Naruto y sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto. Yo solo los utilizo para escribir sin fines de lucro.

Notas al final.


Alerta

—¡Pero cómo es posible que ya te vayas! Solo te quedaste dos semanas.

Sakura respiró profundo por quinta vez, esperando que se oxigenaran sus neuronas y pudiera, de una vez, relajar todos los músculos en tensión. Sasuke no parecía reparar en ella, más concentrado en colocarse las sandalias ninjas. Sakura odiaba aquella indumentaria que llevaba su esposo en aquel momento: la capa oscura; la katana estratégicamente colocada para que no se notase demasiado, y aun así el mango podía verse al sobresalir; el bolso de viaje; las sandalias algo desgastadas. Su ropa no era nueva ni vieja, solo práctica, ideal para largas caminatas en lugares inhóspitos y engañosos. La mujer de ojos verdes no odiaba su apariencia, odiaba lo que significaba: que él se iba de misión.

El problema no eran las misiones; ella era ninja también, y por supuesto, le asignaban algunas de gran complejidad, sobre todo teniendo en cuenta su propia capacidad y lo que significaba al poder mantener la salud de sus compañeros; inclusive podían enviarla por dos semanas fuera, para levantar pequeños poblados en el País del Fuego asolados por alguna peste. Pero incluso siendo así, al ser madre, tampoco la forzaban a alejarse de su pequeña de cinco años, y podía apostar toda su cabellera rosa a que a ningún ninja casado y con familia le asignaban misiones tan largas como a Sasuke.

Podría echarle la culpa al Hokage, de no ser porque era su propio mejor amigo: Uzumaki Naruto, y ella era plenamente consciente de que Naruto no lo forzaba a ninguna misión, exceptuando las urgentes, que no eran muchas dados los tiempos de paz; Sakura podía asegurar que eran más necesarias sus intervenciones como ninja médico que las de Sasuke con posibles conspiraciones enemigas. Siendo esto así, la culpa recaía por entero en su apático esposo.

Solo Dios sabía cuánto ella entendía su necesidad por congraciarse con la aldea que estuvo a punto de destruir, pero aquello era pasado, y si bien no todos confiaban en él, al menos le guardaban respeto, y contaban con su auxilio por si la aldea se viera atacada; pero Sasuke no entendía, era la persona más terca e inflexible que había conocido.

"Yo podría decir lo mismo de ti, Sakura", replicaba Uchiha, y Sakura se veía forzada a alejar la lengua de sus dientes para no morderse y envenenarse a sí misma. Si ella era rencorosa, Sasuke lo era aún más: él no olvidaba su imprudencia al salir con un escuadrón médico mientras estaba embarazada; por supuesto, no era consciente de esto, y se enteró en medio de la misión al caer desmayada al final de una batalla. No planeó decirle a Sasuke hasta que Naruto se le adelantó, muy molesto con ella por arriesgarse, y así Uchiha se enteró.

—Intenta encontrar la lagartija que te dije, papá; según mi libro, pueden estar más al norte —Sasuke la observó y asintió.

Por gracioso que fuera, el hombre se tomaba muy en serio las peticiones de su hija. A Sarada le interesaban los animales exóticos, y su madre le había regalado un libro con cientos de nombres científicos y características; la niña solía asociar los hábitats de los animales con los propios de las naciones shinobi, y Sasuke era el encargado de notificarle si existían en esa zona o no; luego Sarada lo anotaba en una carpeta de campo. A veces su padre le traía mariposas entre sus pergaminos, pero a Sarada no le agradaba mucho la idea de tener un animalito muerto en su carpeta, aunque las aceptaba de igual modo.

—No estaré fuera mucho tiempo —dijo el hombre de ojos oscuros. Su niña le sonrió —Sarada no solía sonreír mucho, pero con sus padres era muy dulce— y le abrazó, solo alcanzando a rodear sus piernas; Sasuke se agachó hasta terminar sobre sus rodillas y pasó un brazo por su pequeña espalda, acercándola a él.

