Este fic ha sido creado para el Amigo Invisible 2014-2015 del foro The Vampire Diaries: Dangerous Liaisons.

Este fic es para Eos Nicte! No podría haberme tocado una mejor AI. Tú me dedicaste un fic, así que lo mínimo que te mereces es uno de vuelta :)

FELIZ NAVIDAD!

Disclaimer: Los personajes, obviamente, no son míos.


FROM DARKNESS TO LIGHT


PRÓLOGO

EL SAQUEO

Kol siempre había sido el más imprudente y temerario de sus hermanos. Tal vez fuera porque era el más joven. Cuando ellos ya tenían que cazar o recoger leña, el seguía jugando con su hermana y con los demás niños del pueblo en el que habían vivido durante su infancia. Y sin embargo, era el que, hoy en día, tenía las ideas más claras. Sus hermanos tenían otros planes respecto al saqueo: Niklaus y Finn querían llevarse a todas las mujeres que encontraran, Rebekah estaba obsesionada con echar de la casa a todos los que vivieran y quedarse con la finca, y Elijah todavía se quejaba de que estuvieran planeando un robo. Kol, sin embargo, simplemente quería entrar, coger todo lo que fuera útil y salir.

Francia era mucho más rico y poblado de lo que esperaban. Los Mikaelson habían vivido siempre en lugares pequeños, en zonas aisladas. Allí, sin embargo, solamente las tierras de los Forbes ocupaban un espacio mayor del que ocupaban las tierras en las que la familia Mikaelson y todas las demás familias del pueblo habían vivido. Aquel saqueo iba a ser el mejor que jamás hubieran ejecutado.

Habían decidido robar a William Forbes, un noble que recientemente se había hecho mucho más rico de lo que ya había sido anteriormente. A los Mikaelson no les importaba el origen de su fortuna, a pesar de que éste pareciera bastante turbio; lo único importante para ellos era el oro. Las joyas. Y aquel era el momento idóneo. William Forbes se encontraba en esos momentos en la Corte Francesa, asistiendo a una de las millones de fiestas que organizaba el Rey. Irrelevante. Lo único que les importaba era que Forbes no estuviera en casa. Aquello iba a ser muy sencillo.

Sabían que las únicas dos que se encontraban en la casa, aparte de los sirvientes, por supuesto, eran las dos hijas menores de Forbes, de doce y de catorce años. La hija mayor, de diecisiete años, estaba con su padre en la Corte.

Kol iba primero. Siempre era el primero. A diferencia de sus hermanos, no era ni demasiado impulsivo ni demasiado tranquilo a la hora de actuar. Tampoco era tan sangriento. Era perfecto para ir primero. Actuaría con precaución, y no dudaría en hacer lo que debiera.

Había un guarda en la puerta. Uno sólo. Kol se presentó.

- Buenos días. Querría hablar con Forbes-saludó. Era parte del plan-. Tengo asuntos que tratar con él.

- No es posible. Lord Forbes no se encuentra en estas tierras en estos momentos, y aunque estuviera, no creo que tuviera nada que hablar con alguien como usted-contestó el guarda, mirándolo de arriba abajo despectivamente-. Váyase, por favor.

- Creo que no me ha comprendido. Querría hablar con Meredith Forbes, la hija de Lord Forbes. Somos amigos. Íntimos.

El guarda reacciono tal y como Kol había esperado. Ningún guarda, o ningún noble, aceptaría jamás que se hablara mal de la virtud de una joven muchacha como Meredith Forbes, la hija de catorce años de lord Forbes. Fue por eso que el guarda actuó impulsivamente, lanzándose sobre Kol. A nadie le importaría que actuara de tal manera. Si mataba a alguien como Kol, que no era ni noble ni miembro de la Iglesia, a nadie le importaría.

Salvo a sus hermanos, que se encontraban escondidos estratégicamente. Rebekah, que siempre había sido la más ágil de todos, se había subido a un árbol, y en aquel momento le había lanzado una flecha al guarda. Se clavó directamente en su entrecejo. Además de ser ágil, la única hija del matrimonio Mikaelson era la que mejor puntería tenía. El guarda cayó hacia delante, y Kol apenas tuvo tiempo de apartarse del pesado cuerpo del guarda. Sonrió, mientras que sus hermanos se acercaban a él.

