"Es el amor. Tendré que ocultarne o huir." - Jorge Luis Borges

"Get over her"


A Bakugou le duele el pecho. Le explota la aorta, le quema.

Su amígdala le dice al hipotálamo que continúe con las reacciones para hundirlo en la miseria.

Es un burdo chiste. A Katsuki no le gusta estar así.

Odia estar así. Le arden los ojos (debido a la rabia), le dan jaquecas y le produce náuseas la vida.

Él necesita superar a Ochako.

Pero no puede. No se puede.

Y es que el que su corazón de un Ångstrom le duela pero a su vez se sienta cálido es algo nuevo, extraño e inhóspito.

Bakugou está hechizado por la chica partículas de Planck y es irremediable, inexorable, una propensión. Un hecho marcado con rotulador amarillo en la historia del universo.

Aprieta fuerte la mandíbula, sus dientes chocan entre sí y producen un chirrido lastimero. Apesta estar enamorado de una chica enamorada.

Sacude frenético la cabeza y se golpea con el puño la mejilla izquierda.

Estúpido Deku, siempre va un paso adelante, y lo único que le queda a él es aceptar el puesto del segundo lugar, el primer perdedor.

Lánguido se estira en su pupitre, aspira violento y la ve por el rabillo del ojo.

Ella, tranquila y serena tiene los ojos siguiendo al arbusto de Midoriya, con las manos escuálidas sosteniendo sus mejillas sonrojadas.

Katsuki piensa que ojalá las mariposas en el estómago de Uraraka sean gusanos, pero se arrepiente del pensamiento al imaginar a la chica retorciéndose mientras vomita. Katsuki, hoy por hoy, se ha vuelto blando.

Bufa exasperado y se recuesta sobre el pupitre.

Él necesita urgentemente superar a Uraraka.

Pero no puede.

Estar enamorado es un lío terrible. Se jala los cabellos grises. Es tan tonto enamorarse de Ochako Uraraka, pero es más tonto negarlo y...

Katsuki se desespera. Se levanta violento en dirección a la chica. Uraraka lo mira y el resto de la clase ignora la escena, con precaución severa.

"K-kacchan" tartamudea con un hilillo de voz Midoriya, el cual ha situado su mirada sobre el chico escandaloso. Bakugou frunce el entrecejo, Uraraka sí que tiene malos gustos.

"Jódete" le dice a Uraraka, de frente, como deben tomarse los problemas aunque la chica sea todo menos uno.

Uraraka sonríe a medias, nerviosa, y dice "Seguro" acompañado de una mirada desesperante. Bakugou intenta no sonreír, el intento termina en una mueca repulsiva e hilarante. "Gracias" murmura Katsuki y regresa a su sitio.

Tal vez Uraraka sí es perfecta. Tal vez su sonrisa (el intento de ella) es bonita, dulce e incluso irresistible. Tal vez su aroma a jazmín y a curry le resulta exquisito, tal vez su cabello despeinado y descuidado es bellísimo, tal vez...

Tal vez él deba superarla, tal vez ella es demasiado para él. Solo tal vez.

Y eso resulta extraño si lo piensa y le deja sabor a anís en la boca. Y ganas de refunfuñar y de sonreír. Y de llorar. Y de morderse los labios. Y de tomar a la chica y darle un abrazo fuerte, fuerte, fuerte.

Y Katsuki debe superarla. Le hace estragos la mente, se vuelve mostaza de nitrógeno mal empleada...

Pero, pero.

Es imposible hacerlo.

A Bakugou se le colorea el mundo gracias a ella y...

Es egoísta, pero no quiere perder ese sentimiento.