Título: El lunar y el Rey Lagarto.

Advertencia: NC-17. Contiene yaoi y un poco de lemon.

Género: Parodia. ¿Romance?

Resumen: Un intento de humor. ¡Lo siento!

De la amistad de Neville Longbottom y Draco Malfoy sólo pueden salir cosas malas. Un Slytherin no debe ayudar a un Griffindor y menos a uno ridículamente inocente.

El lunar de la discordia y la fantasía adolescente del rubio.

Aclaraciones: HP le pertenece a JK Rowling y a todos nosotros/as. ¡Chan!

Notas del autor: Con esta historia quería avisarles que me voy de "receso momentáneo", porque no quiero decir "despedida", pero el trabajo me tiene completamente saturada y ya no tengo tiempo para nada, ni para leer y creo que éste fue mi último intento de escribir algo. Simple y casi puro diálogo… a pesar de todo espero que les guste… ¡Salu2!


**1**

-Por favor, por favor…- le suplicó al rubio, con sus grandes ojos castaños, llorosos y las voz necesitada. –Por favor, Malfoy… no sé qué más hacer…-

Draco miró a Longbottom e intentó ignorarlo. El problema que tuviese bien podría arreglarlo solo… él no era el idiota de Potter, para estarle salvando el pellejo al resto del puto mundo.

-Por favor…- y seguro que el chico se arrodillaría a sus pies si se lo pedía.

-Bien, dime… ¿qué es eso tan importante?- masculló, sin pisca de gracia.

Ese año los profesores se habían ensañado con él. Era cierto que había sido un incordio todos los cursos anteriores, ¿pero no podían atribuirlo a la adolescencia? ¿A las hormonas? ¿A que su padre lo tenía entre cejas y estaba esperando la oportunidad correcta para ofrecérselo a su adorado Maestro? Eso estresaba a cualquiera. ¿Pero, por qué castigarlo de esa manera?

¿Por qué castigarlo con ese vano intento de "Amistad entre casas"? ¿Y con Longbottom precisamente? Podría haber sido con McLaggen, él al menos estaba bueno. No. Justamente le había tocado con el último esbirro, intento de persona, de Griffindor. Una tortura.

Así que les había tocado trabajar como dupla durante las clases, todas las que les tocasen juntos. Que eran como el noventa porciento de las asignaturas. Todo el día de Longbottom.

Lo peor de todo es que después de más medio año con ese remedo de ser humano, ya estaba comenzando a caerle bien. Tenía una inocencia que rallaba lo ridículo. Era más crédulo que un niño de primer año y además, era una persona increíblemente necesitada de amigos… siendo un Griffindor –la epítome de la fraternidad- eso era extraño hasta para él. Y bueno, Draco se había dado cuenta que Longbottom enfocaba su completa atención a quien estuviera con él… y él adoraba ser el centro de atención.

El asunto era que ahora eran algo así como "compañeros que se toleran más allá del trabajo de clases". El chico había comenzado a confiarle cosas -algunas que habría preferido no saber- y a darse ciertas confianzas con él. Eso era obvio. ¿Pedirle un favor? Qué descaro.

-Yo…- tragó saliva nerviosamente.

Entonces se escucharon ruido de pasos y voces por el pasillo, risas y conversaciones a grito vivo. No había que ser vidente para saber que estaban buscando a alguien y con malas intenciones. Neville se tensó como un palo de escoba. Ya sabía quién era la bruja en esa caza.

-Malfoy…- gimoteó.

-Joder.-

Lo tomó de un codo y saltaron hacia el jardín trasero del castillo. Desde allí avanzaron en dirección al lago. Draco tenía un excelente escondite entre unos abedules. Excelente sombra y fresca brisa, para estudiar en tiempos de incipiente calor como ese.

-Entonces…- suspiró buscando paciencia. Ambos se habían sentado a las faldas de un enorme árbol. Sus mochilas y túnicas, descansaban sobre una de esas prominentes raíces.

-Hablé con Zach…- Ah, sí. Longbottom se sentía un tanto atraído por un idiota Hufflepuff, cabeza de chorlito. Eran este tipo de cosas las que el rubio habría preferido no saber. La idea de compartir acera con el Griffindor, era por demás desmotivante.

-Bien.-

-No salió para nada bien.- apretó los labios y ya iba a comenzar con el espectáculo.

-¡No más muecas!, ni gimoteos, ni pucheros. ¿Estamos claros?- el chico sólo asintió. Odiaba esa excesiva muestra de sentimentalismos. –Bien… y no te preocupes, piensa que él se lo pierde…-

-¿Tú crees?-

"No", pensó casi automáticamente, pero era por costumbre. El chico había crecido bastante, dejando atrás esa figura… rellena. No quería decir que antes parecía una mandrágora bebe. Además se había arreglado su dentadura de tiburón y había comenzado a vestir con "decencia". Nada de pantalones hasta la cintura, ni camisas con el cuello cerrado o peinados horriblemente aplastados y de partidura al medio.

