Música Inspiradora: Disco InnerSpeaker de Tame Impala
Para HnW: te adoro, amiga.
Mariposas Encapsuladas
Aunque hubiese querido, sentarse nuevamente en el escritorio era imposible.
No podía volver a teclear como lo hubiese hecho un día normal mientras disfrutaba el café como cada mañana, la cafeína hacía lo que quisiera con los neuroreceptores, excitándolos para despertarlo, como una explosión sensorial que le seguía a una cascada negra y ácida. Los vellos de sus brazos no estaban erizados como el fin de semana anterior, ya nada tenía sentido. No quería estar allí.
Miró hacia la ventana, las persianas estaban cerradas para evitar que el sol de la vida entrara a perturbarlo. Se levantó del escritorio, llamando la atención de sus colegas, ya que no era propio de él perder la concentración. Quiso salir de allí apenas, con un movimiento rápido de su mano, corrió las persianas. Los rayos calentaron sus células cutáneas, casi pudo sentir cómo saltaban molestas, puesto a que ya habían recibido suficientes vitaminas los días anteriores. Ya iban a comenzar a rostizarse.
Se sonrió. Era tonto sentirse tan feliz con un par de recuerdos.
Casi podía sentir su voz cantándole otra vez, sus ojos clavados sobre él con las luces del escenario iluminándola toda como si tomara una ducha. Él, pequeño y efímero, la veía impresionado sentado en la oscuridad con una cerveza helada en la mano, sentía como las ondas atravesaban la bebida alcohólica y la hacía bailar al compás de la música en vivo; al bebérsela, cada célula de su ser vibró.
Cuando bajó del escenario, compartieron un par de palabras. Ella le recordó todas las veces que lo había invitado y todas las excusas sosas que le había dado. Se disculpó, los jugos gástricos se le hicieron burbujas y explotaron en mil mariposas que se extendieron por todo su cuerpo, incluso a la punta de sus dedos, y allí, una mariposa se le escapó y se unió a una que salió de la mejilla de Mimi y se fundieron en un electrizante toque.
Ella suspiró; la noche siguió con cerveza, risas que le atravesaban los poros y se disolvían en su sangre. Estaba feliz, se veía en sus ojos cada vez más entornados. Escaparon luego del antro de la mano. Lo llevó hasta su pequeño departamento de cantante en eterno ascenso, le mordisqueó los labios y le succionó el cuello. Más tarde murió en su pecho. Koushiro despertó por primera vez en su vida.
Allí en medio de la oficina de paredes grises, su cabello se encendió apenas la luz del sol y los recuerdos lo invadieron, se sentía radiactivo con todos los colores que brotaban de sus sensaciones, como si explotara un arcoíris de felicidad. Sonrió, cogió la chaqueta y huyó. De igual forma lo había hecho con ella.
Era imposible seguir con la misma rutina luego de estar con Mimi.
Finis.
