Hace mucho tiempo publiqué este fanfic, para ser exactos en el 2008, ya hace 8 años. En aquel entonces recibí una crítica de un grupo algo así como "los peores fanfics", la verdad es que había razones para que fuera considerado malo, pero que flojera de esa gente el estar criticando. En lo personal si un fanfic no me gusta simplemente lo paso de largo y ya, muere el tema. Como lo prometí hace 8 años, aquí el oneshot Ichiruki terminado. ¿Que si Ichigo y Rukia son OoC? ¡No importa! Es un fanfic ¿Es ilógico la fuerza de Rukia? Es un fanfic ¿Soy pésima con mi ortografía y redacción? Vale, estoy aprendiendo día con día, nadie es perfecto. Y si kiero puedo escribir con "k" Ja!

Bleach no me pertenece, es propiedad de Tite Kubo.

El cuento que aparece es un fragmento de "La ciudad donde no vive nadie" que sale en Chobits, por lo tanto es propiedad de CLAMP.


Se encontraba sentada frente a la pantalla observando detenidamente cada segundo, cada imagen que se transmitía en ese aparato singular. Estaba tan absorta que no se percató del momento en que el sustituto de shinigami entró y se detuvo en la puerta de su hogar.

-¡Ya llegue!-mencionó como de costumbre. Nada. La joven estaba tan metida en su burbuja que no volteo al llamado.

-Maldita enana.- Pensó el joven –Ahora, ¿qué te traes? He llamado y no respondes.- No obtuvo respuesta nuevamente. -¿Sigues con esos estúpidos dibujos?- Se burló para molestarla y atraer su atención.

-Shhh- Hizo el ademán con la mano para que guardara silencio, cosa que molestó al naranja.

Esperaba una reacción agresiva de la shinigami pero nada. «Y ahora, ¿con qué se habrá embobado la enana?» Se cuestionó el joven, pero no quiso averiguar más de las imágenes que veía en la pantalla, unos estúpidos animales.

Subió a su habitación y dejó los libros, se disponía a descansar pero su curiosidad lo estaba consumiendo, era normal que Rukia se emocionara con todos esos tontos animales, pero hoy se veía demasiado enfrascada. Bien dicen que la curiosidad mato al gato, bajó las escaleras y se sentó enfrente del tv para observar lo que miraba la pequeña shinigami.

-Como lo pensé otro animalejo, ¿qué tendrán de fantástico? ¿RUKIA me estás escuchando? ¡Tierra llamando a Rukia!- Se indignó cuando no obtuvo respuesta de la morena y comenzó a seguir las imágenes.

«Me voy a ir de viaje.
De viaje a otra ciudad.
Espero que alguien para mí me encuentre en ese otro lugar.
Pero si esa persona me tiene mucho cariño a mí y solo a mí...
... entonces será el momento para que los dos nos marchemos.
Quiero conocer a alguien sólo para mí.. »

-¿Qué demonios es esa mierda?- Cuestionó el sustituto con malicia para molestar a su compañera, pero nuevamente no obtenía respuesta, ¿acaso era invisible?

-Alguien…para…mí.- mencionó la pequeña shinigami

-Rukia… ¿Qué idioteces estás viendo?- -Musitó probando suerte.

-¡¿Ichigo?! ¿Cuándo llegaste?- Expresó la pequeñina con tono de sorpresa.

-¡¿Qué?! ¿No te habías dado cuenta que llegué hace como media hora?- Exclamó.

-No, deberías avisar cuando entras. Al menos hubieras saludado, que maleducado eres.

-Enana del demonio, tú eres la grosera, hasta me callaste. Ve como te deja el cerebro esas idioteces que tanto miras.

-Ichigo, no insultes a esos adorables seres.

-¿Adorables? Mis patrañas.- Bufó con ironía, no esperaba que Rukia le lanzara una patada en el rostro. -¡Hey! ¡¿Qué te pasa?!

