VIVIENDO CON UN GERMEN

Capítulo 1: Nuevo instituto, conociendo el terreno de los gérmenes.

"Las enemistades ocultas, son a veces peores que las abiertas y declaradas"


Flash Back

Pov. Harumi

Mi respiración estaba agitada, he dado una gran carrera por toda la Crypte Archéologique du Parvis de Notre-Dame, donde el incompetente sujeto del taxi me había dejado, sin embargo, mi escaso desempeño fue insuficiente; no es que yo tenga prisa, pero en realidad es mi obligación el llegar pronto; las estruendosas campanas de la catedral de Notre Dame resonaban incansablemente anunciando así el inicio de mi martirio.

Al ingresar imperceptiblemente a la catedral, y haberme ubicado junto a las mujeres que se habían reunido por algún motivo. El bouquet de rosas blancas más bello que haya visto, cayó fugazmente en mis manos, los presentes se giraron hacia mí con muecas de asombro y desaprobación, pero una en particular que expresaba burla y altanería era la que más me disgustaba, mi "querida" media hermana me observaba con una socarrona sonrisa de oreja a oreja.

Para poder callar los murmullos, simplemente dije:

Y… ¿Realmente piensan que yo seré la próxima de blanco? Pero en fin ¡Qué vivan los novios!

Los aplausos y chiflidos no se hicieron esperar, en ese momento una sonrisa se formó en mi rostro al ver tu amarga expresión, seguramente no esperabas mi repentina reacción "querida" hermanita.

Fin del Flash Back

Pov. Ammy

Hemos llegado a la entrada del instituto, al inicio no estuve de acuerdo con la transferencia de mi hermana a mi instituto y no por el hecho de ser egoísta, sino, por el hecho de que estudiaba en uno más cerca de la casa, sin embargo, ese no es asunto mío así que decidí no inmiscuirme antes de que quisieran alejarme de mi novio y de mis amigos.

— Harumi, vamos por aquí, te mostraré el instituto.

— Nadie ha pedido que te ofrezcas. – Me respondió mientras se giraba y emprendía su camino, el incorrecto por cierto.

Me considero una persona muy sobria, siendo conocedora de mis mayores defectos y virtudes. Sé perfectamente que la paciencia es una de las mayores virtudes; lo sé tan bien, como que mi carencia será siempre uno de mis mayores defectos. Desde que nos conocimos, mí ahora hermana, ha mantenido una actitud muy conflictiva, siempre tratando de darme la contra en todo y buscando conflictos dónde no los debería haber. Ahora me iba a escuchar, "de bruja a bruja" se iba a enterar como van las cosas entre las dos. La tomé del brazo y la hice girar, quedando así cara a cara.

— ¡¿Estas enferma?! ¡¿Qué te pasa?! ¡No me vuelvas a hacer eso! ¡¿Acaso no hay delegados o encargados aquí con quien te pueda acusar ahora mismo?! — Exclamaba ella con altanería.

— ¡Sí, claro! Se llama Nathaniel y es uno de mis mejores amigos, ve y búscalo; pero antes te dejaré en claro cómo vas a empezar a tratarme de ahora en adelante. — Le dije muy seriamente apretando aún más el agarre.

— ¡Suéltame! ¡Me haces daño! ¿Cómo quieres que te diga desde ahora? ¿Hermanita? ¿Hermanastra? ¿Su majestad? O no… ya sé, la hija bastarda de la sangrona cualquiera que se metió con mi padre — Gritó ella con ira.

Mis pupilas se dilataron por unos segundos, no lo había hecho, no había metido a mi madre en esto. Mis actos llegaron más rápido que mis pensamientos, dejando así, la palma de mi mano marcada en su blanca mejilla en un tono contrastante. Con su rostro aún volteado podía ver sus sorprendidos ojos que al recobrar la ilación del momento se volvieron hacia mí hechos furia.

— No lo hiciste – Dijo ella incrédula y encolerizada mientras me observaba iracunda. — ¡Maldita zorra! – Blasfemó al mismo tiempo que se lanzaba sobre mí.

En ese preciso momento llegaron Armín y Alexy, el chico de cabellos negros había sujetado a mi media hermana antes que pudiera tocarme un solo cabello.

Pov. Harumi

Cuando estaba a punto de lanzarme para jalarle los cabellos, alguien detuvo mis acciones sujetándome por la cintura, mientras que una copia exacta de quien me estaba aprisionando, la tomó de la mano para serenar al horrendo ser con quien me tocaba vivir, a ese germen.

