HOLA Aquí de nuevo, espero comentarios y crusiatus por igual he…. Ah y esto es RATED M Y MUY JUSTIFICADO Y CONTIENE TODO TIPO DE ADVERTENCIAS ASÍ QUE POR FAVOR LÉANLO BAJO SU PROPIA RESPONSABILIDAD

Esto esta dedicado a SonySnape & CO. Un besote y espero les guste

DISCLAIRMER: HP y sus personajes, lugares y demás son propiedad de la señora J.K Rowling yo solo los uso para diversión sin fines de lucro… aclarado esto comencemos

Chapter 1: Sangre Pura

Corría, sus piernas se quejaban y sus pulmones estaban a punto de colapsar, sus manos sudaban y su agarre se hacia débil entorno a la mano de su hermana.

No entendía nada. No sabia donde estaban, ni que sucedía. Agacho la cabeza en cuanto sintió el hechizo venir hacia ellas, siguió corriendo a todo lo que sus adoloridas piernas le daban y jalaba con su cuerpo a su hermana quien estaba igual o peor que ella.

Aun recordaba como habían llegado a ese bosque.

FLASH BACK

Tres días antes.

Habían pasado dos días del entierro de su Padre, ahora era su deber cuidar de su hermana y de si misma. Y aun que es difícil cuidar de una niña de dieciséis cuando solo se tiene un par de años más que eso ella debía intentarlo, por Sarah. Ella era todo lo que tenía y no debía fallarle, no podía fallarle.

- ¡Sarah, baja! ¡Es tarde debemos ver al abogado!- Le grito la chica desde la cocina mientras preparaba el desayuno. Con los años debió aprender a ser diestra en esas cosas, ha falta de su Madre quien falleció dando a luz a su hermana, era ella quien tuvo que velar por su Padre y su hermana cuando tuvo la edad.

- ¡Ya voy!, Que carácter- Le dijo la Pelirroja menudita bajando por la escalera de la cocina. Sarah era bajita, no es que ella fuera alta, pero la pelirroja media apenas el metro con sesenta. Sarah era pelirroja y tenia el cabello ondulado hasta la cintura, los ojos de un color castaño dorado resguardados por espesas pestañas negras y los labios gruesos de un color rosado, sin duda su hermana se había convertido en una mujer muy bella de cuerpo delgado pero curvilíneo.

- Si y me pondré mas si no te apuras- Le dijo ella viéndola con fingido enojo.

Sarah no había dado ni dos pasos dentro de la cocina cuando escucharon un ruido estridente que venia de la entrada.

-¡Policía de Los Ángeles!- Escucharon que decía una voz de hombre. Inmediatamente después una docena de ellos armados entraron en la casa, algunos la rodearon apuntándoles mientras ambas permanecían abrazadas protegiéndose mutuamente.

-Sonya y Sarah Gray, están bajo arresto por el homicidio de Antonie Gray- Les dijo el mismo hombre que había gritado cuando allanaron la casa –Tienen derecho a guardar silencio, tienen derecho a un abogado si no pueden pagarlo el estado les proporcionara uno…- Continuo el hombre mientras las esposaban y las metían en un coche de la Policía.

Después de eso las habían llevado a la estación donde las habían interrogado y al no obtener nada de ellas, las habían puesto en una celda junto a las demás mujeres que estaban arrestadas en la comisaría. Sonya estaba desesperada pues sabia que Sarah tenia miedo y ¿quien no? rodeada de asaltantes y prostitutas.

Ya tenían día y medio ahí y estaban casadas y hambrientas, ella traía solo unos Jeans y una Playera sin mangas que no le cubría nada y su hermanita traía puesto ese vestido blanco que tanto le gustaba usar en los días de calor.

-Sonya- llamo una voz femenina y ella volteo de la esquina donde ella y su hermana permanecían sentadas apartadas de las demás mujeres dentro de la celda.

- Faye, ¡Dios, que bueno que estas aquí!- Le dijo Sonya a su prima Faye Morter quien era prima Materna de las hermanas Gray. Faye tenía veinticinco, era morena de piel aceitunada, cabello negro y ojos azules que contrastaban con toda ella dándole una belleza exótica. -Tienes que sacarnos de aquí, estos Muggles nos acusan de matar a nuestros padre, es absurdo, es indignante.- Le dijo la chica apretando los dientes de coraje.

-Lo se, estoy haciendo todo lo que puedo, pero estos inútiles Muggles. Encontraron los ingredientes que tenias en tu habitación y dicen que fue lo que utilizaron para matar a tu Padre- Dijo mientras las veía preocupada.

-No, esto no puede ser- negó ella sintiendo que las fuerzas le faltaban- Nosotras no lo matamos, lo juro- le dijo al borde de las lagrimas.

-Lo se, por mas imbecil que mi Tío fuera, ustedes jamás harían algo así- le dijo mientras apretaba su mano a través de las barras que las separaban –Deben ser fuertes, yo haré todo lo que pueda ok- Las chicas solo asentían a todo, desesperadas por un poco de esperanza.

Después de unas horas Sonya estaba comenzando a impacientarse, Faye no regresaba y eso no era nada bueno. Se paseo un par de veces ante la atenta mirada de su hermana que permanecía sentada.

-Sonya- Escucho de nuevo, era Faye. Y Sonya sintió la esperaza brillar en el horizonte pero en cuanto vio su expresión supo que nada había salido como debía.

-¿Qué sucedió?- le pregunto segura que lo que le iba a decir no le agradaría.

-La policía encontró Belladona entre tus cosas y encontraron las huellas de ambas en el frasco, el análisis arrojo que fue lo que utilizaron para asesinar a tu Padre- Le dijo la morena.

-Si la Belladona era mía, pero tu sabes que eso solo la utilizo como cosmético, no como narcótico y claro que encontraron las huellas de mi hermana, vivimos donde mismo- Sonya sentía que la garganta se le comenzaba a inflamar por retener el llanto.

-Tranquila, no voy a dejar que las separen- Les dijo la Chica mayor tratando de tranquilizarlas pero logrando lo contrario.

-¿Separarnos?- dijo Sarah mientras se arropaba en los brazos de su hermana.

