Los personajes no me pertenecen. El gran Dan Schneider fue su creador y mi admiracion :)

Espero que les gust, solo es el principio...

Capitulo I: Solo mia… Solo mio…

SAM POV

- Jaja – reímos al unísono.

Nos encontrábamos cómodamente recostados en el sofá de la casa de Freddie mirando una película cuyo nombre no recuerdo. Su madre había salido algunos días por trabajo y él estaba "bajo el cuidado de Spencer". Tenía la cabeza recostada sobre su pecho mientras el me acariciaba el cabello, distraído mirando hacia la televisión. No era consciente de las descargas eléctricas que eso provocaba en mí.

Yo solo me limitaba a mirarlo sin que él lo notara. Era perfecto. Y era mío. Completamente. Sonreí al pensar en eso y una risita se escapo de mis labios. Él se percató de ello y me miro con curiosidad.

- Pero si ahora no ocurría nada cómico- se extrañó

- Lo se, pero no estoy demasiado atenta a la película. Hay algo que la opaca y se encuentra más cerca de mí que la televisión.- volví a reír.

- Oh, ya veo que hablas de mí.- Dijo con tono burlón y se le escapo una de esas sonrisas que me dejaban sin aliento.

- ¿Hay alguien más aquí?- dije sarcásticamente pero con dulzura.

Luego lo besé y mi mundo comenzó a dar vueltas. Fue uno de esos besos espontáneos pero profundos. Duro apenas segundos, pero fue lo suficientemente largo como para cortar mi respiración. Luego lo miré a los ojos.

- ¿Ya te he dicho que te amo?- me preguntó

- Creo que no las suficientes veces como para recordarlo.- Siguiendo su juego, como solíamos hacerlo.

- Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Puedo seguir repitiéndolo si quieres.- Reía, encantado con el juego.

- Ya deja de jugar, Benson.- Lo reprendí con una risilla y, dándome vuelta sobre mí misma, los besé.

El respondió tiernamente a mi beso y colocó sus manos en mi espalda, acercándonos aún más. ¡Como si eso fuera posible! Yo llevé mis manos hacia su cuello y su nuca, aferrándome a su cabello y acercándolo aún más a mí. Cuando quedamos completamente acostados sobre el sofá, nuestras piernas se entrelazaron. Comenzaba a hacer calor, contando con que la refrigeración estaba encendida. A esta distancia solo pensaba en como se verían sus músculos sin la camisa. Entonces no lo dudé. Sin dejar de besarlo, me separé lo suficiente como para desabrochar sus botones y él no me detuvo. Era tan sexy. Tan guapo. Era mío, y de nadie más. Coloqué mis manos entre nosotros para poder sentir sus firmes y desarrollados músculos. Todos y cada uno de ellos.

Nuestros labios se movían con una sincronía tan exacta que parecía ensayado. En cuanto quisimos darnos cuenta, la película había terminado. Con su debida dedicación, nos fuimos separando. Le dediqué una rápida pero atenta mirada al reloj para descubrir que eran casi las 2:00 am.

- Dios mío, Freddie.- me desesperé, con una mezcla de apuro y preocupación.

- ¿Qué ocurre?- preguntó, preocupado, pero con una sonrisa coqueta en su rostro.

- Mi madre va a matarme. Son casi las 2:00 am y aún no he vuelto a casa.-

Mi madre solía preocuparse mucho por mí en estos últimos tiempos. Desde que había comenzado el curso para "malos padres" no era la misma madre de los últimos… muchos años. Ella había aceptado completamente mi relación con Freddie, pero no podía desafiar a la suerte.

Tenía 2 opciones: Me quedaba a dormir en la casa de Freddie (algo que me habría encantado y hubiera alterado mis hormonas. ¡Una noche entera con el amor de mi vida!) O volver a casa. Opté por la segunda, era más segura. Si Carly no se hubiera ido con Spencer y su abuelo a Yakima, aún estaría en esa sesión de besos con el chico más candente de la galaxia. MI chico.

Recogí mis cosas los más rápido posible y el agarró las llaves del auto, listo para salir. Bajamos corriendo las escaleras, gracias al elevador descompuesto. Cuando llegamos al lobby, nos precipitamos a llegar al auto lo antes posible y arrancar.

El auto de Freddie era… cool, por así decirlo. Era un Volkswagen Polo rojo. Me sentía tan cómoda allí. Era a donde pertenecía.

Freddie tenía una sonrisa en la cara y yo lo imitaba. Llegamos más rápido de lo que me hubiera gustado. Nunca pasaba suficiente tiempo con él y nunca lo haría. Siempre desearía más.

- Y hemos llegado a su reinado, princesa.- dijo, mientras me daba un corto beso de despedida- Te extrañare.

- Yo también, cielo, mañana te llamaré en cuanto despierte para contarte que soñé contigo.- Sonreí, agradecida al ver que me imitaba.

- Entra antes de que descubran un reloj y puedan ver la hora.- Rió y me dejó ir.- Te amo- Agrego.

- Yo más a ti. – Sonreí sincera y salí del auto.

FREDDIE POV

"Esta fue una noche genial" pensaba regreso a casa. Ya extrañaba a mi princesa Pucket. Mía, y de nadie más. En cuanto llegué a casa, me dispuse a ordenar los rastros de nuestra "sesión" (como a Sam le gustaba llamarlo). En eso, encuentro una pulsera de plata, muy delicada. Supe al instante de quien era sin necesidad de leer la inscripción "Samantha" en el dorso.

La guarde en donde supe no la perdería. Me dirigía a mi cuarto cuando sonó mi teléfono. El identificador de llamadas decía que era el amor, y decidí contestar.

- Hola, princesa.- dije, con tono coqueto.

- Freddie, soy Melanie. – dijo la voz al otro lado de la linea, hasta el tope de desesperación.- En este momento una ambulancia está llevando a Sam al hospital de Seattle. No sabemos que le ocurre…

¿FIN?