Primero la renuncia, porque nada de esto me pertenece, solo la idea para el fic
Ubicado en cualquier punto en que aún existe Nightwing y Red Hood no esta tan alejado de los Murciélagos (ustedes pueden tomarse la libertad de escoger en donde para su propia diversión)
Cap. 1: Leemon DickJay. 18 + - Contenido sexual explícito. Porno con argumento ligero.- Advertencia, se hace referencia no explicita a abuso sexual infantil.
"Ese maldito de encaje rosa"
I
Gotham, una de la ciudades más peligrosas del país y posiblemente del mundo, estaba teniendo una inusual noche tranquila, al menos desde la perspectiva de sus varios vigilantes, quienes se estaban dando una oportunidad para ir lento en sus rutas, aunque lo cierto era que no todos ellos estaban deambulando, Nightwing había salido temprano de su "turno" al notar a cierto encapullado por sus rumbos, hacía casi un par de meses que no se veían y, siendo completamente honesto, tenía ganas de ir a ponerse al día con él, por supuesto su "jefe" no tenía por qué tener los detalles sobre su solicitud de pasar el resto de la noche con un conocido.
Jason estaba de vuelta a su amada ciudad luego de un par de meses de ausencia, nada personal, solo era que resultaba muy difícil compartir el mismo espacio con su familia, todo entre ellos era complicado, del tipo muy complicado, en especial ahora que tenía unos meses viéndose activamente con su "hermano mayor", bueno, no estaba seguro si llamarlo hermano mayor era adecuado ahora, en realidad no eran hermanos pero… Bien, eso también entraba en lo complicado.
Años atrás había tenido que hacer un esfuerzo para ocultar que su corazón golpeaba más rápido cuando Dick estaba a la vista, ahora tenía que hacer un esfuerzo para no matarlo, bueno, hacía unos meses que no era así exactamente, eso debía de contar como una especie de mejora, pero si Batman se enteraba de lo que ellos dos hacían al juntarse seguramente preferiría la opción en la que se mataban a golpes. El otrora segundo Robin no estaba muy seguro de que Bruce no lo supiera, pero entonces, si estuviera enterado, ya se habría interpuesto ¿No es así? Su mente le recordaba que era imposible ocultarle algo a Batman pero nada había ocurrido aún…
Sus cavilaciones podían esperar, ahora tenía algo más entretenido en que enfocarse, como, y solo por citar un ejemplo, el atlético cuerpo de Dick Grayson entrando por su ventana en ese ajustado traje oscuro, Jason se preguntó si podía hacer una solicitud para crear una ley que impidiera que Nightwing saliera de patrulla en esos pantalones ajustados que denotaban las curvas de su muy bien formado posterior.
Lo primero que Dick notó fue que el menor no estaba usando su casco, ni siquiera su máscara roja, Jason se encontraba sentado en el piso, descalzo, dejando que su espalda descansara recargada sobre la cama, se veía tan joven y atractivo como siempre, estaba agradecido de que no pareciera herido, no que el imprudente muchacho fuera a decirle si estaba herido en realidad, pero al menos parecía estar bastante bien.
— Jaybird — y esa sonrisa deslumbrante que estaba mostrando no era fingida en lo absoluto, Dick siempre había tenido una extraña debilidad para su sucesor, pero siendo el estúpido mocoso que había sido en su juventud había actuado justamente al revés de la forma en la que se sentía, fue confuso y molesto, pero con el pasar de los años había aprendido que lo que sentía por él, después de superar la rabia de ser reemplazado, era simplemente un amor incondicional, como amigo, como hermano y ahora como algo aún más profundo — ¿Cómo te trató Europa del este? — recordaba que Jason había dicho que se iría para una misión con Roy, pero sabía que las más de las veces sólo se iba porque no los soportaba.
— Explosiones, sangre, entes sobrenaturales… — se puso de pie para hablar con el mayor y luego se encogió de hombros de forma desinteresada — Lo usual — porque era muy normal para cualquiera de ellos que un día cualquiera un ser espectral amenazara con destruir el mundo o que un extraterrestre iniciara una invasión. Con el tiempo, el primer Robin había notado que si el segundo estaba de buen humor era capaz de comportarse civilizadamente, justo como Tim le había dicho varias veces, pero no parecía ser el caso esta vez, la tranquilidad de ahora era un poco diferente, era obvio que algo había pasado.
— ¿Todo bien, Jay? — estaba frente a él ahora, estirando su mano para tocar su rostro suavemente, no le gustaba cuando algo perturbaba a su hermano, un Jason nervioso o alterado, siempre eran malas noticias para todos — ¿Necesitas algo? —
— Uno de ellos era un alienígena telépata o algo así, de eso tipos malos que disfrutan de hacer un puto mosaico con los recuerdos — por fortuna el imbécil estaba muerto — Los malos viejos recuerdos… — Dick frunció el ceño, mirándolo preocupado, su pulgar acaricio la mejilla del menor tiernamente — Estoy bien, solo… — hablar de los sentimientos nunca fue su fuerte, de ninguno de ellos en realidad.
— ¿Mi chica me necesita esta noche? — susurró suavemente, era un tema bastante delicado pero sabía que, muy en secreto, su hermano disfrutaba de ese apodo por razones que prefería ignorar ahora. Jason contestó con un gemido reprimido, bajando la cabeza para ocultarse en el cuello de su hermano.