-Sonya tu tienes dieciocho te jugaran como adulto y a Sarah la enviaran a una correccional para Menores- Las piernas le temblaron cuando escucho que las separarían y que quizás fuera la ultima vez que estarían juntas.

- ¡¿Que?! ¡No, no. No pueden!- Dijo Sonya con voz cortada y frenética.

- Tranquilas, yo voy a sacarlas de esto ok. No deben preocuparse- Lo dijo tan segura que hizo que Sonya frunciera el ceño ¿que pretendía su prima? -Escúchenme bien, deben salir de aquí. Si se quedan esto no terminara bien. Vendré mañana, y les traeré un Traslador que las saque de aquí pero deberán esperar a la noche para utilizarlo ok- Sonya solo la escuchaba, ¿Traslador? Ósea que pretendía que se fugaran.

-Faye no podemos, eso seria ilegal- Le dijo en un destello de lucidez

-Sonya si se quedan ambas irán a la cárcel, a ti te juzgaran como adulta y a ella la dejaran hasta que cumpla la mayoría ¿eso es lo que quieres? Desperdiciar tu vida encerrada en una prisión Muggles- le dijo Faye bruscamente.- Bien, hagámoslo- les dijo la chica mientras ellas asentían.

END FLASH BACK

Y así es como habían llegado a ese bosque en donde ahora corrían por sus vidas.

-Ya no puedo- gimoteo Sarah cansada y adolorida.

-Debemos seguir, no podemos parar. Esas personas no son buenas- Le dijo jadeando por el esfuerzo.

-¿Como lo sabes?, Ni siquiera los dejaste hablar- le dijo a modo de reproche

-¿Qué a caso tu no viste las fachas de esa gente?, parecían del maldito KU KLUX KLAN!- le grito para hacerla entender.

Mientras ellas discutían las personas que iban tras ellas las habían alcanzado y una lluvia de hechizos las hizo reaccionar, intentaron correr pero las habían acorralado y en un descuido un hechizo golpeo a Sonya y la oscuridad se cimbro sobre ella.

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No sabia donde estaba, ni cuanto tiempo había pasado, su cabeza dolía al igual que su cuerpo y la dura superficie que estaba debajo no le ayudaba. Sus sentidos se abriros a su alrededor y escucho el sonido mas aterrador que jamás había escuchado, el grito de dolor de su propia hermana siendo torturada. Sus ojos se abrieron súbitamente y se toparon con un techo alto y blanco, enfoco su vista y vio a esas personas encapuchadas que las persiguieron en ese bosque de mierda en donde habían aparecido por obra de ese Traslador.

Escucho a Sarah gritar de nuevo y volteo su cabeza hasta dar con ella, estaba en el piso retorciéndose de dolor mientras una mujer de alborotados cabellos negros le apuntaba con su varita, que mas que varita mágica parecía una rama torcida.

-Y-yo n-n-no lo se… por favor, Nooooooo! Aaaaaahhhhh!- la escucho gritar de nuevo mientras se arqueaba contra el suelo y un fino hilo de sangre brotaba de su boca. Sonya se alarmo al verla, esa mujer estaba utilizando el Crusiatus en su hermana y si seguía así la dejaría loca.

-Basta- dijo lo más fuerte que pudo. Logrando llamar la atención de los presentes.

-Vaya, veo que nuestra otra invitada a despertado- Escucho una voz que arrastraba las palabras y un hombre de cabellera rubia y rasgos hermosos se coló en su visión- Bienvenida- le dijo con una voz jodidamente sensual pero que desbordaba sarcasmo mientras la veía fijamente con sus ojos que eran de un gris claro muy extraño. Nunca había visto unos ojos así.

-Por favor, no la torturen mas- le suplico al hombre quien solo alzo una ceja y miro con indiferencia a donde Sarah seguía chillando con menor intensidad mientras la torturaban.

-Bella- dijo con voz sedosa, Bellatrix se detuvo de inmediato haciendo un puchero infantil que en su tez se veía más bien psicótico.

-Nunca me dejas divertirme Lucius, no es justo- reprocho Bella con una risita desquiciada. Lucius solo ignoro a la loca de su cuñada y se inclino para ver a Sonya que se esforzaba por ponerse de pie.

- Bien, empecemos con el interrogatorio ¿Cuál es tu nombre?- le pregunto indiferente a sus intentos por pararse. -¿Cuál es tu nombre?- Repitió con fastidio.

- Skye, mi nombre es Skye- dijo llorosa al ver a su hermanita desfallecida como una muñequita rota y desmadejada.

- Skye? ¿Qué clase de nombre es ese?- pregunto Bellatrix con voz chillona viéndola con desagrado.

- Quiero tu nombre, tu verdadero nombre y el de ella ¿No querrás que nuestra querida Bella se ponga molesta y se desquite de nuevo o si? – dijo dándole a entender que si no cooperaba su hermana sufriría las consecuencias. Sonya se puso rígida.

- Me llamo Sonya y ella es Sarah- Le dijo mientras gruesas lagrimas se deslizaban por sus mejillas.

-¿Sonya?, ¿Sonya que?- Pregunto el hombre viéndola de arriba abajo. Era una joven muy hermosa a pesar de la suciedad en su cara y ropa. Era alta. Tan alta como lo puede ser una mujer sin parecer un hombre, de figura delgada, rubia y de pechos grandes justo como le gustaban.

- Sonya Gray y ella es mi hermana Sarah- tenia la mirada desenfocada por las lagrimas, ¡Dios! ¿Qué era ese lugar y quienes eran esas personas? Estaba claro que eran Magos, pero ¿Dónde estaban? ¿Por qué Faye las había enviado a ese lugar? – Por favor mi hermana esta herida, déjenme ayudarle- le suplico. En cambio Lucius solo siguió cuestionándola.

- ¿Cómo lograron llegar tan lejos en el bosque sin que mis hombres las vieran?- El rubio caminaba alrededor detallando mejor la espectacular figura de la joven.

- Nosotras… Nosotras tomamos un Traslador, le juro que no sabíamos a donde nos llevaría, nosotras solo… solo teníamos que hacerlo- le dijo ella con la voz pastosa por las lágrimas.

-¿De donde son? ¿Desde donde habéis venido?- le volvió a interrogar el hombre.

