Hola a todos los que pasan por aquí, les traigo una historia que pasó por mi mente el otro día, jejej no pude evitar no escribirla, este es mi segundo fanfic, he leído algunos consejos para que queden más claros, espero que sirva de algo :S ^u^

"Un deseo es la voluntad en manifiesto" - Maite

Cerca de ti

Capítulo I

'Coincidencias'

Aquella era una noche oscura y las gotas caían furiosamente por el pavimento, mientras muchas personas huían desesperadas por la lluvia, era el escenario de rutina de Hinata Hyuga, quién salía cabizbaja de otro de los edificios empresariales a los que asistía diariamente, el agua se reía de ella a sus pies, mojaba sus zapatos, pero no es que fuera su culpa, aquello era una regla, asistir a la entrevista vestida de manera formal, otro suspiro escapaba de su boca, al recordar que aquello no era otra cosa más que una pérdida de tiempo, sí, ella necesitaba un trabajo ya.

Caminaba ahora erguida, con posición segura, recordó que no debía rendirse, que se lo había prometido a esa persona, y a pesar de que el tiempo no le había hecho progresar en nada, sabía que no serviría de nada pensar en ello, debería seguir adelante, con todas sus fuerzas, intentando cada día ser mejor, aquellos pensamientos la motivaron, y caminó derecho, aunque sin rumbo fijo en realidad, llegó a la entrada de un almacén, en seguida vino a su mente la imagen de ese pequeño rubio, su carita angelical cuando llegaba a casa, la única motivación de su esfuerzo era su hijo, y algunas palabras que habían quedado grabadas en su corazón.

Sonrió al entrar, aquel lugar era hermoso, en un primer piso estaba lleno de toda clase de muebles para el hogar, no pudo evitar el acercarse a observar el hermoso detalle de cada uno, lo sabía, en esos momentos no estaba en condición de pagarlos. Pero aquello no significaba que no tendría muebles como esos en su casa algún día, sonrió al pensarlo, dejó su bolso en una de las repisas de control, y siguió recorriendo aquel lugar, subiendo las escaleras esperaba encontrar lo que buscaba, el segundo piso era igual de hermoso, había muchos adornos, floreros, estatuas, fuentes, se quedó un rato admirándoles, pero llamó su atención la segunda escalera.

Por esta no habían muchas personas, y la luz se veía menos brillante que en los pisos anteriores, subió por ellas observando como la mayoría de personas no habían caído en cuenta en aquel piso. Si hubiese sido de elegir, ella hubiese preferido saltarse los demás pisos anteriores para solo ver aquel, dentro no había nadie, o eso pensó al principio, era una especie de cuarto muy amplio, con un piano de cola en el centro, a los costados habían relojes, agendas, cuadros muy hermosos, veladores con espejos, etc. Se acercó a una de las repisas, para escoger entre uno de los tantos juguetes que ahí se hallaban.

-Cuánto cuesta esto?- Una voz masculina la hizo dar un respingo, se giró delicadamente, junto a ella se hallaba un joven, al parecer de su misma edad, de cabello muy negro, y ojos opuestos a los suyos, vestía un estilo un poco ejecutivo, en sus manos tenía un portaplumas, ella sonrió con rostro pálido, pero amablemente.

-Esto… yo no trabajo a…- Repentinamente su voz fue cortada por oscuridad, al parecer hubo un corte eléctrico, mientras se escuchaban susurros de personas dentro del local, ella escuchó un gruñido, estaba segura de que era de parte de su acompañante, enseguida unos pasos en las escaleras fueron escuchados por ambos.

-Si hay alguien arriba, por favor baje- Luces de linternas les iluminaron el rostro, mientras ambos avanzaban, aquellos dos hombres parecían ser trabajadores

-Disculpe que sucedió?- Preguntó Hinata restregando sus manos nerviosa, mientras se internaban en los susurros de la planta baja

-Al parecer hubo un corte de electricidad por toda esta área- Respondió el hombre iluminando el camino hacia un espacio donde estaban todos los clientes reunidos, los trabajadores pedían disculpas, y había que formarse para ser revisado y salir, era un total caos, y nuestra protagonista se sentía sofocada, la verdad es que su claustrofobia no era ninguna ventaja, podía sentir como caía, pero unos brazos fuertes la sostuvieron

-Torpe- Dijo la misma voz que se había encontrado, ella intentó ponerse de pie, pero descubrió que no podía, además tenía a un completo desconocido junto a ella, en verdad no sabía qué hacer.