— ¡Suéltame! — Grité muy enojada mientras trataba de zafarme del moreno.

— Aunque eres pequeña, hay que tener la fuerza de Machoke para poder retenerte. — Comentó divertido el muchacho que me sujetaba.

— ¿A sí? Pues para tu información, conmigo no puede siquiera un Machamp. — Le respondí causando la risa del moreno.

Pov. Ammy

Los serenos ojos de Alexy me hacían transportarme a algún lugar pacífico, un hermoso paraíso rosa, dónde el tonto alboroto de Harumi no tenía lugar; repentinamente los gritos de mi hermana me trajeron a la realidad, logrando así que mí anterior molestia por sus palabras regresaran.

— Vayamos a clases chicos, no pierdan su tiempo. — Dije mientras me separaba de la calidez de Alexy y emprendía mi camino hacia mi casillero.

— Pero… ¿Qué pasó? — Preguntó el gemelo de ojos rosas, sabía que Alexy no toleraba las peleas.

— Nada que amerite más importancia de la debida — Contesté cortante — Por cierto… Les presento a mi media hermana, Harumi — Al concluir con esas palabras seguí mi camino, siendo seguida al poco tiempo por los gemelos, dejando a mi hermana sola, a su suerte.

Pov. Harumi

¡Bruja! Una bruja, eso era, la odiaba; mas no me quejaría con mi padre o su madre, ¿Por qué incomodarlos en su luna de miel? simplemente luego encontraría la forma de devolvérsela de alguna manera, donde más le duela.

Acomodé mi vestimenta lo mejor que pude, alisando mi camiseta blanca con estampado en la espalda y sacudiendo mis jeans, un conjunto demasiado ordinario para el lujo al cual estoy acostumbrada, el cual también se observaba en los estudiantes, no importaba, ese tipo de cosas jamás me importaron; acomodé adecuadamente mi mochila sobre mis hombros, arreglé mis largas hebras moradas lacias, inspiré hondamente y luego exhalé con frustración; realmente no quería estar allí.

Abandoné la entrada del instituto haciéndome más hacia sus adentros, inspeccionando todo minuciosamente, seré sincera, solo quiero encontrarle defecto a todo en estos momentos. Sin embargo, este maldito lugar no me deja hacerlo, todo el patio estaba limpio, los jardines se veían muy bien cuidados, el sol hacía brillar el rocío de las hojas y yo me enfurecía cada vez más. Llena de frustración miré asesinamente a una chica que se acercaba a levantar una lata de Milk Soda, la cual no había logrado meter en el basurero de un solo tiro a la distancia, patee la lata totalmente enojada sin advertir que le caería a un muchacho en la cabeza.

El muchacho pelirrojo muy enojado se levantó rápidamente. Si las miradas fueran cuchillos, ya estaría muerta; aun así no retrocedí le sostuve la mirada, sorprendiéndome así a mí misma por mi nueva valentía adquirida y fue en ese mismo momento que…

— Niña tonta, fíjate donde arrojas tu basura — Me reprendió en tono enojado el ojinegro mientras que me lanzaba la lata empapando mi remera, ¿esa chica idiota desechaba su soda sin habérsela acabado?

— ¡Maldito idiota! — Grité enojada, tratando de salvar mí ya estropeada camiseta.

— Hmp — Me ignoró mirándome de arriba abajo — Lindo brasier de niña — Se burló al ver la transparencia que causaba el líquido en mi ropa.

— Muy sonrojada, traté inútilmente de cubrir el área afectada con mis manos, arrancando así varias risas del pelirrojo.

— Pero ¿Qué tanto tratas de cubrir? — Comentó haciendo que le observe escéptica, ¿Acaso no era obvio? — Si al final de cuentas, eres una tabla de planchar.

— Totalmente ofendida me acerqué a ese horrible germen rojo y le di una buena bofetada, retrocedí mientras me alejaba.

— Hay que ver a las niñas engreídas de ahora, fáciles de hacer enojar — Murmuró ese chico enojado — Ni que te vuelva a ver por aquí plana.

— ¿Es una amenaza? — Le cuestioné indignada.

— Tómalo como quieras — Me contestó él.

— Yo voy por donde se me da la gana, además, ni que tú fueras el terrateniente de del patio, idiota — Contra ataqué, como símbolo de despedida le enseñé mi dedo de miedo.