Sakura rodó sus ojos y cruzó los brazos al escucharlo hablar. Por supuesto que no le creía, siempre decía lo mismo y se iba por semanas que se le hacían eternas. Cuando Sasuke soltó a Sarada, se acercó a Sakura para despedirse, y ella corrió ligeramente el rostro a un costado para ofrecerle una bonita imagen de su mejilla; pronto sintió una mano apresar su mandíbula, y la boca de Sasuke se encontró con la suya en un beso rápido pero indudablemente profundo, tanto que su cabeza se echó hacia atrás y, antes de alejarse, él aprisionó su labio inferior, tirando un poco de él. El hombre le ofreció una sonrisa socarrona y victoriosa, que ella respondió estrechando los ojos con una mirada de serpiente: peligrosa y aguerrida. Podían tomarlo por loco, pero le gustaba cabrearla.


—Tu problema, Sakura, es que él se siente muy seguro.

Ino había decidido almorzar con su amiga de ojos verdes al verla especialmente irritable. Haruno —porque Sakura seguía llamándose con su apellido de soltera— le habló de su frustración por los reiterados viajes de Sasuke, o más bien, por lo largos que estos resultaban.

—¿De qué hablas, Ino? —cuestionó Sakura, y luego un halo de depresión se posó en su rostro —. ¿No será que encontró a otra mujer? Quizá… —detuvo sus palabras cuando Ino le lanzó una miga de pan en la frente.

—No seas estúpida; aunque me moleste decirlo, es más probable que Sai me engañe a mí antes que a Sasuke se le cruce por la cabeza traicionarte. Tu demente esposo es muy complejo, ¿qué mujer, además de ti, sería tan tonta como para soportarlo?

—Pero… ya sabes, si una mujer fuera muy atractiva y quisiera tentarlo…

—Olvidas que Sasuke es un témpano de hielo. En verdad, hasta que lo vi besarte como lo hizo cuando volvió a la aldea, juraría que no le interesaba el sexo en lo absoluto —Sakura se sonrojó y le dio un manotazo para que no hablara tan alto —. ¿O qué crees? No te niego que muchas aldeanas y ninjas lo miran, incluso hay algunas locas que parecen olvidar quién eres tú y tu fuerza de bestia, y se le intentan acercar, pero el pasa de ellas como insectos. Si te digo que tú eres la única mujer en su vida, además de Sarada‐chan, es porque es así; ya sabes que no soy tan ingenua como tú.

Sakura le sonrió ligeramente, con los ánimos renovados y recuperando rápidamente su autoestima.

—Así que el problema no es él, eres tú —continuó Ino —. Sasuke no es idiota, y sabe que tú nunca lo dejarías, por eso esta tan seguro como para dejarte tanto tiempo. Sinceramente pienso que él no esta al tanto de tu multitud de fans.

—Ino, en verdad, tu mente no funciona bien. No tengo multitud de fans, y tampoco debería tenerlos: soy una mujer casada y tengo una hija de cinco años; hay muchos partidos mejores que yo.

—Sin contar que todos saben quién es tu esposo y que arrancaría cabezas si ve su territorio amenazado —Ino aseguró de lo más tranquila, y Sakura estuvo a punto de replicarle que Sasuke no era así —, y no me digas que no, porque creeré que el amor nubló tu juicio. Volviendo al tema, si en verdad quieres que él se quede más tiempo en Konoha, hazle notar que si te descuida otro tomará su lugar; los hombres son básicos en cuanto a celos.

—¡No haré eso! Y acabas de decir que Sasuke es complejo.

—Complejo con las demás, contigo es instintivo, como cualquier otro hombre enamorado. Harás como yo te digo, Sakura,;soy tu amiga y solucionaré todos tus problemas maritales.

La de ojos verdes suspiró llevando su mano al puente de su nariz —En la cantidad de problemas que me meteré por tu culpa…

—Lo único que nos falta es alguien que se lo diga a Sasuke; alguien que tenga contacto con él y que tenga su confianza, además de ser un metiche…

Ambas se observaron; Sakura con una luz de revelación en los ojos, Ino con su mirada azul llena de picardía —Naruto.


