Disclamer: Soul Eater no me pertenece, es propiedad de Atsushi Okubo. Yo solo e plateado la trama
Vampir Blut
Capítulo I El jade de la muerte.
Bucarest, Rumania. Tres años atrás…
Un ligero temblor recorrió su cuerpo al ver que su única alternativa era cruzar por aquel oscuro parque. Era eso o ser asesinada por sus padres por llegar tremendamente tarde.
Dejo escapar un pequeño suspiro para luego seguir su camino.
No podía evitar pensar que fue un error haber tomado aquel "atajo" pero ya qué más daba. Ya era bastante tarde para pensar en regresar por el camino largo y viéndolo bien el parque no era tan grande, pero eso no quitaba que estuviera oscuro. Las farolas se encontraban apagadas, cosa extraña pues las luces de las casas habitación estaban prendidas.
Un sonido de pasos hizo que cerrara sus ojos por el miedo, ¿acaso se trataba de un acosador o peor, un violador? Su pensamiento volaba a mil por hora, lo mejor era correr y dejar atrás todo lo demás, pero por reflejo o tal vez curiosidad la obligaron a mirar hacia atrás en busca de la fuente del sonido.
Con miedo volvió su rostro para encontrarse con... nadie. El sitio se encontraba solitario, ni siquiera los perros o gatos hacían acto de presencia.
—¿ H-Hola? —dijo la joven con miedo, pero no hubo respuesta. Espero unos segundos más para calmar su tan acelerado corazón. El solo pensar que estaba actuando muy paranoicamente la hizo reírse de sí misma. Hasta que...
—Hola —saludó un joven detrás de ella.
Sin poder evitarlo fue jalada más hacia el chico de cabellera azulada haciendo que su cuerpo pegara contra su pecho, su mano se deslizo por su cintura aprisionándola mientras sentía su respiración en su cuello.
El miedo la invadió, haciendo que perdiera la voz para gritar. ¿Acaso este sería su fin? Se pregunto a sí misma, pronto sintió como la lengua de su atacante se deslizaba lentamente en su cuello saboreando su piel, lo cual hizo que el miedo creciera más en su pecho. Dentro de ella rogo que alguien la ayudara, pero no había nadie quien pudiera verlos.
La oscuridad era su velo y el silencio su cómplice.
Ella intento forcejear, pero él era más grande y fuerte que ella. Intento gritar pero él cubrió su boca con su mano izquierda, apenas podía emitir sonido alguno cuando el desconocido la acerco más hacia sí.
—¡ Aléjate de ella! –ordenó una voz femenina con firmeza
Frente a ellos estaba una chica baja de estatura. Su menudo cuerpo era cubierto por una sudadera azul y una falda corta de color morado. La recién llegada los miraba con repulsión, haciendo que sus ojos color jade brillaran con enojo. El hombre la miro de pies a cabeza mientras una sonrisa socarrona surcaba sus labios.
—¿ Y que si no quiero? —respondió el joven retador mientras miraba a la chica de ojos verdes como si no significara nada.
La rubia sonrió ante la respuesta dada, causando que el hombre la mirara confundido.
—Si así lo quieres —suspiro la joven moviendo la cabeza en forma negativa—. No tengo más remedio
De la nada una gran guadaña negra-escarlata se materializo en sus manos haciendo que su oponente temblara de miedo. Sus ojos se desorbitaron al ver el arma que brillaba intensamente en las manos de su portadora.
—T-Tu eres... —balbuceo el joven torpemente mientras soltaba a la chica de cabellos negros.
Retrocedió un par de pasos en un intento de escapar, pero la rubia fue más rápida que él. Antes de que se diera cuenta ya la tenía a su lado, con el filo de la guadaña rozando su cuello desnudo
—… El jade bañado en sangre —completo la joven antes de cercenar la cabeza del sujeto de un solo corte, el cual emitió un grito de dolor antes de volverse cenizas en el viento nocturno.
Dejo escapar un suspiro hacia la ventana.
El autobús se detuvo en la plaza de la ciudad, la cual estaba cubierta de neblina. Su visión se vio reducida a causa del manto blanco que rodeaba la mayor parte de la ciudad. Los edificios eran de un color azul media noche, además parecían sacados de una película de terror, pues su apariencia no era exactamente acogedora.
Death City su nuevo hogar...
