Hola gente. Bueno, aquí presento un Crossover que me había rondado por la cabeza desde que comencé con los fanfics de Hetalia y fue...¿impulsado? por Xio a escribirse. No estoy segura de cómo me quedó, ojalá las guste el Prólogo, actualizaré cada semana más o menos. Pido piedad por mis faltas en redacción, no tenga beta ni nadie a quien le interese la historia, de la ortografía y demás se encarga Word ;)

Disclaimer: Ni Hetalia ni Harry Potter me pertenecen, sino a Hidekaz Himaruya y J.K. Rowling, respectivamente. Yo sólo uso sus personajes para crear mis historias locas sin más satisfacción que la de escribir y ser leída.


Prólogo

—Bien y entonces éste es el plan del héroe ¡No se aceptan objeciones!

—Opino igual que Alfred-san.

—Kiku, ¡da tu opinión!

—No discutan, al final todos serán uno conmigo, da.

—¡No digas ese tipo de cosas, aru!

Sí, como siempre, otra conferencia mundial se llevaba a cabo.

—Jajaja, esta idea es tan súper que ni siquiera Iggy pudo refutarme, jajaja

—Esto…hermano…Arthur no ha llegado aún— Alfred volteó hacia Matthew (sólo él, Francis y Arthur solían distinguirlo)

—¿Iggy aún no llega?—preguntó (casi gritó) Alfred. La sala se quedó en silencio. El inglés era conocido por su puntualidad, ¿le habría pasado algo?

En ese momento, pisadas rápidas se oyeron por el corredor. Se detuvieron y la puerta de la sala se abrió dando paso a un muy agitado Arthur, con la ropa desarreglada y en la mano ¿su varita?

Angleterre, además de recalcar tu falta de puntualidad, creo que debo recordarte que no está permitido que traigas tus juguetitos—empezó hablando Francis mientras señalaba a la susodicha.

Shut up, estupid french, no tengo tiempo para tus bromas— tomó un poco de aire, caminó hacia la pizarra (donde aún se hallaba el plan de Alfred) y pidió a todos que se sentaran con una seña. Cuando cada quien estuvo en su sitio, empezó a hablar— Verán, la razón de mi tardanza fue porque fui llamado por uno de los Primeros Ministros de mi país. Al parecer la amenaza contra la que estábamos luchando en Inglaterra no será sólo nuestro problema. Si él llegara a ganar y gobernar mi país, avanzará y hará lo mismo con los demás hasta hacerlo con todo el mundo—todos lo miraban preocupados, no estaban seguros de quién era él, pero sin duda era muy poderoso como para tener así de inquieto a Arthur— Harry no podrá solo contra él, hay muchas otras personas que vencer antes de llegar a Voldemort. Por estoy seguro que si nosotros, siendo naciones, unimos nuestra gran magia, podremos…

—Espera Iggy, ¿Todo esto se debe a otras de tus alucinaciones? ¿Voldemort? ¿Harry? ¿Ellos también son tus amigos imaginarios?— interrumpió el americano riendo- Jajaja, Iggy, debes aceptarlo de una vez ¡No existe tal cosa como la magia! — Miró alrededor en espera de más risas y burlas, pero muy contrario al pronóstico notó que varios países se veían preocupados— Esperen, no me digan que ustedes creen que es cierto—dejó de reír y puso cara de confusión.

—Alfred-san, no diga que la magia no existe, por favor, comete un grave error.

—¿Tú también Kiku? —Esta vez se hallaba más confundido. Matthew tampoco comprendía muy bien lo que ocurría, pero prefería quedarse callado y esperar a que explicaran todo. Kiku miró a Arthur como pidiéndole permiso de algo y éste afirmó con la cabeza.

—Bien Alfred-san, le explicaré: Desde hace mucho tiempo la magia ha existido. Todos tenemos magia, pero sólo algunos tienen el don de usarla. Estas personas con dones, mejor conocidas como magos, estuvieron presentes desde que tengo memoria. Con el transcurrir de los años, la gente sin este don empezó a sentir envidia, tanta, que comenzaron a perseguir a magos y brujas, llevándoles así, a vivir ocultos. Nosotros, como países, también tenemos y solíamos usar magia, pero al ser un problema tener que ocultarla y eso, fuimos dejando de usarla. Además, el rápido desarrollo de la tecnología hiso que no se volviera una necesidad.

—¿Y qué ocurre con América? Yo nunca tuve magia y Matthew tampoco.

—Si tuvieron— Interrumpió Arthur— pero cuando aún eran muy pequeños. Ya nadie hacía magia frente a otros, yo era el único entre los países que lo hacía sin temor, pero casi no estaba con ustedes, así que no la desarrollaron. En cambio, en América del Sur la Magia se desarrolló tanto e incluso más que en Europa. Muchos latinos aún la usan, se podría decir que allá lo aceptan un poco mejor.