-California- contesto la chica sabia que era mejor no mentir así tal vez tendrían una oportunidad de que les dejaran libres.

Lucius se quedo pensando, ¿California? Eso estaba lejos, mucho. ¿A quien se le ocurre viajar a un país en Guerra? Bueno técnicamente la guerra ya había terminado y el Señor Tenebroso había ganado, pero aun así solo personas de linaje puro podían andar por ahí sin tener problemas. Bueno no muchos, siempre y cuando mostraran el certificado de Pureza Sanguínea que otorgaba el ministerio y que era sellado por el ministro en persona para evitar falsificaciones.

- Ahora dime una cosa Sonya ¿Cuál es tu estatus de sangre?- le dijo el hombre mientras un brillo de lujuria cruzaba sus ojos. Debía cerciorarse de eso, era lo mas importante por que dependiendo de la respuesta es como decidiría que hacer con ellas.

-Mi ¿Qué?- le dijo ella confundida.

- ¡Sangre Sucia Maldita!- grito Bellatrix enloquecida mientras cruciaba a Sarah que solo soltaba quejidos bajos y casi ni se movía.

-NOOOO!, NO POR FAVOR! DÉJELA!, DÉJELA!- grito desesperada y abalanzándose para intentar parar a la Mortifaga, pero Lucius fue mas rapido y la atajo en el acto. El rubio la sostuvo de costado de tal manera que una de sus manos quedo rozando la curva de uno de los generosos pechos de la joven dándole al hombre una idea del delicioso tacto de los mismos.

-Shhhh!- le susurro contra el oído sintiendo el olor a vainilla que la chica desprendía –Solo dinos lo que queremos saber y todo estará bien-

-Por favor, la quebrara, dígale que se detenga, se lo ruego!- Suplico ella muy asustada que su hermana quedara mal de la cabeza por la tortura.

-Bella, BASTA!- le dijo Malfoy y la mujer ceso de torturar a la joven.

-Ahora responde a mi pregunta ¿Cuál es tú estatus de sangre?-

-No lo se… - le dijo ella mirando fijamente a su hermanita quien ya no se movía.

- ¡MIENTES ASQUEROSA!- grito la mortifaga de nuevo. No le gustaba para nada como veía su cuñado a esa mugrosa. Bellatrix estaba loca si, pero no era de la clase de loca que no se daba cuenta de lo que sucedía a su alrededor y tampoco estaba ciega. Ella sabia que Lucius había dejado de desear a su hermana desde hacia un buen tiempo y que de vez en vez se largaba al Callejón Knockturn para desahogarse entre las piernas de alguna puta, es mas ella misma lo había seguido mas de una vez para saber cuales eran esos pudientes tan urgentes que lo hacían salir de casa dos o tres veces por semana. Al principio creyó que conspiraba contra su Señor, pero en cuanto se dio cuenta de en donde era que se metía supo de su error. Aun así, ella jamás le comento nada a Cissy pues sabía que su pobre hermana aun amaba a ese bastardo, saber de su engaño la destrozaría. Y Bellatrix podría ser un ser malvado frió y sin corazón pero amaba a su hermana y jamás la dañaría ni permitiría que nadie la dañara.

-Es que… Es que no se ha que se refiere- dijo Sonya pidiendo misericordia con la mirada.

- ¿No sabes cual es tu estatus de sangre?- le pregunto Lucius bastante confundidos. Desde que el Señor Tenebroso acabara con Potter todo Gran Bretaña le pertenecía y ahora sus campañas de muerte y destrucción se habían extendido a otros Países. Era bastante difícil que esa chiquilla no supiera de eso.

- No, no se que es eso- le dijo ella con la mirada fija esperando que ese hombre pudiera ver que ella no mentía.

- Dime una cosa. ¿Tus padres son Magos?- le dijo el rubio con voz sedosa observando muy atento las reacciones de la joven.

-Si- respondió ella confundida ¿A que venia esa pregunta?

- ¿Ambos?- le volvió a cuestionar.

-Si- dijo ella. Podía sentir el peligro emanar de ese hombre a pesar de su actitud calmada y en apariencia amable.

- ¿Qué hay de tus abuelos?- Le volvió a cuestionar mostrándole una sonrisa mientras comenzaba a acariciar con su pulgar el brazo de la joven que tenia apresado aun con su mano. Sonya por su parte comenzó a sentirse incomoda, ¿Estaba acariciándole? ¿Que pretendía ese hombre?

El rubio por el contrario encontraba apetecible el tacto de la chica y eso que solo había tocado sus brazos, por un momento se la imagino desnuda con esos mechones rubios y ondulados esparcidos por sus sabanas de seda negra totalmente expuesta a el. Y su excitación comenzó a crecer dentro de sus pantalones.

-Si- le dijo ella tratando de zafarse de su agarre, ese hombre la esta acariciando y eso la hacia sentirse bastante nerviosa e incomoda.

- ¿Todos?- recibió un asentimiento de parte la muchacha. Lucius la sintió jalarse por lo que cerro sus dedos con mayor fuerza alrededor de la tierna carne de su brazo. Sonya soltó un gemidito de dolor y se dio cuenta que ese hombre no pensaba soltarla por el momento.

- Bien en ese caso- dijo Lucius y sus grises ojos brillaron con intensidad – Trae el libro- le ordeno a una mujer rubia que lo observaba mortalmente seria –Trae el libro Narcissa- ordeno de nuevo a su Esposa quien se encontraba muy molesta por el descarado comportamiento de su Marido con esa chiquilla.

La rubia camino rápidamente hasta la biblioteca, donde tomo lo que su Esposo le había pedido y regreso al salón en donde la esperaban. Se acerco con el libro entre sus manos y se lo tendió a su Marido.

Sonya solo observaba la interacción entre el hombre y la mujer. Observo el libro, era grande, de pastas de cobre o algo así y con símbolos y runas que ella no entendía. Narcissa abrió el libro en sus blancas y delicadas manos y Sonya pudo ver que LAS PAGINAS ESTABAN EN BLANCO! ¿Qué demonios?

-Bueno ahora mismo comprobaremos si lo que dices es cierto- le dijo el hombre mientras deslizaba su mano por el brazo de la chica haciendo que se estremeciera. Lucius quien vio la reacción de la muchacha sonrió, le gustaba mucho esa chiquilla. Llego a la mano de la joven que era pequeña, delicada y que cabía por completo entre la suya. La alzo mientras tomaba su varita de entre sus ropas.

