Tenemos otra oportunidad, que la historia por favor no se vuelva a repetir.

Hola. Soy Clover Kagamine y les vengo a publicar mi primer fic en fanfiction. Espero les guste y dejen comentarios. Gracias.

Capítulo I: Un sueño eterno

-¡Len! ¡Len!

No sabrán este secreto

"¿Quién es Len? ¿Y qué es esa canción? Parece la de un hombre la voz."

-¡Hermano!

"¿Hermano? Que yo sepa no tengo hermanos."

Tomaré su lugar y nadie lo notará.

-¡Por favor! ¡Perdóname! ¡Es mi culpa!

"¿Culpa? ¿Qué no notara nadie?"

Ahora soy la corona tú puedes escapar

-¡Yo no debí dejarte…!

En ese momento una chica de cabello rubio cayó en llanto frente al mar con una pequeña botella entre sus manos, le cuál tenía un mensaje escrito dentro.

-¡Len! ¡Perdóname!

Entonces despierta esa chica y del susto se sienta en su cama.

-¿Qué pasó?

La puerta se abre de golpe.

-¡¿Rin estás bien?

-¿Papá?

-¿Qué te sucedió hija?

-¿Eh?

-Oí que gritaste, pero no entendí lo que dijiste, ¿Pasó algo?

-No, sólo que… tuve un sueño raro.

-¿Qué soñaste?

-Yo estaba llorado en el mar y gritaba el nombre de alguien…

-¿Quién?

-¿Está todo bien?

Preguntó Akari, la madre, o mejor dicho madrastra de Rin.

-Si mamá… sólo, tuve un sueño raro.

-¿Qué soñaste hija?

-Que estaba frente a una playa y gritaba el nombre de alguien… estaba llorando.

-¿Quién era hija?

Preguntó el padre de Rin, Takumi, aún más preocupado.

-Len… eso creo.

Ambos padres se impactaron ante tal respuesta.

-¿Len?

-Sí, pero, ¿Por qué están preocupados?

-Por nada hija. Tranquila, sólo fue un mal sueño, anda, descansa.

Dijo su madre mientras la abrazaba y la arropaba de nuevo para que su hijastra durmiera.

-No te preocupes. Duerme pequeña, tienes que levantarte temprano para ir a la escuela.

-Ok.

Respondió Rin, que a pesar de su pesadilla, todavía tenía mucho sueño.

Cuando sus padres salieron de su cuarto, Takumi dijo:

-No puede ser…

-Ven, vamos a nuestro cuarto, si hablamos aquí, nos puede escuchar.

Cuando llegaron, el padre de Rin se sentó en una silla y se puso la mano en la cara.

-¿Cómo lo puede recordar?

-Tal vez no es ella, es su subconsciente.

-¿Y lo de la playa?

-No sé de donde habrá sacado ella eso.

-¿Pero recordar a Len todavía? Desapareció desde antes que él o Rin tuvieran uso de razón siquiera.

-Pero… recuerda que ambos tienen ese lazo…

-Mi hija… no puede enterarse de Len, nunca.

-Toma en cuenta que ese día por desgracia llegará, y tenemos que estar preparados.

-¿Y ella?

-¿Te refieres a…?

-Sí. Acordamos no dejar que ellos se vean jamás.

-Desde ese día…

-No hemos tenido contacto alguno, no sé que sea de ellos.

-Yo estoy aquí para cuidar a Rin, y tú bien lo sabes.

-Sí.

Al la mañana siguiente, Rin se levantó, se duchó y se puso su uniforme para ir al escuela.

-¡Buenos días!

-Buenos días Rin. ¿Tienes hambre?

-Sí.

-Bien, aquí está tu desayuno.

-Gracias. ¿Y papá?

-Salió a trabajar temprano. No te preocupes, anda desayuna para irte.

-Sí, perdón.

La joven chica desayunó y corrió velozmente para ir a la escuela. Al llegar, estaba en su casillero guardando su mochila cuando llegó su amiga.

