Caza.

Cuelga el teléfono y se sienta en el pequeño sillón de la esquina.
Esta noche no tiene paciencia. No puede hacer gala de ella. Todo es urgente, necesario. Es un capricho.
Se levanta y se mira en el espejo. No se reconoce. La mujer que le devuelve la mirada tiene una sonrisa burlona y desafiante. No es ella. Tal vez sea lo mejor de todo. Así no se sentirá culpable por la mañana. Tampoco podría culpar a la otra, porque no es real, no existe. Es un espejismo. Una ilusión que no durará más del tiempo convenido y estimado.
Alguien llama a la puerta.
Nota como su cuerpo flota al caminar. Oye los golpes entre el ruido de la música. Escucha su nombre, pero no distingue la voz. Puede que sea ella misma gritándole desde el armario en que ha encerrado a su yo real.

I wanna waste is playing
Spend all our day in a dream
Crystalline green watch it rolling

Chase parece preocupado y, cuando se abalanza sobre él, la mira asustado. Esta noche él es su presa.
Trata de frenarla, como si de verdad le pareciese que todo esto fuese una locura. Pero su boca le busca ansiosa, desesperadamente. Su aliento arde en su boca.
Cameron no quiere excusas ni razonamientos. La lógica no le sirve como aliado. Quiere el riesgo que supone estar con él. Quiere saber lo que podría ser. Quiere darle algo que jamás le daría.
Quiere olvidar.

Letting slip it through my fingers
Little rings float in your eyes
Try to forget who you are now

No se da cuenta de cuándo su camisa cae al suelo. Ella es como un huracán que le envuelve. Es adictiva. La droga diluida en su organismo se ha convertido en ella misma.
Se besan de nuevo. Esta noche no quiere ser correcta ni comportarse como es debido y esperado de alguien como ella. No quiere ser alguien como ella. Tal vez, la vida sea otra cosa y quiere saber que se siente.
Chase sabe que es un error. Pero ahora no puede medir las consecuencias.
Si es lo que ella quiere, se lo dará.