Ino caminaba con Naruto por las calles de Konoha. Ella lo había invitado a su casa porque Sai quería charlar con él; lo de Sai era mentira, pero Naruto aceptó, muy animado por ponerse al tanto con su extraño amigo lector. Fue cuando el rubio se detuvo mirando algo a lo lejos que Ino sonrió con malignidad.

—¿Qué estan haciendo Sakura‐chan y Sara‐chan con ese tipo? ¿Quién es?

Ino arrastró a Naruto del brazo y ambos rubios se escondieron tras una pared. Podían ver fácilmente la cabellera llamativa de Sakura; vestía casualmente y de la mano llevaba a Sarada, parecía que ambas iban de camino al parque. Frente a ellas estaba un chico algo joven, que quizá rondaba la veintena; era un poco más alto que Haruno, y aunque tenía brazos fuertes, era de contextura más bien delgada.

—Ahh, ese chico debe ser del País de las Olas; ¿recuerdas que muchos carpinteros vinieron con Tazuna para darle mantenimiento al Monumento de los Hokage? —dijo Ino, pero Naruto seguía con la vista al frente, sorpresivamente serio.

—Sí, pero ¿De dónde conoce ese chico a Sakura‐chan?

—No lo sé, Naruto, quizá es un nuevo amigo —comentó maliciosa, y el rubio la observó.

—Pues yo lo veo muy cerca de ella ´ttebayo, ¿qué no sabe que es una mujer casada?

Si bien los juicios de Naruto no se podían tomar muy en serio, esta vez no era el caso. El chico sí estaba muy cerca de Sakura, y esto a la de ojos verdes no le agradaba mucho, pero intentaba mantenerse tranquila, consciente que Naruto e Ino estaban mirando. Todo era culpa de su amiga, porque de la nada ese chico había aparecido para hablarle, sonrojado y hasta tartamudeando, y ella no era alguien descortés como para mandar a freír espárragos a un pobre chico manipulado por su amiga rubia; luego se encargaría de ella, eso era seguro. Sarada no estaba mejor que su madre, de hecho, no hacía esfuerzos por ocultar las cuchillas de obsidiana en que se habían transformado sus ojos, y constantemente tiraba de la mano de su madre para que de una vez fueran al parque.

Al fin el chico se despidió, alborotando los cabellos de Sarada y dándole un beso en la mejilla a Sakura, un poco cerca de la comisura de sus labios, para consternación de las mujeres Uchiha; raudamente retomaron el paso hacia su destino. A Naruto se le había desencajado la mandíbula… las intenciones de ese chico eran tan obvias ¿¡Qué carajo le pasaba por la cabeza!? ¿Y por qué Sakura no lo había mandado al inframundo de un puñetazo? ¿O por qué Sarada no parecía incómoda? —Claramente Naruto no notó el rostro disconforme de la niña—.

—Escúchame bien, lento —amenazó Ino, ante la sorpresa de Uzumaki —. Sé que te carteas con Sasuke ¡Ni se te ocurra decirle esto! Vi tu cara y seguramente estas interpretando mal las cosas —Naruto pareció relajarse, y como eso no era lo que Yamanka buscaba, añadió —: Es decir, no es como si ese chico pudiera enamorar a Sakura, aunque parecía llevarse bien con Sarada, y eso siempre atrae a las madres —mintió descaradamente.

Naruto ensanchó sus ojos, como si Ino hubiera pronunciando blasfemias en un idioma grotesco.

—¡P‐Pero qué crees, Ino! ¡Yo jamás le diría algo así al Teme!


Sasuke se encontraba descansando en las raíces de un árbol dentro de la profundidad del bosque; parecía un lugar antiguo y poco transitado, porque los líquenes y musgos dominaban, al igual que los árboles de tamaños imponentes.