A este punto la chica ya estaba temblando ¿Qué era lo que iban a hacer con ella? ¿La torturarían como a su hermana? Intento zafarse de nuevo pero Lucius le jalo y ella pudo ver su expresión entre divertida y burlona.

-Solo será un corte, no dolerá. Lo prometo- le dijo seductor mientras le abría la mano y con la punta de su varita le hacia un pequeño corte en la palma. Sonya quiso quitar su mano pero el rubio era más fuerte, hizo que pusiera su sangrante mano sobre el libro. Sonya abrió mucho los ojos cuando vio que las páginas del libro bebían de su sangre haciéndola desaparecer. Después de un rato el rubio la dejo retirara su mano y se acerco mas a observar las letras y dibujos que aparecían en las hojas.

-Vaya, no me equivocaba contigo- le dijo el rubio viendo con deleite el temor en los ojos de la chica, se acerco a ella hasta que Sonya pudo sentir el aliento del hombre mezclándose con el propio.

Narcissa quien veía serena en apariencia a su Marido acercarse a la chica carraspeo para hacerle nota su presencia. Lucius sonrió al escuchar el nada fino carraspeo de su mujer y se alejo de Sonya. Tomo el libro de mano de su Esposa ignorando los rayos que esta le lanzaba con los ojos y se volvió ante la concurrencia que solo los observaba de diferentes orillas del salón.

-Bueno al parecer son Sangres Puras, muy Pura. Cientos de generaciones antes que ellas- dijo en voz alta para que todos en el salón escucharan. Muchos murmullos comenzaron a escucharse, la mayoría de los hombres que comenzaban a exaltarse ante la expectativa de que tan bellas jóvenes fueran puras.

El corazón de Sonya comenzó a acelerarse ante el revuelo al parecer estaban contentos de que todos en su familia fueran Magos pero, ¿Qué mas daba eso? Ella lo que deseaba era coger a su hermana y salir de ahí.

-Bueno, yo pido a la rubia!- escucho que decía alguien de una de las orillas del salón haciendo que a Sonya se le fuera el alma a los pies. ¿Cómo que pedirla?, No. Ellos no iban a… ¿o si?

-Me temo Yaxley que hasta que el señor Tenebroso vuelva las jóvenes se quedaran bajo mi resguardo- Le dijo Lucius al otro Mortifago haciendo que Yaxley se enfureciera por lo engreído y falso del comentario. Cómo si al señor tenebroso le importara que sus hombres se divirtieran con los prisioneros. El no era tonto Lucius quería quedarse con ellas y eso si que no se iba a poder, el también era importante, no por nada estaba dentro del circulo personal de Lord Oscuro.

-Si claro- le respondió el hombre con todo el sarcasmo que fue capaz dejándole muy en claro que el sabia sus intenciones – Bueno en ese caso que se queden bajo el resguardo de Alecto. Ella no tiene mas familia desde Amycus murió en la guerra, a estado muy sola- Le propuso el hombre rubio a Lucius que solo arqueo una ceja en señal de burla.

-Desde cuando tu eres el Primero al mando y no me había enterado?- le dijo Lucius con arrogancia y desprecio en la voz.- No te equivoques Yaxley, puede que estés cerca del Señor Tenebroso pero yo soy su mano Derecha y estoy a cargo de todo en su ausencia, así que soy yo quien decidirá el destino de nuestras invitadas y como ya he dicho se quedaran aquí- Le recordó al Mortifago quien solo le lanzo una mirada cargada de furia pero sin decir nada nuevamente.

-Bien como ya lo he dicho ellas se quedaran aquí y cuando el Lord regrese el decidirá que se hará con ellas- Les informo mientras todos en la sala murmuraban, Sonya solo trataba de asimilar lo que decía ese hombre, las estaban tratando como si fueran objetos y no seres humanos, no pudo mas y dejo salir lo que pensaba.

-¿Están locos?, ¿De que demonios hablan? No se quien es el Señor Oscuro pero le aseguro que no me importa, yo solo quiero irme a casa con mi hermana- les grito la rubia fura de si. Lucius quien estaba cerca de ella solo la miro con curiosidad y se volteo para ordenarle a su mujer que llamara a los elfos para que se llevaran a Sarah y la curaran.- No me oye, no puede retenernos aquí, existen leyes.- dijo ella tomando de la solapas a Lucius que de un empujón la mando al suelo asiendo que se lastimara al caer.

-Basta, compórtate!- le ordeno con voz dura y Sonya pudo ver en ese hombre a su padre Antonie, quien solía hablarles en ese tono frió y duro a ella y a su hermana. La rubia no sabia si este hombre era igual de violento que su padre pero no quería averiguarlo, la verdad no era miedo a los golpes ella ya estaba acostumbrada a eso pero se repitió que de nada le servia quedar inconciencia y herida. Si deseaba escapar debía estar en perfectas condiciones.

-Lo siento- se disculpo con voz dócil, si de algo le había servido tener un padre violento era el saber como hacerle creer que él había ganado para calmarlo. – No volverá a pasar- prometió, mientras pensaba en como salir de ahí.-Es solo que me altere al ver que se llevaban a mi hermana-

-Bien, no te preocupes por ella estará bien los Elfos y los criados la atenderán. Estará bien en un par de días. Solo espero que por tu bien y el de tu hermana te comportes o tendré que disciplinarte- Le amenazo. Después le hablo a una elfina de nombre Vikxy y le dio instrucciones de que se la llevara.

Caminaron por la planta baja de la mansión que dicho sea de paso era enorme o eso le pareció a ella pues luego de caminar por espacio de diez minutos aun no llegaban a la cocina. Al llegar a las cocinas tomaron uno de los dos pasillos que llevan al sótano, uno era a las habitaciones de la servidumbre y la otra llevaba a las Mazmorras o eso fue lo que la Elfina le dijo.

-Hemos llegado señorita- le dijo la Elfina de piel grisácea y grandes ojos color violeta.

