Hola queridas lectoras y amigas mil disculpas por el retraso si ya no quieren leer nada de mi, lo entenderé u_u. pero bueno aquí les traigo otro fic, algo que llevaban tiempo pidiendo. Mi primer Mimato in progress!! A largo plazo!! Espero que les guste. Cualquier cosa sus comentarios son recibidos!

Os comento que no pude hacerlo antes por muchos factores, principalmente el colegio. Pero ya oficialmente deje de ser una alumna de 4to año de secundaria para ser una de 5to!! Y estoy de vacaciones!! Por dos meses!! Asi que me tendrán atosigándolas mas seguido.

También les informo por fin tengo internet!! Asi que con esta historia os responderé a vuestras reviews.

El summary completo: Toda regla tiene su excepción Yamato Ishida: exitoso, responsable, rico y apuesto. Mimi Tachikawa: sencilla, dulce, soñadora. Dos jóvenes con vidas totalmente opuestas, diferentes y solitarias a la vez. Por un error de una noche se verán unidos para toda la vida. ¿Quién dijo que Yamato Ishida y Sora Takenouchi eran el uno para el otro? ¿Quién dijo que el chico lindo siempre tiene que ir con la chica perfecta? Mimi Tachikawa es la excepción. Universo Alterno.


"La Excepción"

Capítulo I "Una larga noche"

Un elegante Austin Martin negro, del año de más está decir que era de lujo se estacionó frente a un concurrido establecimiento nocturno donde las luces de neón centellaban resplandecientes en colores chillones y llamativos anunciando diversos números de entretenimiento. El concurrido lugar no era nada menos que "Heart & Spade" conocido nacionalmente como "Las Vegas" en Japón.

Del auto descendieron tres figuras masculinas vestidas con atuendos ejecutivos y notablemente de marca reconocida nada más que Christian Dior.

El primero en descender fue un joven alto de unos veintitrés años más o menos de cabello negro violáceo corto y correctamente peinado, los ojos del mismo color del cabello. Muy apuesto y con una sonrisa encantadora.

El que le siguió, que bajo del asiento de copiloto fue otro joven de casi la misma estatura, este joven era apenas más alto que el otro pero bastante diferente. Aquel muchacho tenía el cabello rubio como el sol y unos ojos azules como el cielo más su mirada era dulce y tierna e igual de apuesto que el otro joven.

Por último descendió del asiento del conductor y le entrego las llaves al vallet un joven de no más de veinticinco años idéntico al anterior claramente se veía que eran hermanos, en lo único que diferían era en que él si era más alto que ambos jóvenes, mejor cuerpo y sus ojos no denotaban dulzura o ternura alguna más bien eran fríos y calculadores pero no por eso menos hermosos de ese color azul.

Las féminas que se encontraban cerca no podían evitar no verlos era casi imposible no suspirar al ver pasar tan perfectos hombres vestidos de negro.

-¿Por qué deje que me convencieran?-Replico el moreno con desdén.

-Que pasa Ken ¿Te asusta divertirte?-Le dijo el rubio menor.

-No es eso Takeru.-Le respondió.-Es solo que no me gusta este tipo de lugares.

-Pero si no es un cabaret o un prostíbulo.-Le recordó el joven que respondía el nombre de Takeru-¿Verdad Yama?

-Si.-Fue la respuesta vaga del aludido

-Venga hermano tranquilo.-Le dijo Takeru a su hermano mayor.-Desestrésate, no es tan malo.


Ese era Yamato Ishida el joven empresario del año, de cuerpo perfecto conocido por su frialdad y sus efímeras relaciones. Para él su vida es perfecta, es rico, guapo y tiene a toda mujer quiere. Más recientemente está comprometido con la joven y famosa diseñadora Sora Takenouchi, que no es nada más y nada menos que una de las mejores diseñadoras del país aparte era hermosa y una mujer preparada e inteligente, la quiere y respeta mucho.

Ese es el protagonista de esta historia: Yamato Ishida


El joven rubio que se hallaba a su lado era su hermano menor Takeru Takaishi ¿Por qué llevan apellidos diferentes? Sus padres se separaron cuando apenas eran unos niños y después de un tiempo justo en medio de una posible reconciliación ambos mueren en un accidente aéreo, de eso ya pasaron diez años en los cuales Yamato se tuvo que hacer cargo de su hermanito y de la empresa publicitaria que manejaba, aunque poseen diferentes apellidos ambos son herederos codiciados. El otro muchacho Ken Ichijouji hijo de un importante socio de la compañía y buen amigo de los jóvenes.

