Las fiestas son para disfrutarla, si sabemos de antemano que es, pero para una guerrera con un pequeño problema...


Una Navidad para una Meltran (Primera Parte)

La primer navidad pos-apocalíptica, tanto Frank como el resto de los sobrevivientes no tuvo la habitual importancia, paso como una celebración mas. Pero para el segundo año fue diferente, incluso el Almirante Global en persona se puso a cargo de los preparativos en la RDF. Pero a los ojos de Vertry lo sentía como los preparativos para una extraña batalla. Pero lo que la acongojaba a estas alturas en realidad los pequeños. Los vio por primera vez en la calle y se asusto, a pesar que Frank, Max y Claudia le explicaron e incluso le mostraron una película ella seguía reticente al asunto. Pero también tenía que develar una incómoda verdad.

Molesta ya con los niños y los sospechosos movimientos navideños salió a buscar consejo a su única superior real y amiga, Milia Fallyna. Caminó unas cuadras hasta la casa, sabía que esa tarde no estaría volando, se había reportado enferma, si bien sonaba raro, con el frio de esa época era posible. Golpea la puerta de la casa de los Jenius y ella en persona abre la puerta. Vertry por inercia saluda a la manera meltran recibiendo una sonrisa como respuesta y un abrazo que la tomo por sorpresa.

- ¿Se siente bien mi lady? – Pregunta en Meltran, era una costumbre entre ambas guerreras hablar su idioma cuando estaban solas.

- Si Vertry, entra tengo algo que decirte.

- ¿Qué le pasa mi lady? La he visto enferma, devolviendo sus alimentos y ahora que me fijo esta inflamada. – Enumera Vertry con respeto.

- Ya sé que estoy gorda, no me lo recuerdes. – Responde acongojada – y todavía falta más. ¿Quieres chocolate caliente? Quiero algo dulce – Afirma la peliverde caminado a la cocina.

- Permítame mi lady yo me encargo. – Dice Vertry siguiéndola a la cocina.

- Gracias Vertry, me gusta como trabajas en la cocina, también podrías ayudarme con unas galletas. – Dice mostrando los ingredientes para galletas desparramados en la mesada – La Comandante Hayase me dio esta receta para galletas navideñas, las probé en su casa y son deliciosas.

- Si claro mi lady, pero dígame… ¿Qué le pasa? Tiene un semblante distinto, sus ojos están brillantes y mantiene su sonrisa cono cuando esta con su esposo.

- ¿No te dijo Frank? – Ella negó con la cabeza – ¡Estoy esperando un bebé!

- ¡DEBURA! ¿Nosotras también podemos tener niños? – Se pregunta consternada sabiendo la respuesta.

- Si claro, pensé que te había quedado claro en las charlas que tuvimos con la médica especializada en el SDF1.

- ¿Y qué va a hacer al respecto mi lady? – Pregunta Vertry preocupada.

- ¿A qué te refieres?

- ¿Cuánto va a crecer dentro suyo? ¿Cómo será? Siendo que es de dos razas... Hee.. – Cuestiona rápidamente de manera muy alterada.

- Tranquila Vertry, tranquila. ¿Por qué tan nerviosa? Ven vamos a sentarnos.

Ambas se sientan en una pequeña barra desayunador de la cocina y Milia sirve el chocolate en dos tazas. Ve a Vertry que estaba consternada y tras tomar unos sorbos de chocolate comienza.

- ¿Que te asusta Vertry? – Pregunta Milia dejando su tasa en la mesa.

- Es que no quiero que tenga problema, yo sufrí el ser diferente de recién concebida, además ¿Como haremos? Somos guerreras mi lady. ¿Cómo haremos?

- Improvisaremos como hasta ahora. Vamos, no sabíamos lo que era dar un beso, y míranos, ya estoy esperando un bebé.

- Es que yo... – Dice Vertry, le temblaban las manos.

- ¡Dame tu mano, rápido! – Ella la ve y obedece por instinto.

Milia toma su mano y la coloca en su vientre, espera unos segundos y sienten como se mueve el bebé, Vertry se asusta y quita la mano – ¡DECULTURE! – Exclama, pero la vuelve a colocar pero esta vez sonríe.

- ¿Ese es el bebe? – Pregunta fascinada.

- Si Vertry, es ella, le gusta el chocolate.

- ¿Como sabe que será Meltran? Digo mujer. – Corrige Vertry.

- No lo sé, pero lo sé, suena confuso. ¿No? – Responde Milia con una sonrisa.

- ¿Está asustada mi lady?

- No, no lo estoy, estoy feliz, por mí, por mi Max y por mi niña. ¿Porque lo preguntas?

- Porque tengo miedo Milia,

- ¿Miedo de que?