Se había cansado de viajar tanto tiempo de un lugar a otro, no podía tener un solo amigo, no podía tener un solo recuerdo. Su familia era una de las más reconocidas en el mundo de la música clásica, por lo que se mudaban continuamente de ciudad en ciudad, causando que su vida se tuviera que reiniciar cuando llegaban a una nueva. Era por eso que había decidido asistir al Shibusen, un internado en la ciudad de Death City, E. U
Su hermano mayor había rechazado la oferta de estudiar en tan prestigioso internado, pues aun tenía una gira pendiente por toda Europa, así que ese año lo comenzaría solo.
—Bienvenido —saludó una joven de su misma edad cuando lo vio bajar del autobús.
La chica parecía una muñeca de porcelana con su piel blanca como la nieve y sus cabellos rubios cenizos recogidos en dos coletas bajas. Su menudo cuerpo estaba aún desarrollándose, pero eso no le quitaba el encanto que reflejaban sus ojos.
El muchacho la miro con cierta curiosidad, ¿Acaso se estaba refiriendo a él?
La chica le devolvió la mirada con una sonrisa, a lo que él cayó en cuenta de que si se dirigía a él.
—Hola —saludo el joven albino algo confundido ¿Le habían mandado a buscar?
Ciertamente el internado era considerado unos de los mejores y caros del país, y no era como si no estuviera enterado de que allí asistían hijos, sobrinos o nietos de personas influyentes en la política o en el comercio, pero si era sorprendente la atención que les prestaban a los nuevos alumnos.
—Soy Maka Albarn del Shibusen —se presentó la chica haciendo una reverencia característica del siglo pasado —, fui enviada por el director para escoltarte al instituto.
La chica vestía con una falda color caqui, una blusa blanca de manga corta y botas cafés, al parecer no le afectaba el clima frio. Aunque desgraciadamente a él sí, pues iba con un jersey grueso de color amarillo pálido y unos pantalones de mezclilla gruesos
—Soul Eater Evans
—Lo sé —dijo Maka haciendo un ademán para que un hombre vestido como chofer tomara las maletas del recién llegado. Fue en ese momento que Soul noto que detrás de la rubia se encontraba una limosina negra, bastante elegante para pertenecer al instituto.
El viaje hacia el Shibusen tardo 45 minutos, debido a que el dichoso internado se encontraba a las afueras de la ciudad. El único acceso era por una desviación en la carretera que iba rumbo a las Vegas —Death city se encuentra al suroeste de las vegas—, en el cual lo único a la vista era el extenso bosque.
Soul quedo impresionado con la arquitectura poco convencional que presentaba el instituto cuando bajo de la limosina, era asombro como el arquitecto había jugado con las formas y los colores. En las fotos de la página del internado parecía menos real y ahora que lo tenía en frente resultaba sacado del país de las maravillas.
Maka se situó a su lado, mientras observaba también el edificio principal de todo el Shibusen.
—Lindo ¿no? —preguntó, el chofer procedió a sacar el equipaje de Soul de la cajuela
El albino asintió completamente sumergido en las formas del edificio, era tan… simétrico.
—A Kid se le ocurrió diseñar el edificio —comento la chica restándole importancia.
Soul la miro curioso mientras la seguía a través del campus que estaba semivacío, pues la mayor parte de los estudiantes se encontraban en clases. La rubia leyó la duda en su rostro, era obvio que había quedado impresionado por el trabajo del arquitecto poco convencional.
—Kid es el hijo del director, posiblemente lo conozcas durante tu estadía en el Shibusen—dijo Maka un tanto pensativa.
Ambos jóvenes caminaron un rato por el campus. Maka tratando de darle todo el conocimiento necesario sobre la supervivencia en la preparatoria del Shibusen y Soul prestando atención a las palabras de la chica. Durante el recorrido habían ido a parar a la zona de deportes del instituto, donde se encontraban todas las canchas, el gimnasio y la piscina olímpica.
—¿ Practicas algún deporte? —inquirió la joven mientras paseaban a un costado del campo de futbol, que en ese momento estaba en uso.
Soul negó con la cabeza.
Era bueno en el futbol americano, pero no había intentado con algún otro deporte debido a que su tiempo se limitaba al ensayo del piano. Estaba a punto de decirle a Maka que realmente prefería la música sobre el deporte, cuando un balón se estrello contra su rostro mandándolo al suelo.
Cuando abrió los ojos nuevamente se encontró con el rostro preocupado de la chica de ojos jade, que inspeccionaba cuidadosamente si no había daño en la nariz o en alguna otra parte del rostro.
—¿ Te encuentras bien?
