Había pocas cosas que podían hacerle sentir tal adrenalina a Bill Kaulitz. ¿La admiración de las fans? Le causaban un profundo agradecimiento, pero la emoción había quedado atrás hace un tiempo, ¿Regalos? Tenía de todo tipo y todo el tiempo, incluso la mayoría de los mismos los dejaban donados en alguna institución con la promesa que no se revelara la fuente. ¿Dinero? Definitivamente no, el dinero solo le servía para pagar la privacidad de los pequeños momentos libres de su agenda.

Pero ese golpe de emoción, directo al estomago, hasta quedarse frío y temblar, eso sólo lo sentía cuando estaba con su verdadero y único amor.

Eso pensaba, mientras se volteaba y sus ojos veían dormir al responsable de sus sueños y suspiros. Su gemelo.

La vida les había cambiado en un cien por ciento, desde que hacía ocho meses atrás habían decidido mudarse. Ahora eran libres en su propia prisión pero libres, pensaba sonriendo.

Tom lo había dicho claro "No lo soporto un día más", y Bill sabía que él no podría continuar con la situación tampoco. Suficiente tenían con esconderse del ojo público, de la curiosa mirada de su equipo y cuidarse de sus amigos en el tour, como para regresar a casa y preocuparse por sus padres.

Entonces fue que tomaron la decisión "nos mudamos". La primera opción fue Berlín un precioso piso de arquitectura modera. Lo amaron, pero aún así sintieron que faltaba algo...

-No, no parece un hogar, parece piso de solteros -había dicho Bill cruzando sus abrazos, y aunque ellos aparentaban serlo, no lo eran para nada. Su segunda opción lució mucho mejor, aunque seguía siendo en Magdeburg…

- Sí, esto es un hogar -suspiró el pelinegro.

- Demasiado hogar -apuntó Tom-. No señor, mamá vendrá a cada segundo a ver si estamos bien y nuestros amigos no tendrán más que caminar unas cuantas cuadras

- Tienes razón -secundó Bill-. ¡Magdeburg apesta...!

Y fue cuando sucedió, en medio de una de las giras fueron a Hamburgo y justo cuando pasaban con la camioneta vieron un bello residencial ò lo que parecía ser la entrada a un bello residencial pues desde afuera no se veía nada.

"Privacidad", pensó Tom y después de un berrinche descomunal por parte de Bill, más dos amenazas de Tom, Dave acepto que se desviarán a ver el condominio. Los ojos de Bill se iluminaron al conocer el lugar.

- Esto…es. ¡Este es Tom! -dijo Bill

- Sí, sí, esto es a lo que yo llamaría hogar -afirmó Tom.

***

Una semana después los papeles se habían firmado y la Casa Nº 7 pertenecía a "Los Kaulitz". El residencial era el sueño de cualquier persona acomodada en Europa, el corredor de bienes raíces mando una carta al comité de vecinos para hacerles saber que "Los Kaulitz se mudaban, y que agradecería los hicieran sentir cómodos". Bill no había terminado de acomodarse en la sala cuando el timbre sonó.

-Yo voy- anunció Tom.

-Buenos días- abrió cortésmente y ante él aparecieron cinco personas con las manos llenas de regalos.

-¿Sr. Kaulitz?- Tom asintió con una tímida sonrisa.

-Soy el señor Fred Ferguin presidente del comité de vecinos, es un gusto para mi darle la bienvenida a los señores Kaulitz. - dijo ceremoniosamente, a tiempo que Bill aparecía preguntando por que tardaba tanto, mientras su voz iba bajando según veía la gente frente a su hermano.

-Hola, soy Bill- se presentó amablemente, al ver el rostro serio que le devolvían imaginó que era por su parecido-. El gemelo de Tom –aclaró rápidamente.

Mr. Fred quedo en silencio: – Lo lamento jóvenes, es un gusto para nosotros -dijo a tiempo que todo el mundo bajaba los regalos-. Queríamos hacerlos sentir bienvenidos pero me temo que hubo un error en la información y creo que hay un problema con las tarjetas.

-¡Vamos! ¿Qué puede ser tan grave?- sonrió Bill impactando al vecindario, había que admitirlo era un chico simpático- Por favor déjenlos, comprenderemos.