- Mi sangrado no está hace dos meces y según la doctora también estoy esperando un embarazo.

- ¡DILO! - Le exige Milia.

- ¿Qué cosa mi lady? – Pregunta Vertry extrañada.

- Di "estoy esperando un bebe" – Responde Milia.

- Pero mi lady...

Vertry sale corriendo al baño y regresa unos minutos después

- Veo que es cierto entonces. – Dice Milia riendo alcanzándole una toalla de papel.

- No es gracioso. – Responde con los ojos llorosos.

- No te pongas mal, ven – Ella se sienta a su lado – Esos cambios de humor, esas ganas de llorar e incluso esos vómitos son normales.

- Milia si no supiera que es de mi raza aseguraría que es "humana"

- Pues yo leo mucho y molesto casi hasta el hartazgo a Karen – Se sonríe por lo bajo – Pero aunque no lo creas hay cosas que están escondidas dentro nuestro, no dejamos de ser madres a pesar de ser guerreras de diseño.

- ¿Me ayudara entonces? - Pregunta con timidez.

- Por supuesto Vertry – Le da una palmada en el hombro – Pero tú ayúdame a mí, ha pasado más de un año y todavía no he podido hacer algo decente en la cocina para mi Max

- ¿Todavía no lo logra mi lady? – Pregunta sorprendida – ¿El as de la flota Meltran?

- Si Vertry, lo sé, soy la mejor máquina de muerte jamás concebida, no hay máquina de guerra que no domine, aun así esas cuatro hornallas me siguen ganando día a día y es fastidioso. – Responde con pesar.

- ¡Yo le ayudaré! Y son cinco, también cuente la del horno.

Las dos meltrandis se dedicaron a su correspondiente labor culinaria, incluso descubrió porque había una tabla de picar colgada en la pared, cuando Milia se frustraba lanzaba el cuchillo que tenía a mano con la habilidad de un asesino entrenado y lo clavaba en el centro, calculo que fue idea de Max ya que las paredes prefabricadas de la casa no soportarían más de un par de lanzamientos. Cerca de las 18 ambas damas estaban tomando un té y probando las galletas recién horneadas.

- ¿Entonces cuando se los vas a decir? – Pregunta Milia.

- No lo sé y no sé cómo, es muy complicado.

- ¡Hazlo en navidad! En la fiesta de la base – Sugiere la ex líder Meltran bajando la taza – Es mas hasta te podríamos ayudar

- ¿En navidad?... Todavía no comprendo esa festividad, comprendo lo del 12 de octubre, lo de Halloween, el día de... El que se come el pavo – Milia afirmo con la cabeza – Pero este no lo entiendo, leí los detalles y de que un humano con sobrepeso recorra la Tierra montando una rudimentaria maquina de volar tirada por bestias, repartiendo regalos a los que se portan bien escapa a mi comprensión, sumado a que los niños están insufribles es esta época de año

- ¿Leíste la información relacionada con Papa Noel? – Pregunta Milia sorprendida.

- Fue lo primero que salió en el buscador, además la imagen del humano gordo esta por doquier, es como si fuera una especie de deidad. – Milia ríe con ganas hasta que ve la seriedad de su interlocutor.

- Esa historia es para los niños, es una festividad religiosa, pero lo que en realidad se festeja es la familia.

- Ahora comprendo… Frank me lo intento explicar la otra noche, pero con estos cambios de humor termine durmiendo en mi sofá.

- Jajajajaja, aquí es Max el que se va al sofá. ¡No al revés!

- Ya me tengo que ir – Mira su reloj – Frank debe estar regresando de su patrullaje.

- ¿No tenias patrulla tu también?

- Si, pero mi amigo Maistrov me cambio el horario. – Responde con algo de satisfacción.

- ¿Que le hiciste ahora? – Pregunta resignada.

- Nada... Bueno... Pero él se interpuso entre mi taza de café y su uniforme. – Se defiende la piloto de cabellos azulados.

- No entiendo como sobreviviste tanto tiempo con Zonya. – Ella sonríe mientras Vertry se coloca la campera. – ¿Vas a ir a volar?

- Claro no, me lo prohibió Karen, así que tengo que hablar también con la comandante por eso.

- ¿Y a Frank?

- ... Diré que... No me siento bien y la semana siguiente veré como se lo digo en la cena de navidad.

- ¿Ahora que lo pienso tu motocicleta? – Recuerda Milia.

- Me mareo en este estado ¿Puedes creerlo? – Responde resignada.

- Te creo y debes saber usarlo – Responde con una sonrisa picara – Yo le digo a mi Max que me mareo en la ducha.

- Lo voy a tener en cuenta my lady.