-¡Hola Rin!

-¡Luka! Me asustaste.

-¿Por qué? ¿Acaso vienes distraída?

-Un poco.

-¿Por qué?

-Tuve un sueño…

-¿Otra vez?

-Sí, pero, yo le hablaba a un chico, lloraba y gritaba su nombre…

-¿Cómo se llamaba el chico?

Preguntó Luka con gran interés.

-¡Miku!

-¿Eh?

Voltearon Rin y Luka y vieron a Kaito, quien buscaba a Miku.

-¡Hola Miku!

-Hola Kaito.

-Es sólo Kaito saludando a Miku de manera ostentosa, como siempre.

-…

-Pero… sí. Tranquila Rin.

-Para Kaito… tal vez ni existo.

-No lo creo. Mira.

-¡¿Qué? ¡¿Qué piensas hacer?

Pero fue demasiado tarde, Luka ya había hablado.

-¡Kaito! ¡Ven!

-¿Eh? Si, ya voy.

El chico peliazul se acercó a las dos chicas.

-Hola Luka.

-Hola Kaito.

-¿Eh? Hola Rin, lo siento, no te vi.

-No te preocupes. Hola.

Dijo Rin mientras volteaba la cara.

-Bueno, me voy, Miku me espera. Adiós.

Entonces Kaito se fue corriendo como loco.

-¿Cuál Miku lo espera? Ella le hace caso, pero sólo como amigos.

-Mejor vámonos a clase.

-Ok, pero Rin, no te preocupes, si Kaito no te hizo caso fue porque te escondiste detrás de la puerta de tu casillero.

-Si hubiese sido Miku la ve enseguida.

-Ven, se nos hace tarde para ir a clases.

Dicho esto, las jóvenes se fueron a sus clases.

Mientras el padre de Rin estaba en su trabajo, frente al teléfono, dudando si llamar o no.

-¿Y si cambió de teléfono? Pero… Rin…

Suspiró y tomó el teléfono, marcó un número y espero a que alguien contestara.

-¿Bueno?... Ya sé lo que dije…. Pero tengo que decirte algo… es sobre Rin… tuvo un sueño… ¿Cómo qué eso qué? ¡Gritó el nombre de Len!... No sé qué hacer… ¿Qué piensas hacer?...

Llegando a su casa, Rin puso su mochila en una mesa, se fue al refrigerador y sacó un refresco, hacía mucho calor y ella quería tomar un refresco frío. Ella estaba sola, ya que su madrastra también trabajaba.

Como en la noche no pudo dormir bien, se acostó en un sillón y se dispuso a dormir.

Dentro de muy poco este reino perecerá

Rin había sido empujada, entonces vio detrás de ella una persona que traía puesto un vestido de princesa y se estaba alejando, su cabello era rubio y lo tenía recogido en una cola, esa persona que estaba de espaldas a ella, se quitó la dona que amarraba su cabello, soltándolo y se veía igual que el de Rin, ya que el largo era el mismo.

Por favor escape lejos querida majestad, tome mi ropaje y nadie la reconocerá

"¿Quién es ella? Y esa voz… otra vez, es de un hombre"

La joven se despertó y se sentó en el sillón.

-¿Quién era… esa persona?

En otro lugar, mejor dicho, otro país, un chico cantaba una canción mientras tocaba el piano.

-Eres tú la corona, yo soy tu voluntad, dos gemelos tú y yo que la vida separó. Con mi vida yo juro cuidarte sin temor. Tu palabra será la que yo seguiré. Hace mucho tiempo dos hermanos vieron la luz, fueron bendecidos con belleza y sublimidad, pero la familia dividida por la mitad, su futuro manipuló: Ella reina, él un peón. Aunque las personas te quieran dañar, aunque todo el mundo la espalda te dé, yo seré tu siervo te voy a cuidar. Quédate tranquila no llores jamás…

Continuará…