-Gracias- Susurro la rubia – Vikxy?- le llamo cuando la criatura estaba por irse - ¿Tu sabes lo que sucede? ¿Quiénes son estas personas? Y ¿Qué es lo que quieren?- le pregunto esperanzada de que la Elfina le dijera algo.

-Lo siento señorita pero Vikxy no debe hablar de eso con usted, Vikxy lo tiene prohibido- le dijo saliendo rápidamente de la habitación.

Sonya soltó el aire, ¿Cómo demonios habían terminado así?, ¿Por qué su prima las había enviado a ese horrendo lugar? O ¿seria que ella no sabia a donde iba el Traslador? No, Faye no era estupida como para enviarles a un lugar que no conociera. Algo muy raro estaba sucediendo, y ahora ellas eran prisioneras de estas personas que claramente no pensaban usarlas para la limpieza solamente.

Prefirió no pensar en eso y enfocarse en hallar la manera de salir de ahí. Dios! Sarah, ¿A dónde la habrían llevado?, el hombre rubio había dicho que la sanarían pero ¿Y si mentía? Lagrimas silenciosas salieron de sus ojos mientras se dejaba caer en el suelo vencida.

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Despertó con el sonido de la puerta abriéndose, y se dio cuenta de que se había quedado dormida tirada en el piso. Busco a el intruso y vio a una joven de cabellos rizados negros y ojos del mismo color, tenia la piel apiñonada como caramelo y pómulos abombados, era muy bonita a pesar de las ojeras y la evidente falta de sol.

Se notaba que era un poco mayor que ella. La chica sostenía una bandeja entre sus manos y a Sonya le llego el olor de la comida caliente, sus tripas gruñeron. Tenía casi una semana sin comer bien desde el día que encontró a su padre muerto en su despacho.

- Te traje comida- le dijo la chica algo ruda. La rubia se levanto del suelo y se acerco a la joven y esta le soltó la bandeja. Sonya regreso sobre sus pasos y se sentó en la pequeña cama que estaba pegada a la pared -Soy Romilda, eres sangre pura ¿Cierto?- le cuestiono y a Sonya le pareció bastante grosera su pregunta.

-¿Por que lo preguntas?- le pregunto Sonya cuando paso el caldo y la verdura que se había llevado a la boca, estaba deliciosa.

-Por que de no serlo no te hubieran traído aquí y tu cena no seria tan buena- le dijo con algo de veneno en la voz. La rubia se sorprendió ante el comentario, era cierto que la comida sabia bien pero no era tanta como para decir que era muy buena.

-¿Cómo?- le pregunto, debía ver si le podía sonsacar información a la chica.

-Bueno a los sangre sucia y a los mestizos no los tratan tan bien- le dijo mirándose las uñas aun de pie contra el pequeño armario que había junto a la puerta- Ellos solo comen una vez al día y es salteado, un día es desayuno y al otro cena, además que sus habitaciones están en las Mazmorras- le comento algo cínica – ¿Como te llamas?-

-Sonya. Disculpa, pero ¿Dónde estamos?, ¿Tu sabes lo que pasa?- le cuestiono con cuidado de no mostrarse muy ansiosa. La chica de cabellos oscuros sonrió con una sonrisa que a la rubia se le antojo malvada.

- Bueno, no se si debería decírtelo, podrían castigarme por eso. Es… arriesgado- le dijo Romilda dejándole ver que quería algo a cambio, pero ¿Qué podría querer si ella no tenia nada?

-Prometo no decirle a nadie que fuiste tú quien me lo dijo- le dijo ella no estando muy segura de que eso convenciera a la morena.

- No. Eso no basta- le dijo finalmente.

-¿Qué quieres?- le dijo Sonya dura asiendo que Romilda sonriera.

-Ya nos vamos entendiendo, te diré lo que quieras saber, pero tu debes hacer mi trabajo cuando yo te lo pida- le dijo asiéndola pensar en si seria justo o no. Al final acepto, de todas formas no pensaba quedarse por mucho.

-Hecho- le dijo ella y Romilda le estiro la mano para que se la estrechara mas la rubia la ignoro y comenzó a cuestionarla.

-¿Dónde estamos? Y ¿Qué quieren esas persona de mi?- le dijo ella seria.

-Bueno estamos en Inglaterra y… esas personas como tu las llamas son Mortifagos en cuanto lo que quieren de ti, bueno eso es obvio ¿no?- le dijo viéndola de arriba abajo y lanzándole una mirada sugerente que a Sonya no le gusto nada. Se lo sospechaba.

-¿Entonces esos… Mortifagos son tratantes o algo asi?- le pregunto temerosa, mas la chica de cabello rizado se mostró confundida.

-¿Tratantes?- dijo Vane confundida.

-Si, tratantes de blancas, traficantes- le dijo la rubia sintiendo que sus manos empezaban a temblar.

-No se lo que es eso pero diré que no- le dijo con una sonrisilla- Los Mortifagos son…-se quedo pensando en como explicarse- son los seguidores del Señor Tenebroso- le dijo mientras se sentaba a su lado y comenzaba a explicarle todo sobre Voldemort y sus adeptos. Las clases en los que se dividían las personas según su sangre y todo lo que ella sabía sobre la guerra.

-Siii pobre Potter, era tan guapo. Una verdadera lastima que "quien tú sabes" lo haya matado. Así es la vida supongo- le dijo después de que terminara de explicarle todo.

-¿Quién yo se?- le dijo confundida.

-¡Si hombre!, el Señor Tenebroso- le dijo con fastidio.

-Ah, si. Oye y entonces ellos nos tendrán aquí sirviéndoles ¿y luego que?- Sonya necesitaba saber que era lo que les esperaba a ella y a Sarah.

-Bueno si te portas bien quizás alguien te tome para si y solo tengas que servirle a el, si no pues… iras de una mano a otra hasta que mueras.- le dijo con mucha indiferencia como si lo que decía no fuera la cosa mas horrible del mundo. La rubia no podía creerlo y luego lo entendió esta chica había pasado por tantas cosas que ya nada le importaba.

-¿Y a ti como te atraparon?- le pregunto Sonya notando como Romilda se tensaba por un momento y volteaba a verla a los ojos fijamente.