Habían ido al establecimiento a pasar el rato divirtiéndose tomando unos tragos más no sabían lo que el destino les tenia preparado para esa noche


Por otra parte se bajaban de un taxi tres señoritas muy bellas, se veía que no tenían mucho dinero, más eran demasiado hermosas. La una muchacha de unos veintidós años poseía un singular cabello violeta y ojos castaños de contextura delgada y unos lentes circulares. Iba con un vestido color vino y zapatos de color negro. El cabello cogido en un moño y tenuemente maquillada.

-¡Vamos chicas muévanse!-Chillo la joven a sus acompañantes.

-Venga Miyako no se irá a ninguna parte.-Le espeto la siguiente joven, una muchacha de veintiún años de cabello chocolate y ojos igual de castaño, de un aspecto dulce y tierno con un vestido color blanco al cuello hasta la rodilla y ceñido al cuerpo dejando ver lo bien formada que estaba. Con su cabello castaño chocolate oscuro lacio y zapatos del mismo color, menos maquillada que la joven de cabello lila.

-Pero Hikari si seguimos asi los mejores chicos se irán.-Le reclamo Miyako.

-¿Tú solo piensas en ligar cierto?-Le replico la joven que respondía al nombre de Hikari-¿Cierto Mimi?

Nada

-¿Mimi?-Volvió a preguntar pero en esta ocasión la joven de cabello morado si lograr otro resultado.

-¡Mimi!-Gritaron ambas al unísono

-Si, ¿Dijeron algo?-Pregunto cierta castaña que no pasaba de los veintitrés años con un vestido palo de rosa strapless corto hasta la rodilla, zapatos blancos de tacos su cabello suelto color caramelo lacio en la parte larga y bucles al final de estatura media, tez blanca, aun menos maquillada que la joven anterior pero sin lugar a dudas era más hermosa, parecía un ángel.

-Por favor Mimi, vuelve a la tierra y deja tus momentos autistas para cuando te encierres a escribir.-Le reclamo la joven de cabellos morados.

-Lo siento.-Dijo la joven apenada.

-Bueno vamos a divertirnos.-Exclamo eufórica Miyako.

-¡Si!-Exclamaron ambas jóvenes


Mimi Tachikawa, veintitrés años. Joven humilde y trabajadora, vive con sola en un departamento, en el mismo edificio en que viven Hikari y el hermano de esta: Taichi y también Miyako. Las tres son muy unidas, como hermanas. Su antiguo trabajo al cual hace poco renuncio era de secretaria en la oficina de un respetado doctor. Pero su verdadera pasión es escribir, su mayor sueño es llegar a ser escritora profesional. Pero lamentablemente escribiendo no se paga la renta ni se puede comer lo que escribe asi que trabaja con Hikari y Miyako de mesera para mantenerse.

Ella es la protagonista de esta historia.


Ambos grupos de jóvenes entraron al establecimiento, para ellos no era nada raro puesto que ya habían ido anteriormente pero ellas se quedaron admiradas del buen ambiente que se vivía en ese lugar. Había brillo por todo lado, aquel molesto humo artificial y mucha, demasiada gente.

-Creo que yo iré a tomar un trago.-Anuncio Yamato señalando el bar que se encontraba al fondo del lugar.

-Creí que habíamos venido a divertirnos.-Le reprocho Takeru.

-Me divertiré a mi modo, ustedes háganlo al suyo.-Dijo el joven rubio dándoles la espalda a sus amigos y dirigiéndose en la dirección que antes había mencionado.-Nos vemos.

-Tu hermano es un amargado.-Señalo Ken.-No quiero ni imaginarme cuando se case con Sora, serán insoportables ambos demasiado maduros.

-Ni siquiera se te ocurra mencionar eso en su presencia.-Le aconsejó Takeru.

-¿Por qué?

-No le gusta hablar de eso, últimamente noto que todo le fastidia y amarga. En especial el tema de Sora.-Le conto el rubio.