No era un adonis, pero había mejorado. Ya no era una completa aberración a los ojos.

-¿Sí…?- respondió tentativamente.

-¿Qué voy a hacer?- suspiró el chico, como si se hubiese suicidado socialmente. Seguro era así. –Ahora todo el castillo sabrá que le pedí salir y que él y su novio se rieron de mí…-

-¿Y esa cosa tenía novio?-

-Malfoy…-

-A todos nos alcanza Merlín.- concedió. –Pasa a otra cosa, Longbottom… llevas todo el maldito año suspirando por el idiota. No funcionó. Ahora a otra cosa.-

-¡Pero no quiero ser el hazmerreír de todo el colegio!-

-Pero ya pasó… de hecho está sucediendo justo ahora. Todo el mundo cotilleando sobre lo que pasó entre ustedes…- sonrió con inocencia. Seguro que las salas comunes eran un hervidero de murmullos justo ahora. –No hay nada qué hacer.-

-¡No! Joder. Debí quedarme callado… pero él era tan simpático y amable conmigo… y yo pensé… yo pensé…-

-No pienses, ahí está el problema.-

-¿Vas a ayudarme o no?-

-Espera. ¿Qué? ¿Por qué yo?-

-Tú sabes de venganzas y trampas… y herir.-

-¿Qué?- frunció las cejas. –No me halagues tanto, por favor.-

-Pero es verdad.-

-Pídele ayuda a Potter. Él es Salvador por naturaleza.-

Longbottom lo miró con resentimiento. Como si le importara.

-¡Ellos son tus amigos! ¡Nosotros apenas y nos toleramos!- intentó de nuevo. ¡No quería ayudarlo, maldición!

Y ahora estaba mordiéndose los labios y poniendo cara de desvalido. Sin saber que él era maestro en ese tipo de tretas. Podrían funcionar con cualquiera menos con Draco Malfoy.

-¿Te dijeron que no?- masculló el rubio. Esa parecía una respuesta viable a por qué estaba acudiendo precisamente a él y no a sus nobles compañeros de casa. -¿Es eso, cierto? Te mandaron a volar… santurrones…-

-Ni siquiera he hablado con alguno de ellos.- suspiró. –Supuse que tú me ayudarías.-

-Sí, claro.-

-¡Es verdad! No nos "toleramos" simplemente.- le agarró de un brazo y lo zarandeó. –Yo no lo creo… Bueno, no es que seamos amigos, pero tampoco somos desconocidos.-

-Ugh… Longbottom.-

-Por favor.- suplicó.

-¿Y qué sería eso que tienes en mente?-

-Pues…- se removió con indecisión, alejándose casi un metro hacia atrás y lo miró con cierta culpabilidad. Ya sabía que lo que sea que estuviese pensando esa cabecita, no le iba a gustar. –Tú eres uno de los chicos más atractivos del colegio…-

-Indudablemente.-

-…y hay mucha gente interesada en ti…- Draco entrecerró los ojos.

-Continua.- amenazó.

-Si yo pudiese… tener lo que todo el mundo desea…-

-¿Tener?- apretó los puños.

-¿Decir que tuvimos algo? No emocional, por supuesto… sólo físico.- hizo un gesto entre avergonzado y esperanzado. No lo podía creer. –Que follamos una vez, o algo así.-

-¿Te golpeaste la cabeza?-

-¡Por favor!-

-No voy a decir que follé contigo… ¡eso sería mi fin! ¡Literalmente!- Ver al chico con esa cara de perro vagabundo, no ayudaba. -¡No pongas esa cara!-

-¡No sé qué más hacer!-

-¡Acosar a alguien más es una muy buena idea! ¡Estudia! … ¡o juega quidditch! ¡Ayuda al trío maravilla a salvarnos a todos! ¡Haz algo más!- sentía que se quedaba sin saliva. Eso era el colmo.

-¡No!, ¡quiero hacérselo pagar a alguien!- escupió. –Por una vez en la vida, quisiera que me tomaran en serio. No soy alguien a quien puedan despreciar, sólo porque sí.- Esta vez lucía completamente serio. Tan decidido y firme, que el rubio no supo qué decir. No podía culparlo por querer pagar con la misma moneda. Él tenía bastantes cuentas pendientes, también. –Smith pudo simplemente decirme que tenía novio, en privado… no reírse en mi cara y delante de sus compañeros. Eso no se hace. Es incorrecto.-

-Le pides rectitud a la persona equivocada. Solo recuerda el año pasado.-

-Pero ahora eres una persona diferente. No has hecho nada malo este año.-

Draco suspiró largamente, sabiendo que se arrepentiría apenas aceptara. Ser la comidilla del colegio por algo así, no iba a resultar en nada bueno. Habría gente que se lanzaría en su contra. Otros se reirían de él. Perdería poder e influencia en su propia casa, eso lo daba por sentado. Ni qué decir de sus padres o Severus. ¡Y era con ese esbirro! Podría haber sido el dulcecito de Terry Boot o Eddie Carmichael, pero no. Habría sido demasiado bueno.

