Disclaimer: Bueno, creo que Himaruya aun no ha hecho chistes sobre este conflicto así que... nada que reportar! JA! CHÚPATE ESA!
Крым
Estados Unidos se cruza de brazos y mira su teléfono. Se enfurruña, mira a Rusia a lo lejos, dibuja en una hoja de papel un Batman y le manda el mensaje a Inglaterra, porque está aburrido y tiene PROHIBIDO hablar con Rusia. Piensa otra vez que quizás haya un plan perfecto para irle a ver sin que Obama se entere, porque el problema es que no pueden hablarse y de hecho Inglaterra debe ser uno de los más histéricos con el asunto porque debe escribirle unos setecientos mensajes a la semana.
Ocurre que el otro día en las noticias Obama decía que esto no es un asunto solo de Estados Unidos e Inglaterra, que el resto de Europa debería meterse. El problema es que a los rusos sólo les importa lo que dicen los gringos y a los gringos sólo les importa lo que dicen los commies, mientras Alemania se CAGA y pone a Austria HISTÉRICO porque no tiene idea de qué van a hacer con el puto asunto del jodido gas.
Rusia está en plan taciturno y con unas ojeras de mil kilómetros porque es que ADEMÁS Ucrania NO le habla. Está empezando a pensar en su padre porque alguien debe haberle comentado al respecto y tiene miedo de que Bielorrusia, que está súper feliz porque Ucrania suele ayudar mucho a Rusia y defenderle como mamá… y porque no se habla con el niño (el niño agujera una puerta de un puñetazo), le haga algo. Me parece que él se toma más en serio lo que le dicen de lo que parece.
Una pequeña esperanza para darle a Estados Unidos.
No tan en serio, pero si en serio. Rusia suspira y mueve el bolígrafo por encima de su hoja de notas. Francia también suspira y mira a España de reojo, quien tuerce un poco el morro mirándoles a los dos.
Francia se estira por encima de Inglaterra y le pregunta a España cómo arreglarlo. Inglaterra se sonroja echándose para atrás sin esperarse eso y España no le hace ni caso a Inglaterra negando con la cabeza porque no lo sabe.
—¡Esto es un caos, mon amour!
—Ya lo sé, míralos...
—Dan pena... Ambos —asegura el francés mirando a los dos corazones en pena, obviando por completo las implicaciones políticas porque claro, a quién le importan esas implicaciones cuando hay dos corazones en pena.
—Franceee —protesta Inglaterra.
—Quoooooi? ¡Mírale! —señala al niño... Que de hecho no sé cómo es que Rusia está por ahí, últimamente Rusia está vetado de toda junta. Seguramente porque no está escuchando de qué hablan.
—¡Que te me quites de encima, cámbiame el sitio! —protesta el inglés.
—¿Eso es lo que te preocupa? Joder, Angleterre... ¡Si estamos hablando del garçon! Podrías ayudarnos a ver qué hacer —le riñe Francia fulminándole.
—¿Qué vas a hacer? Nada, ¡por fin ha entrado en vereda! —suelta y España pone los ojos en blanco.
—Angleterre... Mírale —le señala. Inglaterra mira a Estados Unidos, que trae la cara de tristeza/enojo más... Marcada posible, mientras dibuja en sus notas.
—¡Es triste! —protesta Francia—. Recuerda nuestras épocas malas.
—Bueno, hombre, hace la misma cara cuando tiene un problema con sus videojuegos, ya se le pasara.
—No puedes ser TAN horrible.
—¿Y qué hay de lo que está haciendo él, eh? ¿Eso no es horrible? —señala a Rusia.
—Sí que lo es. Putin está loco, pero... Mira a TU adorado niño —insiste el francés como última advertencia.
—¡Yo se lo advertí!
—Le advertiste que podría romperle el corazón, no que podrían pelearse y extrañarse los dos... ¿Qué coño te pasa? ¿No tienes ni un ápice de corazón?
—¿Por qué me riñes a mí? ¡Está enfadado, no le echa de menos!
—¿Puedes pensar un segundo en lo que a ti te pasaba cuando te enfadabas conmigo?
—¡Paz y tranquilidad por una temporada! —déjalo, Francia, es tiempo perdido.
—Cámbiame el lugar —pide Francia levantándose impaciente. Inglaterra pone los ojos en blanco y lo hace, y Francia le da un beso en la mejilla cuando se mueve y le empuja huyendo.
Francia le agarra de la mano con fuerza y se sienta junto a España.
—Hay que arreglar esto.
—No se me ocurre cómo, es una pelea seria.
—Ya lo sé. Tan serio como la Guerra Fría. Se están jugando algo grave.
—¿Qué opinas?
—¿Dices que Russie está insoportable? Creo que... La tensión sexual oooootra vez ha subido. ¿Alguien les ha visto hablar siquiera?
—No... no que yo sepa, quizás deberíamos hablar con ellos a ver qué.
Francia suspira
—¿Nos los dividimos?
—Aunque... es que míralos, quizás no hace ni falta... ya me imagino qué van a decir —responde España.
—Aunque no lo digan, ya sabemos exactamente lo que piensan —Francia se pasa una mano por el cabello.
—Aun así quizás necesitarían expresarlo para darse cuenta ellos.
—Sería útil que al menos se echaran una revolcada. Creo que bajaría la tensión...
—Eso siempre es útil... pero tal como está, ¿no te da miedo que se maten a la mitad?
—Claro que no van a matarse. Si quisieran matarse, como SIEMPRE, ya se habrían atacado... —asegura Francia y luego vacila—, creo
—Algo me dice que eso es lo que les mantiene alejados en parte... como antes.
—Pero es que hasta a mí me duele, cher... Es como... Angleterre et moi.
—Bueno, hablar con ellos no creo que haga ningún daño.
—Vamos entonces... Quizás consigamos ALGO.
—¿Vamos los dos con los dos o uno cada uno?
—Voy yo con Amerique y tú, con Russie.
—No me dejes con Rusia solo... venga, es más fácil con los dos.
Francia sonríe y le hace un cariño a España en la mejilla mirándole con exagerada condescendencia.
—Entonces voy yo con el crío.
—Vaaaaale —se ríe y señala a Rusia—, mejor los dos, yo siempre acabo metido en líos. ¿Vamos con él primero?
—No me vengas ahora... no sé cuál de los dos es más difícil. Pero creo que prefiero ir primero con él —señala a Estados Unidos.
—Vale. Vamos con él entonces. Creo que entre más evitemos al otro mejor.
España asiente. Francia se gira, le da un beso a Inglaterra en la mejilla (Dios mío... creo que Francia extraña sus escenitas juntos, ¡puedes pararte y alejarte de él sin hacer drama como si fueran a dejarse de ver por cien años!) y se levanta.
Inglaterra se sobresalta y le empuja un poco con las manos para quitárselo de encima.
—Deja de echarme, je t'aime... —le lanza un beso. Mientras, España sonríe mirándoles de reojo, tras lo cual se va directo a la zona oscura alrededor de Estados Unidos.
El estadounidense está dibujando a Batman y al pingüino, quien tiene una cara sospechosamente parecida a la de Rusia. Ha dibujado también una isla desierta... Freud estaría especialmente feliz de analizar ese dibujo.
—Oye, ¿cómo va eso? —España se sienta a su lado y le da una palmada a la espalda, con lo que Estados Unidos da un salto de dos metros, ESPECIALMENTE paranoico.
—Wh-What?! What?! Oh... It's you —frunce el ceño porque en el fooooondo hubiera querido que fuera Rusia.
—Yo soy —sonríe España. Estados Unidos arruga la nariz y Francia arrastra una silla y se sienta del otro lado.
—What do you want? —sea dicho que, en alguna medida, agradece la compañía.
—Nada... charlar contigo, pareces desanimado. Francia y yo lo comentábamos, ¿verdad? —mete al francés a la conversación suavemente.
—Oui... Te ves un poquito triste, mon ami...
—Bah. Yo estoy perfectly fine —hace un rayón y rompe el papel en el que dibujaba a Batman. Bufa y da una patada.
—Ah... ¿seguro? Prusia me ha contado que has estado puliendo records a base de machacar en la play y ni siquiera has estado jugando en toda la reunión...
—Sólo tengo mucho tiempo libre últimamente —murmura ante las palabras de España, arrancando al Batman roto y haciéndolo bolita. Francia se muerde el labio y le toca el brazo.
—Angleterre también me ha dicho que has estado hablando con él bastante... —agrega el francés.
—Mmm... No sé, chico, a mí me pareces apagadito.
—Tampoco es que me conteste demasiado —protesta sobre lo de Inglaterra arrugando la nariz y suspira—. Sólo tengo mucho trabajo.
—Pero si hace un momento has dicho que tenías mucho tiempo libre...
Estados Unidos se revuelve.
—Tengo tiempo... But... —mira a Francia un poco implorante de reojo.
—¿Has pensado en por qué lo tienes y si realmente quisieras tenerlo? —pregunta España.
—No, no quisiera... But the fucking... —traga saliva—, situation.
España mira a Francia con cara de circunstancias.
—¿Han hablado ya? —pregunta Francia con suavidad. Estados Unidos le medio fulmina.
—No sé, yo creo que hay situaciones y situaciones y a veces, hay que saber separar entre los asuntos laborales y... los que no lo son, o se puede perder mucho —agrega España.
—¡Es que no entiende ninguna razón! Y no se puede... No puedo... ¡Ni siquiera me dejan! Y no sólo es por eso...
—Sí, sí, pero aparte de todo eso... hay un par de cosas más allá ¿verdad? Yo sólo digo que probablemente yo me volvería loco en esta situación.
—¿Y tú qué crees? Yo pensé que... —Estados Unidos desvía la mirada.
—¿Sí?
—¡Pues no que fuera a ponerse ASÍ!
—Mmmm...
—Amerique...
—What? —agresivo.
—Por qué no intentan... Ir al cine o algo así ustedes dos, sin hablar de política —propone dulcemente el francés.
—Yo creo que sería una buena idea, separar —asiente España—. Que las cosas estén un poco tensas aquí no significa que tengan que estarlo de puertas para adentro.
—But...
—¿Hace cuánto que no salen solos? O se ven solos... O no digamos... Se acuestan —pregunta Francia, ante lo que Estados Unidos se revuelve más, DE VERDAD de mal humor. Francia mira a España
—¿No te apetece o qué? Míralo —se lo señala España.
—No... —se humedece los labios y le mira de reojo.
Rusia sí está sumido en una especie de nube turbia y morada a su alrededor, normalmente estaría mirándole fijamente. A él o a alguien que hiciera ruido como él. Pero no fijamente... En su puro estilo acosador, con su sonrisa perturbadora. Pero en cambio de eso está con la mejilla apoyada en la mano, la botella de vodka sobre la mesa de reunión, jugando y dándole vueltas a una semilla de girasol con la punta del bolígrafo.
Estados Unidos frunce el ceño y entrecierra los ojos estirándose un poquito para ver qué es lo que está moviendo con el bolígrafo. Un instante más tarde recuerda que está enfadado con él, arruga la nariz y desvía la mirada.
—Ya es bastante que le hayamos permitido venir hoy.
—Eso... hemos visto además, ¿no estás siendo un poco duro?
—¿Duro YO? ¡Él se ha saltado todas las reglas! ¡TODAS! ¡Y no escucha NADA de lo que digo!
—¿Él? ¿O Putin? —pregunta Francia inclinando la cabeza—. Sabes bien que muchas veces tenemos que hacer cosas que no nos gustan acatando órdenes.
—¿Le estás defendiendo? —le mira incrédulo.
—Nadie ha dicho que no tenga culpa, pero quizás no TANTA —media España.
—¡¿Cómo que no TANTA?! You fucking crazy, europeans! ¿Les listo las cosas que ha hecho?
—Calma, calma... me refiero a que no tienes por qué castigarle fuera de lo laboral —insiste España. Francia le pone una mano en el hombro al americano y asiente—. O es que realmente... Nuestro padre nos ha dicho que ahora te estás interesando por una de las chicas que viven con él.
—¡Pues lo hago porque es un necio cuadrado que se está robando un montón de cosas en NUESTRA CARA! Como voy a no estar enfa... —Estados Unidos se calla y le mira y no tiene de momento IDEA de qué está hablando—, what?
—Oui. Una de sus chicas, Egypte —Francia le sonríe un poquito. Estados Unidos parpadea, porque tiene el cerebro compleeeeetamente embotado en la gelatina espesa de Rusia.
—Es morena y siempre se mueve así como... bueno, de hecho esto lo dice todo —agrega España y mira a Francia
—Ah... La madre de Egypt, ¡la chica esa que sabe que soy awesome! —intenta sonreír en un esfuerzo por levantar los ánimos, pero sólo le salen suspiros—. Yes... Well, no he tenido mucho tiempo de hablarle. ¿Qué explica?
—No lo sé, yo no le he hablado demasiado con ella —responde España—. Pero volviendo a Rusia... ¿qué vas a hacer?
—Mais oui que lo explica —asiente Francia para España notando lo mismo que los dos ya sabían.
—¿Que voy a hacer YO? ¡Qué va a hacer él! —pregunta, eso sí, muy orgulloso otra vez.
—Non, mon petit, no con el conflicto político. Que vas a hacer con él, con tu «boyfriend» Russie.
—Quizás deberíamos hablarle a él... —propone España para ver cómo reacciona—, o quizás deberías hablarle tú y decirle si sigue o no siendo tu novio.
—He is not my... He is... —se mira las manos un instante y luego aprieta los ojos—. No pueden hablar con él, ni yo tampoco.
—Bueno... yo sólo lo digo, porque igual que Egipto contigo, alguien podría ir y aprovecharse de esta situación.
Francia mira a España y sonríe un poquito de lado.
—¿Aprovecharse de qué? —pregunta obligada sin entender.
—De que ya no es tu novio... —España se encoge de hombros.
—No dije que ya no... —mira a España un poco angustiado y luego traga saliva y desvía la mirada—. Me estás diciendo que alguien va a venir y va a darle besos y a...
—No lo sé, me han dicho que su hermana está bastante contenta —y con esas palabras de España ahora si se le ENSOMBRECE la mirada a Estados Unidos—. Me refiero a Bielorrusia —explica por si acaso, sin que haya necesidad porque es en ella en quién el estadounidense está pensando.
—His bitchy, crazy sister is HAPPY? Fuck! ¡Él ni la quiere y lo que le tiene es miedo! ¡Ya no estaba haciendo esas cosas raras y horribles con ella! —protesta con carita triste sin poder evitarlo. España se encoge de hombros.
—Yo soy de la idea de que vayas y HABLEN. Hagan algo que NO sea cuestión política —insiste Francia.
—Sí, yo también creo que deberías.
Estados Unidos se revuelve un poquito considerándolo como opción por primera vez.
—But...
—Sólo piénsalo... —España se levanta—. Y anímate un poco —mira a Francia para que le dejen pensar.
—Al final sólo es hablar —Francia se encoge de hombros levantándose a la vez y dándole un beso en la cabeza, así que los dos se retiran. Y él se revuelve mirando a Rusia a lo lejos.
—Dieeuu! —protesta Francia hacia España en secretito.
—No sé cómo... —asegura España no del todo convencido.
Rusia suelta el bolígrafo y toma un poco de vodka... y al levantar la vista para buscar la botella, encuentra la mirada de Estados Unidos.