-¿Creí que la quería?-Pregunto el moreno.- Y que quería casarse con ella

-Si la quiere pero no se, algo esta mal y últimamente carga con demasiado estrés.-Dijo Takeru viendo en dirección a su hermano.-Trabaja demasiado y siente que lleva el mundo al hombro y viene Sora con los preparativos de la boda le reclama que no participa y discuten…

-¿Qué hay de raro en eso?-Dijo Ken con una sonrisa.-Primero tu y yo sabemos que Yamato desde siempre acostumbro a cargar con todas las responsabilidades del mundo, siempre ha trabajado en exceso y Sora… bueno toda novia debe ser estresante.

-Créeme ella no solo es estresante.-Comento el menor.-Prefiero salir de la oficina cuando ella llega porque a es capaz de desesperarme, pobre Yamato.-Lo ultimo lo indico con lastima.-Por eso nunca me casare.

-Ya te veré Takeru algun día alguien llegara a tocar tu corazón y te hará sufrir.-Le explico Ken.

-Prefiero divertirme.-Comento Takeru.-No soy como tu, si apenas has tenido dos novias en tu vida creo y diez años con cada una.-Bromeo el rubio.

-Que me guste tomar en serio a las chicas no es malo.-Explico el moreno.-Presiento que pronto encontraras a la horma de tus zapatos.

-Ese día será cuando tu salgas con alguien inusual y extrovertida.-Le comento el menor Takaishi a punto de reírse fijando su vista en determinado punto del lugar.

-Ya veremos Takeru.-Dijo Ken con una media sonrisa-¿Qué miras?-Siguió con la vista al lugar donde su amigo miraba fijamente para encontrarse con dos bellas jóvenes que no pasaban de los veintidós años, la una castaña y la otra con el cabello ¿lila?

-Carne fresca.-Expreso Takeru con una picara sonrisa de medio lado.-No sé tú pero yo vine a divertirme.-Pido a la de blanco.

El moreno solo pudo ver como su amigo se abría paso entre la multitud para llegar donde las chicas, suspiro resignado y lo siguió. Se le hacía tan difícil ver a Takeru desde ese punto de vista, nadie se imaginaria lo buen chico que solía ser, tan atento, tan dulce. Pero como dicen cuando le dañan el corazón a un hombre este cambia y nunca vuelve a ser el mismo.

Ni Takeru ni Yamato podían mantener una relación mucho tiempo, en especial el segundo.

Aunque algo le decía que esa noche muchas cosas cambiarían, tenía esa extraña sensación.


-Rayos ¿Dónde puede estar Mimi?-Comento molesta la joven castaña a su amiga.-Nosotros salimos hoy solo por ella.

-Si pero Mimi no es ninguna niña pequeña se debió haber ido a tomar algo, veras que pronto aparece.-Le dijo Miyako con aires de tranquilizar a la joven de cabello chocolate.-Vamos baila conmigo Hikari

-Hikari… que hermoso nombre.-Comento una voz detrás de las chicas.- Aunque no me sorprende que una chica tan hermosa como tú lo lleve, me llamo Takeru Takaishi.-Les comunico el rubio besando la mano de la castaña y sonriendo al notar su sonrojo. Sin duda era una chica hermosa tenia esos ojitos pardos y ese lacio cabello, su cuerpo no estaba mal. Sin duda una buena presa.

-Hikari Yagami.-Atino a decir la joven

-Yo soy Miyako.-Se presento a si misma la joven al notar que era ignorada por ambos.-Mucho gusto.

-Mucho gusto.-Comento otra voz diferente provocando que la joven se volteara a ver a sus espaldas, encontrándose con un apuesto moreno de tez blanca y cabello corto correctamente peinado.-Soy Ken Ichijouji

-Miyako Inoue.-Alcanzo a musitar.

-Si creo que lo oí.-Dijo regalándole una hermosa sonrisa.

-Pero ¿Qué esperamos? ¡Bailemos!-Sentencio el rubio jalando a la castaña a la pista de baile pretendiendo ignorar la corriente eléctrica que sintió al tacto con su mano

-¿Nosotros también?-Pregunto el joven de cabello azabache

-¡Si!-Chillo la joven dejando sorprendido al moreno que la creía tranquila, para luego ser prácticamente arrastrado por la muchacha a la pista de baile.


En la barra un joven rubio y de traje se encontraba sentado cómodamente bebiendo el whisky más caro. Se sentía tan miserable cualquiera que lo veía le envidiaría acapara todas las miradas de las féminas del lugar incluso ya es el quinto vaso obsequiado que rechaza. Pero su vida lejos de ser perfecta le parecía tan aburrida.