… Aunque podía comprender a Longbottom. La venganza a veces parecía demasiado dulce como para ignorarla… o negársela a alguien.

-Esto sí será suicidio social.- murmuró para sí. -¿Y qué ganaría yo con esto?-

-Podría pagarte…-

-¿En serio, Longbottom?- lo miró con obviedad. -¿Quieres tentarme con dinero?… ¿a mí?-

-Entonces no tengo nada que pueda interesarte.- un rubor cubrió sus mejillas. –Podría pagártelo en el futuro, hacer algo por ti.-

-¿Algo como qué?-

-No sé, cualquier cosa…-

¿Cualquier cosa? Ese chico era tonto.

-Cualquier cosa, Neville…- le sonrió con su gesto más malicioso, el chico se estremeció. –Tú mismo lo dijiste.- Éste asintió. Draco sabía que eso le serviría para algo importante en el futuro, casi lo daba firmado.

-¿Puedo decir que follamos?- Ugh.

-Bien… ¡pero lo hicimos ebrios!, ¡ebrios a morir! No debo estar muy consciente como para hacerlo contigo…-

-¡Malfoy!-

-Ugh, mira Longbottom… estamos hablando de mí, en una situación comprometedora, así que será como yo diga.- el chico volvió a asentir. –Fuimos a Hogesmeade y nos tomamos unas cervezas de mantequilla… quizás algún whisky de contrabando, pero estábamos algo mareados…- suspiró. –Muy mareados… seguro no te reconocía… o te confundí con alguien más…-

-Bien.- el castaño tragó duro y Draco no quiso pensar en que Longbottom realmente estaba imaginándose la situación.

-Nos encontramos en alguna esquina oscura de regreso al castillo, debe ser algo cerca del comedor… o el pasillo principal. Algo que conecte nuestros caminos…-

-¿El baño de prefectos?-

-No eres prefecto.-

-Pero tengo la contraseña.-

Suspiró. Esto no le gustaba nada.

-Está bien, en el baño entonces.-

-¿Dentro del agua?-

-¡No! ¡Ah! ¡No pongas esas imágenes en mi cabeza!- se estremeció. –Además el agua es la cosa menos lubricante que hay…-

-Oh…- chico inocente. Que exasperante.

-¡Y lo más importante!, yo ya lo había hecho con alguien antes… esa absolutamente no fue mi primera vez. ¿Queda claro?- asintió. –Fue tu primera vez, pero no la mía… diré que lo hice con un encantador chico graduado, un italiano, un Jim Morrison o algo así.-

-Ahm… ¿dirás que lo hiciste…?- Neville levantó las cejas. –Pensé que ya lo habías hecho…-

-¿Por quién me tomas?- dijo indignado. –Ni siquiera quiero pensar qué se dice de mi… ¿crees que lo haría con alguno de los mojigatos, idiotas, cretinos, sin cerebro del colegio?-

-Bien, ¡lo siento!…-

-Joder, esto será malo… muy malo.-

-Deja de quejarte. No puede ser tan horrible.-

Lo era. Lo era. Iba a ser horrible. Mierda, cálmate.

-Bien, ¿queda todo claro?-

-Sí.- Neville sonrió apenas. –Gracias Malfoy. De verdad, nadie más podría haberme ayudado como tú.-

-Lo sé… soy único.- no pudo evitar esbozar una media sonrisa.

-¿Ves?, no eres tan malo… has hecho a un Griffindor feliz.-

-Para vengarse…- suspiró. –Oye, seguro que Smith ya le contó a todo el mundo y ahora debes ser noticia. Tienes que lanzar el contra ataque ahora, o podrían pensar que es alguna artimaña… mientras más demores, más parecerá una mentira.-

-Bien.-

-Y oye… sólo da trozos de verdad, no les cuentes los detalles o también sonará como una mentira.-

-Ok…-

-Si ellos preguntan, hazte el interesante… o solo vete.-

-Ahm… bien.-

-¡Y no parezcas tan inseguro!- ese chico la iba a joder apenas abriera la boca.

-Lo siento…-

-Joder, no te disculpes por eso. Ten confianza en ti mismo.-

-Bien.- y la voz le vacilaba. Se levantó y dio un par de pasos, en dos segundos ya se había tropezado tres veces con las raíces de los abedules. –Lo siento…- Draco rodó los ojos.