— Uy, la mocosa sacó las garras — Me dijo casi con una sonrisa en su cara, luego volviendo a su expresión irritada agregó — Es enserio, no te quiero ver más por aquí — Finalizó para luego darme la espalda.

— ¡Qué idiota! — Dije para mí misma, luego en voz alta agregué — ¡No es como si quisiera verte a cada momento para volver por aquí! ¿Me escuchaste? ¡Toma esa! ¡TEÑIDO! — Le grité lo más fuerte que pude.

Este lugar está del asco, está totalmente plagado de gérmenes.

Pov. Ammy

Al llegar a mi casillero, digité los números correspondientes en el pequeño panel de seguridad, me había quedado varios minutos antes con Alexy y Armín, mientras el primero inicialmente me había gritado por mi inadecuado comportamiento, luego me reprendía diciéndome una y otra vez de lo mal que estaba que me pelease con mi hermana y mucho más cuando apenas hace unos días comenzamos formalmente con este parentesco familiar.

Abrí mí casillero, de allí saqué los libros que tendría que usar aquella jornada estudiantil. Que pésimo inicio de semana. Guarde los libros en mi mochila y los que me había llevado a casa en el casillero, habiendo efectuado el cambio me miré en el espejo de la puerta del casillero. Mis ojos negros enmarcados por largas y rizadas pestañas, podrían ser bellos pero a la ves comunes, nada en especial, suspiré fastidiada, ojalá Alexy desistiera de su idea del modelaje, acomodé mi largo y ondulado cabello verde oscuro para luego poner correctamente mi mochila en mi hombro.

Cuando estoy a punto de cerrar la puerta de mi casillero alguien me empuja un poco brusco y yo me volteo a verle disgustada.

— Qué cara — Me dijo el causante de mi anterior golpe sonriendo divertido mientras se aceraba para besarme.

Al concluir con nuestro saludo, le miré a los ojos y le sonreí lo mejor que pude, lo mejor que me lo permitía el enojo.

Aunque no estaba en su ser el comportarse caballerosamente tomó mi mochila y la colgó en su hombro, ese tipo de minúsculos detalles hacen que mi corazón salte de la felicidad, ocasionando que todo mi ser reciba una oleada de alegría; ambos comenzamos a andar por el pasillo tomados de la mano.

— No es un buen lunes — Fue lo único que respondí dejando atrás mi enojo, concentrándome en el causante de mi floreciente buen humor.

— Los lunes nunca son buenos — Me respondió mientras que comenzábamos a platicar sobre nuestras actividades del fin de semana hasta que llegamos a cierto tema en particular. — Ni te imaginas lo que me acaba de pasar — Mencionó mi novio con una pisca de irritación en su voz.

Pov. Normal

El aula de clases se iba llenando de poco a poco, los estudiantes se ubicaban en sus respectivos puestos y atendían cualquier asunto que tuvieran, desde conversar con otros, hasta hacer rápidamente la tarea no realizada.

El gemelo de Armín miraba incansablemente la puerta mientras esperaba que su mejor amiga llegara.

— Alex, ya va a llegar, debe estar con Castiel por allí — Comentó Armín sin despegar la mirada de su PSP.

— Lo sé, y eso no me agrada, sabes que no apruebo completamente su relación — Comentó Alexy indignado al recordar como la chica había llegado un día saltando muy entusiasmada exclamando "¡Castiel me pidió ser su novia! ¡Castiel me pidió ser su novia! ¡Él y yo somos novios!" una y otra vez, pero claro, no había que olvidar que desde eso ya habían pasado siete meses.

Aun así, Ammy no había pedido la opinión de Alexy antes de haber aceptado la propuesta del chico y eso le había molestado. Después de todo, parte de su trabajo de mejor amigo lo obligaba a involucrarse en el noviazgo de su mejor amiga ¿no? Tenía que juzgar quienes eran buenos, malos, altos, bajos, responsables, atractivos, etc. No podía dejar que su mejor amiga esté con cualquier mequetrefe que le pueda hacer daño, tenía que ser un buen chico, alguien como él, así su "Estrellita" estaría a salvo de todo y todos, ese era su deber.

— Como si eso la fuera hacer dejarlo — Concluyó el ojiceleste sin interés causando una mirada de reproche por parte de su gemelo.

