Una vez eliminada la amenaza de la fibra de vida primordial fue momento para entrar a una nueva etapa de nuestras vidas; una que no podía verse mejor representada mostrando nuestro respeto ante la desaparición del lugar que fue nuestro hogar y centro de operaciones durante años.

—Bueno… está hecho, lo lograste Satsuki —le dije parada a su lado en el bote durante aquel atardecer, viendo a la academia perderse bajo el agua.

—No, Nonon, lo logramos —me dijo. Después se paró frente a mí, pasó su mano por debajo de mi oído, tomándome por detrás del cuello y me plantó el beso más apasionado que me había dado en mucho tiempo.

«Eres tan maravillosa» pensé al verla a los ojos después de aquel beso perfecto; después mi mente volvió al mundo real y recordé donde estábamos paradas.

—Satsuki… estamos en público —le dije entre sus brazos, completamente ruborizada.

—Eso ya no importa —me dijo abrazándome. Al soltarme me tomó por la cintura y volteamos a ver al resto de los elites.

Satsuki y yo básicamente crecimos juntas, desde niña supe de la situación difícil que ella vivía en casa y prometí guardar su secreto. Llegué a familiarizarme con su familia, con su mayordomo, con su día a día y era algo doloroso ver todo lo que ella debía afrontar fingiendo ser la hija perfecta, adecuada a los ideales de su madre, pero jamás perdí la esperanza en lo que sería la vida después de que Satsuki se viera librada de todo eso.

Eventualmente nuestro lazo creció hasta volverse más que una amistad, descubrimos y experimentamos muchas cosas juntas, el romance, la entrega… la intimidad. Sin embargo, a pesar de las cosas lindas que vivimos era imposible quitarnos de encima la oscura carga de saber el peligro que nos esperaba, es por eso que cuando Satsuki comenzó a reclutar y el plan de la academia Honnōji se puso en marcha acordamos mantener nuestra relación en secreto, eso explicaba perfectamente la sorpresa en la cara de los elites restantes.

—Lady Satsuki, tú y Jakuzure… —dijo Gamagōri.

—Si, Gamagōri —respondía Satsuki. Me hizo sentir bien estar a su lado y ver la seguridad con la que daba a conocer nuestra relación.

—No me sorprende —dijo Inumuta.

— ¡Vaya! Nada se te escapa ¿cierto Inumuta?, Ya que estamos revelando estas cosas ¿por qué no nos cuentas sobre lo tuyo con Iori? —dijo Sanageyama, empujando con el codo a Inumuta.

Pude ver que Iori se puso nervioso a pesar de estar parado más allá de donde estaban los elites, Inumuta se puso nervioso unos segundos pero recuperó la compostura rápidamente.

—Sin comentarios —dijo Inumuta, a lo que Sanageyama respondió riendo.

—Creo que hablo por todos al decir que nos alegramos por ustedes —dijo Sanageyama.

—Satsuki y yo solo sonreímos.

—Y también por ustedes tontos —agregó Sanageyama apretando a Inumuta con un brazo y a Iori con otro.

—Claro, felicidades a todos —dijo Gamagōri con su típica actitud honorable y recta.

—Gamagōri, ¿y cuándo vas a presentarnos oficialmente a tu novia?

— ¡No es mi novia!... Aunque debo admitir que Mankanshoku me parece una chica interesante.

—Más vale que no te tardes en hacer un movimiento, en 2 semanas Satsuki y yo saldremos con Ryūko y Mako.

— ¡Es la oportunidad perfecta Gamagōri! —dijo Sanageyama empujando a Gamagōri.

Después de eso los chicos empezaron a discutir y sugerir cosas a Gamagōri y aproveché ese espacio para hablar un poco más con Satsuki.

—Entonces la reunión será en dos semanas, te veré ahí —le dije abrazándola— ¿estás segura que estarás bien sola estas dos semanas?