-Si te sientes en aprietos… di que tengo un lunar en el muslo…- Esa era una aún peor idea. Joder. –…aquí…- indicó la cara interna de su muslo izquierdo. –Sólo mis amigos y algunos chicos de Slytherin lo han visto. Eso quizás dé algo de credibilidad…-

-Gracias… ya… voy. Gracias, Malfoy.-

Draco lo vio comenzar a alejarse, todo tambaleante e indeciso.

-Ve a hacerte un hombre Longbottom…- pensó, con cierta ironía.

…Aunque mejor lo vigilaba.

**2**

Lo siguió hasta el pasillo del aula de transformaciones, allí tendrían su siguiente clase. No pasó mucho tiempo antes que un grupo de chicas de Ravenclaw le saltaran encima, como aves de rapiña. Entre ellas, esa tal Marietta Edgecombe y Lisa-tonta-Turpin.

Seguro todos los grupos cotillas del colegio lo andaban buscando para tener alguna exclusiva. Eran unas carroñeras del peor tipo.

-No sabíamos que te gustaban las varitas, Longbottom.- Se rió una. Ese chiste ya cumplía como mil años. La muy cretina…

-Yo…-

-¡Y que te gustaba Zacharias Smith!-

-¿Te mandaron a volar, Neville?-

-Y delante de su novio… ¡que vergüenza!-

Draco no sabía qué estaba esperando para defenderse. Esas arpías lo estaban haciendo pedazos.

-Yo…-

-Ernie nos contó que Zach ya sabía que te andabas babeando por él…-

-Si, desde el año pasado.-

-¡Pobre Neville!-

"¡Aquí es cuando hablas, idiota!", pensó el rubio, apretando su túnica.

-…Malfoy…- ¡di mi nombre, idiota! ¡Y no murmures! Este es el peor intento de mentira que he visto.

-Debió sentirse muy feo…- ruedo de risas.

-Ahm…- tragó duro y tensó los hombros. Draco le estaba infundiendo ánimo, desde lo más profundo de su… cerebro. ¡No iba a decir corazón o alma! Ugh.

-Y se lo han contado a todo el mundo.-

-No me… importa realmente…-

-¿Cómo no te va a importar?, ¡eres la comidilla de todo el mundo!-

-Pobre Neville, no sabe lo que dice…-

-Yo…- carraspeó. –Pasaré a otra cosa.- "Esas son mis palabras", pensó el rubio. Pero no debería sonar como si estuviese justificándose.

-Ya lo creo…-

-Seguro no sabías que Hanna Abbot estaba loca por tus huesitos, pero con esto… ¡nunca!-

"¡Habla mierda!", ya lo estaba sacando de quicio.

-No me importa.- Draco creyó verse iluminado. Longbottom había subido el tono de voz. ¡Hazte hombre, joder!

-Si claro…-

-Déjalo hablar.- ¡Si, déjenlo hablar! Esto le iba a dar una ulcera. ¡Gracias!

El sonido de estudiantes acercándose pusieron nervioso a Draco, si no se apresuraba no alcanzaría a plantar la semilla de la discordia y todo se haría más difícil de creer después. Solo debía decir: "tuve un glorioso y apasionado encuentro sexual con Draco Malfoy". O "el sexo con Draco cambio mi vida". Cualquiera servía…

-Me… follé a… Malfoy,- ¿qué?, –así que no importa…- ¡No!

-¿Qué?-

-Eso no es verdad…-

-Malfoy no lo haría contigo. Es un Slytherin.- Draco gruñó para sí mismo.

-Lo hicimos en el baño de prefectos.- ¡No te justifiques!

-Él odia a los Griffindor. Lo dices porque estas enojado.-

-¡No es verdad! ¡Estábamos ebrios!- ¡Perfecto!, destroza la mentira.

-No lo creo…-

Draco distinguió a un grupo de Griffindor llegando por el otro lado del pasillo. Longbottom estaba siendo diseccionado y estaba a un paso de quedar como el peor de los mentirosos, con una reputación vapuleada y el amor propio por los suelos.

"Esto no es asunto mío", el rubio se quejó adolorido. Se iba a hundir en fango. ¡En excremento de hipogrifo! Pero si esto no significaba ser una buena persona, entonces no sabía lo que era. Como mínimo quería a Merlín recibiéndolo en las puertas de Ávalon. O a Odín en las costas del Vallahala.

Sacó su libro de Aritmancia y lo apretó en su puño. "Inhala y lánzate".

-Neville…- llegó como si lo estuviera buscando. Longbottom se lo quedó mirando con cejas alzadas. ¿Dónde quedaba el disimulo? ¿Qué no sabía seguir la corriente?

-Malfoy…- escuchó a esas urracas y el rubio las miró como a la mugre.

-Tengo tú libro, lo guardé por equivocación.- le dedicó su sonrisa más linda. Si eso no convencía, nada lo haría.

