¡Hola! Bueno, decidí estrenar mi cuenta con éste proyecto al cual le di el nombre de "Frozen Heart", a decir verdad fue una idea que salió de una simple servilleta en mitad de una fiesta xD No es el primer fic que escribo, de hecho, tengo otra cuenta aquí (AdaHetfield6) por si alguno gusta pasar y leer alguno de mis fics. Esta cuenta es sólo para el bendito Elsanna y cosas por el estilo :D (En mi otra cuenta también hay un fic Elsanna.
Bueno, ya he puesto advertencias en el Summary, así que no hace falta hacerlo de nuevo ¿Verdad?... Espero que les guste el primer capítulo de ésta extraña historia :3
Disclaimer: Los personajes usados en éste fanfic pertenecen a DISNEY; yo sólo los tomé prestados. La trama es completamente mía.
Sin más que decir, ¡A leer!
Pictures
̶ ¡Anna! – Exclamó una joven rubia, abriendo la puerta de su hermana casi de una patada. La pelirroja miró con sorpresa, y cierto enojo, lo que estaba sucediendo en aquel momento; Anna se encontraba sentada en el suelo con algunas fotografías y cosas por el estilo, ella miraba expectante a la muchacha de ojos color azul hielo –¡Oye! ¡No vengas y azotes mi puerta como si estuvieras en una película de acción! ¿¡Quién te crees!? ¿Hulk? – La mayor gruñó audiblemente con desagrado. Anna tenía la molesta manía de llamarle "Hulk" de vez en cuando, debido a ciertos aspectos de su temperamento.
̶ Ah, ¡No vengas a hablarme de irrumpir, cuando tú haces exactamente lo mismo! – La apuntó acusadoramente con su dedo índice, mientras la menor fingía una cara de completa indignación –¿Qué? No sé de qué rayos me hablas. – Desvió la vista.
̶ ¡Claro que lo sabes! – Dio un par de pasos hacia adentro –¿Qué mierda hacías en mi habitación? –
Anna guardó silencio por unos segundos, como si estuviera tratando de encontrar alguna clase de respuesta, algo coherente que contestarle a su hermana –Uh, nada – fue lo único que se le ocurrió decir; en realidad, Anna no era muy buena pensando antes de hablar, y por eso se había metido en un par de líos algunas veces. La pelirroja miraba hacia todos lados, excepto hacia el rostro de la rubia.
̶ Sabes muy bien que no debes entrar a mi habitación.
̶ ¡No lo hice, la puerta estaba abierta y…!
̶ ¡Deja de mentir, Anna! ¡Mi puerta estaba perfectamente cerrada!
̶ Bueno, sí, pero… Cálmate, ¿Quieres? No entiendo por qué haces tanto alboroto, digo, no es como si tuvieras algo oscuro y maléfico encerrado ahí, ¿O sí? – Elsa abrió sus ojos con ligera sorpresa. En realidad, no había nada oscuro y maléfico, pero, sin lugar a dudas, Elsa encerraba cosas que definitivamente no podía confesar a su pequeña e inocente hermana. De un momento a otro, la temperatura descendió notablemente en el lugar; pudo ver que Anna se abrazó a sí misma y comenzó a frotar sus manos sobre sus brazos, en un intento de restar el frío –Estúpido aire acondicionado – Susurró; claramente, sin darse cuenta de que el aire acondicionado funcionaba perfectamente.
Y de pronto, Elsa ya no estaba. Anna miró con completa confusión el marco de la puerta, el cual ahora se encontraba vacío, mostrando la vista hacia al pasillo –¿Pero qué…? – A las afueras, el sonido de los rápidos pasos de Elsa retumbó en el lugar. Anna se levantó inmediatamente para ir detrás de su hermana en busca de una explicación a su extraño comportamiento. No era como si Elsa no hubiera escapado sin razón alguna antes; lo había estado haciendo constantemente por los últimos once años, sólo que la pelirroja nunca se había atrevido a preguntarle el porqué de sus acciones.
La chica más joven salió casi corriendo, dando enormes zancadas para alcanzarla –¡Elsa! – Anna llegó a tocar su hombro, pero la rubia se apartó, volteando rápidamente a ver a su hermana –¿Qué pasa contigo? Primero vienes y casi tiras mi puerta, ¿Y luego te vas como si nada? – Habló la pelirroja mirando atentamente, esperando una respuesta, una explicación; pero Elsa sólo estaba ahí, mirándola con el entrecejo fruncido y mostrando una cara de angustia –¿Por qué siempre huyes de mi, Elsa? – soltó con dolor.
"Porque sólo quiero protegerte…"
̶ Yo… ̶ Balbuceó juntando sus manos, como cada vez que estaba nerviosa o algo le asustaba. La temperatura seguía bajando –Yo no… Sólo no vuelvas a entrar a mi cuarto… Sabes que no me gusta. – Terminó por darle la espalda y evadir su pregunta a final de cuentas. Anna bajó la mirada con completa decepción y frustración; quería gritarle, obligarla a que la mirase fijamente y fuera honesta… Pero con Elsa, eso se volvía casi imposible –¡Respóndeme! – Bramó al fin.
