Hola chicos esta es una nueva historia, la otra no la voy a poder continuar, una disculpa pero espero que esta les guste.
No me hago dueña por los personajes.
Tenia muy en claro que en cuanto llegara a casa su madre sería la que la estaría esperando, pero aun así ella no se detuvo hasta terminar cansada de estar practicando en el dojo al que ella asistía todos los días sin falta. Su sensei era consiente de que ella por las noches se quedaba en el dojo así que decidió darle unas llaves que le servirían para entrar y salir las 24 horas del día y aunque sus padres le habían permitido una hora de llegada ella de vez en cuando no lo respetaba, ese día era uno de ellos.
Condujo en su lujo auto a su casa, pasaba de la media noche, así que iba una hora y media tarde del horario que sus padres le habían propuesto, ya podía oír desde esa distancia a su madre diciéndole que no le agradaba la idea de que hiciera karate y a su padre apoyando a lo que su madre le decía. Ya varias veces habían amenazado a Kim con que se mudarían para que ella dejara de asistir al dojo tan tarde pero ella no le tomaba importancia, solo eran promesas o si se puede decir amenazas que se quedaban flotando en el aire. Y si algún día eso ocurriera se las arreglaría para buscar un dojo y asistir a ese por las noches sin que sus padres se dieran cuenta.
Con mucho cuidado abrió la puerta de su casa y trato de subir la escalera en silencio, creyó que la había librado al ver que sus padres no la esperaban en la sala y que ya estarían dormidos pero cuando abrió la puerta de su habitación y encendió la luz pudo distinguir a sus padres sentados en su cama esperándola –Kim, hija pasa una hora y media de tu tiempo de llegada- menciono su madre un tanto enojada pero trato de mostrar un poco de calma –Lo se, lo siento mamá, no me fije en el tiempo- trato de justificar Kim pero sabia que todo lo que dijera sería en vano –Mira Thea relájate, hemos tomado una decisión y tenemos que informarle- de inmediato Kim miro a su padre por lo que había dicho y no contuvo la necesidad de cuestionarlos –¿De que están hablando? ¿Cuál decisión?- miro interrogativa a sus padres, y su padre fue quien prosiguió –Kim ya te lo habíamos advertido pero no hiciste caso, así que lo más pronto que podamos nos mudaremos-.
Estaba perpleja, Kim creía que sus padres no podían hablar en serio a donde podían ir además tenían que comprar una nueva casa y por lo que ella sabia no habían visto ninguna –No es posible- logro pronunciar –Te lo dijimos varias veces, y seguiste llegando tarde después de que te permitimos una hora de llegada- su madre le dijo algo ya más calmada –Y hemos visto que en Seaford venden una casa muy hermosa la cual no dudamos en comprar y lo más pronto posible nos mudaremos, y tu papá ya ha conseguido un trabajo- concluyo su madre y como no faltaba mucho para que acabaran la vacaciones del verano a sus padres no les preocupo que tuviera que empezar en una nueva escuela –Pero solo porque voy a practicar Karate- no terminaba de entender porque estaban haciendo todo esto –Hija ya te hemos dicho que no nos gusta que estés tan tarde en el dojo y esto a llegado muy lejos además no será tan malo que nos mudemos podrás continuar la preparatoria allá. Veras que no es tan malo- le dijo su padre mientras ambos se levantaban de la cama –Solo queremos lo mejor para ti y para tu hermana sabes que las queremos mucho- dijo su madre al salir junto con su padre y cerraban la puerta detrás de ellos.
Si, Kim tenía una hermana de 16 años se llamaba Leila, Kim era la mayor por un año hacían cosas juntas pero eso si no compartían el mismo deporte a Kim le encantaba el karate y a su hermana le gustaba mucho el vóley, pero aun así se llevaban muy bien compartían secretos e iban a fiestas juntas.
Poco a poco la gran casa donde Kim vivía se fue quedando vacía y no faltaba mucho para que se mudaran así que el ultimo día que estuvo en L.A. se despidió de sus dos mejores amigas. Viana y Rachel. Se despidió de ellas afuera de su antigua casa y subió a su auto y ella conduciría acompañada de Leila detrás de sus padres que serian quienes guiarían el camino hasta su nuevo hogar, Seaford, y detrás de ella vendría la mudanza.
Iban en silencio y Kim fue quien lo rompió –Lo siento- dijo casi en un susurro Kim que a penas su hermana logro escucharla –¿Lo sientes? ¿Por qué?- su hermana volteo a verla –Por mi culpa nos estamos mudando- dijo Kim sin despegar los ojos del camino –Bueno, es un poco injusto que te culpes por todo esto. Sabes creo que mis papás ya tenían pensado mudarse, no creo que todo sea culpa tuya. Kim además si te dijeron lo que te dijeron es porque les preocupa que estés tan tarde en el dojo. Además ya se que te las arreglaras para buscar un dojo en Seaford y poder entrenar ahí- dijo Leila y ante lo ultimo que dijo Kim se sorprendió e hizo que esta vez si despegara un poco los ojos –Wow, Leila me conoces bastante bien- pronunció Kim y Leila asintió sonriente –Y tranquila yo ya veré como cubrirte cuando te escapes- ambas sonrieron y continuaron su camino en silencio detrás de sus padres.
