Adrien estaba recostado en su cama a punto de dormir cuando la voz de Plagg, lo saca de la ensoñación.
— Por cierto, chico...
— Umm... ¿Qué pasa? —Removiéndose pero aun si despegar la mitad de la cara de la almohada. El Kwami sonrió traviesamente.
— La miraste —Espetó de repente Plagg. La ceja de Adrien se levantó en señal de confusión— En la fuente... lascivamente.
El aludido estuvo unos segundos sin comprender, hasta que sus ojos se agrandaron.
— ¡No fue lascivo! —Exclamo a la defensiva, al recordar como Marinette se cubrió ante sus ojos— ¡No lo fue! —Repitió para creérselo el mismo.
— Aja.
Adrien frunció el ceño.
— Al menos hubieras usado un poco de sutiliza —Repuso con la intención de molestarlo— La chica se espantó, si fuera otra ya hubieras tenido sus dedos marcados en tu mejilla.
— ¡No fue así! ¡No la mire de ese modo!
Siguió intentando justificarse mientras se sentaba en su cama. Ya que esta conversación, le había quitado el sueño.
— Chico, vi como ella se cubría —Repuso, y al segundo suspiró melodramáticamente— Pobre, justo se vino a topar a un chico lascivo.
— ¡Ya basta! ¡No me llames así!
La cara de Adrien estaba roja por la vergüenza. Era cierto que se la había quedado mirando y lo había hecho de abajo para arriba, pero...
— Fue por cómo estaba vestida.
— ¿Y...? —Articuló sin entender.
— ¡Estaba en pijama! —Alzó la voz para que su Kwami entendiera el motivo de esa mirada que le había enviado— Me quede sorprendido por eso.
— Aja...
— Si, aja —Sonando desesperado— ¡De todas formas no había nada que mirar!
Plagg intentó no reírse. En cambio fingió indignación.
— ¡La estas llamando tabla!
Adrien quedó paralizado. De inmediato intentó arreglar lo dicho.
— No es lo quise decir.
— Pobre, llamar a tu novia tabla.
— ¡No le dije tabla! —Replicó— ¡Y no es mi novia!
Plagg quedó boquiabierto.
— Así que miras lascivamente a una chica que no es tu novia —El Kwami asintió diversas veces. En señal de que ahora entendía la situación— Así que... al final eres un pervertido.
— ¡Plagg! —Llamó de manera recriminatoria.
— ¿Qué? —Haciéndose el desentendido— Lo que dije es la verdad, chico hormonado —Y una risita borboteaba por sus labios.
Adrien que estaba rojo hasta las orejas por lo que decía como también por sus apodos, volvió acostarse en su cama.
— ¡Me voy a dormir! —Su cabeza en la almohada y cubriéndose con las sabanas.
El Kwami dejó salir unas cuantas carcajadas.
— Ojala que no tengas esa clase de sueño con tu novia tabla...
Adrien con sus ojos fuertemente cerrados, se resistió el impulso de rebatir. Entretanto deseaba dormirse de una vez para dejar de escuchar las risas burlonas de Plagg, ese, que a los minutos de plena diversion a costa de su portador fue a buscar un queso, ya que el hecho de molestarlo siempre le daba hambre.