̶ ¿Qué está pasando aquí? – De pronto una voz masculina se escuchó en el pasillo; era su padre, observándolas con una cara casi molesta. Ambas se quedaron calladas. El hombre pudo notar aquel "ligero" cambio de temperatura, cosa que le indicó que algo andaba mal con la mayor de sus hijas –Deberías terminar de prepararte, Anna. Nos vamos en cinco minutos – la chica asintió suavemente y volvió a su habitación, no sin antes dedicarle una pequeña mirada a Elsa. El pasillo se quedó en absoluto silencio –Elsa, ¿Puedes venir conmigo a la sala? – La rubia accedió después de suspirar.
Cuando llegaron a la sala, su padre se paró frente a ella, mirándola severamente –Elsa – fue interrumpido –Antes de que digas algo, ella entró a mi habitación sin permiso y luego comenzó a hablar sobre cosas oscuras – el progenitor arqueó una ceja –¿Y qué pasó después? – Preguntó. Elsa apretó los labios –Y… Y eso me asustó, porque sabes que no puedo decirle – susurró con cierto dejo de tristeza; sus ojos se tornaron sombríos y sentía como un nudo comenzaba a formarse en su garganta, impidiéndole hablar más –Cariño, sé que sólo tratas de protegerla… Pero esa no es razón para comportarte de esa manera con ella – hizo una pausa para acercarse a la chica de ojos azules y acariciar suavemente su cabello –Lo escuché todo desde abajo… Tal vez deberías disculparte. Anna te ama –
̶ Alexander ¿No deberíamos irnos ya? – De pronto apareció una bella mujer castaña bien arreglada para salir; la tensión estaba por todas partes –¿Pasa algo? – Preguntó notando que el rostro de la joven mostraba un poco de tristeza –La misma porquería de siempre – siseó alejándose de su padre –Elsa… ̶ escuchó a su madre susurrar su nombre, pero ella ya iba en camino hasta la puerta principal –Los espero en el auto – dicho eso, un portazo se encargó de terminar su conversación.
**oOo**
Todo el camino de la casa al restaurante fue jodidamente incómodo. Elsa no soportaba tener que estar sentada a un lado de Anna sin siquiera poder mirarla a la cara; ciertamente, se sentía una completa idiota, su padre estaba en lo correcto, el hecho de tener que ocultar aquel gran secreto no era motivo para tratar a su pequeña hermana como a la mierda.
Ya en aquel restaurante, no tardaron mucho en encontrar la mesa donde estaban sus tíos sentados junto con su prima Rapunzel y otro chico, el cual, al parecer era novio de la joven castaña. Todos llegaron y tras los saludos no faltaron las exclamaciones de su tío Clayton diciendo cosas como "¡Pero mira cuanto has crecido!" o "¡Necesitas ganar peso, estás tan delgada que el viento podría tumbarte!", a lo que Elsa sólo contestaba con pequeñas risas incómodas. Escuchó a su tía Rachel halagar la belleza de su hermana un par de veces; Elsa miró a Anna rápidamente por el rabillo del ojo. Ciertamente, la pelirroja era muy hermosa, y no sólo físicamente, Anna tenía el corazón más puro y bello de todos, y Elsa estaba segura de que cualquier persona se enamoraría perdidamente de ella con apenas pasar unos minutos a su lado.
Definitivamente, cualquier persona se enamoraría de Anna.
"Incluso yo…"
̶ ¿Elsa? – La voz áspera de su tío la sacó de sus divagaciones; la rubia miró expectante a todos en la mesa con sus enormes ojos azules, luego se volvió a Clayton –Perdón, ¿Qué decías, tío? – El hombre soltó una enorme y audible carcajada que llamó la atención de más de una persona en el lugar –El novio te tiene con la cabeza en las nubes, ¿No es así querida? – Volvió a reír junto con su madre y su tía. Elsa casi escupe su trago de soda. Volteó a ver a su padre, al cual claramente no le hizo ni pizca de gracia el atrevido comentario. Se dio un par de golpes en el pecho debido a que se estaba ahogando, y después de toser unas cuantas veces, se decidió a encarar la pregunta.
̶ ¿Novio? ¡No! Yo… Yo no tengo – agitó sus manos de forma negativa.
̶ Ah, cariño, ¿Y entonces qué pasa con Hans? – Habló su madre, provocando que su tío abriera sus ojos con sorpresa.
̶ ¿Hans? ¿Así se llama el afortunado? – Preguntó. El rostro de Elsa se enrojeció con violencia al sentir las insistentes miradas de todos los presentes, en especial la de Anna.
