Lo que todos hacen…
Chat noir llego en plena noche al balcón de su adorable compañera de clases, Marinette.
Vino con la simple intención de saludarla y preguntarle si estaba bien, puesto que ese día, como Adrien, la había visto un tanto cansada o perezosa en la escuela.
Ya de noche se transformó para dar unas vueltas, hasta que llego a la casa de su adorable amiga y se asomó por la ventana un poco, ya era tarde, y una sonrisa dulce se formó en su rostro al ver un bulto en la cama que se movía inquieto, gracias a su visión nocturna la oscuridad de la habitación no era problema y podía ver que su compañera estaba totalmente cubierta por las mantas.
*debe estar teniendo una pesadilla* pensó inocentemente dispuesto a irse.
-haa…-un pequeño y suave ¿gemido?... salió de entre las mantas, y aunque con poco volumen, él, con sus sentidos felinos lo oyó perfectamente, torciendo bruscamente su cuello de nuevo hacia la oscura habitación, se le crisparon los cabellos de la nuca y sus mejillas se colorearon en rojo, cuando un nuevo gemido salió de la chica.
-Haaa…a a-esta vez más audible, el gato no podía estar más rojo, *¿acaso Marinette está haciendo lo que pienso que está haciendo?* se preguntó mentalmente indeciso entre irse o quedarse.
Escuchaba la respiración agitada y abecés jadeos que la joven dejaba escapar, sin percatarse de que un gato chismoso la oía auto complacerse desde la ventana.
El chico estaba excitándose, y aunque no veía realmente lo que pasaba debajo de esa manta rosa, se lo imaginaba con lujo de detalle, quería correr y hacer de cuenta que nada había pasado para volver por donde vino.
Pero a la vez no quería, pues vamos, era un adolecente hormonal y curioso, más hormonal que curioso, pero bueno, volvamos a lo que íbamos.
El caso es que su cuerpo estaba reaccionando a esos soniditos excitantes, y su mente ya estaba volando muy lejos en la imaginación explicita, es que ¡vamos! Era Marinette, de fea no tenía nada, era una de las chicas más bonita que había visto, después de su amada lady claro.
-Haaa…a…adr….a- se oían los jadeos, como si de un animal cansado se tratase, y el gato se mordió la mano para evitar gruñir y a la vez tocarse ahí abajo.
¡Carajos! Tenía ganas de entrar junto a su princesa, tenía ganas, muchas ganas de entrar y unirse a esos jadeos.
-hagr…-se oyó esta vez una especie de gruñido molesto, el gato dejo su debate mental un rato para ver que la joven asomaba su cabeza y se dejaba caer sobre la almohada de gato que adornaba su cama, se veía cansada, pero…insatisfecha.
Un resoplido frustrado salió de los labios femeninos antes de acomodarse finalmente para dormir.
Chat noir en cambio entendió que la función había concluido. Rojo y con la respiración y latidos al límite, además de una erección molesta y apretada entre sus piernas, miro temeroso hacia todos lados para asegurarse de que nadie lo haya visto espiando en la habitación de una jovencita, trago pesado al imaginarse si su lady justamente pasara por ahí y lo viera, en ese momento preferiría estar muerto.
Se puso pálido, como miraría a Marinette a la cara al día siguiente en la escuela, estaría tan avergonzado que seguro se pondría rojo y a tartamudear igual a ella, eso sería un desastre.
De un ágil y silencioso salto salió disparado desde el balcón hacia su casa.
-qué vergüenza, que clase de caballero espía a una dama-se avergonzó de su sucia mente que lo hacía imaginar todo tipo de cosas sobre su compañera peli azul, ni siquiera se le ocurrió pensar mal de ella, pues vamos, era algo que cualquiera hacía, o hizo alguna vez en su vida, nadie podía negar completamente que no se había masturbado, él lo hacía.
Todos lo hacían.
Ya era bastante tarde y el gato sacudió su cabeza para luego tan ágil como un ninja perderse en la oscuridad.
***al otro día en la escuela***
Adrien casi no pudo dormir, se levantó más temprano de lo normal, desayuno solo, como siempre, vio su agenda, la cual estaba repleta de actividades cansadoras.
Luego se subió al elegante automóvil que lo llevo a la escuela, la cual al llegar estaba totalmente vacía, solo el portero que escurría los pisos silbando alguna canción pegadiza lo recibió.
Sin importar que no hubiera nadie, las aulas ya estaban abiertas y el paso, sentándose en su lugar de siempre, aunque estaba un poco inquieto por lo de la noche.
De solo recordar un poquito su rostro se coloreaba de rojo.
Rojo.
Rojo como el traje de Ladybug.
Su lady…
-¡rayos…si ella se entera de que estuve espiando a Mari! ¡Pensara que soy un pervertido!- se exalto de la nada, comiéndose las uñas con remordimiento, remordimiento que no tardo en irse al pensar en cómo hubiera sido verla sin esa molesta manta de por medio.