Por fin tenía un momento libre, y se había dedicado a buscar la famosa lagartija de su hija. La luz se colaba con dificultad, pero Sasuke no tenía problemas para ver, y menos aún para oír, porque el silencio era una propiedad de ese lugar, por eso no le costó escuchar el aleteo de un águila mensajera. Traía un mensaje de Naruto. Uchiha estaba acostumbrado a las cartas del Dobe, ya que él, por ser Hokage y asignar la misión, siempre estaba al tanto de su recorrido. Sasuke casi nunca le respondía, más que para avisarle si se tardaría más o regresaría antes a la aldea, pero el hombre de ojos negros nunca se quejaba de la comunicación con el rubio, porque así lograba estar al tanto de su familia; Naruto sabía lo irascible que se podía poner Sasuke si no le hablaba de cómo estaban Sakura y Sarada.

Primero tuvo que leer estupideces, como que Naruto planeaba convencer a Ichiraku de llevar su restaurant de ramen cerca de su casa, y estaba a punto de tirar la misiva cuando leyó una línea que capturó por completo su atención, y luego no pudo parar de releer todo el contenido posterior.

Decía así:

"Oye, Teme, hay algo que me llamó la atención de Sakura‐chan y Sara‐chan.

Estaba caminando con Ino a su casa ¿Puedes creer que Sai me invitó a comer? Al fin se esta convirtiendo en alguien normal, aunque sigue con esos libros raros. En fin, vimos a Sakura con Sarada, y le hablaban a un tipo del País de las Olas, creo que es la primera vez que esta en Konoha. Oye, no pienses mal, eso fue lo que Ino también me dijo a mí, ¡pero me prohibió que te contara esto! Y ya sabes que ellas son amigas, ¿será que Ino sabe algo y por eso esta tan a la defensiva? Porque ella siempre la defiende.

¿Sabes que más me dijo? Que ese chico podía ser un amigo de Sakura, y no lo niego, pero yo no le vi unas intensiones muy limpias 'ttebayo, parecía que Sakura le atraía… ¡Lo cual no es raro si lo piensas bien! Sakura es muy hermosa y una ninja conocida en todas las naciones, quizá el piensa que es una madre soltera… ¿Sabes cómo llegué a esta conclusión? ¡Me felicitarás! Ino dijo que los hombres que se llevan bien con los hijos de las mujeres las atraen ¡Y parecía llevarse bien con Sarada! Hasta le acarició el pelo cuando se despidió, y Sara‐chan no se mostró enojada. Seguramente el chico no sabe que Sakura esta casada, y menos contigo, por eso de ser de otro lado.

Yo no sé, Teme; no estoy queriendo decir que te quieren serruchar el piso, igual yo soy un mal pensado, pero si estas tanto tiempo lejos de Konoha… ¿No crees que estas descuidando a tu mujer? ¡Deberías estar más alerta!

Ah, ¿cuándo vuelves? Sakura no pasó a preguntar, lo que se me hace raro, pero igual le diré. ¿Me traes un regalo? Eres un tacaño, nunca me traes nada".

El papel se quemó por culpa de un fuego agresivo en la mano de Sasuke. Sus ojos negros mostraban un brillo peligroso. Naruto era idiota, pero no quería decir que fuera ciego. ¿Qué debía estar alerta? Si será Dobe… para eso estaba él, informándole todo lo que pasaba en sus ausencias.

Lo lamentaba por su niña, pero en otra misión intentaría encontrar su bicho.


Estaba atardeciendo en Konoha, y una luz rojiza se colaba por la ventana de la cocina. Sakura terminaba de aprender una receta de galletas con chocolate amargo que a su hija le iba a gustar —y a su esposo si estuviera—. Últimamente estaba aprendiendo a cocinar, una proeza de la que ni ella se creía capaz, pero con Sarada no servía solo darle comida nutritiva, debía cocinarle algo rico también. Su hija, sentada a su lado, cortaba el chocolate en cubos.

De pronto Sakura sintió el chakra potente, y algo descontrolado, de su esposo. Al principio se alegró muchísimo, porque solo habían pasado dos días desde… desde el plan de Ino. Oh, no, no podía ser cierto. Se le cayó un cuchillo de la impresión y Sarada la observó confundida, hasta que su padre entró en la cocina y capturó por completo su atención.

—¡Papi! —escuchó Sakura a su hija, tan feliz que le estremeció el corazón de ternura.

—Hola, hija, ¿me extrañaste?