̶ Hans… é-él es sólo un amigo, nada más eso. – Se hundió en su asiento sintiendo como su rostro ardía junto con el efecto de la vergüenza. Escuchó a su padre suspirar con alivio y vio a su tío entrecerrando sus ojos con una expresión de "no te creo, pequeña mentirosa." Pero aún así dejaron ese tema del lado después de un par de comentarios sobre que Elsa podría conseguir un novio fácilmente si ella así lo quisiera, pero en realidad ella no estaba nada interesada en tener alguna relación… Al menos no con chicos.
El resto de la cena fue bastante normal. Eugene, el novio de Rapunzel, en realidad era un buen sujeto, era divertido y atento con la muchacha castaña, y lo más importante: Le agradaba a su tío Clayton.
Elsa no se sentía muy cómoda cuando se encontraba rodeada de gente por un gran lapso de tiempo; ella se había vuelto compañera de la soledad desde los nueve años, y no porque así lo deseara, simplemente así lo demandaba la vida (y su padre), todo para proteger a su hermana. Y entonces la joven decidió levantarse con la excusa de ir al sanitario, por tercera vez en la tarde.
Después de pasar casi dos minutos encerrada en un cubículo tratando de gastar tiempo, se decidió a salir, y para su sorpresa, se encontró con Anna esperándola en la zona del lavamanos –Hey – susurró la joven con una tímida sonrisa. Elsa sólo se quedó en silencio tratando de mirarla a los ojos –Hola – respondió al fin, acercándose hasta los grifos y a su vez abriendo la llave de uno de estos, dejando que el agua fluyera y mojara sus manos. La pelirroja se dio la vuelta para quedar en la misma posición que la mayor; ambas se miraban a través del espejo.
Silencio incómodo.
̶ Uh, yo… sé que tal vez estás molesta, pero quiero que sepas que…
̶ No… ̶ resopló.
̶ ¿No? – Preguntó un poco confusa.
̶ Quiero decir… No estoy molesta, de hecho – cerró la llave y se encaminó hacia el secador de manos que se encontraba junto a Anna. Una vez con las manos secas se dignó a mirarla –Yo… lo siento, fui una tonta –
̶ Bueno, tú no tienes toda la culpa… Yo no debí entrar a tu habitación sin pedírtelo. Sé que no te gusta que lo haga, pero últimamente hemos estado tan alejadas que… necesitaba llamar tu atención con algo, lo que sea. Extraño a mi hermana, ¿Sabes? – Anna sonrió con tristeza, prácticamente partiendo el corazón de Elsa en dos.
"Yo también te extraño. Mierda, no sabes cuánto."
Inconscientemente la mano de Elsa ya se estaba aproximando al pecoso rostro de su hermana; cuando ésta se posó sobre su mejilla, Anna dio un ligero respingo y rápidamente atrapó la mano de la rubia entre las suyas –Dios, Elsa… tus manos están heladas – miró con preocupación mientras Elsa trataba de apartarse, pero seguía presa del inocente agarre de la chica más joven –No… no es nada. – Se liberó al fin, dando la vuelta hacia la salida del baño. Lo estaba haciendo de nuevo, otra vez huía –¿Estás segura? Porque… ̶ Elsa se tensó –Dije que no es nada –
La pelirroja bajó la mirada y frunció los labios –Bien, si tú lo dices – dijo saliendo rápidamente, sin volver a mirar hacia la chica de cabello rubio platinado. Anna estaba claramente decepcionada de nuevo.
"Bien, Elsa… lo jodiste otra vez."
**oOo**
La familia Storm ya se encontraba de vuelta en casa después de esa agotadora comida con los otros. El sol comenzaba apenas a ocultarse, dando la bienvenida a la noche en la ciudad de Arendelle. Elsa subió en silencio las escaleras para dirigirse a su pieza, casi seguida por Anna, pero a medio camino el timbre sonó.
̶ Anna, te busca Kristoff – anunció su madre desde la recepción. La chica suspiró y dio media vuelta hacia abajo.
Elsa siguió con su camino. Pasó justo en frente de la habitación de la joven de ojos azul-verde. La puerta estaba totalmente abierta, y la luz estaba encendida. Había algo que llamó su atención; era aquel pequeño montón de fotografías que se encontraba sobre el suelo. Anna claramente iba a tardar un poco, así que entró sin pensárselo.
Se agachó para tomar una fotografía en particular, una donde estaba ella junto a Anna cuando eran pequeñas. Se mostraba a Anna sonriendo ampliamente con la cara llena de chocolate, mientras que Elsa salía a su lado riendo felizmente, sosteniendo una barra de chocolate.
Esa foto estaba sobre el escritorio de la pieza de Elsa.
Elsa dejó la foto en el suelo junto con las demás y salió inmediatamente para encerrarse en su habitación. Cerró la puerta detrás de ella y recargó su cabeza sobre la madera, deslizándose a través de ésta hasta quedar en posición fetal. Una helada lágrima se deslizó por su mejilla, el cuarto comenzó a crujir por el hielo que se formaba bajo sus pies, y afuera, la nieve comenzaba a caer, en pleno verano.
̶ Lo siento tanto, Anna…
¿Revs? ¡Es gratis! Y me ayuda a continuar con la historia. c:
