Capítulo 1. Encuentro fortuito.

-Oye... Niña -decía un sujeto mientras intentaba despertar a una chica dormida.

-¿No despierta aún? -preguntó uno que se encontraba a su lado.

-No... Vamos a llegar dentro de poco al puerto y no ha despertado aún.

-¿Crees que la fiesta de anoche fue demasiado?

-No creo. No la vi beber mucho.

-En todo caso. ¿Quién es esta chica?

-No lo sé. La recogí ayer, cuando íbamos a partir de Llubs diciéndome que si podría traerla a este país.

-¿Por qué querría venir a este país? Con lo bien que estábamos en Llubs.

-Había allí unas chicas... -decía el sujeto sonrojado.

-Ya ves...-dijo-. Oye, ¿y si le pinchas con un palo? A lo mejor así sí despierta.

-¡Tienes razón! Espera y busco uno.

-Está bien.

...

-Mira, encontré uno.

-Has tardado...

-Es que me llamó el capitán.

-Da igual, pínchale a ver.

-Vale -dijo mientas empezó a picar a la chica.

-¿Nada?

-No. A lo mejor está...-dijo el sujeto del palo nervioso-. Muerta...

-¡N-No seas tonto!-dijo el otro tipo asustado-. Vuélvela a picar.

-V-Vale... Oye... sigue sin despertar. Te lo dije, está muerta.

-¡Te dije que no dijera...-

-No-dijo la chica mientras agarró el palo con el cual picaban-. Estoy muerta.

-¡Ah!-exclamó el tipo sorprendido al ver que había agarrado el palo-. ¿S-Sigues viva...?

-Pues claro que lo estoy.

-Es que como no despertabas pensamos que...

-Lamento haberos preocupado.

-Da igual.

-¿A qué se debe que me hayan despertado?

-Bueno. La verdad es que vamos a desembarcar en Morfes. Dijiste que ese era tu destino, ¿cierto?

-Sí... Gracias por haberme dspertado.

-Dime, ¿Qué harás allí?

-De ahí debo ir a a Ciudad Capital.

-¿Y qué harás allí...?

-Encargarme de... unos asuntos familiares...

-Ya veo.

-¡Hemos llegado! -gritó un sujeto en la parte superior de la embarcación.

-Debemos subir. Vamos chica.

-Está bien.

...

-Su majestad -dijo una mujer que iba corriendo para alcanzar a la reina.

-¿Qué sucede, Nodoka?

-Verá Su Majestad...

-¿Cuántas veces te he dicho que me llames Ui cuando estamos solas Nodoka? -dijo con una sonrisa.

-Está bien... -dijo sonrojada.

-Ahora dime. ¿Qué sucede?

-Verá... Hay nuevos brotes de violencia al norte, cerca de la frontera con Ruses -dijo mientras le enseñaba un mapa.

-Esos malditos... No se cansan -dijo la reina.

-¿Qué debemos hacer Ui?

-Por ahora refuerza la seguridad en esa zona. Y envía más soldados.

-¿E-Está segura? Enviar más solados después de tantas batallas ahí. Deben estar exhaustos...

-Da igual-dijo la reina fríamente-. Deben pelear por su reino.

-E-Está bien...

-Ahora si me disculpas, debo retirarme. Nos vemos después -y así la reina se marchó.

-''Ui...'' -pensó Nodoka.

...

-Hemos llegado-dijo el sujeto-. Ciudad costera de Morfes.

Morfes es la ciudad portuaria más importante del reino de la Luna. Cada día cientos de mercantes y comeriantes llegaban con la intención de comerciar sus productos de todo el mundo.

-''Morfes...'' -pensó la chica.

-Dime-dijo el sujeto-. ¿Cuánto tiempo estarás aquí?

-No mucho, aún queda un largo camino hasta Ciudad Capital.

-La verdad es que si estás lejos. Este imperio es el más grande actualmente. Eso no te ayuda mucho.

-Ya ves.

-Has dicho que vas a encargarte de unos asuntos familiares. ¿Vas a ver a algún pariente verdad?

-Se puede decir que sí -dijo la chica.

-Bart-dijo otro sujeto-. Hemos de desembarcar ya.

-Está bien, espera aquí que vuelvo enseguida.

-Claro -respondió la chica.

...

-¡Oye!-gritó el puedes bajar.

-Está bien-dijo la chica mientras bajaba de la embarcación-. Dile al capitán que muchas gracias. A ti también muchas gracias.

-No es nada-dijo el sujeto sonrojado-. Ah cierto, se me olvidaba. Toma -dijo mientras le arrojaba una bolsa a la chica.

-¿Eh? ¿Qué es?

-Un poco de dinero. No te vendrá mal -dijo el sujeto sonriendo.

-De verdad...-dijo la chica con una sonrisa-. Eres demasiado bueno conmigo.

-Puede ser. Pero es por si acaso, nunca se sabe, y menos en una ciudad como Morfes.

-No sé cómmo agradecerte.

-Podrías decirme tu nombre.

-¿Nombre...?-dijo la chica pensativa-. Mi nombre es Yui.

-¿Ehh? Vaya nombre más raro.

-¿No te gusta? -dijo Yui sonriente.

-No he dicho eso, sólo que es raro.

-Más te vale-dijo mientras se alejaba-. Adiós Bart, gracias por todo.

-Adiós Yui, suerte en tu viaje.

-''Necesitaré mucha...'' -pensó Yui.

...

