Laxana's week

Día 1: Kiss

La oscuridad y tranquilidad de aquella gigantesca y elegante habitación de hotel, solo era irrumpida por dos sonidos; la primera era la acompasada respiración de un hombre rubio profundamente dormido y la segunda la suave tonada que una joven de cabellos castaños y ojos marrón tarareaba despacio mientras observaba al hombre dormido a su lado, quien la tenía firmemente atrapada en un cálido y claramente posesivo abrazo rodeando su cintura con su brazo izquierdo mientras que su mano derecha reposaba sobre su desnuda espalda.

La joven llevaba apenas unos pocos minutos despierta, tiempo que había dedicado a observar con gran devoción al rubio quien desde el día anterior se había convertido en su esposo; ante tal pensamiento no pudo reprimir una sonrisa mientras levantaba su brazo y posaba delicadamente su mano en el estoico rostro del rubio delineando con cariño sus facciones.

El hombre se removió entre sueños acercándola un poco más a su torso desnudo y posando su rostro entre los cabellos de la joven mujer aspirando inconscientemente su perfume. La chica sonrió mientras continuaba delineando las líneas del rostro del rubio recordando cada uno de los momentos vividos juntos, momentos que los habían llevado hasta ese preciso instante. Aún podía recordar con diversión y algo de burla los rostros incrédulos de sus compañeros de gremio cuando poco después de un mes de la batalla contra los dragones que habían cruzado a esa época habían llegado tomados de la mano anunciando oficialmente su relación; por excepción de la casamentera personal de Fairy Tail, Mirajane y del viejo maestro Makarov hubiese jurado que los demás iban a sufrir de algún ataque. Después de eso no paso mucho para que ambos se comprometieran.

- ¿Estás bien Cana? – la voz de su esposo saco a la chica de sus recuerdos y dirigió nuevamente su mirada hacía él, castaño y naranja se encontraron transmitiendo más de lo que las palabras podrían - ¿En qué piensas? - preguntó el rubio estrechando aún más a la chica contra sí acariciando cada curva de su espalda.

- Solo estaba recordando, no tienes por que preocuparte Laxus – respondió tranquilamente acariciando la peculiar cicatriz en forma de rayo en el rostro del hombre; Laxus observo fijamente a su esposa y sin que ella se lo esperará tomo posesión de sus labios.

Cana por su parte, inmediatamente rodeo como pudo el cuello del hombre, acariciando su rostro y cabellos mientras él ceñía con posesión la fina cintura de la joven maga de cartas disfrutando de la sensaciones que los recorrían cada vez que se besaban, y es que no importaba el tiempo que pasara aquella corriente eléctrica, tal vez en parte a causa de la magia proveniente de él, que viajaba por sus columnas desde aquel lejano primer beso siendo ella apenas una pequeña de 11 años y él un adolescente de 16 años aún se presentaba. Cana sonrió ante dicho recuerdo; lentamente ambos se separaron y mientras ella se abrazaba al cuerpo de su esposo, él se dedicaba a besar una pequeña cicatriz que se encontraba apenas visibles en el hombro de su mujer. La marca de un dragón, aquella que le indicaba a todo el mundo que ella le pertenecía únicamente a él. Laxus sonrió ante esté pensamiento.

- Y dime, ¿qué recordabas? – preguntó con su típico tono aburrido aunque Cana supiera que no lo estaba.

- Varias cosas – respondió Cana con simpleza bajando su cuerpo y obligando que sus miradas se encontraran nuevamente - como nuestro primer beso – comentó divertida ante la expresión de molestia del rubio. Laxus también recordaba la primera vez que se besaron, y no solo eso, sino también la razón por la que él lo había hecho.

En aquella época años atrás, él con 16 años ya había empezado a comportarse de forma rebelde contra su abuelo, más nunca abandono su tarea de cuidar a los más jóvenes del gremio, quienes eran los constantes blancos de sus burlas teniendo como víctimas frecuentes al Dragon Slayer de fuego y especialmente al pequeño alquimista de hielo. Aquel día en particular escuchaba con atención como Cana comentaba a sus compañeros lo que una chicas del pueblo habían dicho; que cuando besabas a la persona correcta una descarga eléctrica recorrería tu cuerpo. Un caos se desató a partir de ese comentario pero lo que obtuvo su atención fue la expresión decidida y el sonrojado rostro de Gray mirando atentamente a Cana. Antes de darse cuenta de lo que hacía Laxus se había colocado junto a la pequeña Cana y sin decirle una palabra la arrastró fuera del alcancé de sus compañeros infantes. ¿Cuál había sido el resultado de aquella acción? El que Laxus le robara su primer beso a Cana ocultos en un callejón cerca de los dormitorios mixtos que poco después sería el dormitorio de chicas Fairy Hills.

Laxus abrazo a Cana contra su cuerpo acomodando su cabeza sobre su pecho con una sonrisa engreída en el rostro. Cana lanzó un suspiro escuchando atenta los latidos del corazón de su amado dejándose llevar por aquella memoria. Para ambos aquella sensación había sido bastante extraña pero agradable, una que siempre los acompañaba; prueba de ello fue que cuando Laxus se convirtió en aquel hombre sediento de poder capaz de dañar a sus amigos y eventualmente expulsado del gremio, ambos extrañaran no solo la presencia del otro; sino también aquella deliciosa sensación relampagueante que recorrió su cuerpo desde aquel robado primer beso y que los mantuvo cuerdos por lo menos hasta que ambos se reencontraron durante una de las misiones de ella y hasta que él fue reincorporado al gremio por su suegro… aunque Gildarts en ese tiempo ignorara aquel pequeño detalle.

Lunes 15 de abril
Tema 1: "Beso"