—Esto es ridículo, si tuve magia ¿Por qué dejaría de usarla?

—Porque ya no había necesidad—Alfred se quedó callado, Arthur, al no ver respuesta alguna, siguió hablando— bueno, como sea, esto no te incluye a ti, sino a los países Europeos, Asiáticos y Africanos más antiguos, pues tienen experiencia con la magia y serán útiles en esta guerra—miró a los otros que aún estaban pensando.

—Yo ayudaré, aru. La magia China está entre las más antiguas y será de mucha utilidad

—Im Yong, Jerom y yo, Mei, también nos unimos. Después de todo, aprendimos del mejor—dijo mirando a Yao, a quien le brillaban los ojos de orgullo.

—Cuente con mi ayuda Arthur-san. Nosotros 5 iremos en representación de Asia

—Querrás decir 6, Kiku—Corrigió Sadiq, sonriéndole al japonés. Esto puso al griego molesto.

—En cuanto a Europa voy yo—Heracles habló más fuerte de lo habitual, sorprendiendo un poco a todos.

— ¡Los 5 nórdicos también estaremos ahí! —gritó Anersen sin consultar a los otros que no tuvieron cómo reclamar. Al menos el danés recibió un buen golpe de su adorado Lukas.

—Ya que Yao irá, también iremos Eduard, Raivis y yo, da—ambos bálticos se estremecieron y asintieron rápidamente.

—Yo seguiré a mi hermano—susurró Natasha.

—Yo también voy, no dejaré a mis hermanitos solos—sonrió Iranya.

—West, el señorito, la machona, Ita-chan y por supuesto el Awesome yo iremos—Segundos después, Gilbert recibió un sartenazo cortesía de Elizaveta.

—Tsk, si mi Fratello va, el bastardo y yo también nos apuntamos— Antonio no pudo reclamar a tal capricho.

—Anki y yo también estaremos ahí—dijo Emma.

—Esto suena como que súper, ¡Osea, obvio que Toris y yo también vamos! —El lituano no pudo más que suspirar resignado.

—¡El señor Gupta dice que él y yo seremos representantes de África! —señaló emocionada Gabrielle.

—También pueden contar con mi ayuda y la de mi hermano mayor — sonrió Elise. Vash, resignado tuvo que aceptar, prefería acompañarla a dejarla sola entre ese grupo de locos.

—Supongo que el inútil de Angleterre no podrá manejar esto solo, así que yo también iré—finalizó Francis.

— ¡Bastard, no necesito tu ayuda! —Arthur se calmó y luego cambió el enojo a agradecimiento— Gracias a todos por unirse, con nosotros 34 bastará. Ahora en cuanto al…

— ¡No te olvides del Hero, Iggy!

—Tú no irás, niño, no sabes hacer magia, ¡ni siquiera crees en ella!

— ¡Ni se te ocurra dejarme de lado, Arthur! —esta vez la cara del estadounidense fue más seria— ¡Sé que nunca he manejado magia y aún tengo dudas sobre ella! ¡Pero si es cierto que la tuve, también iré con ustedes! —Matthew, a su lado, afirmaba con la cabeza dando a entender que también pensaba lo mismo. Los demás se callaron esperando la respuesta del inglés. Este, sin pensarlo mucho respondió.

— ¡Serías un carga! ¡Tendría que enseñarte a manejar magia desde el principio y atrasarías las cosas! —Alfred estuvo a punto de abrir la boca de nuevo, pero Matthew se adelantó

—Arthur —empezó—sé que tienes razón, no sabemos usar magia y costaría enseñarnos—Alfred soltó un "Mattie…" desilusionado— Pero —continuó—, por más que tú estés en forma y tus conocimientos sean frescos, no quiere decir que con los demás países sea así. Supongo que tendrán que entrenar en algún lugar para esta guerra. Alfred y yo podríamos ir e intentarlo, si al final del entrenamiento no nos ves capaces, no lucharemos, pero si aprendemos, no te quedará más que aceptarnos entre las filas—Arthur quedó perplejo ante lo que sería la participación más larga que habría hecho Matthew. El canadiense, colorado por la vergüenza, dudó un poco, pero se mantuvo firme en su lugar.

—Vaya, vaya, al parecer mon amour tiene razón—esto si bajó las defensas del canadiense por completo—Arthur, si no tienes más que discutir, estoy de acuerdo con lo que Mattie acaba de decir—Los demás, de a pocos, se fueron mostrando de acuerdo y al final Arthur no pudo más que decir:

—De acuerdo.

Ludwig, convencido por Feliciano, sugirió que la reunión continuara después del almuerzo. Todos se mostraron de acuerdo, así que cada quien fue retirándose hasta quedar la sala completamente vacía.