—Por supuesto Nonon, además no estaré sola, Soroi estará conmigo. —me dijo descansando su cabeza sobre la mía— ve con tu familia, cuéntales todo y ese día en la noche te mostraré nuestro nuevo hogar.

Al llegar a Tokio cada uno de nosotros siguió un camino diferente, fue difícil despedirme de todos; más allá de los desacuerdos y peleas la verdad es que los quería bastante. Lo que me ayudaba a hacerlo un poco más sencillo es que tan sólo serian 2 semanas, pero después de la graduación y de ver a la academia hundirse podía sentir que esa etapa había terminado y a pesar de todo lo malo que ocurrió también tenía buenos recuerdos.

Días después de dejar la academia Honnōji Satsuki deshizo la corporación Revocs y fundó la corporación Kiryūin que, según me contó durante las llamadas que tuvimos mientras estaba en casa de mis padres, se dedicaría primeramente a ayudar a compensar todo el daño que Revocs causó por el mundo y después a diversas acciones altruistas buscando ayudar en gran variedad de formas.

Durante mi estancia en casa conté a mis padres sobre lo que había ocurrido, ellos se habían enterado en las noticias pero gracias a las precauciones que Satsuki me había ayudado a tomar con ellos la invasión de los Covers no los afectó. Ya habían conocido y tratado a Satsuki desde que éramos niñas así que aprobaron mi idea de irme a vivir con ella, después de todo sentían como que ya lo hacía desde que entré a la academia Honnōji.

Al terminar las 2 semanas en casa de mis padres llegó el día en que me encontraría con Satsuki y los demás nuevamente. Desperté temprano, tome un baño y comencé a pensar en que ropa ponerme. Mis maletas ya estaban hechas desde la noche anterior, pero había dejado unos cuantos cambios posibles fuera para decidir en la mañana, tenía un par de vestidos, al igual que un par de blusas, faldas y 2 pares de zapatos; finalmente me decidí por un vestido rojo con círculos blancos, un gorro negro y unos flats negros para combinar. Soroi pasó por mi después de dejar a Satsuki en el punto donde se encontraría con Ryūko y Mako, ligeramente antes de la hora en que se encontrarían con el resto.

Cuando llegué a la plaza en que me había acordado encontrar con los elites e Iori pude ver a Inumuta e Iori esperando.

— ¡Hola chicos! ¿Iniciando una cita sin esperar a los demás? —dije al acercarme.

—También nos alegra verte —dijo Inumuta.

—Es un lindo vestido, pero no se compara con lo que yo podría hacer —dijo Iori.

—Bueno, no me has regalado ninguno ¿o sí?

—Supongo que no, ya veremos en un futuro —dijo Iori.

Minutos después llegó Sanageyama.

— ¡Hola a todos! Ya pueden dejar de extrañarme —dijo al pararse a nuestro lado.

—Sobreestimas nuestro aprecio —dije en burla.

—Claro, claro —respondió riendo— ¿dónde está Gamagōri? No se habrá arrepentido de llevar a cabo el plan a último minuto.

—Más le vale que no —dijo Inumuta.

—O iremos a buscarlo —agregó Iori.

—Eso no será necesario —dijo Gamagōri parado tras nosotros en un pulcro traje blanco y cargando un lindo ramo de flores rosas.

— ¡Vaya Gamagōri! ¿Planeas lucirte hoy verdad? —dijo Sanageyama.

—No es eso, no podría esperarse una vestimenta menos que adecuada para un hombre que planea declarar sus sentimientos a una mujer —respondió seriamente Gamagōri.

—Es un poco más de lo que esperaba pero funcionará, ahora vamos —dije tomándolo por la muñeca con ambas manos y jalándolo hacia una de las salidas de la plaza.

— ¿A dónde vamos con tanta prisa? —preguntó Gamagōri.

