DISCLAIMER

Tanto los personajes como el mundo de Harry Potter son propiedad de J.K. Rowling.

Este fic participa en el minirreto de marzo para La Copa de la Casa 2018/19 del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.

Personaje seleccionado: Barón Sangriento

Nº palabras: 397


Un gracias enorme para Miss Lefroy Fraser por revisar la historia, una vez más no se que sería sin ti.


PERDÓN

Perdón. Una palabra que nunca usas ni usarás.

Hace ya un tiempo que tu corazón ha sido cautivado por Helena Ravenclaw, una joven dama con el anhelo de superar a su propia madre. Sabes que aunque ella te rechace puede acabar convirtiéndose en tu esposa, puesto que tienes una buena posición social y puedes ganarte el favor de Rowena Ravenclaw.

Es por esto que te dirigiste a Albania, por deseo de Rowena. No entiendes que hace Helena en este país pero llevas días buscándola y nadie sabe nada de ella. En la última posada que has estado te han informado que más allá del bosque puede haber una pequeña aldea. Ese será tu último destino antes de volver a Escocia.

Para tu sorpresa la encuentras ahí, escondida en una pequeña cabaña. Tocas la puerta antes de entrar, puesto que eres un caballero ante todo. Sabes que no vas a convencerla, pero intentas persuadirla. Intentas una y otra vez que vuelva contigo a Escocia, que se case contigo, pero ella te rechaza una y otra vez.

—Deberíais usted regresar por donde habéis venido, señor. Nunca me voy a casar con vos. Decidle a mi madre que nunca recuperará su preciada diadema.

Estás harto de su palabrería. Ves cómo intenta cerrar la puerta y dejas de pensar. Sacas el cuchillo de tu cinturón y lo hundes repetidas veces en su pecho.

O conmigo o no serás.

Es lo único que puedes pensar. Y entonces todo se tiñe de rojo. Ves la sangre cómo corre por su pecho y cómo salpica tus manos. No logras entender qué acaba de pasar, cómo las cosas han acabado de esta manera.

Y en ese momento casi sale de tus labios la palabra que nunca ibas a pronunciar. Pero no sería suficiente, faltaría significado para expresar lo que sientes. Es por eso que giras el cuchillo lleno de sangre de tu amada y lo hundes una sola vez en tu pecho.


Perdón. Esa palabra que no usaste de vivo ni ahora muerto.

Pero si alguna cosa te ha sobrado después de ese fatídico día es tiempo. Tiempo para pensar y arrepentirse. Y por eso cargas y cargarás durante eones estas pesadas cadenas. Porque por mucho que grites en la torre de Astronomía nadie podrá devolverle la vida a tu querida.

Aun así sabes que nada hará que ella te conciba su perdón.