-Como podrás ver yo soy sangre pura igual que tu. Mis padres no eran Traidores de la Sangre pero cuando la guerra estallo se negaron a unirse a "Quien tu sabes" y los mataron. A mi y a mi hermano nos enviaron a servirle a una Familia de Sangres Puras en Bistrol, pero el "Amo" de esa casa se encapricho con mi hermano así que se quedo con el y a mi me vendió con los Malfoy.- le dijo como si no sintiera nada pero ella pudo ver como retorcía el delantal de su corto uniforme negro.

-Lo siento- se lamento por ella.

-No importa de eso ya hace tiempo- le dijo levantándose- bueno deberías terminar tu comida, darte un baño y descansar por que mañana debes levantarte a las siete, para que te informen de tus deberes.- se encamino a la puerta pero la voz de Sonya la detuvo.

-¡Aguarda!, Mi hermana, ¿Has visto a mi hermana? Esa mujer ¿Bella? creo que se llama le ha cruciado y la han llevado a curar, pero no se si sea cierto- le dijo reprimiendo el dolor en su pecho al pensar en que pudiera pasarle algo mas a su hermana.

-ah si la pelirroja, si a ella la llevaron a otro lado a ser curada por los Elfos no te preocupes de seguro estará bien- le dijo sin darle importancia dejando a la rubia sola y muy preocupada sobre su nueva situación de prisionera/esclava.

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Después de una semana de estar atenta ante todo lo que pasaba en aquel lugar Sonya comenzó a perder sus esperanzas de escapar. Al menos no sin una varita.

Todos los días debía pararse a las seis tomar una ducha en su pequeño baño vestirse con uno de los idénticos uniformes que había en el armario los cuales dicho sea de paso parecían sacados de alguna fantasía erótica o de alguna película porno de bajo presupuesto, pero que aun así eran mejores que lo que usaban las impuras.

Después debía subir a las cocinas donde el ama de Llaves le daba las instrucciones sobre lo que haría en el día, fuera limpiar alguna parte del enorme castillo o quedarse en las cocinas a ayudar a los elfos. En cuanto a Sarah ella también hacia lo mismo que su hermana después de recuperarse lo cual le tomo poco mas de dos días y muchas pociones.

Sarah se había dado cuenta que a comparación de los impuros ellas estaban muchísimo mejor. Se había hecho amiga de una chica que era Sangre impura y que era esclava en esa misma casa, al parecer y según lo que le había contado ella había sido miembro activo de la guerra y la familia Malfoy la había comprado a los carroñeros que la habían apresado solo por que el hijo de estos, Draco la aborrecía y quería verle sufrir.

Esa mañana Sonya debía limpiar la primera planta junto con Romilda y otras dos chicas más. Mientras que Sarah junto con la chica impura llamada Hermione quien parecía ser muy amiga de su hermana se quedarían a limpiar y ayudar en la cocina.

A medio día Sonya ya había avanzado bastante a su "mitad de mitad de planta" que le tocaba. Se encamino a la siguiente puerta que en realidad eran puertas si dos enormes de roble solidó pintadas de blanco, corrió una y asomo un poco, era un estudio "Debe ser el estudio del Señor Malfoy" pensó con desagrado.

En todo el tiempo que llevaba en ese lugar ese hombre no había dejado de perseguirla, se le aparecía cuando ella estaba mas concentrada en lo que hacia y después del susto siempre comenzaba a acorralarla con preguntas sobre cosas que no venían al caso. Lo que mas le molestaba de todo eso no era que ese hombre que bien podía ser su padre intentara "agradarle" por decirlo de alguna manera. No, lo que le molestaba es que la tratara como si ella fuera su empleada y no su esclava o prisionera.

Sonya cerro las puertas así si llegaba alguien escucharía el leve sonido de la puerta siendo abierta. Comenzó a ordenar el leve desorden que había en el lugar, limpio la alfombra y paso el trapo por los cristales de la vitrina donde había un montón de fotografías y lo que parecían premios por algún merito.

Llego al escritorio que era lo mas desordenado del lugar, comenzó a juntarlo sin darles mucha importancia se inclino un poco cuando uno de los sobres que estaban en el borde contrario se cayo. Al estar de espaldas a la puerta no noto como esta se abría lentamente y alguien se escabullía con rapidez hasta llegar justo detrás de ella

-¡Demonios!- refunfuño aun inclinada sobre el escritorio, cuando comenzó a ponerse de pie no pudo pues alguien mas estaba inclinada sobre ella y no le permitía movilidad. Sonya se tenso otra vez la había hallado desprevenida pero esta vez había ido mucho mas lejos de meterle un susto y atosigarla con preguntas tontas, pues ahora estaba prácticamente encima suyo.

-¿Qué haces?- escucho que le preguntaba con voz sedosa y sensual. Sonya quiso moverse pero desistió en cuanto sintió que su trasero rozaba con algo grande y duro.

-¿Señor Malfoy?- pregunto la rubia evitando moverse y tratando de fundirse con la madera para evitar seguir rozan el enorme bulto en los pantalones del rubio.

-¿Si querida?- le pregunto con cinismo y al sentirla intentando apartarse de el recargo mas su dura erección en el redondo trasero de la joven. La verdad es que sabia que estaba en su oficina, había colocado sensores que le avisaban cada vez que alguien entraba en ella y como Draco estaba de viaje con el Señor Tenebroso no había nadie más que pudiera entrar a ella excepto los criados cuando limpiaban.

Lucius puso su mano en el escritorio mientras se apoyaba mas sobre la rubia y con la otra comenzó a acariciarle la piel de las torneadas piernas de la chica que se asomaban casi por completo debido a la posición en la que se encontraba y a la poca tela del uniforme que llevaba puesto. Había sido idea de su hijo que las "empleadas" llevaran esos uniformes que cubrían tan poco y que hablar de la ropa de las impuras que no eran más que un trapo semitransparente y escotado que dejaba ver todo.

Sonya se puso a temblar en cuanto sintió lo que hacia el hombre. Jamás en toda su vida había tenido tanto miedo. Ella sabia lo que el quería de ella y estaba segura que lo tomaría quisiera o no. Cerró los ojos y los apretó con fuerza mientras el hombre llevaba su mano al borde de la tela del uniforme y comenzaba a subirla. El rubio estaba extasiado su piel era suave como la seda mas fina, y su aroma lo estaba embriagando, le levanto la falda del uniforme dejando ver su delicioso y redondo trasero cubierto apenas por una delgada tela de algodón. La escucho sollozar, ¿Estaba llorando?