Pov. Harumi

Al ingresar al aula me dirigí automáticamente a uno de los asientos del final, siempre suelo sentarme en las primeras carpetas, pero no me siento de ánimos para ser aplicada.

Tomé asiento en uno que estaba hacia el lado de la ventana. No habían pasado más de dos minutos cuando un chico de ojos bicolor se acercó a mí.

Discúlpeme señorita, pero me temo que el lugar que está ocupando en estos momentos es el mío — Me dijo muy cortésmente.

— "¿Dónde está escrito tu nombre?" — Fueron mis pensamientos — Ah, lo siento, no sabía que todos tienen ubicaciones, soy nueva — Dije mientras me ponía de pie y le dejaba el pase libre hacia la carpeta individual.

— Sí, eso lo pude notar — Me respondió con una pequeña sonrisa — Si me permite orientarle, el asiento que está al lado del joven de cabellera azul y chaqueta naranja, usualmente está desocupado a esta hora del día — Aconsejo el chico de ropa fuera de época.

— Gracias… eh…

— Lysandro, un placer conocerla. — Concluyó el muchacho, cuando me dirigía al asiento indicado, él retomó la palabra — Lamento inmiscuirme — Parecía estar pensando mucho lo que iba a decir — …Pero no pude dejar de notar que su camiseta está empapada, déjeme ofrecerle mi chaqueta.

— Muy avergonzadamente, solo atiné a responder en un tenue susurro:

— N-No te molestes — Y fui hacia el otro extremo del aula casi como un galgo detrás de una liebre, que vergonzoso… ¡Todo gracias a ese desgraciado!

Me senté al lado del chico que me habían indicado y me di cuenta que era el chico que había intervenido en mi pelea con Ammy. Sus ojos fucsias me observaron, sus labios se abrieron y cerraron un par de veces sin decir palabra alguna, hasta que pudo formular algo coherente. Sonriente me dirigió la palabra.

— ¿Harumi verdad?

— Sí…

— ¡Es un gusto conocerte! — Exclamó feliz — Claro oficialmente — Agregó eso con un tono de voz más moderado para luego proseguir — Lamento el comportamiento que tuvo Ammy antes, ella no es así.

— No importa… — Realmente no quería hablar, tampoco pelear, mi mente divaga en los recuerdos del chico que acababa de conocer, nunca había conocido a alguien con ojos de distintos colores, pensaba que eso solo era de gatos.

— ¡Cierto! no me he presentado, me llamo Alexy y el que está a tu izquierda se llama Armín, somos hermanos gemelos.

— Lo pude notar — Este chico es demasiado hablador, en otras circunstancia me hubiera agradado, pero por el momento no.

— ¡Oh! Pero ¿Qué le pasó a tu playera? — Dijo el chico con una expresión horrorizada.

— ¡Un idiota me lanzó una lata de Milk Soda! — Respondí con enojo, no pude retener la información para mí, está salió automáticamente como vómito verbal, me hizo sentir como una niña de kínder a la cual le preguntaban su nombre, saliendo así, la respuesta automáticamente.

— ¡Pero que patán! ¡Ponte mi chaqueta! — Dijo mientras me pasaba su prenda naranja.

— No, no te molestes, ya va a secar — Contesté sin aceptar la prenda.

— Insisto.

Alexy no paraba de insistir que usara su casaca y a final de cuentas terminé cediendo, más que todo para que me dejara en paz y pudiéramos estancar el tema en visto que mis mejillas le hacían competencia a un diodo led navideño rojo.

— Por cierto — Volvió a hablar captando mi atención — Ammy se sienta aquí — Me dijo a lo que lo mire intrigada ¿Me estaba echando del lugar? — Pero no te preocupes, a esta hora del día ella suele estar en la primera carpeta de la fila.

No respondí nada, solo atiné a asentir vagamente.

Y hablando del rey de roma…

Pov. Normal

Una singular pareja ingresaba tranquilamente al aula de clases, tomados de las manos ignoraban las personas de alrededor, hasta que…

— ¡Tú! — Levanto la voz enojada la alumna nueva, alarmando así a la acompañante peliverde del muchacho y al peliceleste que había estado conversando con ella, así mismo, al resto de sus compañeros.