-Gracias.- el trigueño suspiro de alivio, el grupo de Griffindor, encabezados por el trío maravilla, llegó hasta ellos. Escuchó a Weasley decir alguna pesadez sobre él. Ninguna novedad.

-Me voy a clases.- le entregó su libro, esperaba que se lo devolviera para su clase de más tarde. Joder. –Nos vemos luego.- apenas tocó el brazo del chico y comenzó a alejarse.

-Nos vemos.- escuchó.

Él ni siquiera había doblado la esquina y el zumbar de colmena ya estaba en su máximo volumen. Gente patética.

Neville miró a la chica que tenía delante, Sue Li, ella era la cabeza chismosa de su curso. El rubio le había dicho que se hiciera el interesante, que no soltara la verdad así nada más. Que no lo hiciera como lo había estado haciendo. ¡Draco lo había salvado!

-Tiene un lunar justo aquí.- hubieron varios jadeos de sorpresa.

-¿Cuándo fue?- preguntó ella exaltada. El trigueño solo la miró un segundo y se fue junto a su grupo.

Eso sí iba a ser un hervidero.

**3**

Sabía que se estaba exponiendo al abismo… Blaise seguro se reiría por todo el drama que estaba haciendo. Y de todas formas, él se lo había buscado en el preciso momento en que había acepado esa estúpida proposición.

Tenía miedo de que llegara la hora de la cena. Refugiarse en la biblioteca después de clases, lo había mantenido al margen de todo el alboroto que seguro se estaba armando afuera. Neville Longbottom se había follado a Draco Malfoy. ¡El muy cretino había dicho que él se lo había follado! Como si Draco le fuese a poner el culo a un engendro de Merlín, como él. ¡Dioses! Ahora iba a ser él, el hazmerreír del colegio. Joder, debió aclarar ese punto con ese cretino sin cerebro.

Draco era virgen y ahora todo el mundo pensaría que le había puesto el culo a Longbottom. Eso era como gritar que cualquiera le servía. O que tenía algún gusto bizarro para los amantes. O como nadie lo quería, se dejaba dar por cualquiera… o que tenía algún defecto repulsivo… o que no tenía autoestima… eran tantas posibilidades.

-Mierda…- gimió. Debería odiar a ese tonto Griffindor, pero no podía. ¡Era tan inocente como un asqueroso gato recién nacido!

"No he hecho nada malo. No he hecho nada malo. No he hecho nada malo". Iba repitiendo mientras pedía los dos libros de encantamientos con la señora Pince. Ignoró con facilidad las miradas y los cuchicheos a su espalda y pensó que podría sobrellevar el asunto por el resto de la noche.

Pero llegar hasta el gran comedor y ver como cientos de rostros se volteaban a mirarlo entrar… ¿A dónde se le había ido su instinto de preservación?

**4**

-¡Draco!- el rubio saltó en su cama. Pansy entró como una tromba marina a las habitaciones de los chicos.

-Joder.- sus amigos se habían mantenido tranquilos durante la cena. Eso sólo podía significar que necesitaban un poco de privacidad para lanzársele encima.

-¡¿Qué mierda esta pasando?- gritó a todo pulmón.

-No necesitas dejarme sordo, Pansy.-

-¡Me dijeron que follaste con Longtonto!, ¡follaste!, ¡con ese remedo de mago!- jadeó al borde de la histeria. Draco vio a Blaise, Theo, Vince y Greg, justo detrás. -¡No puedo calmarme!-

-¿Te embrujó o te dio alguna pócima?- su amigo moreno se sentó en su propia cama, junto a la de Draco.

-No…- suspiró.

-¿Te forzó?- Theo sonrió con interés. Era un sórdido.

-¡Claro que no!-

-¡¿Entonces?-

-¡Deja de gritar, Pansy, maldita sea!-

-Pensé que te estabas guardando para la versión adolescente del Rey Lagarto (*).- acotó Blaise nuevamente.

-Y es verdad.- murmuró.

-¿Estas recopilando experiencia?- Theo movió sus cejas.

-No.-

-¿Longtonto tiene algún atributo oculto que te haya gustado…?-

-No, Theo… no he hecho nada con él.-

-Pues todo el maldito colegio está diciendo que tuvieron un tórrido encuentro en el baño de prefectos.- la chica se sentó a los pies de la cama de Draco, mientras que el resto de sus compañeros se fueron a sus respectivas camas.

-Que te dejaste dar por él…- las sonrisas de Theo eran horrorosamente morbosas.

-Y tienen un detalle bastante creíble.- dijo el moreno.

-¿Mi lunar?- esbozó, mirando a Blaise. –Lo sé. Yo se lo dije.-

-¿Cómo?- Pansy verdaderamente parecía querer saltar a su cuello.

