Título: El paciente

Pareja/personajes: Harry/Draco

Warnings: Ninguno

Género: Pre-Slash

Clasificación: PG-13

Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc.

Autora: Sui Felton (sui_tan)


El paciente

Harry se detuvo ante la blanca puerta de la habitación 308 de San Mungo y suspiró. Tocó suavemente y esperó por una respuesta que sabía que no llegaría; después de unos segundos, entró. Su paciente, Draco Malfoy, se encontraba sentado junto a la ventana, mirando hacia el jardín del hospital con expresión serena. Potter carraspeó un par de veces para llamar su atención, lo cual no funcionó. Cansado, se acercó lentamente hacia el rubio y se recargó sobre el cristal, obstaculizándole la vista.

―Creí haberte dicho que no anduvieras descalzo, Malfoy, las pijamas del hospital son cómodas, al igual que las pantuflas, ¿por qué no simplemente las usas? Estoy seguro de que no te lastimarán ―dijo Harry con tranquilidad, repitiendo lo mismo que venía diciéndole al Slytherin desde hacía ya varios días.

Draco no le contestó, sólo frunció el ceño y torció ligeramente la boca. El moreno puso los ojos en blanco y después negó con la cabeza. Con cuidado, tomó al otro joven entre sus brazos y lo llevó de regreso hasta la cama, donde lo colocó con más gentileza de la necesaria. Para cuando alzó el rostro, las mejillas del rubio estaban ligeramente ruborizadas y sus ojos grises centelleaban con fuerza.

―Sé que estás molesto de que tu madre te haya dejado aquí, pero es importante que te sometas al tratamiento, ¿lo entiendes? ―Harry suspiró nuevamente y después se inclinó para tomar el pie derecho del Slytherin, alzó ligeramente la tela del pantalón del pijama de Draco hasta dejarla por sobre su tobillo y después comenzó a masajear la zona con suavidad ―. ¿Te duele? ―preguntó él al ver cómo su paciente se mordía los labios.

Harry bufó al no recibir respuesta y continuó masajeando por unos segundos más, después hizo lo mismo con el otro pie hasta que un gemido de dolor escapó de los labios de Malfoy.

―Entrégame tu varita, Draco ―ordenó el sanador mientras se erguía por completo, extendiendo su mano hasta el rubio, éste le dedicó una mirada incrédula y después se dejó caer sobre el colchón, ignorándolo una vez más. Potter no se dejó amedrentar por la actitud del rubio y continuó con voz firme ―. Si no haces lo que te digo, impediré que Parkinson y Nott vuelvan a entrar a este hospital a verte.

Eso sí causo una reacción por parte del otro hombre, quien se enderezó rápidamente para hacerle frente. Por supuesto, Malfoy no se veía demasiado amenazador desde su posición.

―No puedes hacer eso ―dijo el rubio entre dientes, intentando fulminar a su sanador con la mirada.

Harry se cruzó de brazos y le dirigió una mirada condescendiente.

―Por supuesto que puedo. Esos dos no hacen más que consentirte, ¿crees que no me doy cuenta que le das tus pociones a Parkinson para que las desaparezca por ti?

―Eso no es…

―No me contradigas, sabes bien que estoy diciendo la verdad ―la quijada de Harry se tensó por un momento, después continuó―. Te he pasado muchas cosas por alto, Malfoy, porque pensé que en algún momento reaccionarías y así podrías dejar que hiciéramos todo lo posible por ayudarte a recuperar el control de tus piernas. No lo has hecho. Por eso he decidido que ahora las cosas se harán a mi manera. Si he de amarrarte a los postes de la cama y obligarte a tragar las pociones, eso haré.

―¡No tienes derecho! ―exclamó el rubio con horror.

―Lo tengo. Tu madre firmó un documento en el que me otorga la libertad de hacer lo que sea necesario para levantarte de esa maldita cama ―Draco lo observó en silencio por unos momentos y después desvió la mirada ―. Escucha, sé que no me tienes la suficiente confianza todavía, pero créeme que en verdad quiero ayudarte. Eres demasiado joven como para dejarte vencer de esta manera, ¿por qué no luchas por recuperarte?

Silencio nuevamente. Harry suspiró una vez más y después negó con la cabeza, caminó hacia la puerta de la habitación, intentando así encontrar las fuerzas que necesitaba para lidiar con su problemático paciente.

―¿Por qué no te das por vencido, Potter? ―preguntó el rubio antes de que el sanador lograra salir del lugar ―. Muchos ya lo han intentado, lo único que quiero es irme a casa. ¿Por qué no me dejas ir? Estoy cansado de estar aquí.

Harry observó a Draco por unos momentos.

―No sé qué tanto me conozcas, pero no soy una persona que se dé por vencida con demasiada facilidad ―comentó el moreno con calma, estudiando los rasgos del otro hombre.

Esta vez fue la quijada de Draco la que se tensó.

―Déjame ir ―insistió el rubio.

―No puedo hacer eso ―contestó Harry.

―¿Por qué no? ―preguntó Malfoy.

―Porque luchar por alguien que vale tanto no es una pérdida de tiempo ―sus ojos verdes chocaron con los grises del joven y así se mantuvieron por unos instantes, hasta que un par de golpes en la puerta llamaron la atención de ambos.

―¡Buenos días, Drake! ―exclamó una animada Pansy Parkinson, seguida de un somnoliento Blaise Zabini.

―Días… ―saludó el otro Slytherin mientras bostezaba.

Draco sonrió hacia sus amigos y después dirigió su mirada nuevamente hacia Harry, quien no había dejado de verlo por un sólo instante.

―Regresaré en un par de horas. Enviaré a una de las enfermeras con tus pociones y espero que esta vez sí te las tomes como es debido. Sí no, tendremos una nueva charla por la noche ―así, dejando a un muy ruborizado Draco Malfoy, Harry salió de la habitación.

o.o.o.o.o.o.o.o.o

Respuesta al reto 5

Espero que les haya gustado… no tengo mucho tiempo para revisarlo, así que por favor disculpen los errores :'(