— Dick… Solo cállate— besó su cuello apenas con un roce de sus labios, no estaba molesto, tampoco estaba ansioso, los malos recuerdos eran cosa del pasado pero siempre estaba jodido cuando algo los sacaba a la luz, como ver una barra de hierro en manos de un payaso, por citar un ejemplo, pero estos malos recuerdos eran más viejos que eso — ¡No soy tu chica! — era una broma estúpida por una vez, una maldita vez, que el mayor lo había visto usando unas estúpidas bragas hace años, ese día había sido nefasto, los dos estuvieron portándose torpemente y luego solo se convirtió en una broma.
— Claro que no little wing — se rio de cualquier forma, nunca supo la historia detrás del porqué un joven Jason de catorce años tenía puestas esas braguitas blancas con lunares de colores, un poco infantiles según recordaba, bajo su uniforme de Robin, es decir, si hubiera quedado atrapado por un supervillano seguramente se hubiera vuelto una historia muy embarazosa — Pero te das cuenta de que no estas negando eso de ser una chica ¿Verdad? — fueron unos días muy torpes después de eso, Dick no lo olvidaría nunca y jamás se lo diría a nadie pero fue por ese pequeño incidente que comenzó a tener un "algo" para ciertas prendas femeninas con lunares.
— Jódete Dick — le gruñó, lanzándole un golpe a la mandíbula, apenas con fuerza suficiente como para apartarlo, algunas veces podía tolerar que lo molestara con ese tema pero la mayoría del tiempo era exasperante, especialmente porque en cierta forma el mayor tenía algo de razón, no porque se sintiera como una chica, todos esos músculos en realidad lo hacían sentir bastante bien, muchas gracias, más bien era por otra cosa que estaba en su pasado, antes de ser Robin, antes de conocer a Bruce, algo de lo que nunca se habló pero que no era desconocido por Dick.
— Ouch, Jay, eso de verdad dolió — se frotó la mandíbula un poco, había excedido el límite esta vez, tendría cuidado con sus palabras al respecto el resto de la noche, tal vez — He sido un chico bueno, no tienes que corregirme hoy, Jay — aunque no estaba descartando que un par de nalgadas en el momento justo no iban a encenderlo.
Antes de que Jason pudiera replicar, Dick, lo había jalado de la camisa para besarlo, intenso, apasionado, dejándole saber lo mucho que lo había extrañado.
Las prendas salieron volando desordenadamente, ambos sabían cómo desarmar las piezas del traje del otro, apenas tomando unas pocas pausas entre sus besos, aprovechando el calor que la piel expuesta de sus torsos proporcionaban al rozarse, hicieron una pausa más prolongada, mirándose a los ojos, manteniendo la respiración forzada para no jadear, este pequeño lapso era únicamente para ajustarse a lo que querían del otro, a lo que necesitaban, una rápida "plática" a través de sus miradas, Jason terminó por cerrar los ojos lentamente y bajar la cabeza sobre el hombre de Dick, ladeándola un poco para poder sentir su cuello contra sus labios, el mayor podía sentir la pesada respiración del menor contra su sensible piel, causándole pequeños escalofríos.
— Está bien, Jason — agarró a su hermano menor por las caderas, presionándolo ligeramente, escuchando el pequeño gemido que escapó de sus labios — Estas conmigo ahora, nena, vamos a la cama — él sabía que había temas, palabras, con las que debía tener cuidado en esos momentos, pero también estaba seguro de que por mucho que Jason se comportara desafiante iba a obedecer lo que le dijera.
— No me llames nena — contestó con un gruñido y los dientes apretados, separándose del mayor para hacer lo que le había indicado.
— Sólo para estar seguros, Jay, voy a decirte lo que vamos a hacer — decidió ignorar sus quejas porque era lo mejor en ese momento, discutir con él nunca llevaba a nada bueno — Te voy a dejar bocarriba en la cama y voy a dejar tus manos atadas a la cabecera — dijo mientras lo empujaba suavemente sobre el colchón, la cama estaba perfectamente hecha en ese momento — ¿Vas a estar bien eso, Jay? — tenía que asegurarse de preguntarle, un movimiento mal calculado y las cosas acabarían con sangre derramada innecesariamente.
— Sí — contestó con un suave jadeo, cerrando los ojos, le gustaba cuando lo restringía, podía perder el control de todo y era un alivio, era increíblemente irónico para alguien que, como él, necesitaba estar en control de todo a cada segundo. Escuchó el roce de las sábanas contra la ropa, los movimientos de su hermano buscando algo en su armario, no tenía que mirarlo, confiaba en él más de lo que podía confiar en cualquier otra persona.
— Muy bien — había hallado o que buscaba, una cuerda blanca de algodón, era bastante más larga de lo que requería, pero iba a estar bien — Eleva las manos — hacía meses se le ocurrió decir "manos arriba", como una broma, porque él era policía, pero se arrepintió casi de inmediato al ver que esa frase había puesto a su hermano menor al borde de un ataque de rabia — ¿Palabra de seguridad? — algo que siempre, siempre debían usar para mantenerse en las partes sanas, especialmente con respecto a su estabilidad emocional. Dick estaba amarrando las manos de su hermano con cuidado, lo suficientemente fuerte como para retenerlo, pero con la facilidad de dejarlo liberarse del amarre si hiciera falta o si se sentía muy presionado o claustrofóbico con las restricciones.
— Lunares — contestó mientras miraba a su hermano trabajar con la cuerda, ni él mismo sabía con exactitud porque había escogido esa palabra de entre todo el vocabulario disponible, pero eso no era cierto, tenía que ver con esa prenda que le vio usar Dick aquella vez, algo que reflejaba "seguridad" para él. Dick sonrió al escucharlo, una suave curva de sus labios que lo hacía ver malditamente adorable.
