasado nada – El uniforme de la rubia podría llegar a causar infarto para las personas débiles, más que el uniforme era el cuerpo exquisito que tenia la portadora de aquellos ojos azules.
-Brittany tiene razón Santana, haz caso por una vez en tu vida, y deja de ser tan terca, ya con tu padre me basta. Además, nadie te pide que vayas con un Body, solo se normal – Su madre no parecía molesta ni alterada, hablaba muy calmado, ya no era la primera vez que esta situación se presentaba en la mañana de su hogar.
-¿Es que me estas llamando anormal? – Se llevaba la mano al pecho para expresar lo ofendida que estaba – Mi propia madre, apuñalada por mi propia sangre… Mal, mal – Movía la cabeza en forma de negación, se divertida con la forma de reaccionar de la rubia y su madre -¿Dónde pusiste mi caja chicle mujer?
-¿Cómo puedes ser tan adicta? Debes dejarlo, en una semana te quitaran los brackets y leí en internet que si masticas mucho chicle se te caen los dientes – Definitivamente la morena ya estaba acostumbrada a la clase de comentarios de su amiga, era lo poco que podría alegrarla.
-Britt, también leíste en internet que podrías cruzar a un gato con un pato, encerraste a un pato que conseguimos en el lago y a Lord Tubbington en tu habitación para darles "intimidad" – Paso horas explicándole a la rubia que no podría andar por ahí tratando de cruzar a los animales, y explicándole que tampoco podría tener un hijo mitad pato y mitad humano si tenía relaciones con uno, tiempo perdido, la amiga no entendió ni una sola palabra.
-Era ciencia Santana, pudiste ser la mejor amiga de una científica, pero tenias que frustrar mis experimentos – Bufo mientras dejaba el plato en el fregadero y recogía sus cosas para salir del hogar de los López.
-Soy lo peor – Dijo de forma irónica la morena que encontró sus chicles llevándose uno a la boca y guardando los demás – Adiós madre.
-Toma, desayuna cuando puedas, estas como un pitillo – Abrazo a su hija y la despidió con un beso en la frente – Si ocurre lo que ya tú sabes no dejes que seque solo, mancha la ropa Santana- Alcanzo a decir cuando las jóvenes ya abandonaban la casa.
En el garaje de la casa de los López se encontraba un Volkswagen Beetle convertible amarillo.
-Hola bebé – La más baja se lanzo en el capo del carro con los brazos abiertos en un intento de abrazar el auto - ¿Has pasado frio? Mi madre no me deja dormir contigo, nuestro amor está prohibido – Decía mientras repartía pequeños besos en el metal del capo.
-Estoy totalmente de acuerdo con tu madre, podrías terminar haciendo actos sexuales con esta cosa y no está bien Santty, por muy necesitada que este, no está bien… – Realmente sonaba preocupada por su amiga.
-Si le vuelves a decir "cosa" te irás caminando –La fulmino con la mirada –No la escuches bebé, tú me tienes a mí y yo te tengo a ti, somos el uno para el otro – Subió al auto esperando que su amiga abordara - ¿Qué esperas? Llegaremos tarde –Podía ver que la rubia no se movía
-Estoy esperando que tu bebé me de permiso de subir, no quiero molestarle, he sido un poco grosera… -Estaba apenada por haber llamado al auto de esa forma
-¿Qué dices bebé? Uhm ok… Le diré –Pego su oreja del volante para luego levantarla y dirigir su vista a la rubia – Dice que puedes subir pero sin poner los zapatos en la guantera y que le invites a una copa de gasolina estos días – Expreso tranquilamente. No es que se burlara de su amiga, sinceramente disfrutaba seguirle la corriente.
-¡Trato! Y tranquila bebé de Santty, tú y yo ayudaremos a Santana a que drene las necesidades sexuales que tiene– Dijo alegre la rubia y se apresuro a subir al auto.
¿Necesidades sexuales? Había escuchado hablar de ellas, también de unas tales hormonas. No le preocupaba en absoluto, vivía ignorante del embarazoso tema del Sexo y prefería seguir así.
El camino no era largo, pudieron disfrutar de unas cuantas canciones que sonaron mientras llegaban. Estaba comenzando a sonar Baby can i hold you – Tracy Chapman cuando entraban a McKinley. Santana maldecía, le encantaba esa canción.
-No entiendo porque siguen pensando que somos pareja – Soltó la rubia mientras Santana estacionaba.
-Que lleguemos casi todos los días juntas y dejes a las porristas de un lado para sentarte conmigo en el almuerzo no quieres decir nada – El sarcasmo de la morena era una parte muy importante de ella.
-Exacto – Por lo visto, la rubia muy poco comprendía eso – La última vez algunas porristas me arrinconaron y me preguntaban porque salía contigo, que no me discriminarían por mi sexualidad, pero les daba curiosidad de saber por qué contigo – Brittany parecía confundida, ella no comprendía muy bien el tema sobre las sexualidades, ella estaba con quien le gustara – Yo solo les respondí que estabas muy buena para mí y que no podíamos ser nada, ya que éramos mejores amigas y el libro de mejores amigas lo prohíbe – Ella era una de las pocas personas que había apreciado el gran cuerpo de la latina.
-Ellos no me conocen tan bien como tu Britt, por eso no conocen mi genialidad –Intento hacer una pose cool, que solo le causo risa a la rubia.
Su charla seguía de camino a la entrada de la secundaria. Entre la multitud trataron de escabullirse, era lo mejor para comenzar en día sin inconvenientes.
¡PERDEDORA!
Pero, ese no iba a ser un día donde Santana se podría escabullir. Sintió aquel liquido frio sobre su cara, pudo abrir sus ojos después de sentir como se escurrir aquel liquido por su cuello hacia su ropa gracias a sus gafas que protegían sus ojos del ardor. Su madre se iba a molestar si no limpiaba inmediatamente su ropa.
Escucho las risas de todos los que se encontraban cerca y presenciaron aquella muestra de humillación del equipo de… ¿Qué importaba? Solo era una forma de decirles a los perdedores cual era su lugar.
Escucho a Brittany decir algunas palabras a los agresores, ella solo se dispuso a ir al baño rápidamente para quitarse esa viscosidad de su rostro y poder ir a su clase y esperar que no se repitiera aquel incidente en las próximas 2 horas, no tenía mucha ropa extra.
Lavo cuidadosamente su rosto y se quito las gafas, vio su reflejo en el espejo notando aun residuos en la las orejas.
-Me las pagaran algún día todos – Su rostro no estaba triste, ella estaba furiosa, cansada y harta. –Santana López no es ninguna perdedora –Se relajo un poco para terminar de limpiarse y cambiar su camisa por otra igual de holgada.
Así comienza un día de Santana López en McKinley y sabia que no terminaría mejor, podría recibir 4 granizados al día por diferentes razones. De porristas, jugadores, y cualquier otro que supiera que ella estaba de ultima en la pirámide social. A ellos le divertía, jugar con ella como una muñeca de trapo, sabía que posiblemente más tarde se encontraría sepultada en los basureros o estampada contra un casillero y estaba preparada para ello, no quiere decir que le gustara, su odio aumentaba pero sabía que algún día la dulce venganza llegaría.
Y si, Santana López era una Perdedora con todas sus letras.
