Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a S.M., la historia es mía.
Este fic participa del Reto "Estaciones al azar" del foro "Sol de Medianoche".
Bella se apoyó contra la madera húmeda, respirando aceleradamente. Intentó esconderse lo más posible, pero falló. Escuchó pasos contra la nieve y una rama rompiéndose, y se dio cuenta que la había encontrado. Maldición. ¿Qué hago ahora?
Divisó una figura entre los árboles, un poco más allá. Estaba perdida. Ahora estaba rodeada.
Aún apoyada en el árbol, descendió disimuladamente y cogió un poco de nieve. Mientras intentaba darle forma de una bola, tomó una profunda respiración y se preparó para correr. Ahora necesito todas ésas clases de gimnasia.
—Uno, dos, tres…—musitó para sí misma, entrecerrando los ojos—. Ahora.
Corrió lo más rápido que pudo, saltando las gruesas ramas de los árboles y sintiendo el frío aire de invierno impactar contra su cara. Divisó la figura que antes había estado tras los árboles, y disparó la bola de nieve.
— ¡Diablos! —gritó la figura, cayendo exageradamente al suelo—. Eso ha sido trampa. No estaba mirando.
Bella se rió cuando se detuvo, limpiándose las manos sucias de nieve.
—No es mi problema, Edward—dijo, mostrándole la legua en un gesto infantil—. Me hicieron correr. Eso ha sido trampa.
—Es que tú nunca corres, mamá—murmuró Renesmee, apareciendo por detrás con el ceño fruncido—. Y sí, ha sido trampa. Él me estaba mirando a mí, que tropecé con una raíz. Exijo una revancha.
Bella abrió la boca, indignada. Se cruzó de brazos. No podía creerlo. ¿Su hija y su esposo, contra ella? No era su culpa que Renesmee hubiera tropezado. Había corrido el bosque completo, intentando esquivar todas las bolas de nieve que disparaban en su contra. Era Renesmee y Edward, intentado derribarla. Eso no era justo.
—No, no habrá una revancha. Volveremos a la casa, comeremos las galletas que ha hecho Esme y seremos felices—indicó Bella, haciéndoles una seña. Vio que Edward y su hija comenzaron a hacer muecas, pero los detuvo a tiempo—. Ah, no. Se hará lo que yo diga. Porque soy la madre y tengo la razón. Vamos.
Se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la casa, esquinando una pequeña sonrisa de triunfo. Oh, sí. Amaba cuando las cosas salían a su favor. Y claro, cuando era invierno, todo le salía bien.
Gracias por leer. Y dejen un comentario para saber si les ha gustado o lo han odiado :)
Un beso,
Rohe.