— Todo listo, Jay — se movió despacio, acostándose por completo sobre el chico tendido en la cama, rosando deliberadamente sus caderas con las suyas, deleitándose al sentir que Jason estaba despertando bajo su peso — Si necesitas algo solo tienes que pedirlo, nena — era un poco repetitivo, cansado, llamarle únicamente de esas dos formas en esos momentos, pero no tenía opción, llamarle "pequeña", "niña", "princesa", "muñeca", "mujer", "lindura", o cualquier otra palabra muy parecida en contexto ponía a Jason en un estado de ánimo complejo, podía pasar de estar furioso a entrar en pánico, en el peor de los casos una mezcla de ambos; el menor lo necesitaba, era algo que Dick no podía comprender por completo, pero su hermano necesitaba liberar esa tención, necesitaba que lo forzaran a soltar su control y por alguna razón le gustaba ser su chica, su nena, así fuera muy reacio a reconocer esa parte de sí mismo.
— ¡No me…! — no pudo terminar de hablar, el mayor le había tapado la boca con su mano, Jason lo miró como si pudiera matarlo con solo eso.
— En este momento eres Mi Chica y si realmente no quieres estar aquí de esta forma vas a responderme con tu palabra de seguridad ahora, Jason — le devolvió la mirada, observando el brillo de sus irises azul verdoso, el rostro de su amante se tornó de un dulce y avergonzado tinte carmín, si no fuera porque equivaldría al suicidio le tomaría una fotografía para poder admirar a detalle la imagen que Jason tenía en ese momento.
— …Yo… — no podía creer que el idiota de Dick lo estuviera forzando a decirlo otra vez — Soy tu chica — susurró tan débilmente que el mayor prácticamente tuvo que leerle los labios para entenderlo, había sido un poco menos difícil admitirlo "en voz alta" en esta ocasión, aunque el nudo en su estómago y la vergüenza no habían disminuido ni un poco.
Dick no le contestó, no era necesario, se sentó sobre las caderas del menor, inclinándose sobre él para darle un beso en la mandíbula, le gustaba el ángulo que tenía, marcada y ligeramente cuadrada gracias a su juventud, no le cabía duda que en algunos años este chico perdería por completo los pocos rasgos infantiles que le quedaban y se convertiría en un hombre atractivo como el infierno. Le dio otro beso justo en donde su mentón terminaba, era otra de las líneas que más gustaban de él, bajó unos milímetros apenas para asentar otro beso en su cuello, disfrutando sus pequeños temblores. Jason ladeó su cabeza para dejar que el mayor dispusiera de su piel como quisiera, Dick sonrió, besándolo en la unión de sus clavículas, lamiendo desde ese punto hasta llegar detrás de su oreja, lamiendo la sensible piel de la misma.
Jason apretó los dientes para reprimir un gemido, no le gustaba regalar ninguno de los sonidos que hacia durante sus encuentros, especialmente cuando a él le tocaba estar "abajo". Podía sentir a su amante sonriendo, su aliento chocando contra su piel húmeda lo hizo estremecerse de nuevo, abrió los ojos para mirar al frente, la mano de su hermano estaba sobre su brazo, descansando sobre la piel que cubría sus tríceps ¿Cuándo había puesto la mano ahí que él no se dio cuenta? No tuvo tiempo para pensar en ello, la boca del mayor se posó sobre el hueso de su mandíbula, por debajo de su oreja, justo donde el ángulo se quebraba hacia su mentón, besándolo primero con suavidad, mordiéndolo justo después, apenas la presión requerida para dejar la leve marca de sus dientes. Jason no tuvo tiempo para protestar, los labios del mayor se posaron sobre su mordida, succionando ávidamente mientras volvía a mordisquearlo.
Dick deslizo sus manos, desde la parte interior de los brazos de su hermano menor hasta dejarlas sobre la hendiduras que se formaban entre sus hombros y sus pectorales, separándose lo suficiente para admirarlos, eran músculos bien formados y sólidos, utilizó la totalidad de sus palmas para acariciar el pecho del menor, rodeándolo de la forma en la que lo haría con una mujer, el roce de sus tetillas contra sus manos fue superficial, las movió ligeramente hacia los costados, sólo lo justo para poder acariciar los dos pezones al mismo tiempo con sus pulgares, deleitándose con la sensación de endurecimiento bajo su toque, sonriendo satisfactoriamente cuando su amante se retorció por completo, pero Jason estaba tratando de controlar la reacción de su cuerpo, manteniendo la mandíbula tensa para sofocar sus gemidos, Dick estaba empezando y se preguntaba cuanto más podría aguantar ese estúpido terco.
Jason quería quejarse, maldecir y replicarle a su hermano por la forma en la que lo estaba acariciando, él no era una chica, independientemente de sus juegos, realmente no se sentía de esa forma, pero a ese malnacido no le importaba y acababa haciendo lo que quería siempre, realmente quería insultarlo en todos los idiomas que conocía, que no eran pocos, pero si abría la boca ahora no sería para para decir palabra alguna. Respiró pesadamente, haciendo un esfuerzo para no suspirar, tensando su dentadura, miró hacia Dick, tenía esa sonrisa satisfecha, los labios rosados hacían un contraste maravilloso con sus dientes perfectamente blancos, pero el destello de deseo en sus ojos era lo que estaba robando su atención en ese momento.