Los vecinos se retiraron mientras Bill sonreía animadamente.

- Imagino que será un "Kolits" o algo así. Como vamos a devolver un regalo por un error en las tarjetas.

Minutos después Tom moría de la risa en la sala, abriendo los presentes, entre los cuales habían tres cajas de galletas, otras varias de té, algunos libros de jardinería y pases dobles para el cine.

-¿Qué es tan gracioso?- preguntó Bill de lo más divertido.

- Ya sé por qué no nos querían dar los regalos.

-Ah sí ¿por qué?

-Por las tarjetas.

-Y que dicen las tarjetas

-Sr. y Sra Kaulitz…

Bill no pudo más que reírse.

- Wow… Tom eres mi señora, vez somos transparentes

-Ja ja sí, consuélate con la idea, tú eres mi señora .

-Bueno, bueno ya dejémoslo ahí o vamos a pelear -dijo Bill y Tom se metió en boca tres galletas asintiendo, Bill le quitó el paquete de las manos-. Tom espera a la cena o acaso no vas a comer.

***

Ahora ocho meses después los Kaulitz vivían su propio cuento de hadas como decía Bill, bromeando de vez en cuando. Todo iba de maravilla faltaban dos conciertos para terminar la tercera gira europea, descansarían una semana y luego partirían a su primera gira en América.

Un manotazo directo al rostro le hizo terminar de despertar "Que cuento de hadas, ni que cuento de hadas" pensó sobándose el rostro, Tom no había aprendido a controlar su libertad nocturna, pensó Bill, era tan loco para dormir que más de una vez Bill se había despertado molesto y le había propinado algún golpe que en la inconsciencia del tercer sueño, el de rastas no recordaba a la mañana siguiente.

-¡Tom!- gritó tirando la mano de su hermano por un lado. Era imposible que se despertara.

La vida es tan injusta pensó chequeándose por última vez ante el espejo, debía estar tres horas antes que todos, en el estudio. Bajó al refrigerador y subió con una Coca Cola fría, la puso en la mesa de noche y se dispuso a despertar a su gemelo.

-Tom -llamaba mientras lo movía de un lado a otro –Tomy-Tom-TOM-TOOOOOOOOOOOOM

-Qué… qué.. QUEEE- gritó el de rastas a punto de locura.

-Despierta cariño- dijo Bill depositando un suave beso en el hombro desnudo de su hermano, sin inmutarse por el grito.

-Algún día deberías aprender a despertarme con...

-¿Con qué?-

-Con más delicadeza…

-Ja ja ¿delicadeza? Eres una nena Tom.

-No fastidies-dijo mientras tiraba una almohada a su gemelo quien la esquivaba astutamente.

-Ya me voy, Dave pasa por mí en unos veinte minutos, así que ponme atención TOM-decía mientras tiraba de regreso la almohada.

-Mjm

-Te tienes que ir en dos horas-decía moviendo las caderas frente a la cama- Conduces con cuidado Kaulitz. Llamas a mamá, dice que tienes exactamente dos semanas de no hablarle y…

-Sí, sí y SÍ –decía Tom mientras se tapaba de nuevo

-Le das de comer a Scotty, no me dio tiempo.

-Ok.

-Y por un demonio juega con él un segundo

-¡¿Ahh!?-

-Tom se un buen padre- exigía mientras movía con el pie a Tom para que terminara de levantarse.

-Ahh, Bill él te quiere más a ti.

-No, no me quiere más a mí. Es sólo que apenas lo vemos cada mes y cuando venimos juegas con él dos minutos y adiós, ahí murió tu obligación.-

-No voy a seguir discutiendo- anunció Tom tapándose de nuevo.

-¡Padre desnaturalizado! -gritó Bill sonriendo mientras se montaba en su gemelo.

-Auuu – fue el grito de dolor que lanzo Tom, mientras movía a su gemelo más hacia sus piernas

-¡¿Qué?!-

-No te sientes en mi estómago me duele.-

-Ay Tom, me asustas.-

-No sé que pasa solo sentí algo extraño.-

-Ok mejor bebe tu brebaje de los buenos días- dijo Bill mientras se estiraba por la gaseosa de su gemelo.

