Antes que nada quiero pedir disculpas por ausentarme tanto tiempo pero mi computadora de escritorio se descompuso y está en el taller. Hasta hace una semana mi hermano acepto prestarme su laptop, así que empezare a escribir de nuevo.
Espero que les guste esta nueva historia.
Disclaimer: Los personajes de Sekaiichi Hatsukoi y Jonju Romantica pertenecen a su majestad Shingiku Nakamura.
Pareja principal: Takano Masamune x Onodera Ritsu (Nostálgica).
Otras parejas: Romántica, Terrorista y Trifecta como las de mayor protagonismo.
Aclaraciones:
En letra normal, los eventos en tiempo presente.
En letra cursiva, los eventos en tiempo pasado.
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El lazo que nos une.
1
Una verdad dolorosa.
Masamune Takano bajo de su auto lo más rápido que sus pies se lo permitieron al ver a Ritsu Onodera entrar al complejo de departamentos. Toda la tarde había tratado de localizarlo pero el castaño no le contestaba el celular. Busco en todos los lugares que sabía que frecuentaba sin encontrar algún indicio de su paradero. En su desesperación visito algunos hospitales y estaciones de policía de la zona sin hallarlo. Ahora que al fin había vuelto a casa tenía que darle muchas explicaciones. Takano corrió para alcanzarlo en el ascensor pero este se cerró a menos de medio metro de distancia. Furioso, subió las escaleras a zancadas. Llego al piso donde vivía justo cuando Ritsu buscaba las llaves para abrir su departamento.
─¡Onodera! ─grito sin recibir respuesta. El sonido de las llaves cayendo al suelo le dijo que el castaño no se había dado cuenta de su presencia─ ¿Ritsu, estás bien?
El aludido se apresuró a recoger las llaves y abrir la puerta para escapar de las posibles preguntas del moreno. Lo único que quería en ese momento era estar solo, después hablaría con Masamune. Un brazo se interpuso entre la puerta y su persona. Empujo al intruso hacia afuera pero este no se movió ni un milímetro.
─¡Takano-san deja de molestar!... ─grito e intento cerrar la puerta con todas sus fuerzas─ ¡Masamune…!
El moreno entro sin pedir permiso como era su costumbre y cerró la puerta tras él. Ritsu antes de ser atrapado se escabullo a su habitación pero sin darse cuenta su vecino se coló de nuevo al esquivar el portazo en la cara.
─Tengo mucho sueño, vete.
Ritsu se metió a la cama sin cambiarse de ropa y escondió la cara entre las sabanas. Escucho la puerta de la habitación cerrarse y un silencio lo envolvió por un par de minutos. Espero pacientemente cinco minutos y al no escuchar abrirse la puerta de nuevo, suspiro de alivio. El castaño sintiéndose a salvo, asomo la cabeza entre las mantas sin ver a su insistente primer amor en la habitación.
─Si crees que te voy a dejar solo estas muy equivocado.
─¡Ah!... ─Masamune se encontraba en la cabecera de la cama─ ¡Te dije que te marcharas!
─No lo hare, Ritsu… ─el moreno tomo el rostro de su pareja entre sus manos─ ¿Dime quien te hizo llorar?
─¡Eh!
Takano seco sus lágrimas con un par de besos haciendo que el castaño se congelara en su lugar al sentir las manos del moreno envolviéndolo en un tierno abrazo. Desde que lo vio en el ascensor, Masamune se dio cuenta que algo muy grave le sucedía a su novio, pues Ritsu había dejado de ser tan esquivo cuando iniciaron una relación de pareja hace un par de semanas. El moreno afianzo más sus brazos alrededor de su amado para hacerle saber que contaba con él.
─Ritsu, a quien te haya hecho llorar le arrancare los ojos.
─Takano-san… ─susurro y un par de lágrimas se deslizaron por sus mejillas─. No… yo…
─Shhh… ─Masamune lo silenció con un tierno beso─. Hablaremos cuando estés listo.
Ambos se acomodaron en la cama sin dejar de abrazarse. El castaño se sumergió en los recuerdos de lo que había vivido ese día.
La cena con sus padres no fue tan incómoda como pensó, hacía años que no compartían los alimentos sin sacar a colación su compromiso con Ann Kohinata con el cual estaba en total desacuerdo y se negaba a cumplir. Al terminar la cena su padre le dijo que tenía sus chocolates favoritos en su despacho. Ritsu contento se dirigió en busca de esos chocolates que compartiría con Takano-san y sus compañeros de Esmeralda. Busco entre los cajones y después de mucho buscar los hallo en el último estante del librero, al tirar de la caja, su brazo golpeo el estante inferior y cayeron un par de libros y un sobre amarillo, los recogió e iba a colocar en su lugar el sobre cuando se dio cuenta que iba dirigido a él.
─¿Para mí? ─se preguntó el castaño curioso, si era del trabajo debieron enviarlo a su departamento. Lo abrió y lo que leyó le cayó como un balde agua fría, sus manos empezaron a temblarle, la sensación de un nudo en la garganta y un mareo lo envolvieron como un aura. Apretó el sobre entre sus manos, con ira y decepción se dirigió a toda velocidad a la sala de estar y sin poder contenerse estallo su furia sobre los culpables:
─¡Cómo pudieron ser capaces de hacerme esto! ─grito con voz quebrada─ ¡Confié en ustedes!
─¿Hijo, que sucede?