—Eso creo… —respondió Soul sobando el puente de su nariz, el cual le dolía.
Ella soltó un suspiro de alivio. Se incorporo y le extendió su mano al albino para ayudarlo a levantarse, lo que él acepto gustoso. Cuando sus manos se unieron un fuego intenso se encendió en el pecho de ambos. El solo contacto de Maka le quemaba, tanto que era una sensación placentera como dolorosa.
La rubia se aparto de él emitiendo un gritito. Su rostro de porcelana estaba adornado por un tenue rubor que no estaba allí anteriormente.
—¿ Qué sucede? —inquirió el chico de ojos rojos confundido por la extraña sensación y por el actuar de su compañera
—N-Nada
Maka lucia bastante desconcertada por lo que acababa de suceder. Aquello no era normal, para nada normal y no es que ella conociera la normalidad, simplemente que era extraño que tuviera una sensación tan fuerte con un desconocido.
Soul la miraba en busca de una respuesta, pero ella no tenía ninguna explicación concreta que dar, más bien ella estaba igual de confundida que él. Así que lo mejor que se le ocurrió fue seguir el recorrido evitando toda mención de lo antes sucedido.
Del lado derecho del instituto se encontraba un área resguardada por una reja bastante alta de barrotes negros, cuyas rejas estaban adornadas con rosas de hierro forjadas detalladamente entre los adornos. Dentro de la muralla de hierro se encontraba un edificio igual de grande que el principal —donde se tomaban las clases—, el cual estaba dividido en cinco pisos.
—Este es el vestíbulo —señaló la joven mientras entraban al edificio después de haber recorrido unos metros de jardín. La habitación era sumamente grande, llena de muebles bastante caros—, Las dos primeras plantas son las designadas a los chicos y el cuarto y quinto piso son para las chicas.
Dentro de la planta baja se encontraban algunos alumnos, quienes platicaban animadamente en los sillones o mesas que se distribuían por todo el salón. Más atrás se notaba un par de puertas abiertas de par en par que señalaban el acceso a una cafetería interna.
Soul emitió un simple ¡Oh! Falto de emoción. Ciertamente era un internado hecho para niños ricos.
El móvil de Maka comenzó a sonar con el inconfundible sonido del music box de Gloria, una pieza de Kalafina. La rubia reviso el aparato rápidamente dejando escapar un suspiro cansado al leer el texto que había recibido, miro pensativa al nuevo y negó con la cabeza.
—Black star —susurró lo más bajo que alguien podía hacerlo, pues Soul apenas pudo escuchar sus palabras aún estando junto a ella.
—¿ Si Maka-dono? —preguntó un chico de cabellera azul celeste tan pronto como la rubia termino de hablar.
El aludido se encontraba a un lado de Soul, quien se sorprendió al verlo, ya que no estaba ahí unos segundos antes. El muchacho tenía la piel bronceada y ojos verdes un poco más claros que los de Maka. Portaba el uniforme del instituto, un saco negro con rayas verticales amarillas, una camisa blanca junto a una corbata roja y pantalones grises. Exactamente no lo portaba como debería ser pues la camisa estaba desfajada con los dos primeros botones abiertos, y la corbata floja, aunque en realidad nadie portaba un uniforme como era debido.
—¿ Podrías mostrarle su habitación a Evans? —preguntó la muchacha, aunque más que una pregunta sonó a una orden.
El chico de cabello azul asintió honorablemente, para luego volverse hacia Soul.
—Mi nombre es Black Star, pero puedes llamarme Ore-sama ¡Nyajajaja! —dijo en voz alta mientras reía de forma escandalosa llamando la atención de los presentes.
La rubia lo miro con una gotita en la cabeza. Se excuso con Soul por su repentina partida y salió del edificio soltando algunas maldiciones.
—Muy bien —dijo Black Star tratando de recordar el numero de habitación asignado al chico nuevo—, sígueme
Ambos comenzaron a subir las escaleras, pero cuando llegaron a la planta alta Black Star fue empujado desde arriba haciéndolo rodar por estas y caer de espaldas hacia el inicio de las mismas.
—¿¡ Estas bien!? —preguntó Soul, pero antes de que pudiera ayudarlo a levantarse él ya estaba de pie gritando hacia la escalera.
—¿¡ QUÉ TE PASA KIM!? ¿Acaso estás loca o qué?
Soul observó como una chica de cabello corto color rosa bajaba riéndose junto a otra chica castaña, la cual miro a Black Star preocupada. Ambas vestían el uniforme de porristas, el cual consistía en los colores azul marino y amarillo.