Ante tal gesto Castiel solo levantó una ceja, depositó un suave beso en los labios de su novia, dejó la maleta de la chica en el lugar que ocuparía a esa hora y se dirigió a su asiento, pasando cerca del asiento de la chica nueva, dedicándole una cara de "Aléjate de mí loca", muy convincente para el resto de alumnos a excepción de ciertos individuos que podían notar la chispa de diversión en los ojos del pelirrojo; haciendo quedar a la nueva como una loca gritona, culminando así en su asiento, al lado de su mejor amigo Lysandro.

¡Maldito estúpido! — Pensó muy enojada la chica — Me hace quedar como idiota — Murmuró hundiéndose en su asiento, tratando de dejar de sentir todas aquellas miradas de sus nuevos compañeros sobre ella, ahora definitivamente los odiaba.

— Tranquila cielito — Calmó Alexy — Puedes decirme que fue lo que pasó.

— Pues… Yo…

— Vamos, no te voy a morder ni nada por el estilo.

— Es que… ¡Ese idiota fue el que me aventó la lata de soda y me empapó toda mi remera! — Le contó en voz baja al muchacho.

— ¿¡Castiel?! — Indagó el chico en el mismo tono.

— ¡El teñido!

— ¡Castiel entonces!

— ¡Como sea que se llame! ¡Se rio de mí y luego insultó mi anatomía! — Delató la pelimorada muy sonrojada por la vergüenza que sentía — "Por favor que alguien me mate, le estoy contando mis problemas a un extraño, ¿Qué tan idiota y desesperado hay que ser para hacer esto?"

— ¿Podrías decir que lo odias?

— ¡Lo odio!

— Entonces oficialmente, me agradas, te considero más que una conocida.

— ¿Ah?

— Te llevaré de compras esta tarde ¿Qué dices?

— No me gusta ir de compras….

— ¡Oh vamos! ¡Tienes un gran potencial! Necesitas explotarlo y yo te ayudaré con eso, mira que usar pantalones rasgados, remeras de por más simplonas y converce, es algo muy anticuado.

Pov. Harumi

No pude dejar de sentirme un poco ofendida por las palabras de Alexy, por simple acto de reflejo lo ataqué verbalmente.

— ¿Y qué? ¿Qué tanto puedes saber tú? ¿Eres un diseñador de modas o qué? — Respondí con una voz no tan agresiva como esperaba.

— ¡Sí! ¿Cómo lo supiste?

— F-Fue intuición —Respondí más que avergonzada.

— Hahahahaha — Alexy reía alegremente a carcajada limpia ocasionando que yo también lo haga — Entonces a la hora de salida nos vamos al centro comercial.

— Está bien — Respondí decidida y animada, aunque trate de ignorarlo, este chico se sabe hacer querer, es muy lindo.

Pov. Ammy

Qué Demonios… ¿Qué demonios está ocurriendo allí atrás? No paro de escuchar la feliz risa de Alex, saco el pequeño espejo con forma de estrella de uno de los bolsillos de mi mochila… ¡ESA ZORRA! Tan solo con dar una mirada puedo ver como la muy…, está "conversando" muy animadamente con Alex, conversando… ¿¡Conversando!? ¡Está toda sonrojada! ¿De qué rayos se supone qué están hablando?

Mi curiosidad crece a cada segundo y el ambiente entre ambos se nota cada vez más ameno, maldita.

— ¡Señorita! — Una voz varonil, profunda y con un ligero toque de enojo me sacó de mi ensañamiento.

— ¿Uh? — Desviando la mirada, pude notar que era el profesor Dimitry, tan flamante como siempre.

— Señorita Amelia, no tome preocupaciones sobre su belleza, no ha disminuido en nada desde que llego aquí… se lo puedo asegurar — Dijo el maestro con una sutil sonrisa.

El comentario del profesor hizo que mis mejillas adquirieran un leve rosa suave y que mis labios se curvaran involuntariamente en una bella sonrisa.

— A eso me refiero — Concluyó el maestro con aquella hermosa sonrisa prosiguiendo su camino hasta su escritorio. Si fuera un anime, ahora mismo caería un riachuelo de babas de mi boca y mis ojos serían reemplazados por corazones palpitantes.

Dejando atrás mis fantasías, sentí puestos sobre mí un par de ojos; así que llegué a la obvia conclusión de que Castiel, mi celoso novio, a la salida haría un despectivo comentario acerca del profesor Dimitri, realmente no importaba, después de todo el maestro no era más que un simple amor platónico.