La emocionada Vertry sale por las calles del complejo militar hasta el nivel del puente del mando donde la Comandante Hayase estaba terminando su turno. La espero fuera de su oficina hasta que la ve llegar, traía consigo unas carpetas e informes bajo el brazo y en la otra una taza térmica para su café. Al llegar Vertry se cuadra y cortésmente le pide.

- Comandante, ¿Podría hablar con usted?

- Si claro Vertry, pasa – Con dificultad, pero con la ayuda de Vertry llega hasta su escritorio sin tirar nada. – Toma asiento por favor. Eso sí, si es por lo de Maistrov no puedo interferir, por mas mal que me caiga también el Coronel.

- No señora, le aseguro que ese ser el menor de mis problemas. – Ella abre su cartera y le da una bolsa con galletas que habían preparado con Milia anteriormente – Tome se las manda Milia junto con sus saludos.

- Dile que muchas gracias – Dice Misa mirando el contenido de las galletas como si de un explosivo se tratara.

- Yo le ayude a hornearlas, puede comer tranquila. – La comandante se percato de su cara y rio por su desconfianza.

- Entonces en que puede ayudarte Vertry. – Pregunta Misa juntando sus manos encima del escritorio.

- El tema señora… es que la doctora dijo que no puedo volar por el momento y tengo la obligación de informárselo como la controladora aérea a cargo de esta base.

- ¿Y a que debo que otra de mis mejores pilotos no pueda volar? – Pregunta de manera inquisidora, aunque no fue su culpa, había tenido un mal día y lo estaba exteriorizando con la extraterrestre.

- Es que… yo… – Vertry se pone un poco depresiva, se estaba molestando con esos cambios de humores que no lograba controlar del todo – Disculpe si la molestarle pero la doctora McDowell me dijo que no volara, le diré que informe por escrito. Con permiso. – Se pone de pie y es alcanzada por Misa antes de que tome el picaporte.

- Perdona tuve un mal día… – Vertry responde con una sonrisa y se limpia el rostro – ¿Dijiste McDowell mi, digo la Ginecóloga?

- Si señora y le pido no diga nada Frank no saber todavía y no saber cómo decírselo de manera apropiada. – Dice apresurada y nerviosa.

- Descuida, lo entiendo y no te pongas mal. ¡Te felicito! Yo también quiero tener un bebe algún día ¿Sabes? – Dice Misa para cambiarle la cara a la Meltran.

- ¿Cómo es que las mujeres se ponen tan contentas por noticia de llegada de Bebe? – Cuestiona Vertry.

- Veras Vertry, las mujeres esperamos casi toda la vida encontrar un gran hombre y formar una familia.

- ¿Si ya tener a Hikaru porque no hacer uno? – Misa como respuesta se puso tan colorada que Vertry llego a pensar que era una bengala – Disculpar si hablar de más Comandante.

- No es eso, tienes razón, pero… tiene razón – Se dice a sí mismo como si pensara en vos alta – Como sea, no debes dejar que pase mucho tiempo, los hombres no son muy listos, en especial los pilotos, pero sospechan al final.

- ¿Cree que podemos guardar secreto hasta que llegue fiesta de Navidad? – Pide Vertry de manera muy sincera.

- No habrá problema, solo que no se enteren mis oficiales del puente, en especial Sammy, o se enterara hasta el mismísimo Exedor. – Dice con gracia.

- ¿Usted cree que debo hablar con Lord Britai Kridanik?

- Vertry, primero lo primero, este tranquila, hable con Morris, disfrute del embarazo y luego veremos el protocolo…

- ¿EMBARAZO? – Dice la mejor amiga de Misa cerrando la puesta tras de sí como si de una fuga de radiación se tratara. – ¡Dime que eres tu Misa! – Suplica la morocha.

- Disculpe, pero ser yo quien espera bebe – Interrumpe algo molesta Vertry.

- Me lo imaginaba… – Responde desilusionada – ¡Voy a tener que hablar con el hermanito de Roy para que me haga tía de una vez! – Se dice para sí misma y luego cayendo en cuenta – ¡Felicidades Vertry! ¿De cuánto estas?

- Dos meses Señora. – Responde me manera automática – Permiso seño… – Sin más entra al baño privado de la comandante a devolver el té con galletitas. Mientras que Claudia continúa mirando aun la puerta del baño.

- ¡Puedes creerlo! Nosotras corriendo a nuestros príncipes azules y pareciera que los hombres solo tienen ojos para las extraterrestres.

- Ni que lo digas Clau… quieres galletas, las hiso Milia… y Vertry la ayudo – Aclaro al ver su reacción.

Tras salir del baño, las tres mujeres charlaron hasta que le comunicaron que Morris esperaba en la puerta de acceso de la base.

Continuara…


Espero que les haya gustado, tratare de tener la segunda parte antes de navidad.