NA: La verdad es que me cuesta mucho enfocar esta historia que me da vueltas en la cabeza desde hace un buen tiempo, espero que me digáis que os parece x3

Otro bar, otra vez ahogando las penas en vasos de cerveza barata y la atención de mujeres que no le interesaban lo más mínimo, otra noche más un disfraz del chico feliz y divertido que pasa muchas horas contando chistes graciosos para acabar la noche solo, destruido en casa, tirado en la cama y temiendo la resaca del día siguiente. Lee llevaba meses así. Esa noche no había salido, estaba estirado en el sofá de su pequeño piso pensando en el pasado que le asfixiaba desde hacía meses. Como aquella tarde del verano pasado estirados en aquella arboleda Sakura y el.

Ella sobre el con los ojos cerrados decía "¿sabes Lee? Nunca creí que nadie pudiera hacerme tan feliz, además ¡vamos a tener un bebe! Y tendrá mi dominio del chakra y tu habilidad para el taijutsu, será el ninja más poderoso del mundo". Lo cierto es que si iban a tener un bebe, el que iba a ser el mejor ninja del mundo…

Lee rompió a llorar silenciosamente, envidiaba a Sakura y odiaba a su nuevo novio y su estúpida, pero muy feliz, vida juntos… después de los años, después de haberse creído un ganador retrocedía en el tiempo a cuando Sakura no le podía ver, a cuando tenía que esforzarse más de lo que su alma le permitía para poder llegar a algún lado pero la clara diferencia era que… Ahora ya no tenía tanta pasión, ni tantas ganas de luchar, porque cuando la vida te da la espalda tantas veces, es cuando decides dale tú la espalda a la vida..

Esa noche parecía no tener fin, así que Lee se levantó del sofá y tomó un vaso de whisky, se fue a la cama intentando no pensar más, al día siguiente tenía una reunión importante pues parecía ser que un colectivo de ninjas , imitando al antiguo y destruido Akatsuki, se estaban organizando para atentar contra distintas regiones del país.

A la mañana siguiente en el despacho del Hokage eran más de 20 personas, entre ellas estaba Sakura, algo que a Lee aún no se le hacía fácil de digerir a pesar del tiempo transcurrido, Así pues al salir de la reunión, Lee se fue directo a casa, se preparó unos espaguetis cocidos que le quedaron muy duros y leyó un rato para alejar los pensamientos de su cabeza, algo que no consiguió pues tenía en mente aquella mañana en la que Sakura estaba gordísima y le decía a su barriga "solo te queda un mes ahí dentro pequeño, tengo unas ganas de verte la carita increíbles", esa noche saldría en busca de compañía, aunque fuese sólo para no sentir una vez tras otra el peso de la soledad en sus hombros y la sombra de Sakura en cada esquina.

Una vez en la calle Lee decidió entrar en un local nuevo, alejarse de los amigos de siempre, con la curiosidad que fue a entrar en un local de bailarinas exóticas. Los divanes eran de terciopelo, había cortinas en todos los lados por si no querías ser visto y en las mesas servían champan de calidad o buen vino, Lee se dio cuenta de que quizás el local se excedía de sus posibilidades y cuando iba a irse de golpe Salió una chica al escenario. No es que le llamara la atención por la belleza, que la tenía, ni por su largo y sensual cabello rubio, sin ir más lejos fue tan sólo porque era Ino. Por ese motivo Lee iba a irse, pero en ese motivo Ino le vio y le giñó un ojo para hacerle entender que prefería que se quedase.

Al terminar su número, Ino se sentó al lado de Lee.

-Hola, no esperaba que nadie me fuese a verme en las pocas noches que vengo aquí pero me has visto y prefiero hablar esto contigo.- Ino fue muy directa.- Trabajo aquí algunas noches, cuando las chicas tenían que venir y fallan, adoro bailar y que todos me miren, y es más saco el doble en una noche que con ninguna misión ninja. Así que te pido discreción, pues no me gustaría que todo el mundo se enterara, ya sabes que konoha no deja de ser un pueblo y luego todo son habladurías.

-No, no, por mi puedes estar tranquila, es más solo me he quedado por que sospechaba que querías decirme esto.-dijo Lee relajado, pues ya había bebido un poco a pesar de que aún no se le notaban los efectos.

- Si la verdad, me quedo más tranquila. ¿Pero tú que haces por aquí? ¿No tienes una misión importante de la que encargarte? Todo el mundo habla de los que habéis sido elegidos…-contestó un poco indignada por no haber sido elegida.

-Lo cierto es que de momento solo se hacen conjeturas, tácticas de ataque e investigaciones de las que se encarga Shikamaru, hasta que no entremos en el cuerpo a cuerpo a mí me atañe más bien poco…

-Bueno te voy a dejar aquí que me he de ir a casa, pide lo que quieras y a la chica que quieras hablaré con el jefe y siempre que quieras tendrás un precio especial por ser tan amable.- dijo Ino y se fue con su perfume a flores igual que como había venido.- adiós Lee.

Al rato una bailarina vestida solo con un corsé ámbar, con un liguero negro y un pequeño tanga se acercó a un Lee bastante borracho que debería irse a casa.

-Pequeño, si me prometes que no bebes más me quedare aquí contigo todo el tiempo que sea necesario, Ino me ha pedido que cuide de ti, así que no vas a probar una gota más de alcohol esta noche ¿verdad? – dijo la bailarina de ojos oscuros, la que en realidad había sido pagada por Ino para que no dejase a Lee hacer muchas locuras de las que podría arrpentirse.