-Lo… Siento… claustrofobia…- Dijo en una frase ahogada ignorando su frase despectiva, este parecía hacerse el que no escuchaba, pero un nuevo tropiezo hizo que este la volviera a sostener, las personas a su alrededor empezaron a disminuir, el joven sostenía a aquella chica, que empezaba a abrir sus ojos nuevamente, intentó incorporarse, estaba muy débil aún, pero esta vez lo logró.

-Muchas gracias…- Dijo con una sonrisa, en seguida se dio una vuelta y fue directo al control de pertenencias, sacó una ficha de su bolsillo, y se disponía a reclamar sus pertenencias, un empleado le dio su bolso, en seguida ella buscó en él su teléfono celular

No te preocupes, el bebe ya está dormido.-Saku

Un suspiro de alivio escapó de su boca, para luego dar una sonrisa de agradecimiento al vacío, ya eran ya las 9 de la noche, por lo que decidió apresurarse, tomó su paraguas y salió a toda prisa, fuera el escenario era distinto, era absolutamente oscuro y desolado, ya le habían registrado, y se encontraba a la entrada del local, estaba realmente cansada, dio un paso para volver a tropezar, esta vez se dijo a si misma torpe en su mente.

Antes de que pudiera tocar el suelo, las mismas manos fuertes la habían sostenido de sus hombros, giró su cabeza hacia la misma persona con quien se hubo encontrado hace unos momentos, por tercera vez se irguió firme, pero con la mirada cansada.

-Oye en verdad que estás mal, o es que eres torpe?- Preguntó aquel joven con arrogancia, Hinata lo miró enojada

-Disculpe… Ya me voy yendo ahora…- dijo un poco molesta, el joven la soltó, ella siguió caminando, dejando de lado lo sucedido.

Aquella era una noche oscura, el trabajo era muy cansado, estar siendo llamado a cada momento al final se volvía muy estresante, y es que en Uchiha enterprises, eso era algo común para el director de la empresa Sasuke Uchiha, a pesar de que era muy joven para sobrellevar tal cargo, lo asumía perfectamente, después de la muerte de sus padres en un trágico accidente, y una victoria en un juicio contra su tío Madara, había podido ocupar su actual cargo, realmente era un genio, había logrado que la empresa avanzara de una manera que no lo había logrado en 4 años desde la muerte de sus padres.

Realmente era agotador, el Uchiha más joven se había esforzado cada uno de los días de su vida para poder ocupar aquel puesto en la empresa, Itachi su hermano era igualmente un genio, pero él prefería mil veces el arte, que las entretenidas reuniones de la empresa. Aquella noche Sasuke había decidido salir para poder liberarse un poco de la tensión de la empresa, había terminado de cerrar un contrato internacional aquel mismo día.

Aquello fue causa de celebración dentro de la empresa, en especial para las mujeres, las solteras más hermosas parecían haber hecho cola para felicitarle, e invitarle a una cena para festejar, a lo que él respondía con negativas, pero intentando no parecer petulante, los hombres le invitaban a tragos por la noche, pero él se rehusaba, diciendo que se sentía muy cansado, la verdad podía ver en cada mirada algo de interés, lo que le molestó un poco.

Al salir de la empresa caminaba con deseos de poderse encontrar nuevamente con amistades desinteresadas, pero ello se veía muy lejano, por lo que decidió seguir sin rumbo fijo, hasta toparse con una especie de local, decidió entrar por entrar, solo para pasar, no era de aquellas personas que hacían aquello, simplemente se había hartado de ver el pavimento mojado con la lluvia.