-¿Qué te pasa?- le pregunto algo descolocado y molesto. Nunca en toda su vida mujer alguna había llorado por sus caricias. Él siempre tenía lo que quería cuando lo quería. Y con las mujeres no era la excepción incluso las prostitutas no le cobraban por fallárselas, ellas venían a el pidiendo que las tomara y las llevara al cielo ¿y esta niña se atrevía a llorar por que el quería tomarla?

-¡Por Favor, no! No lo haga por favor- susurro ella sintiendo las lagrimas calientes rodar por sus mejillas.

Lucius sintió una punzada en su pecho, el nunca había forzado a ninguna mujer, nunca había tenido que hacerlo, además que su padre Abraxas lo había educado para ser un seductor no un violador. Aun recordaba lo que le había dicho alguna vez -"No hay ningún placer en tomar a una mujer que llora y gimotea negándose a ti. Las mujeres deben llorar y gemir pero solo por el placer que tu les brindes. Recuérdalo Lucius no somos animales de nada sirve tomar a una mujer a la fuerza"-

Lucius se aparto de ella y la vio aun apoyada contra el escritorio con la falda subida y temblado por el llanto. De inmediato dio media vuelta y se fue por donde vino cerrando de un portazo y maldiciendo por lo bajo.

Sonya se dejo caer en el suelo alfombrado del despacho, se llevo las piernas al pecho y se acurruco mientras lloraba en silencio.

Después de lo que pareció ser una eternidad la puerta volvió a abrirse y una cabeza de cabellera rizada se asomo por ella, era Romilda.

-¿Que haces?- le pregunto con fastidio a la rubia que seguía en el piso enjuagándose las lagrimas. –Se suponía que debías limpiar el despacho no holgazanear-

-No holgazaneo- dijo en voz baja mientras se ponía de pie con la ayuda de la otra joven.

-Si aja.- dijo con ironía mientras la observaba con atención-¿Y a ti que te pasó?-

-Nada- Sonya se sentía muy avergonzada por lo sucedido con Lucius Malfoy.

-¿Nada? ja, parecías un grifo abierto y dices que no te paso nada- Romilda ya se olía lo que le había pasado a la chica, pues ella había visto a Lucius Malfoy saliendo de la habitación evidentemente enojado.

-Él… él iba a violarme- le dijo soltando un hipido y haciendo que Romilda alzara una ceja.

-¿Quién? ¿Malfoy?- le cuestiono burlona, la rubia solo asintió mientras salia del despacho y caminaban hacia las cocinas.

-Eres afortunada, Malfoy es muy selectivo, desde que estoy aquí solo ha tomado a dos chicas a las cuales su Esposa se encargo de vender después de que se enterara.- la rubia no podía creer lo que oía ¿Cómo se atrevía a decir que tenia suerte? Esa chica estaba loca.

- ¿Estas loca?, ¿Como es que tengo suerte por que a Él le gusto?- le dijo con mucho enojo, la pelinegra solo soltó una risa que hizo que su sangre hirviera.

- Piénsalo, si logras que él te tome para si nadie mas te pondrá una mano encima, además Lucius Malfoy podrá ser cualquier cosa pero desagradable a la vista, no- le dijo mientras se sentaba en una pequeña mesa y comenzaba a tomar la poca cena que se les permitía junto a otros sangre puras que también eran esclavos en la mansión.

Sonya se sentó a lado de Sarah quien comía con avidez su ración. Ella noto que las chicas que utilizaban las túnicas transparentosas y que andaban descalzas no estaban en la mesa.

-¿Donde están los demás?- le pregunto a nadie en específico. Mas nadie le hizo caso.

-¿Quiénes?- le pregunto su hermana quien ya había terminado y miraba el plato de su hermana. Sonya sonrió y le acerco el plato, Sarah siempre había sido delgada, de niña parecía un saco de huesos y comía siempre doble o triple ración y jamás subía un kilo.

-Ellos no comen con nosotros por que son impuros o eso fue lo que Hermione me dijo- le contesto la pelirroja comiendo del plato de su hermana.

-¿Hermione?, ¿La chica castaña?- sarah asintió mientras bebía de su vaso.- Lindo nombre- le dijo la rubia comiendo un poco de pan que le había dejado.

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Los días pasaron con rapidez, Sonya había estado pensando en como salir de ese lugar pero por más que se quebraba la cabeza no veía forma Muggle de salirse, debía conseguir una varita y debía hacerlo antes de que alguno de los tantos hombres que merodeaban por la mansión decidiera divertirse con alguna de ellas.

Camino un poco por el pasillo, ese día a Romilda y a ella las habían enviado a limpiar los dormitorios de los "Amos" que estaban en el tercer piso. Ella francamente se sentía muy aliviada pues desde el incidente en el despacho, Lucius Malfoy solo la veía pero no se había atrevido a tocarle de nuevo, meneo la cabeza al recordar como la observaba, esos ojos grises le hacían sentir sus vellos erizarse.

-Mmmmhh!- Sonya detuvo sus pasos, -¿Qué demonios?-, observo el pasillo desierto y la pequeña luz que se filtraba a través de una puerta abierta.

-Eso es, así. Sigue- escucho una voz masculina, estuvo tentada a irse pero la curiosidad le pudo y con cautela camino asía la puerta mal cerrada.

Lo que vio la dejo helada. Dentro de la habitación estaba Romilda, arrodillada con los pechos al aire mientras tomaba hábilmente con su boca la larga y gruesa masculinidad de un hombre al que Sonya reconoció como Rabastan Lestrange.

La chica comenzaba a alejarse cuando vio al hombre alzar a Romilda de los brazos para que se pusiera en pie, Rabastan prácticamente arrastro a la chica a la cama. De un jalón le destrozo el uniforme y le corto las bragas ayudándose de una daga que traía enfundada en la cintura.

Sonya se quedo estática no sabia si irse o no. Es decir, algo dentro de ella le decía que se alejara, pero por otra parte quería ayudar a Romilda, fácilmente podía tomar algo y golpear al hombre para que la soltara. Un nuevo chillido la hizo salir de sus absurdas cavilaciones.