— Jay, vas a fracturar tus dientes — se inclinó de nuevo sobre de él, sin apartar sus pulgares de las endurecidas tetillas, siendo muy consciente de la erección que estaba justo debajo de sus glúteos también — Te voy a dar la oportunidad de aflojarla, pero si no lo haces voy a abrir esa preciosa boca tuya por la fuerza — le gustaba mirar esa fuerza en los ojos del menor, podía ser confundida con ira, no descartaba que gran parte no lo fuera, pero era su determinación, también testarudez, para Jason esas palabras significaban un reto, y maldita sea, el antes segundo Robin no retrocedería a un reto nunca, Dick tendría que comprobar, después, cada uno de los dientes de su amante solo para estar seguro de que ninguno se había dañado.
El acróbata le dio un beso suave, en la comisura de sus labios, él tenía formas muy efectivas para hacerlo cantar. Se dirigió de inmediato a lamer el pezón izquierdo de su amante, deslizando todo su cuerpo hacia atrás, poniéndose entre las piernas del más alto, presionando la erección de su hermano contra su vientre. Puso sus manos contra el colchón, dejando que sus brazos rozaran el torso del otro, iba a disfrutar de torturarlo con su lengua por unos minutos.
Dick volvió a lamer la tetilla, más despacio esta vez, exhalando sobre la piel húmeda a solo unos milímetros de distancia, sintiendo un nuevo estremecimiento del cuerpo debajo de él, le gustaba en particular la forma en la que Jason tensaba las piernas, presionadas contra las caderas de Dick, sin rodearlas, solo presionando como si quisiera juntar sus rodillas y no hubiera un cuerpo sólido impidiéndoselo. El mayor se relamió los labios, dándole un beso húmedo al duro botón, succionado suavemente, alternando entre rodearlo con su lengua y succionar, mordiéndolo al final con la fuerza suficiente para causarle un poco de dolor.
Jason emitió un quejido, en realidad fue un grito opacado por mera fuerza de voluntad, arqueando su espalda, estremeciéndose y maldiciendo internamente. A su hermano le gustaba morder, lo había notado en encuentros anteriores, pero ese conocimiento no lo preparaba para anticiparse a ello y controlar las reacciones de su cuerpo. Y el malnacido estaba comenzando a succionar de nuevo su pezón, ahora utilizando sus dientes, le dolía, el hijo de puta lo sabía y lo seguía haciendo, era deliciosamente doloroso y no era suficiente, deseaba tener las manos libres para poder aferrarse al cuerpo del primer Robin y encajarse en él por la fuerza o por lo menos para poder tocar su virilidad y procurarse el alivio que necesitaba. La presión contra el vientre de su hermano era prácticamente nada y la maldita ropa solo significaba una tortura adicional.
Finalmente Dick dejó el pezón izquierdo, admirando su obra, el menor estaba jadeando, presionado sus labios juntos solo cuando quería evitar un gemido, su cabello revuelto y ligeramente húmedo por el sudor y sus pómulos enrojecidos, era magnífico, si tan solo pudiera fotografiarlo o grabar un pequeño video. Tendría tiempo para las distracciones más tarde, se relamió los labios una vez más, lamiendo ahora el pezón derecho, iba a darle el mismo tratamiento que al otro, esperando que Jason se retorciera un poco más esta vez. Sus esfuerzos se vieron recompensados casi de inmediato, aunque solo podía escuchar sus jadeos en lugar de gemidos, su hermano menor se estaba estremeciendo aún más de lo esperado, moviendo sus caderas hacia adelante y atrás contra su vientre, en busca de alivio. Dick sonrió, separándose del menor, sujetándolo de las caderas y presionado específicamente sobre los puntos "débiles" del menor, provocándole otro gemido desesperado.
El acróbata sabía que tenía que hacer una pausa y bajar el ritmo, aún no llegaban al punto que él quería y, por desgracia, también la presión en sus pantalones tendría que esperar un poco para ser liberada y atendida. Se quitó de entre las piernas del menor y se sentó sobre sus abdominales, dándole un poco de espacio para regularizar su respiración. Jason lo miró con un resplandor de molestia e indignación, Dick le sonrió coquetamente, inclinándose sobre él para besarlo, despacio, acariciando lentamente su costillar, justo debajo de sus pectorales, con el ligero roce de sus dedos. Mordió su labio inferior, arándolo con sus dientes, Dick no pudo reprimir una pequeña risa al mirar el ceño fruncido del joven que se hacía llamar "mercenario", justo ahora, con la cara todavía sonrojada, no parecía tan intimidante y reírse de él tampoco estaba entre sus mejores ideas, pero no podía evitarlo. Le tapó la boca antes de darle tiempo de reclamar, fijando su pulgar debajo de su mentón y sintiendo su pesada respiración en su dedo meñique. Esta vez dejó caer todo su peso sobre de él y se arrastró hacia arriba hasta que su boca llegó a la oreja de su hermano, chupando su lóbulo derecho y luego exhalando sobre él.
— Estas muy tenso, little wing, sé que necitas — le dio un suave beso en la oreja, junto con una pequeña mordida — Mi chica va a tener lo que necesita, pero tienes que dejar de apretar los dientes — porque en todo ese tiempo Jason no había separo su dentadura en lo absoluto — Abre la boca y canta para mí, Jaybird — le dio otro beso, en el espacio que estaba entre su oreja y su cabello, procediendo a lamer la piel y pegar sus labios sobre ella de nuevo, dispuesto a dejarle otra marca amoratada.
— Te odio, realmente te odio — contestó sin aflojar al tención en sus dientes, estaba seguro de que ya se había fracturado al menos un molar, lo había sentido hacía unos minutos. Dick se rio, causándole otro escalofrío.