Primera parte del plan: completada.

Entraron a la mansión. La conocían como si hubieran vivido ahí toda su vida. Finn, que llevaba más tiempo que los demás siendo ladrón y, por lo tanto, era el más silencioso y sigiloso, se había colado en la casa unas cuantas noches atrás, acompañado de Klaus, y gracias a su habilidad para el dibujo, se habían hecho con un plano exhaustivo de la finca.

Se dividieron rápidamente. Rebekah debía encontrar a las dos hijas de Forbes, y encerrarlas en el sótano. No las herirían, pero tampoco podían permitirse el lujo de dejarlas en sus habitaciones libremente. Por mucho que fueran pequeñas niñas de la nobleza, eso no significaba que fueran totalmente inofensivas. En cualquier momento, una de ellas podía sorprenderlos con un ataque imprevisible.

Finn y Klaus se marcharon hacia la cocina. Era cosa suya acabar con los sirvientes. Como de costumbre, no podían prometer nada, pero habían acordado en intentar no matar a nadie que no fuera guarda y, por lo tanto, un riesgo para ellos. Los sirvientes no eran rivales para ellos; y al fin y al cabo, ellos estaban en una situación similar: todos debían luchar por sobrevivir, por conseguir lo suficiente como para poder comer cada día.

Kol y Elijah empezaron a registrar toda la casa. Kol cogía todo lo que fuera de valor, y Elijah se encargaba de dejar todo como estaba. Podía parecer algo sencillo, pero el único medianamente honorable de los hermanos Mikaelson era todo un experto en dejar todo impecable. Obviamente, el robo sería notable, pero sería más sencillo para ellos dejarlo todo perfecto. Y sabían que a Forbes, como a cualquier noble, le molestaría. Haría parecer que todo les había resultado sencillo. Que la oposición de los guardas había sido nula.

Cuando salieron de la casa, dejando libre sólo a la niña más pequeña, eran mucho más ricos que cuando entraron. El plan había salido tal y como esperaban. Un éxito rotundo.


Habían pasado ya varias semanas desde aquel exitoso saqueo. Y ya no les quedaba absolutamente nada. Habían gastado todo. Rebekah golpeó a Kol con fuerza. Klaus, al que ya había golpeado minutos antes, sonreía.

- Si no fuerais de burdel en burdel, no seríamos pobres ahora. Elijah y yo hemos intentado ahorrar. ¿Por qué tenéis que ser tan irresponsables?

- Tranquila, hermanita-dijo Klaus. Parecía exultante-. Tengo un plan.

Así que ahí estaban dos semanas después, frente a la mansión de Alaric Saltzman, un noble de origen alemán que había decidido trasladarse a Francia en busca de esposa. Era muy rico, tanto que a Kol se le hacía la boca agua cada vez que pensaba en todo lo que tendrían una vez consiguieran todo lo que pertenecía a Saltzman.

El plan era prácticamente idéntico al que habían utilizado para saquear la casa de William Forbes. Y, sin embargo, algo fue mal.

Los esperaban. Forbes, junto a una veintena de hombres, los esperaban dentro de la mansión, en el vestíbulo. Cogieron a Rebekah. Klaus escapó. Elijah luchó, y se llevó a varios antes de tener que huir, herido. Finn trató de salvar a su hermana. No logró mucho, y tuvo que marcharse rápidamente. Y Kol… Kol siempre tenía un plan B. Se escondió, y esperó hasta que sus otros tres hermanos se marcharon. Rebekah seguía allá, y luchaba tanto como podía. Sin embargo, al final, tras un grito desgarrador, el cuerpo de su hermana cayó al suelo.

Kol enfureció. Amaba a su hermana, a pesar de sus riñas constantes y de todas las veces en que ella lo había golpeado. Eran los dos hermanos pequeños, y se necesitaban el uno al otro. El chico se lanzó impulsivamente, dejando atrás su plan B, que consistía en esperar al momento oportuno, rescatar a su hermana y salir corriendo, sin darles tiempo a reaccionar. Ellos sabían que él todavía no se había marchado, y lo aprovecharon. Lo cogieron, sin darle tiempo a nada. Pero no lo mataron. Kol se preguntaba por qué, mientras las lágrimas corrían descontroladamente por su desolada expresión.


Espero que os haya gustado este prólogo :)