Nota de autora: Actualizado (01-05-13): Lo siento u.u las ideas se me fueron y no creo que continúe la historia... gomen, tómenla como una especie de oneshot.
Kamijou Hiroki había tenido un día agotador.
Todo empezó cuando se levantó tarde y perdió el tren a la escuela. Llegó tarde, solo para descubrir que había olvidado los papeles con los que trabajaría ese día. Y además de tener que soportar a la bola de idiotas que eran sus estudiantes, también tuvo que escuchar los reclamos del señor Takatsuki, el director de la escuela. Había tenido la gran "suerte" de que el director pasara por el salón en el preciso momento en que le lanzaba la mota a uno de los idiotas.
La "suerte" de la mañana lo acompañó en la tarde también. El profesor Miyagi, uno de sus colegas, no dejó de molestarlo ni por un segundo.
Oh… había sido un día tan largo…
Kamijou terminó de guardar sus cosas y se preparaba para ir a casa y tomar un (muy) merecido descanso cuando al alzar la vista, notó una silueta dibujada en la puerta del salón.
¡Genial! Ahora uno de los idiotas quería hablar con él.
Mientras se acercaba a la puerta, se preguntó porque el chico no había tocado la puerta para anunciar que estaba allí.
- ¿Si? – Kamijou abrió bruscamente. Ya ni se molestaba en ocultar su malhumor.
- ¡Sensei! – exclamó un adolescente muy alto.
Hiroki lo reconoció. Era uno de los pocos estudiantes que realmente prestaba atención a sus clases. Si su memoria no le fallaba su nombre era…
- ¿Si, Kusama-san?
El joven de cabellos negros se veía algo nervioso, lo cual extrañó al profesor. Kusama no actuaba así normalmente.
- Kamijou-sensei…. Yo… Estoy enamorado de usted. Lo amo – dijo el muchacho mirándole directamente a los ojos.
Las mejillas de Hiroki enrojecieron un poco.
Mientras su mente procesaba las palabras que acababa de escuchar y el profesor pensaba en algo que decir, el sonido de varias voces empezó a escucharse por el pasillo. Hiroki vio como el grupo de amigos que Kusama frecuentaba se acercaba a ellos.
- ¡Nowaki! – el más pequeño de los chicos lo llamó - ¿No vas a jugar hoy? Estamos yendo al campo de fútbol.
El joven Nowaki pareció dudar un momento antes de acercarse un poco al profesor y susurrarle de modo que solo él escuchara: Por favor piense en lo que le dije.
Y en segundos fue a reunirse con sus amigos. Antes de que el grupo desapareciera de su vista, Hiroki notó que el joven volvió la mirada y le observó brevemente.
Kamijou no sabía que hacer. Un estudiante se le había confesado. Un estudiante lo quería.
El llamado demonio Kamijou llegó a su apartamento luego de un día agotador y no pudo descansar como había planeado.
Uno de los idiotas se había encargado de llenar su cabeza de pensamientos extraños.
"Sensei, estoy enamorado de usted"