-¿Mi coca?-

-¡Tu coca!- Dijo besando nuevamente al de rastas

-Haber, ven acá -dijo Tom obligando al pelinegro a dejar devuelta la gaseosa en su lugar, mientras lo recostaba y se subía en él soltado pequeños besitos por su rostro-. Te quiero -dijo aún besándolo dirigiéndose a su barbilla, mientras su mano bajaba hacia el zipper de su gemelo bajándolo, ahora acelerando el beso, aunque siente el violento movimiento de su gemelo bajo de él.

-Tom, Tomy, en serio no, Tom, que libido por Dios…

-Ahhh –gritó Tom rodando de nuevo al otro lado de la cama, suspirando-. Tú ya no me quieres. -Sentenció con los ojos llenándose de lágrimas, se volteó y dio la espalda a su gemelo.

-Ja ja deja de molestar, haces lo que te digo- dijo Bill volteándose para darle un último beso y sólo se encontró con la espalda de su gemelo-. Tomy voltéate necesito que… ¡¿Tom?!– lo obliga a voltearse hacia él y ve los ojos de su gemelo llenos de lágrimas -Tomy mi vida…

El de rastas evadió su mirada mientras se paraba y caminaba rápidamente hacia el baño.

-No, no Tom- dijo Bill acercándosele y obligándolo a que le viera-. ¿Qué paso?

-Olvídalo

-Por qué estás así.

-¿Cómo así?

-A punto de llorar

-¿Me estás diciendo niña llorona?

-Tom yo no dije eso.

-Lo insinuaste -gritó tirando la puerta del baño.

Bill se apresuró hacia el teléfono

-Dave retrasa todo una hora, tengo un problema -dijo colgando sin la menor intención de alargar su explicación.

-Tom, ¿puedo entrar?- preguntó tocando la puerta por segunda vez

-Esta abierto.

Bill se adentró en el cuarto mientras su gemelo se esta duchando

-¿Qué paso?

-Nada

-Cómo que nada, dime qué paso, qué te hice.

-Ya no me quieres, rechazaste mis besos.

-Tomy ¿Como yo voy a rechazar un beso tuyo? Era sólo, ya sabes, tiempo y eso...¡Kaulitz te estoy hablando!- dijo corriendo la cortina, sin miedo a mojarse.

-Tom.

-¡Qué!

-Tomy

-Ahhh que quieres.

-Mírame a los ojos

-A ver…

-¿Qué vez en mis ojos?

-Sombras y delineador

-Ay Tom, no te hagas el chistoso ahora.

Tom se sonrío mientras tomaba el rostro de su gemelo besándolo en la ducha. Bill esta resignado debería volver a hacerse el maquillaje y secarse el cabello, aunque no importaba-. -Te quiero Tomy.-

-Llama a Dave, yo te voy a llevar al estudio

-¿Seguro?

-Sí

-Vamos Tom no importa cariño, de verdad, tendrás que estar dos horas ahí sin hacer nada.

-No importa -dijo

-Dave me…

-No quiero que vayas con Dave –le cortó el mayor

-Tom por...

-¡Porque no confío como conduce nadie! Si alguien te va a llevar y traer soy yo, estando en Hamburgo no es necesario que nadie te lleve.

-De acuerdo, de acuerdo, te espero abajo voy a componer este desastre- dijo señalando su rostro con el maquillaje completamente estropeado, estirándose por un ultimo beso.

-Scotty, Scotty- llama Tom dirigiéndose al patio trasero mientras Bill termina de fumar un cigarrillo esperándolo.- Scotty, Scotty ven con papá.

-¿Para qué lo llamas? Lo vas a alocar y se supone que ya nos vamos. –le preguntó Bill.

-Scotty ven con papá. –dijo Tom inclinándose a cargarlo y sosteniéndole el hocico, viéndole a los ojos y jugando con sus orejas-. Vamos a ir al estudio a jugar, mientras tu otro papi trabaja, ¿de acuerdo? Dale un beso a papá – dijo besando a su perro- ahora uno a tu otro papa –le estiró los brazos poniéndoselo a Bill en el rostro- ahora tus dos papas se dan un beso -acercándose a Bill y besándolo dulcemente.

-¿Bill?