Desde la muerte de sus padres se había hecho cargo de la empresa familiar, estudiar solo para eso, luego de graduarse tomar las riendas de la empresa apenas hace poco Takeru empezó a ayudarle y más aun ahora con la presión de la boda. Sora estaba tan entusiasmada con la idea de casarse, pero él no ¿Por qué? Si ella era lista e inteligente todo lo que un hombre desearía en una mujer.

Entonces ¿Por qué no podía amar a Sora? Se casaba porque era lo mejor, se lo habían ordenado. Malditos abogados, tenia veinticinco años, se había hecho cargo de la empresa desde los veinte y todo eso se iba a la basura por un maldito testamento.

"Yamato deberá casarse y traer un heredero para heredar las acciones de la compañía de su madre y mías"

Eso había dejado estipulado su padre antes de salir de viaje, aquel viaje del que nunca volvió. Si no cumple con eso se queda en nada, y no dejara que otros disfruten lo que él ha trabajado por eso decidió dar el paso con Sora la única con la que ha durado tanto tiempo, un largo año de noviazgo.

Emitió un sonoro suspiro y dio un último sorbo a su vaso de licor para pedir otro cuando vio una hermosa castaña sentada en frente de él. Llevaba un vestido corto color rosado su cabello caía graciosamente lacio a lo largo y bucles en las puntas su cara era sencillamente perfecta las mejillas algo sonrosadas con lo cual llego a la conclusión de que estaba bebiendo de mas. Lo único que llamo su atención era la tristeza que reflejaban esas orbes color caramelo.

-¿Por qué esta triste? Debería hablarle.-Pensó inconscientemente regañándose a si mismo luego por ese pensamiento y llegando a la conclusión de que él también había bebido mas de la cuenta.

Mas a pesar de eso se levanto de su asiento y camino en dirección a la chica ¿Por qué? Ni el mismo podría responder eso.

-Hola.-Alcanzo a decir el rubio sintiéndose como un tonto por esto y creyendo que ella no le contestaría.

-Hola.-Murmuro tímidamente la joven castaña.

-¿Me aceptarías un trago?

-¿Por qué debería?-Contestó ella cortante.

-Creo que ambos tenemos algo en común.-Comenzó a decirle y prosiguió solo cuando ella volteo a verlo curiosa.-Bebemos para olvidar nuestros problemas ¿O me equivoco?-Ante el silencio de la chica el rubio dio por asegurada su teoría.-No tienes que contarme tus problemas simplemente nos haremos compañía en silencio

-De acuerdo.-Asintió la castaña sin ánimo.

El rubio hizo un ademan para que el mesero trajera dos tragos más y procedió a tomar asiento a lado de la castaña.

El silencio era notorio pero un trago trajo otro y otro. Ya hasta habían perdido la cuenta de cuantos llevaban, ambos estaban en un estado muy "feliz"

-Soy Yamato Ishida.-Se presento el rubio, de verdad que para que Yamato Ishida se presente el primero de verdad que estaba mas tomado de lo que admitió.

-Mimi Tachikawa.-Dijo la joven regalándole una triste sonrisa.

-¿Qué te trae por aquí? Eres una mujer muy hermosa como para estar bebiendo sola.-Dijo el rubio declarando oficialmente que estaba ebrio.

-Pues, te podría preguntar lo mismo ya que estoy segura que tu novia debe estar preocupada.

-Pues en ese caso tu novio debe estar por salir y querrá golpearme.-Espeto el rubio

-Si tuviera quizá.

-¿Cómo una belleza como tu no tendría novio?

-Los milagros ocurren.-Comento Mimi muy entonada.-Pero por lo que veo tu si tienes.

-Si, pero no tiene mucha importancia.-Dijo el rubio repentinamente serio.-Pero tú ¿Por qué no tienes novio?

-¿Acaso es una obligación?

-No pero es raro, muy raro.-Le dijo sonriéndole.

-El amor no fue hecho para mí.-Le sincero.

-No digas eso el amor esta donde menos te lo esperas.-Le dijo el rubio ocasionando llamar la atención de la castaña.-Y tu eres una chica muy bonita cualquiera se enamoraría de ti.

-Pero ¿Y tú?-Le dijo la castaña.-Tienes novia y estas aquí coqueteando conmigo.

-¿Yo? ¿Cuándo?-Dijo el rubio fingiendo no entender

-Hace un momento.-Le explico la castaña.