-Longbottom necesitaba un favor…- dijo e hizo una mueca. –Necesitaba fingir que lo había hecho con alguien, para quitarse el resentimiento por Smith. Ese idiota se rió de él cuando se le declaró.-

-¿Y tú aceptarse? ¡¿Por qué?- lloriqueó la chica. -¿Por qué ese idiota?-

-Él tenía una buena razón y nadie más lo iba a apoyar.-

-Es un Griffindor.- aclaró Blaise. –Quizás estás pasando demasiado tiempo con él.-

-¿No será que sientes algo?-

-Ugh, Theo. Claro que no.- le daban escalofríos. –Él quería venganza y yo amo las venganzas. Y amo aún más destrozar Hufflepuffs.- no pensaba seguir siendo sermoneado. Las decisiones se asumen, por muy dolorosas que resulten. –Y mientras pueda ayudarlo a dejar a Smith como un estropajo sucio y usado, lo haré.-

-Estas siendo demasiado bueno. Es Longtonto, después de todo.- acotó el moreno nuevamente.

-Me lo va a pagar con lo mejor que tiene un Griffindor: su palabra.- los chicos lo miraron con interés. –El prometió hacer lo que yo quiera.-

-El chico no es la lumbrera más brillante,- dijo Zabini, asintiendo, –pero esa parece ser una buena recompensa.-

-Es cercano al trío de oro y a Dumbledore.- esta vez fue Pansy quien estuvo de acuerdo.

-No piensen en eso ahora.- se estremeció. No quería pensar en Quien no debe ser nombrado.

-Entonces…- Theo se acercó a la cama de Draco y levantando las manos, las apoyó en el travesaño donde colgaban sus doseles, -si nos preguntan, ¿sólo debemos ignorarlos… o podemos alimentar un poco la hoguera?-

-No digan nada. No quiero que Severus se entere.-

-Oh, ya lo sabe…- dijeron los tres a coro.

**5**

Transformaciones era la única clase que no compartían. A esa hora Draco tenía libre, pero en todas las demás les tocaba sentarse juntos, trabajar juntos, compartir apuntes, explicarle al otro si algo no entendía. Usualmente era Draco quien gastaba su preciada saliva en ese saco sin fondo.

Por eso ver a Severus acribillarlo con la mirada cada vez que intercambiaban alguna palabra, cada vez que Draco hacía algún sonido de movimiento… le estaba destrozando los nervios. El resto de los Griffindor en el salón, también parecían interesados en ver como "interactuaban". ¡Él no era un animal de feria!

-Lo siento…- le murmuró el trigueño en algún momento de la clase.

-Ya está hecho.-

-Pero no pensé que esto resultaría tan agobiante.-

-Ya te dije que no pensaras.- espetó. –Ugh, no le des más vueltas al asunto, Longbottom. Se les olvidará en algún momento.-

-Pero todos me han estado interrogando y ya no sé qué decir.-

-No digas nada.- gruñó.

-Lo siento.- Ugh.

-Mira,- Draco suspiró. –Si quieres parecer como si tener sexo con alguien fuese algo normal para ti, deja de darle tanta importancia a esto.- Draco separaba los quince pelos de Norgtail, mientras Neville rebanaba la raíz de mandrágora. Tenía buena práctica manipulando especies vegetales. –"Sí, tuve sexo con fulano y estuvo bien". Punto. No luzcas como una colegiaba enamorada.-

-Ok.-

-Por cierto, debería colgarte de tus preciadas joyas.- lanzó los pelos y comenzó a revolver. –Y de la torre más alta.-

-¿Qué hice ahora?-

-Dijiste que me follaste…- espetó con la voz suficientemente silenciosa. Apretó la varilla de vidrio hasta casi triturarla. –Tú a mi, hijo de tu madre.-

-Pues… yo pensé…-

-¡No pienses!- saltó, pero procuró mantener la calma. Tomó las raíces y comenzó a echarlas una a una, revolviendo quince veces en los intervalos.

-¿Cómo se suponía que lo supiera? Además me dijiste que tenías un lunar ahí… la única forma de que yo lo viera sería si tú estuvieras con las piernas-

-¡13!, ¡14!… ¡15!-

-Señor Malfoy, señor Longbottom,- gruñeron ácido justo delante de ambos, -les agradecería si dejaran su cuchicheo para más tarde. Están distrayendo mi clase.-

Cuando Draco levantó la cabeza, toda la clase los estaba observando. Mierda. Blaise y Theo se estaban carcajeando al otro lado del salón. Se sonrojó hasta la raíz del pelo.

**6**

Era una tarde demasiado perfecta para estar estudiando, pero tenían examen parcial de pociones para ese viernes y quería sacar la calificación máxima. Necesitaba estar de buenas con Severus, al pobre hombre le habían salido de repente muchas canas en las sienes.