Yui iba caminando por una calle de la ciudad portuaria donde principalmente habían tiendas, muchas de ellas, la mayoría vendían ropa y mascotas. Habían algunas que vendían incluso armas, tales como espadas, lanzas, dagas y ese tipo de cosas. Yui se paró al ver una tienda de ropa, donde se veía un maniquí con un hermoso vestido rojo igual que los rubíes. Se quedó analizando mientras comparaba su ropa con aquél vestido, dándose cuenta de la gran diferencia. Encima de toda su ropa Yui llevaba una gran capa que cubría tanto la delantera como la parte trasera de su cuerpo, añadiendo una capucha que dejaba casi invisible su cara. Se detuvo en un puesto callejero para comprar algo de fruta.

-Gracias, vuelva pronto -dijo el hombre que atendía el puesto.

-Gracias -dijo Yui mientras empezaba a comer una manzana y a seguir caminando por la ciudad-. ''La verdad. No está tan mal.'' -pensó. Una gran sombra que pasó a gran velocidad la sacó de sus pensamientos- ''¿Qué demonios...?''

-¡Alto ladrona! -gritaron varios soldados mientras perseguían a la sombra.

-¡EH!-dijo Yui al ser empujada por los soldados- ¡Fijaros por donde vais!

...

-¡Te tenemos!-exclamó un soldado mientras tenía inmovilizada en el suelo a la sombra, que ahora era una persona-. Eres muy veloz, pero ahora ya no puedes hacer nada.

-¡Soltadme! ¡Yo no he hecho nada!

-¿A no? ¿Y qué significa esto? -dijo mientras mostraba un pedazo de pan-. Me dirás que no lo robaste.

-¡Tuve que hacerlo! ¡No he comido en dos días!

-Mala suerte. Ya sabes lo que le sucede a los ladrones -dijo con una sonrisa.

-No... ¡No! -gritó.

-Es la ley, nosotros debemos cumplirla. Ahora dime, ¿izquierda o derecha? -dijo mientras extendía los brazos de la víctima en una caja.

-Por favor no, perdonadme.

-Suplicar no te servirá de nada. Bueno, como no has escogido lo haré yo.

-No por favor...

-Cállate ya de una vez, no lo hagas más difícil. Bueno, aquí vamos -dijo mientras alzaba su mano con lo que parecía ser una espada corta.

-¡No!

-Ehh, así que eso era -dijo Yui mientras seguía comiendo la manzana de antes.

-¡¿Quién anda ahí?! -exlcamó el soldado.

-Sólo soy un turista.

-Será mejor que te largues. Aquí no tienes nada que hacer.

-Me parece que sí, veo que os estáis pasando con esa persona -dijo mientras señalaba al condenado quien yacía en el suelo.

-Sólo es una persona que rompió las reglas. Y como tal debe ser castigada.

-¿De esa forma? Cualquiera diría que sois demonios.

-Son sólo las reglas que la reina impuso. Ahora largo.

-Me parece que no.

-Si no te vas tendré que tomarte también por una criminal -dijo mientras se abalanzaba sobre Yui con la espada en mano.

Yui hábilmente supo esquivar al soldado, y a continuación le dio un golpe en el estómago dejándole sin aire.

-Maldito... -decía el soldado con dificultades para respirar.

Yui le propinó una patada al soldado en el mentón, dejándole sin conociemiento en el suelo.

-¡N-no creas que esto se quedará así! -gritaron los otros dos soldados mientras corrían para salvar sus vidas.

-Vaya...-dijo Yui mientras recogía la bolsa con las frutas y reanudó su asunto con la manzana- ¿Estás bien? -dijo mientras comía.

-S-Sí... -decía anonadada.

-¿Cómo te llamas?

-A-Azusa... ¿Y tú?

-Yui. Dime, ¿por qué te perseguían?

-Pues...-dijo Azusa avergonzada-. Robé un poco de comida ya que me moría de hambre...

-Ya veo... ¿Quieres? -dijo mientras le ofrecía otra manzana a Azusa.

-¡¿En serio? ¡Gracias! -exclamó contenta mientras empezaba a devorar la manzana.

-Toma, puedes quedarte con la bolsa.

-Eres muy buena -decía Azusa contenta.

-Bueno Azusa, ha sido un placer. Pero debo irme -dijo Yui mientras se levantaba.

-¡Espera!-dijo Azusa- ¿Puedo... ir contigo?

-¿Eh? No creo que debas.

-¿Por qué?

-Verás, no soy precisamente un turista. Vine a este reino a cumplir una tarea peligrosa, puede que incluso termine muerta. ¿De verdad quieres venir conmigo? -dijo Yui. Azusa analizó la situación, también su situación anterior, sabía que podría morir de un momento a otro y más ahora que era una prófuga. Así que recapacitó y dio una respuesta.

-Sí-dijo-. Si quiero ir contigo.

-¿Segura? ¿No temes morir?

-Sí temo a morir. Pero si tu no hubieras llegado quién sabe cómo estaría.

-Supongo que tienes razón...

-Así que por favor, déjame ser tu camarada -dijo Azusa mientras se inclinaba ante Yui.

-Supongo que no se puede hacer nada...-dijo Yui suspirando-. Está bien Azusa, serás mi aliada.

-¡¿De verdad?!

-Claro. Ahora vámonos, seguro que vendrás más refuerzos.

-¡Claro! -dijo feliz Azusa mientras seguía a Yui. ''¡Te seguiré a todas partes Yui-sama!''

Y así Azusa y Yui formaron una alianza. La misión de Yui había comenzado.