-No estas a mi altura pequeña.-Dijo haciendo un ademan creído.

Mimi se sintió ofendida y se paro del asiento dispuesta a irse pero una mano la detuvo.

-Espera, solo bromeaba

-¡Suéltame!-Chillo exasperada y salió corriendo del lugar con el rubio tras ella.

-Lo siento en serio, cuando estoy ebrio digo cosas sin sentido.-Se disculpo.-Perdóname

-Entonces todo lo que dices cuando tomas es mentira, incluso lo que dijiste antes.-Susurro la castaña con los ojos empañados.

-No, no todo es mentira.-Dijo alzando su cabeza delicadamente con sus manos, la sentía tan frágil como una muñeca de porcelana a la cual debe proteger.-Eres hermosa y cualquier hombre se enamoraría de ti.-Dijo lo ultimo acercando su rostro al de ella y besando sus labios con mucha ternura y deleitándose de ellos.

Al principio la castaña se quedo estática pero luego poco a poco comenzó a responder, el rubio pidió permiso para explorar su boca mas profundamente y el permiso fue concebido por la joven. El beso se tornaba cada vez más pasional apenas separándose para tomar aire y volver a lo mismo, las manos del rubio exploraban cada curva del cuerpo de la castaña asombrándose de la perfección de las mismas.

Querían más, ambos sabían que estaba mal. Él engaña a su prometida y a ella sus principios y su mente le decía que estaba mal pero la necesidad era grande, los problemas de cada uno les gritaban que debían liberar un poco de esa tensión.

Por una vez no pasara nada. Pensó Yamato

Esto está mal pero no quiero parar. Pensó Mimi

Ambos demasiado necesitados, con ganas de escaparse del mundo al cual debían regresar se rindieron a sus instintos y se dejaron llevar.

-Ven, conmigo.-Dijo el rubio tendiéndole la mano.

La castaña la tomo en silencio y lo siguió a su Austin Martin con rumbo desconocido para ella.


Adentro los otros cuatro jóvenes ajenos a lo que sus amigos estaban a punto de hacer estaban bailando animadamente el rubio con la castaña y la joven de cabello lila y el azabache

La pareja del rubio y la castaña estaban hablando muy animadamente, sorprendiendo a Ken que no se creía que Takeru no haya intentado nada en este tiempo con la joven.

-¡Que te has creído!-Grito histérica la castaña al notar como el rubio posaba sus manos donde la espalda pierde su nombre y empujándolo.

-¿Estás loca?-Pregunto Takeru confundido.

-No sé a qué tipo de chicas estes acostumbrado pero te advierto que yo no soy asi.-Le dijo a modo de ultimátum.-Me voy Miyako.-Dijo volteándose dispuesta a irse.-Lo olvidaba.-Se regreso y le propino una cachetada

-Hikari…-Susurro la ultima, para encaminarse al frente de Takeru-¡Atrevido!-Dijo soltándole otra sonora cachetada.

Ken se quedo estupefacto ante lo que acababa de presenciar. Una, no dos mujeres acaban de cachetear a Takeru Takaishi eso era algo surrealista. Se acerco a su amigo esperando encontrarlo con una cara de pocos amigos más aun lo que vio le asusto más, Takeru tenia una sonrisa muy extraña, aquella sonrisa que para un Ishida o Takaishi como era el caso solo significaba una cosa: Venganza

-Nosotros también nos vamos.-Sentencio Takeru

-¿Y Yamato?-Pregunto el moreno.

-No lo sé.-Dijo el menor saliendo del establecimiento.-Pero maldito sea y se llevo el coche.

-Vámonos en taxi.-Dijo el moreno parando uno.

No muy lejos de ahí las otras dos chicas buscaban a su amiga sin dar con ella.

-¿Dónde puede estar?-Se preguntaba preocupada la castaña

-No te preocupes de seguro se aburrió y se fue a casa, tomemos un taxi.

En la parada de taxis se encontraron de nuevo los cuatro Hikari veía indignada al rubio el mismo que la veía divertido. Mientras que Miyako también le lanzaba una mirada matadora. Ambos cogieron taxis al mismo tiempo, pensando que sería la última vez que se verían y que ese era el fin, mas no saben que solamente el comienzo.


En un lujoso departamento del centro de Tokio se encontraban dos personas besándose apasionadamente como si la vida se les fuera en cada beso, solo se separaban para llenar su provisión vitalicia de aire.