—Satsuki me llamó en la mañana para contarme de lo planeado para el día, pasarán por aquí, además me mandó un mensaje hace poco para decirme que venían caminando hacia acá, debemos escondernos —le dije aún jalándolo.

Pude sentir como se puso algo tenso, pero se dejo dirigir; los demás entendieron la situación y nos siguieron hasta que nos escondimos detrás de un establecimiento.

—Calmado chico grande, todo saldrá bien —dije dándole una palmada a Gamagōri al ver lo nervioso que estaba, sosteniendo las flores con las dos manos.

—Aquí vienen, susurró Inumuta —vigilando por el borde de la pared tras la cual estábamos parados.

Pude ver como Gamagōri se encorvaba de la tensión al escuchar eso, le di otra palmada rápida y me acerqué al borde de la pared para asegurarme de que fuera el momento correcto antes de salir. Dieron la vuelta frente a nosotros, por uno de los caminos de la plaza y al acercarme más vi que Ryūko se quedó ligeramente atrás, parándose por unos segundos.

— ¡Ahora! —Di la señal y pude ver como los chicos empujaban a Gamagōri por el borde de la pared, al estar a punto de llegar al camino Gamagōri se plantó por completo y el avance se detuvo.

— ¡Alto! Puedo hacerlo solo —dijo Gamagōri parándose derecho y acomódense la corbata.

Le mostré el pulgar arriba y después me adelante por el camino hasta llegar a donde estaba Ryūko, luciendo un poco desorientada.

— ¿Qué ocurre Ryūko?

— ¡Oh! Nonon, que bueno que me encontraste, no es nada, vi… algo que me trajo recuerdos.

Di un rápido vistazo a mi alrededor y vi una niña con un uniforme de marinera negro, de inmediato entendí a que se refería Ryūko y eso me conmovió, sin embargo corté el sentimiento después de unos cuantos segundos e hice una señal rápida a Satsuki que caminando junto a Mako había volteado hacia atrás esperando vernos; Satsuki entendió la señal y guió a Mako hacia el aparador de una tienda de mascotas, deteniéndose ambas frente al lugar.

— ¡Listo! —dije volteando a ver a Gamagōri; pude ver como el tragó saliva y se aproximó a donde estaba Mako al mismo tiempo que Satsuki se alejaba hacia nosotros sin que Mako se diera cuenta, ya que estaba completamente entretenida con los animales.

Al llegar a donde estábamos nos tomó a mí y a Ryūko por los brazos, viendo sonriente como Gamagōri se acercaba a Mako; en ese momento el resto de los chicos se paró a nuestro lado, todo pasó tan rápido y todos estábamos completamente expectantes, excepto quizá Ryūko quien no parecía estar segura de lo que ocurría.

—Mankanshoku —dijo Gamagōri con una voz tan solo un poco menos fuerte de lo normal y ocultando las flores tras de él.

— ¡Oh! ¡Hola Gamagōri, que gusto verte! —dijo Mako.

Por unos segundos que me parecieron eternos Gamagōri no reacciono pero después, repentinamente puso una rodilla sobre el piso y levanto las flores a la altura del pecho de Mako.

—Mankanshoku… eres una gran chica con un gran espíritu y una determinación como no había visto antes…

—Que romántico —murmuro Sanageyama, al escucharlo le di una patada. Durante ese momento Mako había dejado caer el saco que cargaba y solo tenía sus manos juntas sobre su pecho.

—… además —seguía Gamagōri— debo admitir que me pareces muy linda; yo… quisiera saber si tu quisieras salir conmigo, y ver si eso podría llevarnos a algo más.

—Yo… —respondió Mankanshoku sin moverse, quedándose callada unos segundos.

—No te preocupes, entiendo —dijo Gamagōri antes de dejar las flores frente a Mako, levantarse y comenzar a caminar para alejarse de todos.

« ¡No seas estúpido, espera!»« pensé al verlo levantarse.

Rápidamente Mako levantó las flores y apresuró el paso para alcanzarlo hasta tomarlo del brazo con la mano libre.