-¿Qué?

-Carga a Scotty

-Si mi amor, a ver- dijo Bill cargando a Scotty mientras caminaba a la Escalade.

Tom subió al auto mientras, sin hablar comprobaba que Bill lleve el cinturón-. Sostenlo bien eh, no quiero que le pase nada a mis dos tesoros- Bill alzó una ceja, de nuevo Tom estaba demasiado cursi para su gusto.

***

Georg y Gustav arriban al estudio con una hora de anticipación.

–¡¿Alguien puede decirme donde esta el futuro perdedor de Guitar Hero?!- gritó Georg entrando con su consola en mano.

-Estoy ensayando no molestes – le respondió Bill desde la otra habitación.

-Obviamente hablaba de Tom – intervino Gustav dirigiéndose directo a su batería.

-Búscalo afuera, salió con Scotty –volvió a hablar Bill.

-Ahh –fue toda la respuesta de Georg

-Si, si lo mismo pienso –Agregó Gustav -Tom paseando a Scotty es para tomarle fotos y publicarlas- dijo viendo el reloj-. Yo creo que primero comemos.

-Primero comemos. ¿Acaso ninguno comió? – preguntó Dave entrando al salón de ensayos.

-No. -contestaron los tres a coro.

-Se supone que vienen a ensayar, no a perder dos horas comiendo. Bueno, pidan lo que quieran de una vez, pero sepan que se van a ir dos horas más tarde.

Media hora después entró Tom con Scotty en brazos.

-Saliste a jugar con él o a cargarlo -dijo Bill quitándole de los brazos la mascota, mientras le sobaba su orejas, se dio la vuelta y lo volvió a depositar en los brazos de Tom–. Déjalo en el patio trasero vamos a comer.-dijo mientras desaparecía hacia el comedor.

-Traje Guitar Hero -anunció Georg moviendo el juego en las narices de Tom.

-No quiero jugar, estoy cansado…espera un segundo solo voy a dejar a…

-Si si ya te oí vas a ir a dejar tus testículos al patio trasero –rio Georg –Madre parece el asistente personal de Bill- dijo golpeando la rodilla de Gustav.

-Tom -gritó de nuevo Bill.

-¿Qué?

-Ve al auto por favor, deje dentro la comida de Scotty- le mandó Bill apareciendo y sentándose al lado de sus amigos.

-Hora de comer -anunció Dave mientras llevaba las pizzas al comedor del estudio, dejando a los chicos solos y luego retirándose a la oficina para preparar los detalles con los productores.

- Me puedes servir, por favor- pidió el pelinegro, coquetamente, a su gemelo.

-Tengo una teoría -interrumpió Georg gritando-. Ya se porque Tom no quiere novia.

Bill rió y preguntó: ¿Por qué?

Tom estaba a punto de desvanecerse del terror, sólo de pensar que sus amigos sospecharan de su secreto.

-Pues por tú culpa -sentenció metiéndose un gran pedazo de pizza a la boca mientras los ojos de los tres se posan sobre él.

-¡Explícate!- exigió el pelinegro.

-Fácil, mira al pobre Tom parece tu esclavo. "Que carga mi maleta" "Lleva mi bolso" "Tom necesito mi maquillaje" "Tomy por favor pásame tal cosa" "Tomy, Scotty" "Tomy llama a mi mamá" "Tomy, dice Andreas que esto" –dijo Georg imitando la voz de Bill y exagerando aun mas el movimiento de caderas de su amigo-. ¡Mierda Bill! Eso que es tu hermano. Imagina como lo tendría una novia.

-No seas imbécil Georg – respondió Bill mientras cobraba conciencia de que realmente Tom hacía todo eso por él.

El color volvió a las mejillas de Tom.

-Eres la cosa más manipulable en las manos de tu hermano Tom, no puedo imaginarte con una novia. Es por eso que te dije fuiste a dejar tus testículos al patio trasero- remato Georg riendo a más no poder con Gustav apoyándolo.

- Tom, Tomy defiéndete no seas tonto- dijo Bill riendo, a tiempo que volteaba a ver a su gemelo, realmente pálido. Corrió a su lado a tiempo que éste se desvanecía sus brazos.

Principio del formulario

Final del formulario