—Kim —llamó la castaña en tono molesto llevando sus manos a la cadera.
La joven de cabellos rosas siguió riendo, ignorando completamente las palabras de Black Star, quien aun le seguía gritando.
—¡ Oh vamos Jacqueline! no te pongas de su lado —dijo entre risas, Black Star la fulmino con la mirada.
—Jacqueline... —susurró el albino para sí mismo, aquel nombre le resultaba familiar, aunque no podía recordar de donde.
La chica de cabello castaño volvió su rostro hacia él al escuchar su nombre, debido al escándalo que hacían los otros dos no había notado su presencia. Jacqueline poseía unos ojos color café, similar al de su cabello que era bastante largo.
La castaña lo miro fijamente, como si reconociera algo en él que no había notado.
—¿ Soul-kun?... —dijo Jacqueline incrédula.
Al parecer si se habían conocido antes, pero el albino no lograba recordar de donde, aunque ella si pareció recordarlo.
—¿ Acaso conoces a mi esposa? —pregunto Kim dejando de reír. Su semblante se torno serio al notar que el recién llegado tenía algún vínculo con su amiga, cosa que pareció molestarle levemente.
—¿¡ E-Esposa!? —preguntaron Soul y BS con los ojos como platos.
Jacqueline rio nerviosamente, mientras Kim la abrazaba posesivamente y lanzaba una mirada de "aléjense" a ambos chicos.
—Sí, mi esposa —confirmo Kim casi matándolos con la mirada.
—Kim...
La pelirosa suspiro resignada ante la voz de su mejor amiga
—Está bien —dijo rodando los ojos. Jacqueline siempre le quitaba sus momentos de diversión—. No lo es, pero algún día lo será. Jacqueline-chan es tan linda —prosiguió abrazando a su amiga fuertemente, pegándosele como un chicle.
Ambos chicos se miraron confundidos ante la actitud poco normal de Kim, pero esta pareció ignorarlos y seguir con su juego.
—¿ Soul-kun qué haces aquí? —inquirió la castaña con una sonrisa, no podía ocultar el gozo de tener al chico de ojos rojos frente a ella.
Realmente lo había extrañado y mucho, pero no tenía el valor de decírselo.
—Me he traslado a este instituto —contestó Soul, quien no noto la alegría en la voz de la joven.
—¡ Genial! —susurró la chica de ojos castaños. Al fin podían volver a encontrarse después de tantos años—, regresaste…
—Regresaste pronto —dijo el pelinegro al escuchar como la puerta se abría.
Por ella entraba la rubia de ojos verdes, quien estaba un poco sucia. Su falda se encontraba rasgada y su blusa blanca tenía algunos rasguños. Detrás de ella entro una chica más alta, con un rubio más oscuro que parecía castaño. Su figura era delgada y bien torneada, pero eso no quitaba el hecho de que estaba en las mismas condiciones que su compañera.
—Eso creo... —contestó Maka pensativa, mientras atravesaba el salón en busca de un cambio de ropa
—¡ Holaaaaa Makaaaaaa-chaaaan! —saludó Patty desde el sofá de la habitación. Patty se encontraba acostada de cabeza en el sofá, con los pies pegados a la pared y con la cabeza en la orilla de mullido mueble
—Me niego a volver a tomar el turno de BS —se quejo la compañera de Maka, quien trataba de quitarse algunas ramas y hojas del cabello.
Su ropa estaba sucia y llena de barro, además de que sus pantalones están rotos. Maka la miro con una sonrisa al escuchar tal comentario. La culpa de que BS no las ayudara era de ella, pero claro que no se lo diría, o de contrario Liz la mataría.
—Lo siento Liz, esta guiando al chico nuevo en los dormitorios —comentó la rubia menor.
Maka cogió unas toallas de un mueble y le arrojo una a su compañera, quien la atrapo hábilmente aun en el aire, procediendo a limpiarse con ella.
—¿ Y bien? —preguntó pícaramente la mayor de las hermanas Thompson, haciendo que la chica de ojos verdes reflejara confusión.
Liz suspiro frustrada, ¿acaso era a la única que pensaba en los chicos?
—¿Qué tal esta? —habló directamente.
La curiosidad relucía en su rostro. Había escuchado rumores de que se trataba de un músico proveniente del otro lado del océano, pero nadie estaba completamente seguro de ello. Maka no contesto, simplemente se limito a observar la mano con la que había tocado a Soul. Aún sentía un extraño cosquilleo en su cuerpo, ¿Qué había sido esa sensación tan ardiente como el mismo fuego?