-¡mierda!-grito a todo pulmón jalándose los rubios cabellos con desesperación.
-He…yo…pe-perdón….no quería molestarte- se oyó una fina vos, una que Adrien reconoció de inmediato, tensándose como una tabla con la cara roja como trasero de mandril. XD
Hay, en la puerta, quieta y con un leve sonrojo estaba ella, la causante de sus pesares, tal bonita como siempre.
-he…NO…no tienes que disculparte…no me molestas…yo solo…es-estaba…aquí…no se- se atraganto con sus palabras *mierda* pensó por su repentina torpeza.
-ok-fue la respuesta rápida de ella, la cual su mente no dejaba de recordarle lo que estuvo haciendo anoche, pensando en el rubio divino que tenía enfrente, recordar a flor de piel como sus dedos tocaron su piel ardiente usando su alta imaginación para creerse que era el modelo quien la tocaba y acariciaba, quien la recorría como un mapa, quien la tocaba en donde nadie más había tocado.
Pensando esas cosas su cara se coloreo al rojo vivo, y un resoplido molesto de sus labios escapo al recordar también que no quedo muy satisfecha la noche anterior.
El modelo estaba igual de rojo que ella, pero no puedo evitar sonreír ante las caras raras que hacia la joven en la puerta, alejada del mundo real.
-¡he lo siento!-se disculpó ella de pronto al percatarse de que se había puesto a volar en sus recuerdos.
-no hay problema…veo que estas un poco distraída-se atrevió el a decir, intentando alivianar el ambiente, cosa que no consiguió ya que ella simplemente rio nerviosa y como un rayo se sentó en su pupitre detrás de él, en silencio.
Pero ambos podían escuchar la respiración errática del otro, raro.
Cada uno quería morirse, o desaparecer, o hasta incluso que un akuma apareciera para poder transformarse y huir, uno por remordimiento y nervios por lo que vio, la otra por pura vergüenza y pena por lo que hizo.
Pero para su gran suerte y salvación, Max y Kim llegaron tonteando como siempre, saludaron a sus compañeros y hablaron sin parar, pronto llegaron Alix, Iván y Mylene y Juleka, rato después llegaron Alya y Nino, y el salón pronto estuvo lleno, y ruidoso como siempre.
Aunque Alya no tardo en ver a su amiga que se mordía los labios y estaba roja, insistió en saber que le pasaba, pero esta se negó rotundamente a decirle, aunque su instinto le decía que algo tenía que ver con el rubio de ojos verdes que estaba frente a ellas.
Y en el banco de enfrente, Nino, también notaba como su amigo parecía estar afiebrado, pero feliz, sonreía pero estaba rojo y algo asustadizo. Ni siquiera pregunto.
Y entre nervios y miradas que chocaban para despegarse como relámpagos pasó toda la hora escolar, a la salida, todos se fueron, uno más rápido que el otro.
***fuera de la escuela***
Adrien al subir al automóvil por fin pudo respirar aliviado, había podido convivir con Marinette sin hacer una reverenda estupidez, aunque estuvo pensando cosas raras toda la tarde y no pudo evitar actuar raro frente a Nino, el cual solo se reía de sus cosas.
Por otro lado, Marinette, fue corriendo a su casa, al llegar saludo a sus padres, y luego subió volando a su cuarto en donde lo primero que hizo fue morder un cojín con furia, sin sentido.
-Marinette que tienes-fue la inocente pregunta que le hizo Tikki a su portadora, la cual casi se ahoga de la sorpresa con el cojín en sus dientes aún.
Lo escupió y sonrió nerviosamente ante la criatura roja que la miraba con sus enormes ojos azules.
-na-nada Tikki, solo necesitaba desahogarme…estoy muy estresada últimamente-soltó de golpe agradeciendo internamente que la kwami durmiera de noche y no se enterara de las barbaridades que ella estuvo practicando.
Tikki entrecerró los ojos un poco, para luego sonreír y restarle importancia, después de todo, ser Ladybug tenía sus lados negativos, como el estrés, cansancio y esas cosas.
-está bien, pero atacar al pobre almohadón no es manera de desahogarse-rio la criatura roja mientras su portadora un tanto colorada se sentaba frente a la computadora, encendiéndola.
-por qué no buscas algún juego en línea para distraerte, yo estaré en el balcón comiendo galletas y vigilando-se retiró al fin la criatura rojiza para ir a vigilar por si algún akuma aparcería, aunque más bien iba por las galletas.
-ok Tikki-la chica sonrió abriendo el buscador de google.
El tiempo pasó y la jovencita ya se aburrió con los tontos juego que encontraba disponibles, sus ojos azules miraron cansados la pantalla reflejante del ordenador, con sus dedos acariciando las teclas.
Frunció los labios, y con suma cautela una de sus manos se movió moviendo el ratón, abrió una pestaña nueva, y sin siquiera pensar sus dedos se movieron solos presionando las teclas.