Golosinas de Golondrinas— inmediatamente, la gárgola se movió y Harry pudo subir las escaleras junto a Ron y Hermione. Tocó la puerta y se oyó un "Adelante" desde adentro.

—Bien, ya están aquí. Tomen asiento por favor—El trío obedeció a las palabras del Director— ¿Caramelos de limón?

—No gracias—dijeron tanto Harry como Hermione, Ron, en cambio, aceptó gustoso.

—Bueno chicos, se preguntarán el por qué los llamé—Dumbledore hiso una pausa —como bien sabrán, la guerra está más cerca de lo que se creía. Voldemort ha reunido bastantes aliados y hay ataques mayores y más frecuentes últimamente. Por ello, tanto el Ministro de Magia como yo, decidimos pedir ayuda a alguien que…se podría decir que no conocen pero siempre ha estado muy cerca—Ron dejó de meterse más caramelos a la boca y, al igual que sus otros amigos, miró al Director esperando que se explique— Veo que no tienen idea de quién hablo… ¿Han escuchado alguna vez el nombre Arthur Kirkland?

—No puede ser—soltó inmediatamente la castaña emocionada e impactada a la vez— ¿Recibiremos la ayuda de…Inglaterra?

—Exacto, señorita Granger, la verdad sospechaba que usted manejaba ya esta información. Ahora, si es usted tan amable de ayudarme a explicarles a sus amigos sobre esto…

—No lo entiendo—interrumpió Ron, sonrojándose inmediatamente por lo que acababa de hacer— obviamente tenemos la ayuda de Inglaterra, ¿no? ¿Acaso no todo el país está luchando para detener a Voldemort…?

—No se refiere a ese Inglaterra, Ron—corrigió Hermione sonriendo—Verán, esto lo leí en segundo año pasado en Historia de la Magia: De principio a fin, sin censura ni cortes Vol. II. Volviendo a casa, intenté con internet y al parecer los muggles también saben algo de esto—hiso una pequeña pausa— Al parecer cada país tiene una representación humana. Arthur Kirkland es la forma humana de Inglaterra. Según los libros mágicos, él tuvo, o tiene, magia ¡Hasta estudió en Hogwarts! Fue de los alumnos de la primera generación y perteneció a Gryffindor.

—Wow, debe ser muy viejo ese tal Arthur—soltó Ron sin pensar, como siempre.

—No seas tonto, Ron. Si las naciones envejecieran igual que una persona normal, ya estarían muertas. Se supone que sus formas varían de acuerdo al desarrollo de sus países y eso. Sus rasgos físicos son como los más comunes en su país y hablan tanto el idioma de sus pobladores como un dialecto universal que sólo ellos entienden. Claro que, con el paso de tantos años, he de suponer que también conocen otros idiomas a parte de los propios.

—Exacto, señorita Granger, de ser esta un clase, ya le hubiera otorgado 30 puntos—Hermione sonrió cortamente y esperó que Dumbledore continúe—Ahora, tanto Arthur como muchos otros países que decidieron unirse vendrán a Hogwarts — el trío se quedó atónito —pues aunque él ha seguido practicando la magia a pesar del paso de los años, los otros países dejaron de usarla hace mucho tiempo y necesitan algo de práctica. Debido a ello, el domingo serán presentados como "alumnos de intercambio" y habrá una breve ceremonia de Selección.

—Pero profesor—habló Hermione — según tengo entendido, la mayoría parece tener entre 18 y 26 años, ¿No se verán sospechosos como alumnos?

—Sí, ya pensamos en ello. Usarán una poción que les hará lucir de 16 años por 2 o 3 meses y las tomarán de nuevo cuando lo necesiten.

—Pero, ¿Por qué de 16, profesor? ¿No sería mejor como chicos de 7mo? Así estarían más avanzados-reaccionó Harry

—Lo sé, pero deseaba que interactuaras con ellos, al fin y al cabo, trabajarán juntos en la guerra—Dumbledore hiso una pequeña pausa — Ahora, esta información de sus verdaderas identidades debe quedar entre nosotros. Sería muy peligroso que se sepa en oídos equivocados, por ello se presentarán con sus nombres humanos y sólo por ellos deben llamarlos. Bien, ¿tienen alguna pregunta? ¿No? De acuerdo, ahora vayan a descansar, por favor, mañana se anunciará esto en el Gran Comedor y el ajetreo de seguro los cansará.

Los tres se despidieron y salieron del despacho sin decir más. Durante el camino, hicieron uno que otro comentario y, al llegar a la Sala Común cada quien se fue a dormir sin decir más.


Bien, aquí el Prólogo, espero les haya despertado un poco el interés. Hay algunos nombres y apellidos que tuve que buscar y colocar para los países a los cuales no nombró Hidekaz. El próximo capítulo será algo aburrido, pues de algún modo u otro colocaré los nombres de cada pasíses y las casas a las cuales irán. Bueno, me despido, nos leemos.

Lis