Así que Draco y su esbirro, estaban sentados bajo el roble frente al lago. Un mes después del incidente, seguían las murmuraciones y las miradas poco disimuladas. Pero ya nadie se reía de ambos en sus propias caras. El hechizo de herpes genitales era su especialidad.

-¿Qué pasa cuando una poción suelta chispas azules?- le preguntó.

-Es que tiene corteza de boabad mágico.-

-¿Y si las chispas son rojas?-

-Es porque tiene minerales…-

-¿Cómo cuales? Dime a lo menos cinco.-

-Ah… era algo con t…- se rascó la cabeza. -¿Titanio?-

-¿Titanio? ¿En serio?- farfulló.-Deberían quitarte puntos.-

-Bueno, lo siento. Soy un estudiante, se supone que vengo a aprender…-

-Esto se menciona desde tercer año…- suspiró.

Estaba cansado de estudiar, de sentirse estresado, de sentirse acosado por medio colegio. Porque a donde girara había un par de ojos husmeando. Y por cómo iban las cosas, estaba tomando la seria decisión de mandar todo a la mierda e ignorarlos a todos. Darles argumentos para que hablaran de él… si lo iban a hacer de cualquier forma.

Estiró las piernas que tenía dobladas y miró a Longbottom. El chico puso cara de circunstancias, antes de alzar las cejas sorprendido y ver su rubia cabeza acomodarse sobre sus piernas.

-¿Qué estás…?-

-El rojo te queda horrendo, si me lo preguntas.-

-No era eso…-

-Lo sé, pero el rojo te queda horrendo igual.- Draco lo miró desde su posición y casi se ríe por su cara de pasmo. –Deberías usar colores oscuros, como yo. Te haría ver más pálido y resaltaría tus ojos… además que te verías más elegante. Déjale esos colores ordinarios a la gente ordinaria.-

-¿Crees que no soy ordinario?-

-Déjame recordarte que tuvimos un maravilloso encuentro imaginario en el baño de prefectos, debes lucir bien para mí… que digan, al menos, que tengo buena mano y arreglo lo irreparable.-

-¿Sabes que estas dando un espectáculo, así?-

-Ya está todo fregado…- hizo una mueca. -¿Ha pasado algo con ese remedo de ser humano?-

-El otro día me preguntó si era verdad…- el rubio lo miró con fijeza. –Me puse medio nervioso, así que sólo me fui. Además tú me dijiste que dejara de hablar del tema.-

-¡Ja!, eso lo hará darse cuenta que es un cretino. Te felicito, sigue así.-

-Si no he hecho nada…-

-Por eso. No debes pensar, ni decir nada… que así te ves más bonito.- sonrió con inocencia.

-¡Ja!-

-Entonces… ¿Cuáles eran esos compuestos minerales con T, que no son titanio?-

-No sé, Draco… lo mío son las plantas…- ¿Draco?, mira el confianzudo.

-Lo tuyo es pasar con excelentes calificaciones.- sintió al chico despatarrarse desoladamente contra el tronco del roble. Con todo el esfuerzo que llevaban haciendo ambos, Neville solo había subido a un Aceptable.

-Creo que deberías salir a correr o hacer algún ejercicio físico.-

-¿Qué? ¿Por qué?-

-Estas como blandito de todos lados…- hizo una mueca y removió la cabeza sobre ese muslo que más parecía una almohada. Y Draco estaba seguro que si le hincaba un dedo en la panza, perdería la mano. –También te ayudaría a liberar tensiones, a relajarte un poco. Te diría que tuvieras sexo, que es más efectivo, pero ambos sabemos que eres una paloma inocente aún…-

-Igual que tú…-

-Por supuesto.- Draco pensó un momento y buscó la forma de meterle al trigueño, los contenidos del próximo examen en la cabeza. –Tiamita, Tiahanna, Trihanna, Lisano y Forkas.-

-¿Qué cosa?-

-Son los elementos minerales que estando presente en pociones que contienen asfódelo sueltan chispas rojas.-

-¿Cómo se supone que me voy a aprender eso?-

-La verdad yo me las aprendí de una forma bien tonta. Son tres palabras con T, dos Tías… la tía mita y la tía hanna. La tercera es Tri, con hanna. Las otras dos suenan a lino y foca.-

-¿Me estas tomando el pelo?- se rió. Se estaba carcajeando con ganas el muy cretino.

-No vas a querer que te cuente todas las cosas sobre pociones que se pueden asociar con un triangulo.-

-¡Oh, no!-

-Ehm… ¿Neville?-

Con las risas, no escucharon a alguien llegar por la derecha del Griffindor, cuando levantaron la miraba, vieron que era Potter. Granger, Weasley y ese chico irlandés, venían detrás. Draco había tenido que levantar la barbilla porque los estaba mirando al revés. Lo primero que vio del Niño dorado fueron sus zapatillas muggles y la humedad en el bajo de sus pantalones.