-¡Idiota, ellos son las cosas más lindas de este mundo, imbécil- Tampoco esperaba que lo siguiera golpeando, definitivamente no podía insultar a esos dibujos sin recibir siempre una paliza de parte de la shinigami

-¡Maldita sea!- Exclamó desde el piso. -¡Detente con un demonio!

-Bien, no sirve perder el tiempo contigo, nunca entenderás.

Llevaba toda la semana pensando en lo que decía aquella animación, siempre pensó que su lugar era la sociedad de almas, nunca había pensado en otra cosa. Tal vez necesitaba regresar pero después de todo ese tiempo se había acostumbrado demasiado al pueblo de Karakura. A veces sentía como si fuera otra vida, quizás eran un defecto del gigai, tendría que ir con Urahara a revisarlo. Miró nuevamente el cielo, estaba a punto de atardecer, si él no hubiera regresado a rescatarla la historia habría terminado hace mucho. Ichigo se había convertido en poco tiempo en su nakama, pero, ¿sólo eran amigos? Rió un poco, ¿qué rayos le pasaba? Ella nunca se había sentido así, recordó las múltiples veces que sus compañeros de clases preguntaban acerca de su relación. ¿Cuál era su relación para los demás? ¿Cuál era su relación para Ichigo?

No había razón para que la shinigami estuviera molesta con él, bueno, quizás todavía estaba enfadada por no dejarla ver esos dibujos animados. Era tan odiosa cuando se trataba de sus "adorables" conejos. Salió a buscarla nuevamente pues Yuzu ya estaba por terminar la cena y si se quedaba sin probar alimento sería peor para él. Camino por las calles sin poder encontrarla, hasta que probo buscando su reiatsu, ¡qué tonto! Lo hubiera usado desde el inicio, corrió hasta encontrarla cerca del canal de agua, ¿qué tanto pensaba? El atardecer le daba una atmósfera más cálida pero con un toque de nostalgia.

-¿Qué haces enana?- Preguntó Ichigo ya a su lado. -¿Nuevamente en la luna?- No había respuesta otra vez, ¡rayos! Era más difícil, la miró de reojo y observó una pequeña sonrisa –Si no me lo quieres decir, está bien, es tu problema. Esperaré hasta que estés segura de hablar.

-¿Estás usando mis palabras? Vaya Ichigo, veo que has aprendido algo.- Se burló la morena.

-Vale, vale, sólo quiero decir que…

-Está bien, entendí el punto.- Rió un poco, ¿tanto le estaba afectando esos adorables conejitos que hasta Ichigo tenía que echárselo en cara? –Quizás deba regresar pronto a la Sociedad de Almas, he pasado tanto tiempo en el mundo humano que debería regresar ya al lugar al que pertenezco.

-¿Qué?- Se tallo un poco los oídos, ¿había escuchado bien? ¿Rukia pensaba regresar a la Sociedad de Almas? ¿De dónde sacaba esa idea del lugar al que pertenecía? Bueno, era cierto que ella provenía de la Sociedad de Almas pero habían convivido tanto tiempo en el mundo humano que ya se le hacía un poco extraño que ella se fuera de su lado. -¿De qué hablas?

-Tengo que regresar, Nii-sama no estará de acuerdo en que permanezca más tiempo en el mundo humano. Además tú puedes hacerte cargo de los hollows que aparezcan. ¡Bien! Lo he decidido, regresaré a la Sociedad de Almas.

-¡¿Qué?!- Gritó el sustituto. -¡Oye! ¡Aquí también tienes tu lugar! Tu lugar es donde tú quieras estar.- Le había salido la voz más exaltada de lo que esperaba, pero el hecho de que la shinigami dijera las cosas tan a la ligera lo cabreaba. ¿Qué la Sociedad de Almas era su lugar? Y ¿qué con eso? Ella ya había hecho su lugar también en el mundo humano, en la escuela, con sus amigos, en su familia…con él, ¡Que se pudriera Byakuya! Él no dejaría ir a la shinigami tan fácil, porque podía notar que tampoco quería irse.