-Está bien, está bien pero no quiero que bailes, me conformo con que me escuches.-dijo Lee intentado vocalizar correctamente. La bailarina asintió con la cabeza, se sentó encima de Lee de forma provocativa y le miró fijamente a los ojos.- ¿sabes por qué me ahogo en un vaso? La gente normal se ahoga en ríos o lagos sí, pero yo me ahogo en un vaso de whisky cada noche, y es por culpa de una vida mísera, aquí donde me ves soy un jounin licenciado, un genio que sin ningún dominio esencial del chakra ha conseguido llegar lejos , pero me veo aquí atrapado por culpa de una mujer y de la desdicha… si mi mujer estaba embarazada íbamos a tener un bonito bebe, pero el bebe nunca llegó a llorar , nunca me había sentido tan feliz como el dia que llevé a mi chica al hospital por que había roto aguas y sin embargo…sin embargo el bebe no llego a respirar en este mundo, un bebe precioso que nació desprovisto de vida… y al principio es muy duro, como un golpe seco en la espalda que duele, pero cuando se calma es peor, porque no es un dolor constante si no latente que te va devorado por dentro día a día… y por eso yo me ahogo en un vaso cada noche.

Lee estuvo hablando hasta la hora de cerrar el local, y la chica pensado en que Ino, que no solía tener buen carácter, la mataría si no le vigilaba bien se lo llevó hasta a su camerino para luego acompañarlo a casa.

En el camerino mientras la chica se cambiaba de ropa sin ninguna vergüenza Lee empezó a fijarse en ella más, pues el efecto del alcohol había disminuido mucho. Su pelo era largo y lacio de color rosado le llegaba a la cintura, sus ojos de un oscuro casi sobrenatural se veían resaltados con unos labios carnosos, el cuerpo de la chica era impresionante con un busto lleno con forma redondeada y unas caderas grandes que acentuaban una cintura casi de avispa, Lee se excitó ligeramente pero el alcohol gracias a dios disimuló bien ese sentimiento.

-Vamos venga te acompaño a casa, te acompaño.-Dijo la chica, Lee intento disuadirla pero no hubo manera. Cuando aún no habían llegado al edificio de Lee las tripas de aquella muchacha rugieron.

-¿Tienes hambre? Si quieres cerca de aquí hay un sitio abierto toda la noche donde sirven Fideos para llevar, lo mínimo que puedo hacer es comprarte unos.-dijo Lee sin pensar.

-Está bien.. Aun que si no se pueden comer allí… se enfriaran antes de que llegue a mi casa la verdad.- dijo la chica.- Me dejarás subir a tu casa si o si a comérmelos.

-Que descaro! – bromeó Lee.- está bien yo creo que también me pediré unos.

Compraron los fideos y subieron a casa de Lee.

-oh que piso tan mono para un hombre soltero.-dijo la chica.- Por cierto ya que he subido a tu casa te daré mi nombre, es Hotaru.

-Bueno Hotaru yo soy Lee y soy un hombre un poco mierdas así que si te olvidas de mi te haces un favor, quiero que me disculpes por el numerito de hoy, además una bailarina tan guapa y ni siquiera le he pedido un baile- Lee se sentía un poco avergonzado después de todo.

-bueno Lee, yo no creo que seas un poco mierda, y lo del baile se puede arreglar- la chica se mordió el labio despacio, pues sentía atraída por el hombre de redondos ojos que tenía enfrente y no dudaba en que el por ella también. – siéntate, sin música será un poco raro, pero… - la chica empezó a contonearse alrededor de Lee, sinuosamente se iba acercando a él, finalmente la chica se sentó sobre Lee y poso su cabeza a medio centímetro de él. En ese momento justo los brazos de Lee rodearon a la chica, con una mano sostenía la cabeza de esta mientras la recostaba para atrás dándole un beso apasionado, el encima desabrochó la camisa de ella despacio, mientras ella mordía su cuello y ardía en deseos de arrancarle la camiseta. Ella lo empujó, le gustaba llevar el ritmo así que le quitó la camiseta y empezó a besarle el pecho, su boca descendía poco a poco del pecho hasta el cierre de los pantalones que, Lee abrió para ella. Ella sin perder pausa bajó sus pantalones y sus calzoncillos, el pene erecto le excitó, sus pezones se pusieron erectos y se podía apreciar a través del sujetador que Lee desabrochó y quitó con habilidad. Entonces ella bajó de nuevo hasta la entrepierna de él y puso el pene de Lee en su boca , que a ella le deleitaba hasta que él le dijo que parara o se correría sin tener oportunidad de que el tomara el mando, aun así ella no le dejó gobernar la guerra de cama, se puso sobre el introduciendo su pene dentro de ella , sus pechos de gran tamaño botaban al uniso de sus caderas pero entonces el la agarró por la escuálida cintura empujándola hacia atrás y sin sacar su pene de la vagina empezó a empujar, la vagina de ella no dejaba de dar contracciones fuertes y ella gemía sin poder evitarlo finalmente ella gritó estrepitosamente ante en orgasmo , a pesar ello Lee no paró y otro orgasmo sobrevino a la chica , finalmente Lee se corrió, y ella noto como el pene de él se hinchaba al expulsar el semen, finalmente él se quedó recostado sobre ella y ambos se quedaron dormidos en el sofá, desprovistos de ropa .