Estados Unidos le mira con un poco menos de agresión que con la que le ha mirado en el último mes, preguntándose si de verdad es posible... hacer a un lado lo político y al menos hablar un poquito con él o... algo. Aunque no debían, lo tenía TERMINANTEMENTE prohibido.
Rusia le sostiene la mirada unos instantes sin entender demasiado ni saber qué hacer porque de hecho ni siquiera le ha mirado demasiado en los últimos tiempos.
—Me preocupa que... Si se acercan demasiado... —Francia se encoge de hombros—. Vamos a esperar a que el garçon se levante al baño... Con la cantidad de Coca Cola que ha bebido no debe faltar mucho.
—A mí también —asiente España a eso.
Estados Unidos inclina la cabeza, revisándolo con mucha más atención de la que suele revisar nada, notando que se ve... diferente. Tiene ojeeeras y ni siquiera sonríe espeluznantemente. Querría saber qué demonios le pasa por la estúpida cabeza dura que tiene. Rusia le mira durante unos instantes más antes de suspirar y desviar la mirada a su semillita de girasol otra vez.
El menor frunce más el ceño con eso y se levanta de golpe, tal como lo ha previsto Francia. Rusia no hace caso y sigue jugando.
—Mira. Más previsible no puede ser —Francia le da un golpecito a España en el pecho—. Venga, vamos a hablar con él.
España sonríe y empuja un poco a Francia hacia Rusia, tomándole de los hombros.
—Éste va a ser más complicado... —asegura Francia poniéndole una mano sobre una de las suyas en su hombro.
—Ya me lo parece —golpecitos en los hombros. Francia traga saliva y mira a Rusia. Se humedece los labios y se sienta a su lado.
—Allô, Russie.
España se sienta del otro lado como ha hecho con Estados Unidos. Así atacan los monstruos. Rusia levanta la cabeza a mirar a Francia, quien le sonríe un poquito.
—¿Cómo estás?
Rusia mira a Francia con los ojos vidriosos como si no le entendiera y le viera a través.
—¿Eh? ¿Cómo has estado? —insiste Francia.
—¿Qué? —así de zombie está.
—¿Te encuentras bien, Rusia? —pregunta España y el ruso levanta las cejas porque no le ha notado sentarse.
—Te ves un poco... Cansado —dice Francia.
—Da, bien... Da. Cansado —repite.
Francia mira a España notando realmente que Rusia NO está en sus cinco sentidos. España le mira preocupado también porque si normalmente Rusia es ESPESO... Parece que van a necesitar cuchillo y tenedor.
—Mmm... —Francia se revuelve un poquito—, y... ¿cómo están las cosas en casa? Es decir, fuera de la política y estas cosas de trabajo...
—En... ¿qué casa? —me parece que es posible que haga días que ni siquiera pasa por casa o que todo está demasiado revuelto en todas partes para saberlo siquiera.
—La tuya, en Moscou —responde en un susurro Francia casa vez más preocupado.
—Moscou —repite en francés con un terrible acento.
—Moskva —prueba Francia ahora en ruso y luego inclina la cabeza hablando aún en ruso y con su marcado acento —. ¿Cuando comiste por última vez?
De nuevo Rusia le mira como si le viera a través de los ojos hasta la pared.
—¿Has hablado con Amerique? —prueba el francés, temerosillo. A Rusia se le ensombrece la mirada con la sola mención del nombre—. Sé que ahora todo parece que va mal... Pero podrían intentar hablar de algo que no fuera Crimée —propone Francia tratando de ser directo y de no usar metáforas.
Rusia frunce más el ceño con la palabra Crimea, Francia se revuelve porque el ruso sólo está escuchando «Estados Unidos » y «Crimea».
—¿Por qué no van al cine? —sugiere Francia.
—No quiero decir nada sobre eso —responde Rusia agresivo.
—Rusia, no nos estás entendiendo... —dice España.