-Ichi..go

-No tienes por qué irte.

-No entiendo muchas cosas del mundo humano, ¿encontrar a una persona especial? Nunca había pensado en eso, al menos no de esa forma, pero ahora que lo pienso da un poco de miedo, ¿no lo crees?

-¿Qué coño dices?

-¡Eso! Qué esos adorables conejitos hablan de encontrar a una persona especial, que sólo la quiera a él y así estar juntos por siempre…- Exclamó un poco nerviosa por la declaración. –No entiendo, yo pensaba en personas especiales a mis nakamas y Nii-sama, entonces debería estar con ellos…- ¿Eran esos estúpidos conejos lo que la tenían así? Menuda suerte la de él. –Ichigo…tú eres mi nakama, ¿no?- La pregunta lo tomó por sorpresa, eran amigos, eso era algo obvio. Había ido a salvarla hasta la Sociedad de Almas arriesgando su trasero, eso se hace por los amigos, ¿no? La miró nuevamente esperando por una respuesta.

-¡Claro que somos amigos! Qué pregunta tan mas tonta.- Le dio un pequeño golpe en la frente para disminuir la tensión del momento.

-Entonces…¿por qué…por qué no quiero dejarte?- Bien, lo había dicho, se escucha horriblemente cursi, ella no era de las que andaban diciendo esas cosas y ahora hasta se las decía al cabello de zanahoria.

-Vale, esos conejos te están atrofiando el cerebro.- El golpe que recibió de parte de la pequeña shinigami le dio a entender que no era momento para bromear, pero es que la declaración de Rukia lo había puesto nervioso. Él tampoco quería que se marchara y que lo dejara botado, ¿eso era de amigos, no? Recordó lo que decían aquellos animalejos, algo sobre irse a otra ciudad, sobre encontrar a alguien especial. Mierda.

«Si esa persona me sonríe soy feliz.
Si esa persona se queda a mi lado soy feliz.
Sí. Si esa persona es feliz yo soy feliz.
Esa persona es especial no como los otros.
¿Has encontrado a esa persona?
Mi preciada mi especial
La persona adecuada para mí.»

Ya el cielo estaba oscuro, observó nuevamente el semblante de su compañera de peleas, ¿por qué había ido a salvarla? ¿Por qué le molestaba tanto que se fuera? ¿Por qué le gustaba molestarla? Vale, era una extraña manera de ser la de ellos, pero si él estaba depresivo no necesitaba decir mucho, Rukia entendería a la perfección. Se lo había dicho en incontables veces "Si tú no puedes moverte, entonces pelearé en tu lugar. Si sientes dolor, sentiré dolor también." ¡Vaya situación!

-Rukia...quédate.

-¿Eh?

-Eres especial...para...mi.- La cara que puso la shinigami era un poema, estaba sorprendida, ¿qué había dicho Ichigo? ¿Qué ella era especial? -Va, si no quieres, no. Olvida lo que dije.

-Ichigo, te he hecho decir cursilerías.- Se burló un poco para molestarlo. -Mi nakama, ¿es acaso que yo le gusto?

-¡Mierda, Rukia! ¡Eras tú la que se me estaba declarando! "No quiero dejarte"- Imitó la voz de la morena.

-¡¿Qué?! ¡Ichigo, no me tomes el pelo!

-De qué te sirve leer todos esos mangas de Yuzu, si no eres capaz de entender. ¡Baka! Estúpida enana.

-No me digas así, ten más respeto que soy tu superior.- Hizo el intento de golpearlo pero el chico fue más rápido y la abrazo tomándola por sorpresa. -Ichi...go

-Quédate, es una orden.- No hubo más, simplemente se quedaron por un tiempo abrazados, no era incómodo, así eran las cosas entre ellos. Quién lo diría, un simple programita de tv lo que ocasionaba. De algo estaba seguro esa noche Ichigo, no dejaría que la enana viera nuevamente esas cursilerías.