-Harry.- escuchó.

-La profesora Sprout te busca.-

-Ah… me dijo que me avisaría cuando florecieran los botones de fuego.-

-Me iré a la sala común, entonces.- el rubio terminó por levantarse y arreglar sus cosas. Podía sentir la mirada de Potter acribillarle la nuca, pero como a todo el mundo, iba a ignorarlo. –Recuerda estudiar para pociones.-

-Si, las dos tías y la foca…- Draco se rió un poco, antes de darle con su puño en el brazo.

-Idiota.-

**7**

Draco había esperado ese encuentro, desde que Neville le había pedido ayuda, porque sabía que llegaría. Conocía demasiado bien a los idiotas como Smith, como para dar jurado que lo enfrentaría en algún momento. El tipo llegaría de la forma más solapada que pudiera, como si no le interesara el asunto y sólo fuera curiosidad. Haciéndose el simpático, pero con las afiladas preguntas en la punta de la lengua.

El rubio lo había estado esperando, relajadamente, con las respuestas listas y el comportamiento adecuado. Lo haría retorcerse de cólera e indignación, Draco era experto en ello. Por eso, cuando se le sentó en el lugar de Crabbe, justo frente a él en la mesa de Slytherin, supo que era el momento.

-Malfoy.-

-Smith.- pudo escuchar los murmullos alrededor. La mesa de Griffindor estaba especialmente llena y Longbottom estaba con sus amigos, justo detrás del tonto Hufflepuff. -¿A qué debo tu inesperada presencia?-

-A cierta confesión hecha por Neville…-

-Ah, sí…- se llevó una zanahoria a la boca y la masticó, mientras lo miraba. No entendía qué le había visto a ese esperpento. –Niño malo, contando nuestras intimidades.-

-Ahm… yo me refiero a lo que me dijo a mí.- apretó los labios. -¿No te contó que se me declaró? ¿Qué dijo que yo le gustaba?-

-¿Entonces están saliendo o algo?-

-¡Claro que no!-

-¿En serio?, es que ni siquiera se ve triste. Si le hubieses gustado de verdad, al menos se habría deprimido un poco.- suspiró con dramatismo. –Ese Neville, es un antojadizo.-

-¡Yo le gusto desde el año pasado!-

-¿De verdad?-

-¡Si! ¡Te lo estoy diciendo!-

-Lo del baño de prefectos… fue a inicios de este año.- tomó una vara de apio y masticó. –Seguro le gustabas mucho… mucho, mucho, mucho.-

-¡Eres una perra!- gritó. Odiaba cuando comenzaban con los gritos y el espectáculo.

-¿Y por qué te pones tan celosa?-

-¡No estoy celoso!- detrás de Smith, el rubio vio los ojos enormes de Longbottom.

-Pues tú novio no está haciendo las tareas contigo, porque pareces un poco histérica.- y mientras más calmado luciera Draco, más desequilibrado se ponía el otro.

-Que seas una perra, no quiere decir que el resto lo seamos…-

-Ahm… Draco.- el Griffindor hizo acto de presencia. No es como si hubiese tenido que ir muy lejos. Seguro había escuchado todo.

-Hola Neville.- el rubio sonrió y la vena de Smith se hinchó.

-¡Eres una perra y todo el mundo lo sabe!-

-¡Smith!- Draco se preguntó si Longbottom nunca había visto a su amorcito, siendo tan irritante.

-Odio cuando comienzan a gritar…- siguió comiendo su apio.

-Deberías irte a tu mesa Smith.- apuntó Potter, que para variar… se habían invitado solo a ese asunto.

-Eres un idiota Longbottom, siempre lo pensé.- soltó el Hufflepuff, antes de irse hecha una diva. Esos giros y ondeamientos dramáticos de túnica, le quedaban solo a su padrino.

-¡Pues yo pienso lo mismo de ti!-

Draco esbozó una de sus sonrisas lindas e invitó a su esbirro a tomar asiento con él.

-Lo mejor que te pudo haber pasado, Longbottom, es haberme conocido.-

Para cuando llegaron Blaise, Theo y los demás, el Griffindor llevaba dos platos de pollo y ensalada de papa.


Aclaraciones:

(*) Jim Morrison es el vocalista de The Doors, es considerado uno de los hombres más seductores y de especial encanto, en la historia de la música.

(*) Rey Lagarto, es un sobrenombre que se dio Jim Morrison a sí mismo… así como Mr. Mojo y no se que cosas más. ¡Au! =3

Sé que la historia es un compendio de clichés, pero me divertí mucho haciéndolo XD También sé que es casi puro diálogo, pero la verdad esto nació robando tiempo de mi trabajo y de un almuerzo aburrido =/

Serán sólo dos capítulos, era un one shot… pero otra vez me alargué y la segunda parte sólo le falta revisión.

¿Comentarios?=)