Jason suspiró, abriendo la boca por fin, dándole un descanso a su adolorida dentadura, cerró los ojos y respiró lentamente. Su hermano sonrió y se bajó de encima de él y de la cama, para desvestirse por completo, dejando que su hermano menor lo mirara a gusto por la espalda. Jason no perdió detalle alguno, no era la primera vez que veía al mayor desvestirse, pero había algo cautivar en sus movimientos lentos y sensuales que lo hacían parecer como si fuera la primera vez, en la forma en la que se inclinaba hacia adelante para bajarse el pantalón y le dejaba ver su trasero completamente expuesto. Si tan solo pudiera ponerle las manos encima, acariciar sus redondeadas nalgas y pellizcarlas hasta dejarlas marcadas, sus dedos se contrajeron un par de veces, por el momento no podría actuar sobre esos deseos y quizás no lo haría en toda la noche.
Dick dejó las prendas de su uniforme de Nightwing caer sin gracia, riéndose porque sabía lo que estaba provocando en su hermano al regalarle la vista de su posterior mientras se inclinaba, pero no sería esta noche, hoy solo se trataría de Jason. Él camino unos pasos hacia una de las mesitas de noche de su hermano menor para sacar lo que necesitaban, los "suministros" nunca habían falta en las casas de ninguno de los dos, nunca sabían cuando iban a ser necesarios, ya sea para tener sexo o para fabricar una bomba casera, los condones podían tener usos verdaderamente prácticos. Se subió a la cama de nuevo, recostándose sobre las largas piernas de su hermano, le gustaba especialmente la forma en la que esos pantalones abrazaban sus pantorrillas, destacando la curva estilizada de sus músculos, aunque estaba más inclinado a mirar primero sus muslos, la tela estaba ejerciendo presión sobre ellos tan forma que a Dick le gustaría tener un filo para rasgarla y poder lamer la piel que quedara expuesta, dejaría esa fantasía para otro día pro ahora.
El mayor se detuvo justo a la altura del vientre de su amante, lamiendo la circunferencia de su ombligo, disfrutando de los nuevos estremecimientos que le estaba causando, bajando lentamente por su piel, asegurándose de dejar la marca húmeda de sus labios sobre ella. Dick sonrió de nuevo, sujetándose de las caderas e su hermano menor, dejando que sus pulgares quedaran sobre los huesos de su cadera, presionado en ellos una vez más, oyendo el gemido precioso que Jason había soltado al sentirlo, ese era uno de sus pocos puntos débiles, bastaba un apretón ahí para calmarlo cuando estuviera enojado o ansioso pero cuando estaba excitado, como ahora, era de sus puntos más dulces, logrando derretirlo por completo. Llegó hasta la orilla del pantalón, mantener sus manos lejos de la prenda había sido un reto en este punto, succionó la piel que estaba justo por encima, del lado derecho del vientre de su amante, dándole una pequeña mordida, era uno de sus placeres culpables dejarle marcas de sus encuentros para que su hermano pudiera mirarlas aún después de algunos días. El menor se sacudió, gruñendo un insulto en algún idioma con el que el acróbata no estaba muy familiarizado.
Finalmente decidió poner sus manos sobre las últimas prendas de su hermano menor y desabotonó el pantalón lentamente, bajando el cierre al mismo paso. Jason tenía el bello recordado al ras de su piel, era castaño rojizo, como debería ser su cabello, pero aún ahora él seguía tiñéndose el cabello de negro para que coincidiera con el resto de los chicos del murciélago, a Dick no le molestaba particularmente ese hecho pero realmente tenía curiosidad por ver a su hermano menor con su tono de cabello natural, ya que siempre ha sido un entusiasta de los pelirrojos. Pero no era momento para distraerse con eso, ahora tenía una distracción mayor, como cierta prenda de color rosada que estaba revelándose debajo de los pantalones oscuros.
— ¡Maldita sea, Jason! — dijo en un tono bajo, ronco, eso fue sorpresivo y su virilidad se había "contraído" dolorosamente al ver esa prenda, unas bonitas pantis de encaje color rosa claro, un tono bonito de rosa en realidad, semitransparente, con tramas de flores y con un par de pequeñitos moños de cinta. Con lo que él amaba el encaje sobre la piel, en especial sobre la de su hermano.
Dick terminó de quitarle los pantalones en el acto, dejando atrás su plan de hacerlo lentamente, esa prenda de lencería necesitaba de toda su atención.
Jason había cerrado los ojos con fuerza cuando su hermano comenzó a desvestirlo, sabiendo que iba a darse cuenta, no era un secreto para Dick que él usaba esas prendes algunas veces, pero su "relación" era algo de apenas pocos meses y casi nunca dejaba que el mayor lo sorprendiera vistiendo una, no porque pensara que iba a reírse de él, en realidad Dick era muy aficionado a su "gusto de vestir", el muy pervertido, pero se trataba de algo muy personal para Jason y le costaba mucho compartirlo con alguien más.
— Abre las piernas, Jason — él puso las manos sobre las rodillas del menor, mirándolo a los ojos, bien podría haberla abierto sin requerir mayor esfuerzo, pero esto se trataba de control, no había que olvidarlo, el dominio sutil sobre el otro era de lo que se trataba siempre entre ellos dos y cuando lo necesitaban siempre debían de pensar en el otro y no en sí mismos, aunque ahora mismo Dick estaba disfrutándolo en cantidad.
— Jódete — él dijo pausadamente, le costaba aún más trabajo soltar todo su control cuando se sentía vulnerable y esas malditas bragas de encaje que estúpidamente se puso no estaban ayudando.
