AVISO: DRAGON BALL/Z/GT NO ME PERTENCEN.
CAPÍTULO 1: ¿QUIÉN ERES?
"Necesario reclutas para el equipo AB."
Una muchacha observaba un pequeño cártel colgado en un muro de una vivienda aparentemente deshabitada por su gran deterioro. Lo arrancó y lo guardó por debajo de su armadura negra. Comenzó a caminar sin rumbo por un callejón.
No se lo había aun contado a su padre, ella tenía intenciones de volverse una guerrera de combate.
"No vales, no tienes fuerza para la lucha. Ningún hombre querrá reproducirse contigo, hija. Te verán como basura, escoria."
Esas eran las duras y frías palabras que se repetían en su mente una y otra vez dichas por el padre de Gine, nuestra protagonista.
Era verdad que Gine apenas tenía fuerza suficiente para luchar. Su padre guerrero de clase baja, puso mucho empeño en pasar sus conocimientos de batalla... Pero era inútil. Ella no le ponía entusiasmo alguno en batallar o luchar. Era dulce y se preocupaba tanto por los demás que hasta llegó a contagiar ese sentimiento a su querido padre.
Su padre llegaba a preocuparse por si llegaba media hora tarde o desparecía de la casa sin decir nada. Eso le hacía reír a Gine, su padre, guerrero frío y desencadenado, tenía sentimientos en algún rincón de su ser.
Su madre, su madre... Ella casi nunca estaba en casa. Siempre estaba con sus "amigos" del bar.
Gine a veces dudaba si podía tener hermanos bastardos por allí sueltos. No lo sabía con certeza, pero la duda existía.
En resumen, al que prefería ante todo era su padre.
Pero ahora estaba decidida en querer reclutarse en combate y servir al Rey. O al menos eso ella se obligaba a creer, recuerda que a ella no le agrada pelear.
Esa noche no iba a volver a casa, esa no, si su padre descubriese sus intenciones le "cortaría las alas" de su propia voluntad.
Pero al rato de caminar por el callejón el tema se complicó un poco, aunque fuera débil no dejaba de ser mujer. Una mujer joven, débil, fácil de controlar contra su voluntad.
El barrio en donde ese día Gine se metió era, como decir... Uno de lo más "chungo" de toda la capital.
Pero no, puede que sepa en lo que estés pensando en esa cabecita.
No le pasó nada. Tuvo suerte, pero no tanta por encontrar refugio esa noche.
Vagó por el barrio en búsqueda de una camita. Un joven puso sus ojos en ella.
"Oye, linda... ¿Qué haces aquí? Es muy tarde."
Gine le contó su situación.
"Entiendo, un poco más adelante hay una sabia que te puede ayudar. Dile que vienes de parte de Toma."
En cuanto Gine quiso agradecerle la ayuda el joven ya no estaba.
Y pues nuestra protagonista siguió las indicaciones del misterioso Toma.
"La sabia Roi"
Fue lo que Gine leyó en la entrada de una enorme casa.
"Chica entra."
Le ordenó una voz en la lejanía.
Entró, era una casa modesta para nada ostentosa.
"Niña, ¿Qué te trae por aquí a estas horas?"
"Toma me dij..."
"¿Mi hijo?" La mujer parecía sorprendida.
Gine no dijo nada más, esperó a que la sabia le hablara.
"Ve al piso de arriba, entra en la habitación que encontrarás a tu derecha."
La joven quedó un poco atónita ante las repentinas órdenes de la anciana. Siguió sus indicaciones. La habitación tan solo tenía una mesita, una silla, una cama y una pequeña ventana.
"Es una cama muy grande para ser de uno"
Pensó ella.
"Pero es tan cómoda"
Pensaba mientras se revolcaba y hacia la croqueta en ella.
"Voy a quitarme la armadura para dormir"
La posó sobre la mesita. La mujer quedó tan solo en una malla que cubría gran parte del cuerpo, para ayudaros más a imaginar era parecido a un trikini negro.
"Al fin viniste"
Era Toma.
Ella quedó helada, no le oyó entrar.
"Ya decía yo que la cama..." Pensaba la chica.
El hombre se acercó a ella.
"Esta era la habitación de mi hermano, ahora que ya no está es de invitados."
Gine se descongeló, ahora sintió entrar en ella cierta tranquilidad.
"Te doy las gracias. No sabía dónde iría a dormir... Buen..."
"Buenas noches."
El hombre salió del lugar cerrando la puerta tras suyo.
La chica se acostó en la cama, apagó la luz y cerró los ojos intentando dormir.
¡Pam! Un fuerte estruendo se produjo en el exterior.
"Rooooiii, Tooommmaa" Un hombre borracho llamaba desde afuera.