—¡Mucho! —decía mientras lo abrazaba; él le pasó la mano por su cabeza sin desacomodarle ni un solo cabello.

—Bien, y espero que no dejes que algún extraño te acaricie la cabeza, ¿de acuerdo?

Sakura se congeló en su lugar y Sasuke le envió una mirada muy elocuente. Naruto le había ido con el chisme y Sakura tenía muchas ganas de mandarlo al hospital y encargarse ella misma de "curarlo".

—Ve por tu libro de animales, voy a fijarme si vi tu lagartija —ambos Uchiha se sonrieron y la pequeña fue a su habitación dando brincos.

Rápidamente Sakura se encontró acorralada entre su marido y la mesada, él pasó un brazo por su cintura atrayéndola a él, logrando que su mujer se arqueara ligeramente dejándola a su merced. Él la escrutaba con su mirada, y había un fuego rencoroso en esas obsidianas que tenía por ojos; Sakura se sintió de pronto pequeña ante la autoridad de su altura. Sasuke era muy alto, y aunque a ella le gustara, en esta ocasión no le atraía la idea de que él pareciera tener tanto dominio. Los labios masculinos se posaron ligeramente sobre los de ella, siempre con su mirada fría dirigida a las esmeraldas de Sakura.

—¿Así que él te besó como yo lo estoy haciendo ahora?

Sakura abrió la boca indignada —¡No es cierto! ¡El chico solo me beso la mejilla!

El del sharingan frunció el entrecejo, dándole agresividad a su mirada; su mandíbula se tensó, a Sakura le pareció escuchar sus dientes chocar entre sí.

—Así que el idiota te tocó y a mí me niegas un beso cuando me voy.

Haruno se dio cuenta, tarde, de que había caído en la trampa. "¡Maldito y manipulador Uchiha!", pensó. Su esposo no perdió el tiempo y delineó toda la longitud de su cuello con la lengua, terminando en el lóbulo de su oreja y dando un mordisco fuerte; Sakura se quejó adolorida, pero Uchiha la miraba rencoroso.

—Papa, ya tengo el libro —ingresó la pequeña en la cocina, encontrando a su madre aún cerca de la encimera con las mejillas sonrojadas, a ella le pareció gracioso. Su padre estaba sentado en la mesa, algo tenso, pudo notar, pero le devolvió la llamada con una sonrisa discreta.

Mientras los Uchiha de cabellos y ojos negros pasaban páginas, Sasuke observó de reojo a su esposa; ella se estremeció, consciente de que esa noche habría una guerra en su cama, lo quisiera o no. Entre el orgullo de ella y los celos de su marido ninguno iba a ceder, pero tenía el presentimiento de que Sasuke le pasaría factura —y con intereses— de el mal rato que le hizo pasar.

Mañana, si su esposo no la ataba a la cama, o hasta que se asegurase que el chico de las Olas no estaba en Konoha, iría a prenderle fuego la florería de Ino. Aunque algo bueno había pasado: Sasuke estaba en casa.


¡Hola! Tenía ganas de hacer una serie de OS y drabbles, pero este en particular me quedó un poco largo. En fin, espero que les guste y dejen comentarios de ser el caso; ya saben que los reviews son una forma de alimentar el hornito de la creatividad que las escritoras tenemos(? Suena cursi pero anyway.

Estoy obsesionada con esta familia D:, y sé que no soy la única, así que espero que me perdonen mi locura SS. Por cierto, en julio (¿o era junio') saldrá la novela de Sakura, y malas lenguas dicen que contará el momento en que Sasukito se enamoró de ella (O más bien, creo yo, se animó a confesarse; yo estoy segura que él lleva enamorado de ella muuuucho tiempo y nadie me convencerá de lo contrario) xD Así que estoy muy ansiosa, tenemos SasuSaku para rato, ayyyy3

Y ya saben, las palabritas de amor y las cartas bomba van en la caja de reviews. Den follow si quieren seguir estas mini-historias ;) (Secretamente me estoy preparando mentalmente para hacer un fic; ideas tengo, al menos) jaja. ¡Muchos besos!