El rubio tocaba el cuerpo de la castaña mientras sus expertas manos iban bajando el cierre del vestido dejándolo caer y al descubierto dos cumbres de tamaño perfecto para él cubiertos solamente por una fina capa de encajes la cual no tardo en salir volando dejando al rubio extasiado con la vista de aquellos senos, los cuales besaba con pericia y necesidad, escuchando los gemidos de ella que lo hacían excitarse aun más.

Nunca había sentido tanta necesidad de poseer a un persona cuando de repente viene esta pequeña desconocida y lo hace sentir cosas que nunca antes sintió, definitivamente tantas cosas que pensar lo estaban volviendo loco.

Noto como unas temblorosas manos llegaban a su camisa y trataban de sacársela sin éxito sonrió ante lo inexpertas que se sentían esas manos y la ayudo con su labor y se adelanto a otro fallido intento de ella sacándose el mismo los pantalones.

Ahora estaban de iguales condiciones con una prenda cada uno mientras las manos de la joven exploraban a gusto el cuerpo del muchacho el poco a poco quitaba las bragas de la chica y hacia lo propio con sus bóxers. Ambos jóvenes cegados por la pasión se detuvieron a un paso de consumar la unión. El chico la vio sonrojada, sudorosa y con los ojos llenos de inocencia y pureza. Se acerco delicadamente y la beso en los labios de manera tierna a medida que entraba poco a poco en ella sintiendo el lugar muy estrecho y como ella se tensaba al empezar a recibirlo. Entro de una rompiendo algo que él pensaba que no estaba ahí, solo escucho los sollozos de dolor de la joven anteriormente virgen sobre su pecho. Aun atónito no sabía qué hacer nunca lo había hecho con una virgen, instintivamente la abrazo y beso en la cabeza de manera tierna, la castaña alzo la mirada para encontrarse con unos ojos azul brillante que la veían con ternura.

-Pronto pasara.-Le susurro en el oído.

-¿Seguro?-Pregunto la joven dudosa.

-Te lo prometo.-Y empezó a besarla para que asi olvidara un poco el dolor moviéndose lentamente esperando a que su cuerpo se acostumbrara al intruso. Para luego empezar mas rápido, ya los sollozos eran gemidos de placer. Nunca antes se había sentido asi tan completo, en un ultimo empuje derramo su semilla dentro de ella y cayeron rendidos ella sobre él.

Fue una larga noche, una noche que cambiara sus vidas radicalmente sin siquiera imaginárselo.

Los rayos del sol la hicieron abrir los ojos apenas queriendo acomodarse para volver a dormir, pero sus orbes caramelo notaron que esa no era su casa, ¿desde cuando sus paredes eran azules? Sintió que dormía sobre algo incomodo y que la cabeza le iba a reventar ¿Cuánto tomo ayer? Estaba dispuesta a volver a dormir antes de caer en cuenta de la realidad.

Abrió los ojos desmesuradamente tratando de localizarse, estaba desnuda y… Oh por Dios no había sido un sueño, anoche perdió su virginidad con un desconocido. Exactamente con el joven rubio que acababa de conocer. Se separo a toda velocidad de él tapándose con las cobijas hasta la coronilla ocasionando que el joven se despertara.

Por favor que sea una pesadilla. Rogaba la joven internamente.

-Buenos días.-Dijo una voz masculina.

Quito las sabanas de sus ojos como un ultimo intento deseando que el rubio no este ahí, pero sus deseos no fueron concedidos. Delante suyo se encontraba un rubio igual de desnudo que ella restregándose los ojos.

Oh Dios mío…

¿Continuara…?


Notas de la Autora:

Año nuevo retos nuevos, mi primer Mimato largo!

Hola bueno espero que les haya gustado, ven otro intento de lemmon díganme que les pareció??

¿Lo sigo? ¿lo dejo? Ustedes deciden solo dándole a la autora reviews, la historia ya esta planeada en mi mente aunque acepto sugerencias, saben que las tomo mucho en cuenta. Lo único que falta es escribirla y eso da pereza, pero se le quita con sus reviews!

Si recibo cierta cantidad de reviews lo sigo prontito eh!!

Dejen reviews!!

No se preocupen no dejare los songfics, pronto subiré uno!!

Se despide no sin antes recordarles que dejen reviews

Sakura Tachikawa!!