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¡Bodas Express!

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Disclaimers:Los personajes de esta historia son propiedad de Himaruya Hidekaz.

Sumario: ¿Qué sucedería si por algún malentendido ciertas naciones obligaran a sus parejas a casarse con ellos? ¿O si otro los obligara a casarse? Comedia.

Parejas: Varias, pareja en turno en el nombre del capítulo.

Aclaraciones: Esto es un Fic así que desde ya los personajes tienen OoC aunque intentaré mantenerlo al mínimo en algunos. Igual es comedia, no se lo tomen tan enserio. Nombres humanos utilizados. No hay razón por la cual las parejas terminaron juntas así que no intenten buscarle razón.

Aclaraciones de lectura:

-Letra normal: diálogo, relato.

-Letra en cursiva: pensamientos de los personajes.

-N/A: notas de autora.

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UKUS

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Arthur en ese momento era un hervidero de furia "¿cómo se atrevía ese idiota a serle infiel? ¡Y encima con Francia!,había visto a ambas naciones sentadas hablando muy seriamente, el americano había sacado una cajita con algo de nerviosismo y se la enseñó al francés, el cual aplaudió muy gaymente y la abrió, halagó la forma del mismo ¡Arthur quería ver ese anillo! O sí, porque no había que ser un genio para ver que lo que contenía esa cajita era un anillo, pero no cualquier anillo, era uno de compromiso.

Aunque lo que realmente le hizo hervir la sangre fue cuando Francia tomó con su mano una de las de Estados Unidos y dijo "El vándalo de Inglaterra no se merece a alguien tan tierno como tú, pequeño América" ¿Y qué hizo Alfred? ¡Se sonrojó! Y comenzó a reír nerviosamente, fue lo más que pudo aguantar el inglés y se marchó caminando como león enjaulado.

Inglaterra no contestó ninguna de las llamadas que Estados unidos, alias el infiel, le hacía, ¡hasta se cambió de hotel! Y todo para que el idiota no lo encontrara, con enfado tomó una botella del mini bar y la abrió…

Mientras iba tomando, diferentes escenarios del infiel de su amante aparecían en su mente, en ellas miraba a Alfred con diferentes naciones, ¿qué hacía poco no había ido a China?, luego estaba esa extraña animosidad con Rusia… ¡Y México!, Arthur no sabía qué pensar, pero sin duda con quien más dudas tenía era con Francia… ese maldito bastardo del vino.

Un Alfred sin pantalones y con la camisa abierta posada en sus hombros, se encontraba completamente sonrojado mirando a la persona que se encontraba encima de él. Francia sólo sonreía de lado al ver ese lado del americano que muy pocos podían ver.

No te preocupesmonpetit Amérique, hermano Francia te dará muchoamour. —ronroneó mientras pasaba su lengua por el lóbulo del más joven haciéndolo gemir.

Por favor, sé gentil. —gimió mientras se entregaba a las caricias del otro.

Inglaterra mientras imaginaba eso lanzó la botella de vino que había estado tomando y tomo otra de whisky.

Ambas naciones se encontraban en la oficina de Francia, Estados Unidos se encontraba sentado sobre el escritorio mientras la nación francesa estaba ocupada en chupar y morder las tetillas del más joven.

Ah, por favor. —gimoteó el de lentes. —sólo mételo ya. —cruzó las piernas dejando al galo encerrado.

Hoy estamos ansiosos pequeño. —pero obedientemente comenzó a acariciar al americano.

Inglaterra no me llena como tú. —fue la única respuesta antes de besar furiosamente al galo.

Después de imaginar eso, el inglés rompió la botella por la fuerza con la que era sujetada, con fastidio decidió ir por el botiquín para curarse. Después de un rato una sonrisa demente cruzó por su rostro y con decisión marcó un número en su celular. Sin duda alguna con eso Alfred no se atrevería ni siquiera a pensar en hacer eso de nuevo, no si no quisiera enfrentarse a una pérdida de territorio.

A la mañana siguiente…

Alfred se encontraba nervioso, extremadamente nervioso… no es que tuviera miedo ni nada por el estilo, pero ver a Arthur completamente borracho, que no actuaba como siempre y que encima le estaba apuntando con una pistola era para poner nervioso a cualquiera. En ese momento iba conduciendo su coche hacia uno de sus edificios de gobierno, el hecho de que estuvieran en Vermont* le hacía ponerse más nervioso, no sabía qué era lo que planeaba Arthur, aunque su duda era ¿cómo fue que Arthur estaba ebrio en la mañana? ¡Y había aparentado estar sobrio! Fue hasta que sacó el arma y la botella de ron que se dio cuenta de su estado.

Al llegar al edificio pidió ver al encargado, ahí dentro le reveló quien era y que le trajera un papel, Alfred aún estaba confuso ante toda esa situación, el inglés solamente tomó otro sorbo de la botella de ron, cuando el hombre regresó los ojos de Arthur brillaron y le ordenó a Alfred sentarse. Cuando se sentó notó la cajita que no había podido darle al inglés el día anterior, aprovechó que Arthur le estaba ordenando algo al hombre, así que sacó la cajita y miró el anillo, una simple pero hermosa alianza de oro blanco con grabados celtas, vaya que le había costado decidirse ¡hasta le pidió ayuda a Francia!

Entonces sintió algo frío en la sien y enseguida escuchó la voz de su pareja.

—Firma o te meto un plomazo, América. —le ordenó, Alfred quien no estaba acostumbrado a ese lado de su ex-tutor y amante, sólo cedió, firmando sin saber. —Ahora. —pasó la lengua por sus labios, se acercó al americano, con la rodilla separó aún más las piernas del americano y la colocó cerca del miembro del otro provocando que Alfred tragase saliva nervioso, Arthur colocó una mano en su hombro y acercó su rostro a la oreja izquierda del otro, quien al sentir su aliento reprimió un gemido. —Si se te ocurre siquiera pensar en serme infiel idiota emancipado, sabrás porque hasta Alemania me tenía miedo, eres mi esposo ahora y yo no tolero las infidelidades.

Espera…

¿Qué había dicho?

¿Esposo?

¿Pero cuán…?

¡El papel!

Alfred se lanzó sobre el acta y miró, sí, ahí estaban ambos nombres y firmas. Ambos estaban casados ante la ley… y como era en Vermont. Conteniendo su felicidad volteó a ver a Arthur.

Este se encontraba desmayado en medio de la oficina del señor, quien le estaba echando aire con una carpeta… Bueno, después tendrían una boda de verdad y averiguaría porqué su cejón favorito le dijo que le había sido infiel, ahora ¡tenía que salvar a su esposo de un coma etílico!


Re-subiendo esta historia, aclaro que no es mía, le pertenecía a L. Mirage (yo era su beta).

Hablé con algunas de sus seguidoras y acordamos que subiría sus fics para darles fin. De esta historia tengo todos los capítulos, aún me falta revisar bien otras historias.

Ahora bien, ¿cuál pareja les gustaría que siguiera? Entre las opciones están Antonio/Romano, Ludwig/Feliciano, Matthew/Katyusha (Ucrania), Berwald/Tino, Heracles/Kiku. Se vota con un review.