A-D-R-I-E-N A-G-R-E-S-T-E X-X-X
Las letras fueron apareciendo una tras otra detrás del puntero que se movió rápidamente, y su dedo anular no tembló al presionar ENTER sobre la barra de imágenes.
Y en un abrir y cerrar de ojos, su pantalla estuvo plagada de fotos bastante ardientes de dicho modelo, aunque sabía que la mayoría eran Photoshop, no podía evitar mirar con fascinación el realismo que esos fans lograban con las imágenes.
Su cara se puso roja de inmediato y sus manos quisieron viajar a zonas prohibidas, pero su honor, la detuvo, no se iba a estar masturbando a plena luz del día, sus padres, Tikki, ellos estaban despiertos.
Se dio una bofetada mental, aguantando su calentura, sus dedos se movieron rápido y cerraron el buscador, acabando con un poco de su tortura.
Se dejó caer en el diván abrasando la misma almohada que hace rato había atacado.
Suspiro y se relajó a esperar la oscuridad de la noche, sabiendo que tenía que ir a patrullar junto a chat noir.
-Chat noir- susurro su nombre *dios mío…chat noir pensara que soy una puta pervertida si se entera de lo que hago* pensó cubriendo su cara roja con la almohada.
***ya en la noche***
Adrien transformado llego bastante temprano a la torre Eiffel a esperar a su lady, aunque sus pecaminosos pensamientos lo agobiaban maldiciéndose a sí mismo, y en algún momento la idea de ir a ver que hacia cierta azabache lo tentaba, causando una oleada de calor en él.
Ladybug llego un rato después, la cual saludo con una radiante sonrisa a su compañero, olvidando por un momento sus problemas, cosa que el también hiso, y no tardó en hacer su típico saludo.
Se arrodillo como un plebeyo frente a su reina, tomo la delicada mano de su lady, y la acerco a sus labios, con la clara intención de besarla.
-jeje…veo que estas de buen humor chat-la risa nerviosa de la joven mientras sacaba su mano como un rayo, antes de que el barón la besara, el cual quedo en esa posición *si supieras en donde estuvo esa mano chat* pensó la chica golpeándose mentalmente para dar un paso atrás avergonzada.
-tú me pones de buen humor-respondió galante como siempre el gatito *rayos…yo quería besar esa mano, quien sabe en qué lugares estuvo* pensó como todo un pervertido, sabiendo que las manos de su lady seguramente por lo menos una vez, estuvieron en lugares privados.
Ambos rieron, sin saber que cada uno por su parte pensaba algo un poco indecoroso.
La patrulla comenzó y termino en unas horas, todo estaba tranquilo por la ciudad.
Finalmente los héroes se despidieron para ir cada uno por su lado.
Ladybug aterrizo en su balcón, acabando la transformación, dejando salir a Tikki, la cual agotada se fue directo a la cocina, en busca de comida, Marinette suspiro también agotada, y entro a su cuarto, para finalmente dejarse caer en la cama como un costal de papas, miro al techo, luego al costado, luego a la computadora, sin poder evitarlo sus manos viajaron hacia abajo, cerró los ojos recordando las excitantes imágenes que había visto en la pc, su respiración se agito rápidamente.
-uff-suspiro al sentir sus dedos sobre la ropa, estaba húmeda bajo esta, su mano libre se movió por su torso, tenía la piel húmeda bajo esta, por el resiente ejercicio de correr por los tejados, dando brincos y saltos físicamente imposibles.
Cerro los ojos cuando acariciarse por sobre la ropa no dio un buen efecto, sus manos se deslizaron al borde de sus prendas, buscando tocar su piel ardiente.
Sabía que Tikki no volvería, siempre se dormía en la cocina y regresaba recién hasta la madrugada antes de que sus padres regresaran.
Ni apurada ni lenta, sus dedos se colaron bajo las telas, arrancando suspiros, mientras su imaginación creaba imágenes tan realistas como la realidad.
-A-Adrien…-pidió, mientras sus dedos tocaban levemente en donde más sensibilidad tenía, la otra mano se encargó de subir hacia sus pechos, colándose bajo el sostén, sintiendo como su piel se erizaba y sus pezones pequeños se erguían por el tacto…
***en otro lado***
Chat noir fue a hacia su hogar al despedirse de su lady, dispuesto a dormir y descansar hasta el otro día, pero por pura casualidad miro su anillo, no le faltaba ningún punto a la huella verde, no uso el cataclismo, por lo tanto no gasto energía.
Miro hacia ambos lados, para luego darse la vuelta, dándole la espalda a su inmensa casa, miranda al norte, en donde una suave brisa soplaba meciendo sus cabellos.
Su mente en un segundo trazo un mapa 3D para llagar a la casa de cierta azabache.
Una sonrisita traviesa se formó en sus labios y sus ojos brillaron.
¿Fin?...no lo sé, creo que escribiré la continuación…si tengo inspiración y apoyo.
Espero sus reviews y demás… :3
Chao, chao mis pequeños akumas. :D