-Aaaaah!, si-i, aaah!- Esta vez era Romilda la que gemía y Sony parpadeo desconcertada. –Mmmmhh!-

-Si. Esto te gusta, ¿cierto?, pídelo amor. Pídelo y te lo daré.- escucho decir a Rabastan entre dientes mientras Romilda solo soltaba mas gemidos y resoplidos de placer. Sonya se asomo de nuevo y pudo verlos desnudos en la cama disfrutando el uno del otro. La chica se sostenía las piernas abiertas y estiradas contra su propio pecho mientras él le introducía la polla una y otra vez con mayor profundidad. La rubia se sintió avergonzada por estar espiando pero no pudo evitar tensar sus muslos cuando escucho a Romilda pedir por más, se escuchaba tan real y ella no supo si era por que la pelinegra estaba disfrutando de verdad o en realidad era una buena actriz.

-P-por favor, mas!- le escucho decir entre gemidos, entonces el hombre presiono dos dedos contra la húmeda y expuesta carne del coño de la joven mientras seguía arremetiendo contra su centro. La chica se arqueo y gimió a viva voz mientras dejaba salir su clímax en un roció que empapo al hombre que la seguía montando. Sonya quedo boquiabierta ante tal espectáculo y después de parpadear un par de veces se fue corriendo hacia su habitación.

No podía creerlo, -¿Cómo alguien iba disfrutar de ser violada?- Se preguntaba muy enojada por la forma en que reacciono su cuerpo. -Pero ella no estaba siendo violada- le recordó una vocecita en su cabeza.

Dios santo! Por que su cuerpo había reaccionado de esa manera, era algo asqueroso. Se… se había…. Aaagh!... se había excitado. Si, se había excitado viendo y escuchando a Romilda siendo tomada por ese hombre.

No. Estaba mal, Romilda era una joven que al igual que ella estaba siendo cruelmente sometida a los deseos de esos repugnantes seres humanos que se hacían llamar Sangre Puras. Ella no debía excitarse por algo así debía sentirse asqueada y temerosa de que algo así le sucediera o a su hermana.

Meneo la cabeza y decidió darse un baño. Total, su jornada ya había terminado y ella no se sentía de ánimos para cenar a pesar de que su estomago pensaba diferente, no se daría un baño y se iría a dormir.

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-Entonces ese chico Draco siempre te molesto durante la escuela?- Hermione quien estaba de rodillas limpiando el suelo alzo su vista mientras asentía.

-Si siempre ha sido un idiota arrogante- le dijo la castaña mientras seguía fregando arrodillada.

-Tal vez solo le gustas- Hermione casi se atraganta con su lengua, volteo a ver a la pelirroja que tallaba con ahínco una mancha en el piso del salón que ambas limpiaban.

-¿Estas bromeando?- le dijo la chica de rulos cautelosa.

-No, es solo que a lo que me dices que te hacia me parece que es solo un chico confundido al que le gustas mucho pero no sabe como decirlo.- le dijo Sarah con voz marisabidilla.

-ja ja ja ja ja! – comenzó a reírse la chica de cabello castaño mientras se tomaba el estomago.

-Mira ríete todo lo que quieras, pero cuando yo tenia trece conocí a un chico llamado David, el junto con sus amigos jugaba todas las tardes en un parque cerca de mi casa donde mi hermana solía llevarme, el caso es que el comenzó a molestarme desde que nos conocimos. Me empujaba, me insultaba y hasta llego a tirarme de las coletas, un día me mancho mi vestido favorito con su cono de helado y yo me puse a llorar entonces mi hermana me dijo que el lo hacia por que yo le gustaba, yo por mi parte no dije ni hice nada hasta que hace un año me canse de sus tonterías de chiquillo y lo enfrente. ¿Y que crees que hizo?- pregunto a una mas calmada Hermione que la observaba con atención.

-¿Se rió de ti?- le pregunto de vuelta aun riéndose.

-No. Me beso- y una sonrisa se formo en el bello rostro de ambas chicas.- Y después de unos cuantos días de evitarme me pidió que fuera su novia, a escondidas de mi padre claro- le dijo acercándose a Herms y sentándose a su lado.

-¿Por qué? ¿Era muggle?- pregunto la castaña.

-Si, pero no fue por eso que se lo oculte a mi padre, a pesar de todo el jamás odio a los muggles o si lo hizo jamás lo supimos. Pero no, no fue por eso. Fue por que era un chico y papa jamás nos permitió tener contacto con chicos. St. Constances es un internado para chicas, nosotras asistíamos a clases todos los días de siete a cuatro y dormíamos en casa.- le dijo recordando que su padre jamás de los jamases consentiría un noviazgo sin previo acuerdo con los padres del chico.

-¿Ósea que tu hermana y tu jamás habían tenido novio o besado a un chico?- le pregunto herms, no es que ella fuera mas experimentada pero bueno ella fue novia de Víktor y el le dio su primer beso. Luego Ron aun que jamás había llegado a mas con nadie.

-No. Bueno yo solo tuve a David pero Sonya…. Bueno ella jamás ha tenido a nadie o eso creo- le dijo algo dudosa de si su hermana mayor tuvo o no algún novio.

-wow, tu padre debió ser muy estricto- Hermione no estaba sorprendida la mayoría de los Sangres Puras eran muy arcaicos con lo que a los derechos de la mujer se refiere.

-Si- dijo en un susurro y prefirió cambiar de tema cuando recordó las palizas que su padre solía darles cuando según el hacían algo mal.- Oye y ¿donde esta? Es decir yo no he visto a ningún chico en lo que llevamos aquí, a excepción de los esclavos-

-Creo que el y otros mortifagos se fueron con "Quien tu sabes" a alguna "Misión" o alguna cosa para matar mas inocentes- dijo Hermione alicaída y triste.

-Oh, si, bueno hay que seguir limpiando- le dijo Sarah no queriendo hablar de esas cosas. Confiaba en que su hermana encontraría la forma de salir de ahí.

Hola que les apareció este es el primer capitulo de mi nueva historia no se desesperen por que Snape no Sale vendrá en el siguiente CHAP.

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Besitos

Dragoncita

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