Gine despierta, en la escasa luz de la luna, se asomó a la pequeña ventana a observar.
El hombre ebrio era joven y apuesto, tenía un rostro de rudo.
Pero la protagonista decidió pasar del asunto y volver a dormir.
Día siguiente.
La luz del sol se colaba por la ventana dando una gran iluminación. Gine fatigaba en abrir los ojos, su cuerpo le pedía seguir durmiendo pero su cabeza no paraba de recordarle algo.
"¡Reclutamiento! ¡Es hoy! Espero no llegar tarde."
Se vistió, pero ella no contó con un pequeño detalle... Había un rastreador que no era suyo. Inconscientemente, debida la prisa, se lo colocó.
"Gracias Roi. Gracias Toma."
Escribió en una nota.
Salió a toda prisa del hogar.
Había tres grupos AB. Cada uno elegirá a sus reclutas.
El acontecimiento se daba a lugar en la plaza mayor del barrio Ike, el barrio chungo.
Llegó toda exhausta.
¡Sorpresa! ¿A quién encontró? A Toma y el borracho de anoche.
"Oye tú."
Gine se inquietó ante la mirada del sujeto de anoche.
El borracho seguía acercándose lentamente a ella.
"Mierda, mierda, mierda... Viene a por mí." La prota ya no sabía cómo reaccionar.
"¿¡De donde rayos sacaste eso?!"
Le indicó el rastreador.
"¿Acaso eres la puta que fornique anoche?"
Gine tornó su rostro de angustiado a asqueado.
"No. Ni tan solo sé qué carajo es."
Respondió ella de la forma más ruda posible.
Él río.
"Devuelve."
Gine hizo como que no escuchó la orden.
"¡Devuelve!"
Le arreó un puño en el estómago. El golpe dejó sin aire a Gine. Cayó arrodillada en el suelo, tosía sangre.
El sujeto le arrebató el rastreador.
"La quiero en el grupo." Dijo él mientras se alejaba.
El reclutamiento terminó.
Toma se acercó a ella que aun yacía en el suelo.
"Dime tu nombre."
Ella le miró.
"Gine."
Él la ayudó a alzarse.
"Muy bien Gine, volvamos a casa."
Ella aun dolorida sonrió levemente a su acompañante.
Llegó a casa en brazos de Toma.
La sanó y luego la acostó en la cama.
"Mi padre debe estar buscándome."
Él río, le caía bien esa chica. Era especial, tan amable, tan sensible. Muy tierna, demasiado para él.
"No te preocupes por tu padre."
En ese momento Toma comenzó a acercar su rostro al de Gine, al mismo tiempo iba cerrando sus párpados.
Gine sabía que venía ahora, el beso. Ella antes ya había dado el primer beso.
Sus labios se tocaron por un corto y fugaz segundo.
"Creo que eso no debe volver a suceder"
Pero Toma no hizo caso de sus palabras y volvió a repetir como si de un postre se tratara.
Los besos eran cada vez más largos e intensos.
La cosa ya iba a más.
"¡Toma para! ¿¡Y tu madre si nos ve?!"
Él se detuvo, sorprendido.
"Yo soy como tú, amable y a veces sensible. Se mi pareja y hagamos que nazca el amor. Y mi madre llegará en dos días."
Gine quedó confusa ante tal confesión pero... No podía aun comprometerse con nadie.
"Nadie querrá reproducirse contigo, hija. Te verán como basura, escoria." Recordó ella en ese instante.
Un beso robado hizo retomar la situación entre ellos dos.
"No me puedo comprometer."
Él continuó y continuó besándola.
Nunca ella se explicó por qué accedió. Tuvo una noche de pasión con Toma, perdió la virginidad con él.
Al fin y al cabo ese hombre no le desagradaba, aparentaba ser un chico fiel.
"Toma... ¿Quién es él? El del rastreador."
El joven acostado a su lado se abrazó a ella.
"Verás... él es el capitán, su nombre es Bardock."
Gine posó la vista en él.
"¿Bardock? Me pregunto por qué yo tenía esa cosa."
Toma le besó la frente.
"Ahora duerme, mañana por la tarde deberemos presentarnos ante él. En la mañana ya te explicaré"
Gine no rechistó, se acomodó entre el pecho de él. Podía escuchar el latido de su corazón, tranquilo.
Cerró los ojos, todo se tornó obscuro.
Mañana siguiente.
La mujer abrió los ojos, Toma no estaba allá.
Tan solo se colocó la malla y bajó a la planta inferior.
"Buenos días, Gine."
Vio a Toma en la cocina, fue a curiosear que hacía…
CONTINUARÁ…
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¡HASTA EL PRÓXIMO CAPÍTULO!
PUBLICADO EL 26 DE ABRIL DE 2015.
