Naruto, pertenece a Masashi Kishimoto.
Haiyore! Nyaruko-San, pertenece a Manta Aisora.
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Sangre de Dioses…
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«Los llaman "Antiguos", son una raza que colonizaron nuestro planeta, hace millones de años, contaban con tecnología muy avanzada, con la cual hemos estado investigando. Tenían una fisionomía de hombres y una fisionomía de animales. Llegaron a tener una guerra contra sus esclavos los "Shoggoths", que son quienes dieron inicio a la vida en la tierra, luego de ganar la guerra, los llamados "Antiguos", fueron a las profundidades de los océanos, a las cuevas subterráneas o a las inmensidades de la galaxia. Todos han permanecido en un sueño profundo; hace 7 años, Orochimaru-Sama, envió a un equipo de Otogakure no Sato, en busca de un pergamino, que él pensaba, le daría el poder necesario para tener la vida eterna. Sin embargo, lo que encontraron nuestros exploradores, le hizo olvidarse de su deseo de la vida eterna y centrarse en su descubrimiento: Cadáveres de seres de proporciones titánicas; lo cual dio paso a que Orochimaru-Sama, comenzara a investigar con estos seres y con humanos, pero, ninguno de los experimentos resulto, según lo esperado. Hasta que, Orochimaru-Sama, me ordeno infiltrarme en Konoha, el 11 de Octubre, fue fácil entrar y fue aún más fácil, cuando la aldea no tenía aun sus reparaciones. Bakas, fue fácil burlar a los siempre "implacables" ANBU's que vigilaban la cuna del hijo único del Hokage, tomarlo y dar inicio a nuestros experimentos con los otros infantes y el ADN de las criaturas encontradas. El ADN de "Los Antiguos"»
Orochimaru, se encontraba en su laboratorio, ante él, 4 tubos de líquido verdoso. En el interior del primer tubo yacía: Un niño rubio; bigotes en las mejillas; mascara de respiración artificial; intravenosas; y suspendido por el líquido verdoso. Estaba dormido.
En el segundo tubo: Se encontraba una niña de cabello plateado y ojos cerrados. Estaba igualmente con respirador artificial, intravenosa, y suspendida en el mismo líquido. Estaba dormida, como el niño
En el tercer tubo: Se encontraba una niña de cabello rosa/fucsia y ojos cerrados. En la misma condición que los otros 2 niños.
—Orochimaru-Sama —Hablo Kabuto, quien se encontraba a su lado. Kabuto era el asistente de Orochimaru y tenía el cabello plateado, además de llevar lentes y (en esos momentos) una bata de medicina —Tal y como usted lo ordeno: Les he colocado una muestra del Kekkei Genkai que usted me ha ordenado, además de que los 3 niños, tienen los genes de los seres, que encontramos —Orochimaru asintió y Kabuto siguió hablando —Buen... bueno pues: Naruto-Kun, tiene las células de ese Clan, asi que espero que despierte su Kekkei Genkai.
— ¿Qué hay de las otras 2 niñas? —pregunto Orochimaru interesado, en las niñas a las cuales había implantado el ADN de las criaturas que había encontrado. El día que Orochimaru ordeno que esos cadáveres de proporciones titánicas, fueran llevados a Otogakure, él sabía que le serian de mucha utilidad.
—La niña de cabello plateado, tendría que obtener la habilidad congelante de la criatura y la niña de cabello fucsia, tendría que obtener esa extraña habilidad para lanzar cristales, al igual que la segunda criatura —dijo Kabuto
—Despiértalos —Ordeno Orochimaru —Ya han pasado 7 años de ardua labor es hora de que los niños, comiencen con su misión: Llevar a Otogakure a lo más alto —Orochimaru sonrió y se retiró. Kabuto se acercó a una consola, oprimió un par botones y los 3 niños quedaron libres.
—Naruto, mírame —El niño rubio miro al hombre de cabello plateando — ¿Entiendes mis palabras? —El niño asintió y le sonrió. El hombre se acercó a la niña de cabello fucsia —Kūko-Chan, ¿me escuchas?
— ¡Hola! —Le saludo Kūko sonriente— ¡Furui-San! (Señor viejo) —Kabuto se quedó pasmado ante las primeras palabras de la niña de cabello fucsia, antes de escuchar a Naruto y a la otra niña reírse. Kabuto suspiro y le sonrió a la niña de cabello plateado —Nyaruko-Chan.
—Hola —dijo la niña de cabello plateado.
—Muy bien niños —dijo Kabuto— ¿Saben dónde están? —Pregunto el hombre, los 3 niños se miraron entre sí.
—Díganle que no saben dónde están —dijo una voz femenina en la mente de Naruto, que se comunicaba también con Nyaruko y Kūko —Podrían lastimarlos, si saben que estuvieron semiconscientes a lo largo de estos últimos días —Los 3 niños negaron saber dónde estaban y gracias a la voz dentro de la mente de Naruto, pudieron seguir contestando las preguntas de Kabuto, para que él no sospechara nada.
—Bien niños, yo soy Kabuto —dijo el ahora identificado como Kabuto —Están en un lugar seguro, los llevare a sus habitaciones y unas personas irán a cada una de sus habitaciones más tarde, para darles comida —Los niños asintieron y se dejaron guiar por Kabuto.
De camino a las habitaciones, Kabuto sonrió, alcanzo a ver una chispa formarse en la mano de Naruto; Su sonrisa se hizo mayor, con el Kekkei Genkai del clan Ōgami, seguramente, los deseos oscuros y egoístas de Orochimaru, se harían realidad.
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Otogakure; Distrito de Clanes Experimentales; 1:00am.
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Kabuto dejo a los 3 niños en una misma habitación, donde recibieron la visita de 4 mujeres o más bien de 4 Megamis.
Amaterasu: Tenia el cabello dorado largo, hasta donde iniciaba su trasero; ojos dorados, piel blanca y labios rojos, además de llevar un Kimono blanco.
Tsukuyomi: Tenia el cabello plateado largo, hasta media espalda; ojos plateados, piel pálida y labios pintados de azul, llevaba un Kimono gris con dibujos de lunas.
Shinigami: Tenia el cabello negro recogido en una cola de caballo, hasta media espalda; ojos carmesí; piel pálida y labios rojos, llevaba un Kimono negro y blanco.
Izanami: Tenia el cabello castaño, ojos dorados, labios pintados con labial rosa y un Kimono carmesí.
Las 4 Megamis, les dijeron a los niños que ellos tenían una importante misión, pero que tendrían que vivir en Otogakure por un tiempo.
—No se preocupen niños —dijo Amaterasu sonriente, colocándose de cuclillas para estar a su altura —Aquí estaremos nosotras, para cuidar de ustedes, estarán bien, nada malo les pasara jamás —Sin poder resistirlo, Naruto, Kūko y Nyaruko abrazaron a las Megamis del Shinto, una por una.
Aunque, los niños no notaron las miradas pedófilas, que enviaba el cuarteto de adultas hacia el pequeño rubio.