—Hablamos de ti y tu noviazgo con Amerique.
—No quiero decir nada sobre él.
—¿Ni siquiera a él?
—¿A él quién? —responde a Francia, aún agresivo porque no hacen más que pedirle reuniones para hablar sobre esto TODO el mundo.
—Cher... Calma. Estamos hablando entre amigos —Francia le mira a los ojos.
—No voy a hablar de esto —repite.
—Sólo pregunté hace cuanto que no comes, cher. No estoy hablando de trabajo.
Rusia parpadea.
—Podrías ir a comer con él —explica España y Rusia vuelve a mirarle sin saber de qué habla.
—Te ves cansado y hambriento, y él también se ve así —señala Francia a Estados Unidos—. Seguro pueden ir y no hablar de nada del trabajo.
—Cansado y hambriento —repite Rusia.
—Russieeeee, venga, piénsalo —le pone la mano sobre el brazo con suavidad, y Rusia se TENSA cuando le toca—. Mírame, Russie —pide Francia notando la tensión y aguantando las ganas de salir corriendo—. Soy yo, France, y no está pasando nada. ¿Te acuerdas de la vez que fuimos a cenar a casa de Spagna?
Rusia le mira de una forma salvaje y agresiva, España se pone histérico nada más con la tensión sin siquiera verle la mirada. Francia quita la mano de INMEDIATO, acojonándose y la tensión baja considerablemente.
Francia traga saliva.
—Ehm... ¿T-Te acuerdas?
—¿Acordarme?
—No me estás oyendo...
—¿Oír qué?
Francia suspira con lo espeeeeeso. España le mira.
—Piénsate la idea de ir a comer con tu novio, ¿vale? —prueba Francia.
—¿Novio?
—Oui. Amerique, tu novio... —repite Francia—. «Boyfriend» —agrega. Rusia le mira parpadeando, pensando en ello—. Podrían hablar de la película del Capitán América... O de hamburguesas.
—Hamburguesas.
—Dios... —España se pasa una mano por el cabello empezando a hisretizarse con la velocidad de Rusia.
—Oui, comer y hablar de lo que sea —Francia el de la infinita paciencia con Rusia—. ¿Por qué no se lo pides?
—Tengo hambre —nota Rusia de repente.
—Ya me imagino. Ve a decirle a tu boyfriend Amerique que vayan a comer —insiste Francia.
—No quiero hablar con Soyedinennyye Shtaty, —repite, pero esta vez es un tono distinto, se revuelve en el asiento.
—Seguro no quieres hablar de cosas feas, pero podrías hablar de cosas sin importancia —Francia se encoge de hombros. Rusia niega porque a él también se lo han prohibido y está seguro de que el estadounidense le disparará como en los años ochenta si se quedan solos.
Francia suspira sin saber qué hacer.
—¿Por qué no? —pregunta España.
—No quiero.
—¿No querrías si supieras que él sí quiere?
—No quiero, no quiero —mira a Francia con cara de angustia.
—¿Aunque nadie se enterara? —última presión de Francia. Rusia no contesta nada mirándole con cara de angustias y España frunce el ceño. Francia mira a España de reojo, y éste le mira de vuelta sin estar seguro de lo que pasa, algo no cuadra en Rusia—. Mmm, Russie... ¿Crees que pudieras separar el trabajo de tu vida personal? —pregunta Francia sólo para probar si es capaz de entender el concepto.
—No entiendo —le mira inclinando la cabeza.
—Se refiere a estar con el chico sin hablar de nada de lo que habéis estado hablando últimamente con vuestros presidentes y todo eso si estáis solos —explica España.
—Eso es.
—No quiero hablar con los presidentes.
—La idea es olvidarte de lo que pasa en el trabajo, de tu presidente y las cosas que nos hacen hacer nuestros jefes... Y pensar sólo por un rato en tu vida junto con Amerique —intenta Francia por otro lado. Rusia le mira con intensidad sin que se pueda saber qué está pensando, ante lo que Francia vacila un poco, porque es que... Rusia es realmente complicado.
