Pequeña historia. Espero que les guste, y que esten teniendo un lindo día Martes. Sigo trabajando arduamente en el capítulo 64, pronto estará listo. Besos para todas. Daiana.


Ella está ahí, de pie frente a la mesada de la cocina, sirviéndose la primera taza de café de esa mañana de Sábado, cuando la sorprendés enredando tus brazos alrededor de su cintura y acariciando su panza con tus manos, dibujando círculos con las yemas de tus dedos en la zona de su ombligo.

Ella ríe, y es el sonido de tu risa aquél sonido que te enloquece. Bajás la cabeza hasta que tus labios quedan a la alturada de su cuello, inhalás el perfume de su cabello, y besás cada palmo de piel desnuda de sus hombros, provocando que se ría con más ganas.

Con tu boca junto a su oído, te tomás un segundo para disfrutar los temblores inconscientes de los que su cuerpo cae presa cada vez que tu respiración la acaricia.

"Eu te amo muito, minha princesa. Muito e sempre"

"Eso no es Español" señala, y para tu propia sorpresa, sin salirse de tu abrazo de un medio giro hasta quedar frente a frente con vos, y mirándote a los ojos, añade "Eso es Portugués, meu amor"

Antes de que tengas oportunidad de preguntar dónde aprendió a hablar el idioma, sentís sus labios cálidos jalando los tuyos, buscando permiso para profundizar el beso.

Y mientras el hambre por el otro y la pasión crecen, las palabras que ella te dijo – meu amor – se repiten en tu mente una y otra y otra vez. No podés evitar encontrarlas seductores.

Sí, las encontrás muy seductoras.

"Te amo muchísimo" lográs decir entre besos, cuando sentís sus manos acunando tu cabeza para acercarte aún más a ella. Sus dedos juegan con tu cabello y tus dedos se pierden entre sus rulos, como siempre que se besan.

El desayuno es, de pronto, olvidado. Y mientras besás a tu esposa contra la mesada de la cocina, susurrás en sus oídos cuánto la adorás no en Español, como solés hacerlo habitualmente, si no en Portugués.