— Vamos nena, abre las piernas para mí, sólo para mí — pronunció sin dejar de mirar a los irises azul verdoso del otro, reafirmando su dominio sobre de él y al mismo tiempo reafirmando su seguridad, él nunca le haría daño, iba a protegerlo de cualquier cosa. Siempre era increíble ver cómo el rostro de su hermano menor podía adquirir un intenso tonó carmesí cuando estaba así, un rubor que bajaba por su cuello, cubriendo gran parte de su pecho.
Jason deseaba en ese momento poder cubrir su rostro con sus manos, odiaba a Dick por hacerle estas cosas, aunque su corazón estaba golpeando dentro su pecho con emoción, amor y satisfacción. Separó las rodillas lentamente, dejando que su hermano se acomodara entre sus piernas, sintió sus manos subir despacio sobre sus muslos, hasta llegar a sus caderas, acomodándolas para que sus dedos quedaran hacia su espalda y sus pulgares estuvieran justo sobre sus puntos de presión. Soltó un gemido vergonzosamente ruidoso, cerrando los ojos y tirando su cabeza hacia atrás, nunca debió dejarle saber a ese idiota de cuanto disfrutaba cuando lo presionaba sobre sus caderas, ahora lo usaba en su contra en cada oportunidad que tenía. Sintió el aliento de su hermano sobre su ya muy dura erección, provocándole un nuevo estremecimiento que sacudió toda su columna.
Dick decidió dejarle esa prenda puesta por ahora, mirando hambrientamente el falo endurecido de su amante apenas contenido por el fino encaje. Le lamió la punta, por encima de la prenda, dándole una ligera succión, liberándole justo después para exhalar sobre la humedad que dejó su saliva, la prenda ya estaba húmeda con el pre seminal de su hermano y esa pequeña observación solo le hizo sentirse más consiente del que estaba goteando de su propia virilidad. Lamió el tronco del sexo de su amante, de abajo hacia arriba, disfrutando de la textura del encaje contra su lengua. Comenzó a bajar dándole besos húmedos en cada milímetro de piel disponible hasta llegar a la base de la hombría de su hermano, tiró de una de las orillas de la pantis, para alcanzar los testículos del menor, succionando con fuerza por unos pocos segundos, deleitándose con el grito que Jason había soltado entre sus jadeos, volvió a chuparlo, con un poco más de presión ahora, cerrando los ojos para poder concentrarse en oír esos lindos gemidos.
El mayor se separó de su amante un poco, para admirar su "obra de arte", el muchacho estaba gimiendo, con los ojos cerrados, la respiración agitada y los pómulos enrojecidos. Sus tetillas estaban endurecidas, tentándolo a morderlas una vez más. Su vientre se contraía al mismo ritmo en que su hermano balanceaba sus caderas, no era un movimiento intenso ni marcado, pero dejaba notar lo necesitado que estaba en ese momento. Dick tomó entonces el lubricante que había dejado estratégicamente cerca, al igual que los condones, sacando un poco sobre su mano derecha, dirigiéndola hacia la cavidad apretada de su hermano.
Jason abrió los ojos al sentir los dedos de su amante acariciar lentamente la división entre sus glúteos, dejando la sensación pegajosa del lubricante sobre piel. Los dedos del mayor se detuvieron en su esfínter, acariciándolo con movimientos circulares antes de comenzar a meter uno de sus dígitos.
— ¡Richard! — gritó su nombre sin pensar al sentir la lengua de su hermano sobre su hombría, lamiendo la punta, dibujando círculos a su alrededor con su lengua.
Dick había tenido que retirarle la prenda de encaje, muy a su pesar, para sujetar con su mano "libre" el pene del otro por la base, para poder lamerle la cabeza, dejando que su labio inferior rosara con ella después de cada lamida, penetrando lentamente con sus dedos aquel ajustado orificio, el cual ya estaba apretando sus dos dígitos con sus contracciones. El grito de su nombre lo hizo sonreír, no solo de pasión sino de alegría, su corazón estaba "temblando" de felicidad en ese momento, Jason solo lo llamaba por su nombre cuando ya no podía pensar claramente, oírlo repetirlo le recordaba especialmente el día en que le dijo que lo amaba, por primera vez, hacia unas pocas semanas.
— Sólo un poco más, Jaybird, canta para mí — detuvo las atenciones dirigidas a su virilidad, para mirarlo, su pecho bajando y subiendo rápidamente, al igual que su vientre, su boca entreabierta y sus ojos oscuros, desbordantes de deseo.
— ¡Jódete, Richard! — gritó lo más enojado que podía, pero realmente se escuchaba como un gemido necesitado — ¡Sólo hazlo! — y aunque él quería exigir eso había sonado casi como una súplica.
— Jason, no quiero lastimarte — susurró contra la piel de su vientre, dándole un beso delicadamente justo después. Ahora tenía tres dedos en su interior, no le hacía falta mucha preparación, pero él disfrutaba de tener a su hermano en el borde, casi delirando.
— ¡Sólo dámelo! ¡Maldición! — dijo entre jadeos, sintiendo el pulgar de Dick presionando contra la punta de su falo, acariciando justo el borde de su pequeño orificio, utilizando su pre seminal como lubricante, lo estaba volviendo loco — ¡Richard! — y los dedos en su cavidad posterior no eran suficientes — ¡Te odio, maldito bastardo! — gritó, ahora sí, sonando enojado, furioso por no poder tener lo que quería, su tono grave, gracias a su voz enronquecida por el deseo, prometía que su amante iba a arrepentirse por estar jugando con él. Se estaba retorciendo, en busca de mayor contacto, no dejaba de abrir y cerrar las manos, tirando de sus amarras, pero sin soltarse de ellas.