─Esto ─aventó el sobre a las manos de sus padres. Ellos tomaron el sobre y sin leerlo supieron a que se refería su hijo.
─Ritsu, lo hicimos pensando en tu bien.
─¿Cómo pensabas cuidarlo cuando solo eras un niño? ─intervino su madre─. Fue lo mejor.
─¡Por mi bien! ─Ritsu espetó con ira─ ¡Si todo este tiempo nunca estuve bien!
El castaño se acercó a su padre pero antes de llegar hasta el, los guardaespaldas de Kenji Onodera agarraron al joven amo, alejándolo de su padre para evitar una tragedia más grande.
─¡Suéltenme! ─Ritsu pataleo en busca de libertad─ ¡Diles que me suelten o…!
─No lo harán hasta que te calmes, hijo.
─¡No vuelvas a llamarme así! ─el castaño de un movimiento se deshizo del agarre del par de hombres, esas clases de karate sirvieron de algo─. ¡No quiero volverlos a ver en mi vida!
Ritsu Onodera salió con paso firme de la casa de su padre seguido de cerca por los guardias por si intentaba atacar a su jefe otra vez. El castaño subió a un taxi y en todo el camino se la paso sumido en sus recuerdos. Al llegar al edificio salió del vehículo como un autómata y subió al ascensor.
─Como pudieron hacerme eso…
─Ritsu…
El aludido no despertó, siguió en sus sueños aferrando sus manos a la camisa de Takano.
─Sempai, no me dejes…
Masamune obedeció. En el fondo quería saber sobre lo sucedido pero no deseaba incomodar al castaño y que este lo echara de su lado después de lograr acercarse tanto. Quince minutos más tarde la respiración de Ritsu era acompasada confirmando que estaba profundamente dormido. El moreno aprovecho para telefonear a Marukawa Shoten para notificar a Isaka-san y al grupo Esmeralda que él y el castaño no irían al trabajo por cuestiones de salud. Isaka-san respondió que si querían estar encerrados dándose amor por todo un día que no necesitaban inventar excusas. Takano de buena forma se hubiera reído pero como estaban las cosas solo agrego un seco gracias y colgó. Preparo una cena ligera que era lo que mejor sabía hacer, necesitaba pedirle a Yokozawa clases de cocina. No quería despertar al castaño pero tenía que alimentarse.
─Ritsu, come.
El castaño se volvió a cubrir con las sabanas y alego no tener hambre y por más que Takano intento hacerlo probar bocado después de media hora se rindió.
─Si sigues así te enfermaras de verdad.
─Solo quiero dormir…
─Ritsu, me preocupas.
─Lo siento.
─No te disculpes, me encanta cuidarte.
─Gracias… Masamune.
Takano sintió un calor en el pecho al escuchar su nombre de la persona que más amaba en el mundo. Se la pasó cuidando toda la noche al castaño pero la curiosidad de que había pasado para dejarlo en ese estado lo carcomía.
─Ritsu… ¿Qué paso anoche con tus padres?
El castaño no le dirigió la mirada y se quedó callado por unos minutos. Dudaba en decirle la verdad que descubrió en casa de sus padres… esa palabra que antes lo llenaba de calidez ahora solo le provocaba resentimiento y asco.
─Nada ─Takano le dijo con la mirada que no le creía nada─. Discutí con mis… padres.
Ritsu sintió un nudo en la garganta al pronunciar esa palabra. El moreno suspiro, lo más seguro es que insistieran en el compromiso de Ritsu con esa jovencita de alta alcurnia. Esas peleas afectaban mucho a su pareja. Decidido, se puso en pie y tomo su abrigo, lo había decidido, haría una visita a sus suegros.
─¿A dónde vas, Takano-san?
─Iré a ver a tus padres para decirles que nos amamos y nadie podrá separarnos.
─¡No!... quédate conmigo, por favor.
─De acuerdo.
La siguiente semana Ritsu se mostró distraído, cansado, irritable a las caricias de su pareja y más gruñón que de costumbre. Sus compañeros en Esmeralda creyeron que eran los síntomas del ciclo pero Takano sabía que había algo más y hastiado de esperar que el castaño se lo confesara, decidió tomar al toro por los cuernos. En un momento de distracción por parte de Ritsu, el moreno prácticamente lo secuestro y lo encerró en una sala de juntas.
─Tenemos que hablar, Onodera.
─Motuo-sensei envía en una hora el manuscrito corregido.
─Eso no es importante ahora.
─¡Takano-san!
─¿Qué es lo que te sucede? ─antes de que pudiera insistir con el tema de sus padres alego─: No me mientas diciendo que es por discutir con tus padres por tu compromiso, hay algo mas. ¿Dime cual es la verdadera razón por la que discutieron?
El rostro de Takano se tiño de hastió. Era mejor decírselo ahora antes que lo investigara por su cuenta y explotara al saber la verdad, además necesitaba de su ayuda para encontrar a esa persona especial.
─Tienes algo que saber ─Ritsu tomo aire intentando no derramar las lágrimas que se acumulaban en sus ojos─ Hace 11 años me mintieron diciendo que una persona había muerto pero ayer descubrí que era una vil mentira, esa persona está viva.
─¿Quién? ─pregunto el moreno sintiendo una opresión en el pecho sin saber la razón─. Ritsu…
─Nuestro hijo.
Fue lo único que resonó en la mente de Takano junto al llanto lejano del castaño.
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