Despejando mi mente de todas esas cosas guardé el espejo y saqué mi cuaderno junto con mi cartuchera, necesitaba concentrarme en un cien por ciento sabiendo que trigonometría no era mi fuerte. En aquel momento, Nathaniel, se ubicó a mi lado izquierdo y me saludó mientras trataba de recobrar el aliento, debió haber corrido una larga distancia hacia el salón, inesperado viniendo de él.

— ¿Qué sucedió Nath?

— Amber tuvo una reacción alérgica al comer una barra de cereal…

— ¿Maní, nueces o almendras? — Pregunté frunciendo el ceño.

— Almendras — Me contesto con un cansado suspiro.

Volví a concentrarme en el tema, el profesor comenzaba a mostrar ejercicios para resolver a través del proyector, ángulos paralelogramos, que asco. Comienzo a resolver los ejercicios perdiéndome en mis cálculos, ignorando a los demás, aclarando mis dudas con ocasionales preguntas al maestro y comparando mis respuestas con las de Nathaniel.

Pov. Normal

El salón de clases se mantenía en un aparente silencio, algunos alumnos resolvían los ejercicios propuestos, otros fingían resolverlos, uno que otro se distraía con algún aparato electrónico, varios simplemente se solazaban haciendo garabatos y cierto grupito esparcido por el aula murmuraba o se pasaban notitas.

Faltando quince minutos para el cambio de materia, el maestro pronunció las dos palabras más horribles conocidas por los estudiantes de todos los grados "Examen sorpresa".

La negativa por parte de los estudiantes no se hizo esperar, causando el total disgusto del profesor, ocasionando que la situación empeorara mucho más. La prueba no iba a tener valor en la notas, solo iba a ser una pequeña práctica para saber cómo iba el avance de los jóvenes pupilos en el complicado tema; pero ahora, la nota se abriría espacio en el registro del maestro con peso doble; quizá si se quedasen callados y al final de la clase suplicasen benevolencia al guapo educador, solo quizá, lograrían que ese examen dejara de tener nota doble, lástima que el maestro no cedió de su palabra.

Pov. Harumi

En blanco, ese era el estado de mi examen, no había hecho nada más que escribir mi nombre, el grado y esperaba que Alexy me dijera que día estábamos. No sabía absolutamente nada sobre aquella prueba, las preguntas parecían haberlas escrito en algún dialecto satánico, sin duda, esto es cosa del demonio. Giré mi rostro para preguntarle a Alexy sobre la fecha.

— Señorita, no consiento actos de copia en mi clase — Me reprendió severamente el maestro.

— No estaba copiando — Respondí bastante indignada.

— Entonces… ¿Qué se supone que estaba haciendo? — Me contestó con cierto aire de sarcasmo en sus palabras.

— Lo que yo haga o deje de hacer es mi problema, en mi conciencia queda que simplemente hice una pequeña y sencilla pregunta a mi compañero debido a que me encuentro despistada y perdida por que en mi reciente y repentino cambio jamás se tomaron la molestia de decirme sobre que existían exámenes sorpresas, ni he leído el syllabus de sus clases ¿Y ya quiere que sepa lo que va a tocar en su curso? – Me sobreexcedí en mis palabras, lo sabía; pero sinceramente mi humor estaba de perros y todo me resultaba agobiante. Solo tenía que esperar lista mi sentencia, el me echaría de su clase y como eso jamás podría ser suficiente, también reprobaría un examen que ni siquiera me he dignado a ojear bien o tratar de resolver algún ejercicio, pero bueno, era la cereza que coronaba aquel día tan bello que pasaría a mi lista de "Los peores días de mi existencia".

— … Retírate de mi clase.

— ¡P-Pero!

— He dicho que salgas — Prosiguió un poco más enfadado.

— ¡Yo no he hecho nada! — Trate de excusarme.

— Sí, lo veo en tu prueba — Me contestó mientras tomaba el examen en sus manos — Retírate — Fue la última palabra que me dirigió antes de darme la espalda y alejarse de mí.

Solo deseaba morir en ese preciso momento, ya no sabía si era por la humillada que me sentía o porque mi padre me mataría de la forma más sádica y vil posible si se enteraba de este pequeño encuentro, o aun peor de ese inevitable cero que tendría, estaba acabada, y todo eso en el primer día de clases. Estúpida escuela de gérmenes.


Hola a todos, espero les agrade el primer capítulo de mi fic. Dejen reviews con sus opiniones por favor~! Un beso, Muaaaaa~!