—Mankanshoku… —dijo Gamagōri.

— ¡Claro que acepto salir contigo! ¿¡Cómo podría no hacerlo!? ¡Te vi morir por salvarme! ¡Podemos ir a comer, y luego a pasear y luego a comer otra vez! ¡Podemos… — Mako comenzó a hablar sobre un sinfín de posibilidades se movía en círculos alrededor de Gamagōri y yo no pude escuchar ya nada a excepción de los comentarios de todos ante la situación, que no se hicieron esperar.

— ¿Todo eso fue lo que creo? —preguntó Ryūko.

—Sí, parece que Gamagōri quedó encantado por Mako, ¿quién lo hubiera esperado? —dijo Satsuki.

— ¡Vaya! Parece que el sapo resultó más hábil que el mono —dije.

— ¡Eso no es válido, yo tendría pareja ya, si quisiera! —dijo Sanageyama.

—Claro —dije abrazando a Satsuki— a mi me parece que eres el único que falta. Al escuchar eso Inumuta pasó su brazo sobre el cuello de Iori.

Sanageyama se sintió un poco acorralado al ver esas demostraciones, al menos así lo sentí.

— ¡Claro que no, Ryūko está en la misma situación que yo!

—Yo no estoy interesada en eso por ahora —dijo Ryūko, riendo.

— ¡Yo tampoco! —dijo Sanageyama.

—Claro… —agregué aumentando su exaltación, me pareció bastante gracioso verlo.

En ese momento se acercaron Mako y Gamagōri, Mako reía naturalmente, Gamagōri aún se veía algo nervioso.

— ¿¡Listos para divertirse!? —preguntó Mako.

— ¡Sí! dijimos al unisonó.

Hicimos muchas cosas ese día, fuimos a más de un restaurante, un parque temático, al cine, en fin… un poco de todo. AL atardecer nos despedimos prometiendo estar en contacto y cada uno siguió su camino, Gamagōri dijo que acompañaría a Ryūko y Mako a su casa, Inumuta, Iori y Sanageyama se fueron juntos ya que iban en la misma dirección y finalmente Soroi pasó en el auto por Satsuki y por mí.

—Buenas noches señoritas, espero hayan tenido un lindo día —nos dijo al abrirnos la puerta.

—Gracias Soroi, así fue —dijo Satsuki.

—Si, así fue —agregué sonriendo.

De camino a casa me quedé dormida sobre las piernas de Satsuki mientras ella acariciaba mi cabello, fue algo muy lindo.

—Nonon, hemos llegado —escuché decir en voz baja a Satsuki mientras pasaba su mano por mi mejilla.

—Gracias —dije algo adormilada sentándome para quitarme el cinturón de seguridad.

Me dirigía a bajarme del auto cuando Satsuki me detuvo.

—Espera, yo primero —me dijo.

Ella se bajó mientras Soroi sostenía la puerta.

Aún sin despertar bien bajé del auto y casi al instante Satsuki me levantó, sosteniéndome entre sus brazos.

— ¡Wow! —exclamé al ser levantada.

Al ver a mí alrededor distinguí que estábamos en una mansión rodeada por jardines que apenas distinguía en la oscuridad por las lámparas que estaban apostadas en varios lugares. La mansión era impresionante, de color blanco y con una arquitectura de influencia griega, con grandes ventanas, lámparas y lindas plantas como decoración.

—Esta es… —dije sin completar la frase.

—Nuestro nuevo hogar —dijo Satsuki antes de comenzar a caminar hacia la gran puerta que Soroi ya había abierto.

—Que romántico, ¿vas a cargarme a través del marco de la puerta?

—Así es, dijo Satsuki antes de plantarme un rápido beso en los labios y después entramos.

Fue así como comenzó una nueva etapa de nuestras vidas, una que daba indicios de llegar a ser verdaderamente maravillosa.