Estaba realmente extrañado, generalmente no era de esas de pasar por locales, pero ahora estaba subiendo hasta el último piso, al parecer no había nadie ahí, a excepción de una sola chica, parecía ser una trabajadora, agarró un portaplumas.

-Cuánto cuesta esto?- Se atrevió a abrir la boca, también se había cansado de tener que estar callado tanto tiempo, fue entonces como la notó, ella con un suave movimiento, parecía un ágil bailarina, su cabello era lacio y limpio, de un negro perfecto, casi azul, sus ojos eran celestes, casi blancos, y su piel blanca, quizá más blanca que la suya, parecía un ángel, sus mejillas se encendieron por un segundo, para luego regresar a aquel blanco porcelana.

-Esto… yo no trabajo a…- La voz de la joven fue interrumpida por la oscuridad, repentinamente las luces se habían apagado.

Camino a casa Hinata pudo percatarse de que gracias a Dios el corte sólo duraba hasta una calle más adelante, ahora se disponía a comer algo, realmente para ella era vergonzoso estarse desmayando a cada rato, el problema era que estaba tan preocupada por la entrevista de aquel día que había pasado del almuerzo, ahora leía entretenida el menú de una tiendita de comida, de aquellas que solo son una cajita con dos cocineros, y una ventanilla, estaba lleno, por lo que adivinó que era recomendable. Quería algo liviano, ya era hora de dormir después de todo… Mientras ella había encontrado algo perfecto

-Palitos de que...- La voz no venía sola, las dos voces se escucharon al mismo tiempo, mientras dos miradas sorprendidas se encontraban, una junto a otra.

-Palitos de queso con un milkshake de chocolate…- Completaron ambos al mismo tiempo aún sorprendidos, la cocinera sonrió y se apuró a darle su pedido a cada uno.

Ambos se adelantaron hasta un cerramiento donde habían unas sillas para los clientes. El silencio duró un bocado, fue ella quien empezó.

-Bien dígame, está usted siguiéndome señor?- Preguntó Hinata, para luego llevarse otro palito de queso a la boca y escuchar, después de una larga pausa, que ella tomó con mucha paciencia. El pelinegro no hizo más que lanzar un bufido, ella se enojó claramente, pero este desapareció en instantes, para que enojarse con un tipo desconocido?

-Yo no le estaba siguiendo, es usted quien se desmaya en mi camino- Respondió con una sonrisa burlona, Hinata se sonrojó un poco, le dio vergüenza el recordar que fue tropezando casi todo el camino.

-L-Lo siento, lo que pasa es que he estado muy cansada- Dijo sorprendida de sus mismas palabras, planeaba no llegar a abrir una conversación mas privada –No!, lo que pasa es que no había comido, -Se llevó un palito de queso a la boca- Ahora ya estoy mejor.

El chico se aguantó la risa por unos momentos, aquello le había levantado el ánimo, había pasado tanto tiempo encerrado en aquella oficina tan gris.

-Ya veo, y como te llamas?

La pregunta hizo que la joven le mirara raro al principio, no había razón para querer saber el nombre de alguien, aunque era cierto que se habían encontrado muchas veces.

-Mi nombre es Hinata… Uzumaki…- Dijo despacio, a la vez que sentía un nudo en su garganta, pero logró controlarse, este no era el momento. –Y cuál es su nombre?- Preguntó tratando de parecer segura

-Sasuke Uchiha- respondió inmediatamente, tratando de parecer desinteresado

-Mucho gusto- Dijeron al mismo tiempo.

Fin

Capítulo I

Nota de la autora: Bieen que les pareció? Sirvió de algo el leer como mejorar? Jejej espero que les haya agradado, por favor dejen sus reviews, soy de aquellas personas que aprecian las críticas y ponen en práctica lo comprendido, también aprecio mucho los comentarios, estos me animan a seguir continuando, muchas gracias por leer, nos vemos en el próximo capítulo. :3

Los personajes de esta historia pertenecen al anime de Naruto de Masashi Kishimoto.

Esto es una historia aficionada, no parte del anime o manga.