—¿Cuánto hace que no estás a solas con él, Rusia? Sin presidentes ni comités, ni asesores, ni diplomáticos, ni nadie. Solos SOLOS.
Francia inclina la cabeza esperando la respuesta y pensando que para como están si que deben llevar un mes, quizás un poco más
Quizás incluso antes de Sochi con lo ocupado que estuvo el ruso... quien, sea dicho, parpadea porque no tiene ni idea.
—Siendo novios, ¿no crees que deberían buscar un rato para estar solos? —cuestiona Francia.
—Novios —repite Rusia.
—Sí, cuánto hace que no le das un beso... te vi hacerlo cuando fueron las olimpiadas... ¿pero después? —agrega España.
—¿Solían hacerlo mucho, te acuerdas?
—Un beso... —Rusia se lo piensa llevándose una mano a los labios.
—Podrías darle uno ahora cuando vuelva... —propone Francia con temorcito. Rusia mira a Francia, quien le sonríe.
—No puedo.
—¿Por qué no puedes? ¿Alguien te dijo que no lo hicieras?
Rusia asiente.
—Soyedinennyye Shtaty... —le nombra y se humedece los labios—. Me odia otra vez.
Francia se le acerca y le pone una mano encima del brazo suavemente, con lo que Rusia vuelve a tensarse.
—Él está enfadado con tu política, no con... Ugh —le deja de tocar—, está muy enfadado con tu política... Pero tú, Russie su boyfriend, es otra cosa.
—Esperemos —susurra España y Rusia niega. Francia suspira y mira a España de reojo, separándose de Rusia. España le mira también.
—Vamos por un café, ¿quieres que te traiga algo, mon ami?
Rusia le mira unos instantes fijamente. Francia le sonríe otra vez.
—Tengo hambre —susurra mirando su hoja de documentos y pensando en Estados Unidos repitiéndolo constantemente.
—Conseguiré que te traigan algo de comer —asiente Francia sintiéndose un poco mal por él, a pesar de todo.
—Anímate —le pide España yendo tras Francia.
—Mon dieu, Espagne...
—Esto es un desastre.
—¡Es seis desastres juntos y una posible guerra mundial...!
—No estoy seguro de que nada vaya a funcionar realmente. El muchacho no estaba tan agresivo desde la Guerra Fría y Rusia... Dios, ni siquiera sé si sabe dónde está.
—No les vendría mal...
España le mira.
—Sexo.
—Ya —suspira—, pero me preocupa que puedan hacerse si Rusia cree que no le quiere y el muchacho no quiere quererle.
—Estamos de regreso al principio... Casi. Porque evidentemente Russie le quiere y Amerique también. Sólo es cuestión de separar...
—No estoy seguro que ellos lo consigan, ambos parecen tener las cosas terriblemente revueltas.
—Ya lo sé... —Francia suspira—. Y no sé cómo arreglarlo.
—Crees que... ¿qué crees que pase si les metemos a ambos en un cuarto?
—¿Que Angleterre va a matarme cuando se maten entre sí? —sonríe.
—Entonces sólo queda volver a hablar con ellos hasta que entiendan o... no lo sé.
—La verdad creo que si los encerramos van a tener sexo asqueroso y bestia.
—Quizás eso lo resuelva...
—No va a resolver sus problemas políticos... Pero quizás piensen con más claridad ellos DOS. Russie da miedo así y qué decir del otro.
Con eso último, Francia señala a Estados Unidos, a quien, tras unos minutos de que ha vuelto... Rusia se ha acercado, dejando sin aire a toda la sala. Sobre todo a medida que todos se han ido dando cuenta.
Y ahí está, el primer capítulo de este nuevo RusAme... este no se va a quedar en el limbo como Sochi porque ya está todo escrito y serán tres capítulos publicados en tres fines de semana. todos ellos editados por Tari, no te olvides de agradecerle.