Aunque viajaron por casi solo dos horas para ambas chicas fue una eternidad y al bajar del auto y vieron la casa les fascino por completo era muy hermosa, grande y acogedora cada una escogió una habitación la cual decoraron a su gusto.
En la mañana Kim bajo a almorzar y vio que su familia estaba en la mesa y ella los acompaño –Buenos Días- saludo y comió un poco de fruta –Bueno yo tengo que hacer unas llamadas, con permiso- dijo su padre, el era un hombre muy ocupado, era un exitoso empresario y tendría que buscar un lugar donde instalarse para continuar con su trabajo, también tendría que buscar algunos empleados que atendieran la gran casa y tal vez para el final del día ya habría algunos –Esta bien Steve, pero espero que estés de vuelta para la cena- dijo su madre –Estaré aquí- le dio un beso a su esposa y salió del comedor –Bueno, chicas iré a dar una vuelta por el centro comercial y comprare unas cosas ¿Quieren venir?- les pregunto su madre y como no tenían nada que hacer en aquella casa accedieron a ir, ambas subieron se dieron una ducha, se arreglaron y subieron en la camioneta de su madre para ir de compras.
Tenían vario tiempo comprando cosas y pasaron al lado de un restaurante donde Kim se percato que había mucha gente se fijo en el nombre y vio que decía en letras grandes "Falafel Phil´s", y justo enfrente había un dojo y el nombre del dojo era "Bobby Wasabi" ese nombre se le hizo parecido y recordó que un día estaba viendo una película sobre un hombre ninja con el mismo nombre y decidió encaminarse hacía allá y noto que estaba cerrado, pero no dudo en regresar porque de una forma u otra ese era el dojo en el que quería entrar.
Busco a su madre y a su hermana y las encontró en una tienda de ropa –Kim, ¿Dónde estabas?- le pregunto su madre –Solo me distraje viendo otras cosas- respondió –Mamá ¿crees que te falte mucho?- pregunto Kim y es que ella ya estaba cansada –Tal vez, ¿quieres hacer otra cosa?- dijo su madre –Pues quería dar una vuelta por la playa- respondió Kim –Esta bien, ¿Leila quieres ir con Kim?- le pregunto su madre a su hermana que veía unas blusas –No, aquí me quedo- dijo y agarro 3 blusas y se dirigió a los vestidores –Bueno cuando acabemos de las compras te llamo para que te regreses- dijo su madre y Kim salió de la tienda hacia la playa.
Comenzó a caminar por la arena y había mucha gente así que trato de alejarse un poco y vio una especie de choza de madera que estaba como abandonada y le llamo mucho la atención, cuando entró noto que estaba muy sucio y cuando se dispuso a salir algo o alguien abrió la puerta de golpe y la empujo al interior y se recargo en la pared con un brusco golpe –Oye ¿Qué es lo que te…?- le grito al chico que había entrado bruscamente pero este la callo con su mano y dejando sus cuerpos pegados y ella lo miro con atención el chico se miraba divertido y se asomaba por la pequeña ventana que tenían aquel espacio. Lo miro detalladamente y no pudo evitar pensar que era muy guapo, el se relajo y la soltó –Lo siento, es que trataba de escapar de unos amigos- le explico y aun no retiraba su mano y aun seguían juntos, Kim señalo su mano y el reacciono y la quito lentamente ya que observo a Kim y al igual que ella el creyó que era muy guapa y en ese momento sus ojos se conectaron y ambos no podían dejar de mirarse, se estaba sintiendo nerviosa ningún chico la había puesto así, mientras se miraban ella vio a hacia sus labios y pudo distinguir que se movían pero no supo si dijeron algo o no, estaban tan cerca y ninguno hacía nada para separarse solo estaban ahí viéndose a los ojos el uno al otro y fue interrumpido su momento porque un chico latino de cabello oscuro abrió la puerta de golpe y eso fue lo que los separo, el chico latino solo se les quedo viendo a ambos y Kim salió a toda prisa de aquel lugar. Sin embargo el chico con el que había estado dentro se asomo para verla alejarse –¿Quién era ella Jack?- pregunto su amigo –No lo se, Jerry- respondió.
Mientras regresaba con su madre Kim recibió un mensaje de su hermana donde decía que tenía que regresar, así que Kim no lo dudo y se fue al estacionamiento del centro comercial para ver a Leila y a su madre con muchas bolsas. Subieron a la camioneta y regresaron a su nueva casa. Cuando se fue a dormir no podía dejar de pensar en la imagen del los labios del chico y en que habían articulado algo y tal vez no había escuchado bien o se lo había imaginado, pero podía jurar que aquel chico de cabello castaño había pronunciado dos palabras: "Eres hermosa".