— Sólo dime, nena, dímelo y te daré lo quieres, lo que necesitas — él siguió jugando con su pulgar sobre la cabeza del pene de su amante, deslizando hacia dentro y hacia fuera sus dedos en el apretado orificio, con la mayor lentitud de la que era capaz en ese momento. Si alguien le preguntaba alguna vez quien era la persona con la voz más sexy, con la que se halla acostado, él contestaría sin dudar que Jason era quien ganaba, por un amplio margen, le gustaba el tono ronco que tenía, el toque de ira o ironía que la matizaba y sus gruñidos en la cama eran una de las pocas cosas que podían ponerlo a tono en segundos.
— ¡Soy tu puta chica, Richard! — gritó desesperado, cerrando los ojos y jadeando, se sentía como si el aire fuera quemado de sus pulmones. Todo movimiento de las manos del mayor sobre su cuerpo se detuvo, obligando un gemido de frustración por su garganta.
— Sí, mi chica, sólo para mí — él ya había puesto a buen uso un condón, agarrando una buena porción de lubricante.
Dick presionó su virilidad contra el apretado orificio, entrando en él lentamente, dejando que su amante sintiera cada centímetro de su erección abriéndose paso en su interior, disfrutando de cada uno de sus melodiosos gemidos. El mayor agarró las caderas de su hermano, con fuerza, para tener mejor control de sus movimientos, admirando su torso sudoroso cuando Jason arqueaba la espalda, completamente perdido. El acróbata se detuvo cuando estuvo completamente dentro, solo sujetándose a él, mirándolo.
Los gruñidos de Jason, mezclados con palabras inentendibles no se hicieron esperar, él miró a su amante, con las protestas altisonantes en la punta de la lengua, pero no dijo nada, nada que pudiera entenderse en realidad, se dedicó a mirar, Richard tenía la boca entreabierta, jadeando y luchando para no gemir, sus labios rosados naturalmente hacían un contraste espectacular contra su piel ligeramente tostada, paro ahora lo más destacado de su rostro era el rubor que lo cubría, estaba enrojecido por la excitación, el calor y el esfuerzo. Antes de que él pudiera emitir algún otro sonido su hermano mayor se inclinó sobre de él, doblando su cuerpo para no perder ese momento de acercamiento, para besarlo intensamente, como si su vida dependiera de ello. Permanecieron así, uno dentro del otro, sin apartar sus labios. Dick desplazó sus manos al rostro de su hermano menor, quejándolo por las mejillas, separándose de su beso, sin dejar de mirarlo, permaneciendo lo suficientemente cerca para que sus frentes se tocaran, en ese momento el menor cerró sus piernas alrededor del mayor, como si no quisiera dejarlo ir a pesar de que el acróbata no tenía la menor intensión de separarse de él.
Dick comenzó a moverse lentamente, soltando el rostro de su amante para colocar sus manos sobre el colchón, a los lados del menor, bajó su cabeza hasta su cuello, repartiendo pequeños besos húmedos sobre la piel de su joven hermano, aumentando el ritmo de sus envestidas poco a poco. El menor no había dejado de gemir, pronunciando el nombre de su hermano mayor de vez en cuando. Dick se detuvo un momento, acomodándose un poco mejor, para envestirlo con más fuerza, inclinando su cuerpo hacia adelante de nuevo, moviendo sus caderas más y más rápido, sonriendo al oír que Jason casi estaba gritando de placer, no muy diferente de él mismo en ese momento, él solo podía decir palabras en su lengua nativa, pronunciando alabanzas y promesas que Jason era incapaz de entender.
Richard se inclinó sobre de él, golpeado más fuerte cada vez en su interior, Jason se sentía mareado, de buena forma, era como si pudiera tocar el cielo, estaba tan cerca. Fue una fuerte mordida de su hermano sobre la parte interna de su brazo izquierdo lo que le hizo mirar las estrellas. Por unos momentos todo se volvió blanco con algunos destellos, los sonidos dejaron de existir y la calidez lo rodeó por completo. Sublime, había sido sublime.
Para Dick morder era una necesidad, el contacto de lo real con lo irreal. Disfrutó de ver el éxtasis en la cara de Jason, su gemido glorioso adornado con su nombre, eso fue mejor que haber recibido una mordida en la base de su cuello, el reflejo que mostraba su amante, lleno de placer, fue lo que lo hizo llegar al éxtasis, por unos momentos todo fue luz y paz, sus sentidos se fundieron con todo y él se dejó arrastrar por el éxtasis de las contracciones del cuerpo de su amado hermano.
El cuerpo del acróbata se desplomó encima de su compañero, ambos jadeando, tratando de respirar lentamente para recuperar el aliento, Aún no quería dejar el apretado y caliente interior del otro, si fuera posible él se quedaría ahí mismo, sin separarse, por el resto de su vida. Pero también se sentía de esa forma cuando Jason era el que estaba en su interior, su único deseo era poder permanecer tan íntimamente juntos como fuera posible. Por desgracia eso no era posible y tuvo que salir de su cuerpo, lentamente, para acomodarse encima de él de nuevo.
— ¿Cómo estás aquí, little wing? — después de unos pocos minutos su respiración se estaba estabilizando, ahora estaba mirando al menor desde la comodidad que su hombro derecho le proporcionaba.
— Bien… — él estaba bastante relajado, casi parecía narcotizado, tenía lo que Dick llamaba "embrutecimiento postcoital", su respiración no se había normalizado del todo pero él estaba bien con eso, solo se quedaba en ese "estado" por no más que unos pocos minutos. Cerró los ojos, gozando del roce de los dedos del mayor sobre su cara.