Kid alzo una ceja igual de interesado por la respuesta de la rubia, quien al notar tal gesto negó con la cabeza tratando de evitar el tema.
—Es un humano común y corriente —dijo la menor sentándose en el sofá junto a Patty, la hermana de Liz
Liz la miro con cara de pocos amigos, ¿realmente no le interesaban los chicos o se estaba haciendo la tonta? Ella optaba por lo segundo
—Eres un caso perdido princesa —musitó la joven de ojos azules tirando la toalla que le había ofrecido Maka a un sillón vacío.
La menor la fulmino con la mirada al escuchar aquella última palabra. No era como si le agradara que la llamaran así y más estando en un país en el que tal titulo no aplicaba.
—No me llamas así —pidió Maka. No tenía ánimos de discutir con Liz, además el uso de esa palabra solo era un mecanismo para hacerla molestar
—Buenos días Princesa —saludó una joven pelinegra que entraba con una bandeja, en la cual llevaba algunas tazas de té y galletas.
La chica era alta, tan alta como Liz, pero a diferencia de ella la recién llegada tenia la piel blanca y sus ojos eran de un azul más oscuro. Patty comenzó a reír descontroladamente al notar que irónica era la situación, mientras Maka suspiraba resignada. Definitivamente nadie olvidaría ese título.
—¿ Sucede algo? —preguntó la recién llegada sin entender nada
—No es nada Tsubaki —respondió Maka sonriendo, pero pronto todo el silencio que envolvía la habitación fue opado por la voz inconfundible de…
—¡ Nyajajajaja! ¡El gran ore-sama ha llegado! —exclamó BS con una risa que resonó en toda la habitación, haciendo que Liz y Kid lo miraran con fastidio.
Había ingresado al salón dando una patada a la puerta de caoba y ahora se encontraba dando saltos frenéticos hacia la mesita donde se encontraban depositados los aperitivos hechos por Tsubaki
—Y el sirviente de la princesa ha llegado —dijo Liz con una mueca burlona haciendo que BS y Maka la asesinaran con la mirada.
¡Cuántas veces tenía que decir que nada de títulos!
—¿ Qué ha sucedido con Evans? —inquirió la chica escondiendo su curiosidad.
No era como si realmente le importara, después de todo un par de minutos juntos no significaban nada, probablemente esa sería la última vez que se verían, después de todo la escuela era grande.
—Lo he dejado en su habitación —respondió el peliazul mientras devoraba las galletas de la charola.
Con delicadeza tomo una taza de té y la acerco a sus labios para beber su contenido. El aroma del té Mariage Freres´ Eros era sumamente exquisito. Sus ojos azules inspeccionaron su entorno. Se sentía un poco extraña al estar en aquella habitación con esas criaturas, pero aun cuando no fueran como ella, eran sus amigos. Pertenecían a un mundo diferente al suyo, a un mundo envuelto en tinieblas…
Su vista se poso en las hermanas Thompson, aparte de ella Liz y Patty también pertenecían a dos mundos completamente diferentes...
—Tsubaki —llamó el pelinegro sacándola de sus pensamientos.
La aludida busco al chico de ojos ambarinos entre los demás, quienes platicaban animadamente sobre cosas triviales.
—¿ S-Si Kid-kun? —preguntó nerviosa, aquella mirada siempre la ponía así, después de todo Kid era el hijo de Shinigami-sama
—Quiero que vigiles al nuevo —susurró el joven mientras veía a Maka la cual platicaba con las hermanas Thompson y BS.
La rubia menor parecía feliz y satisfecha con su actual estado de vida, pero para alguien como Kid que la había conocido de por vida era simple identificar cuando algo le preocupaba.
—Si príncipe... —respondió la chica para luego desaparecer de la habitación sin que nadie notara su ausencia a excepción de Kid.
Continuará...
Bueno este es mi nuevo proyecto.
Después de leer tantos fics de vampiros, que debo admitir que últimamente han estado de moda, me he dado cuenta que siempre el humano es Maka, mientras Soul es el vampiro que desea su sangre o algo parecido. Eso me harto, por lo que decidí dar una vuelta a esa historia.
Me salte la convencional historia de chica débil y frágil. a una en la que la chica es la vampiresa capaz, mientras el chico es el yo lo puedo todo.
¿Interesante no?
Esperen pronto la actualización.
Hasta luego
¿Un review?
