Recién despertaba, se sentía somnoliento y cansado; había dormido más de la cuenta y solo el sonido del tecleo logro despertarlo. En la habitación contigua el pelinegro miraba el monitor y tecleaba de vez en cuando pero su acción principal era mirar esa pantalla, fuente única de luz en esa habitación.

— ¿Qué haces? –pregunto al entrar para hacer conversación, pero el hombre sentado sobre un cojín en el suelo no le hizo mucho caso. Entonces fue y lo abrazo por detrás poniendo su mejilla en su espalda.

— ¿Qué se te ofrece Light? –dijo L un poco molesto. El otro chico solo mordisqueó la oreja del pelinegro.

— ¿Estás enojado por lo que te hice anoche?

El pelinegro no volvió a contestar, Light soltó al pelinegro dejando solo sus manos sobre sus hombros.

— ¿Ahora porque estas molesto?

—No estoy molesto.

— ¿No?

—No, estoy trabajando…

—Si… trabajando –susurro el castaño y se levantó –baka.