— ¿Estás cómodo? — susurró, acariciándolo desde la base de su oreja hasta su mentón y después de regreso, casi perezosamente, le gustaba cuando estaba en ese estado de ánimo, Jason respondía a casi cualquier cosa que se le preguntaba cuando estaba tan sereno y feliz, solo por ello Dick era capaz de hacer un "esfuerzo" para mantenerlo en la cama todos los días.
— Yo soy… — no tenía prisa por ser puesto en libertad, se sentía muy bien estar amarrado, aplastado por un cuerpo cálido y desnudo, satisfecho y feliz, sí, realmente se sentía bien.
— Tú sabes, little wing, que aún no me has dicho porque tenías esas bonitas pantis de lunares aquel día — lo miraba con atención, esperando, con un poco de suerte y el día de hoy tendría una respuesta, se moría de curiosidad por saber.
— Por quería — abrió los ojos, mirando el techo, tal vez estaba relajado, pero no era estúpido, no sería la primera vez que Dick le preguntara, pero ahora confiaba un poco más en él, tal vez podía confiarle esa pequeña parte de información de su vida, el mayor guardó silencio, esperando — Cuando era pequeño mi mamá solía ponerme pantis de niña por que no siempre podía conseguir la ropa que quería para mí, pero ella sonría diciéndome que la próxima vez me conseguiría ropa de niño — su voz era pausada, él estaba recordando algunas cosas, de las buenas, de su niñez y de su madre — Yo las usaba cuando me sentía solo, porque de alguna forma eso me recordaba el tiempo cuando estaba con mi mamá — finalizo con lo que sería una pequeña sonrisa, tal vez de pena o quizás triste, su hermano no podía estar muy seguro.
— Eso es lindo — él sujetó el rostro del menor con suavidad, dándole un beso en su mandíbula — No pensaba que sería por algo tan dulce — él quería decir agridulce, pero no quería ver sus ojos entristecidos por su comentario — Aunque llevarlo debajo del uniforme no es un movimiento inteligente, Jason — agregó, tratando de alejar el velo de nostalgia que estaba cayendo en su plática, no había nada como una broma muy sutil para aligerar el ambiente entre ellos dos.
— No eres quién para decirme qué — gruñó ligeramente, dirigiendo su mirada hacia abajo para poder ver a Dick, quien no tenía precisamente un "doctorado" en gustos para vestir, honestamente.
— Solo decía, Jay, que es lindo y no me quejo, solo ten cuidado — puso su mano sobre el pecho de su hermano menor, a quien no pensaba soltar de sus amarras en un rato más — Y en mi opinión — agregó al no recibir ningún comentario más por parte del otro — El rosa no es un mal color, es bonito y todo eso porque es encaje, pero — lo miró a los ojos, sonriendo, hacía días que lo esperaba para decir esto — Unas de encaje rojo con negro se verían mejor — trató de no estremecerse de excitación y especialmente trató de no imaginar a su novio con ellas — Las vi en un catálogo y pensé en ti, usándolas, son más bonitas que estas de encaje rosa, Jaybird — sonrió pícaramente, se lo llevaría en su próxima "cita", guardadas en su empaque original, una bolsa de papel muy elegante y con drapeados finos en tonos oscuros — Son importadas de Francia — la mirada asesina del menor debían de ser un indicador, especialmente cuando él estaba tratando de soltarse de las amarras de sus manos — Solo lo mejor para mi chica — bueno tal vez eso último no era necesario, pero el instinto de preservación no podía estar bien en un hombre que había crecido en el circo, saltando en el trapecio sin red.
— Voy a matarte — Jason le contestó, apretando los dientes, de haber tenido las manos sueltas, sin duda, lo habría golpeado con la fuerza suficiente para hacerlo ver estrellas.
— Te van a gustar, lo prometo — sonrió una vez más, mirando la marca de sus sientes en el antebrazo del menor, un ligero tono violáceo se estaba mostrando alrededor de las hendiduras, seguro que su mordida tardaría varios días para desvanecerse por completo — Descansa un poco, Jay, que aún nos falta una segunda ronda — él los cubrió con una de las sábanas que sacó de la mesita de noche, necesitaría al menos unos veinte o treinta minutos más para estar en condiciones, pero si se quedaban dormidos no iba a molestarse, los dos necesitaban un poco más de sueño.
— ¡No, de verdad voy a matarte apenas me libere, Dick! — eso último estaba destinado a ser un insulto. Se removió solo por unos segundos y luego resopló con indignación fingida, una segunda ronda no sonaba mal, pero un poco de sueño sonaba mucho mejor, iba a quedarse atado de manos, literalmente, no era una decisión inteligente pero, al menos por ahora, se sentía bien no tener el control sobre sí mismo.
Jason en ese momento no lo sabía, pero era la primera persona para quien Dick compraba lencería, lo que, en su muy retorcido diccionario, significaba que se tomaba su relación mucho más allá de "serio". Dick estaba pesando en Jason en un término de "para toda la vida", lo que Jason sentía por él aún era un misterio para el mayor, pero no le importaba, su hermano menor solo tenía diecinueve años, era un poco joven para pensar en algo a largo plazo, Dick podía esperar, labrando poco a poco su camino en el corazón de su "novio", a que su Jaybird estuviera listo para el compromiso y un anillo para el resto de sus días.
Gracias por leer, espero que les haya gustado el fic y que no haya quedado tan cursi como creo que quedó. Y solo para que se sepa, Jaybird puede ser traducido como Arrendajo, que es un ave.
