Disclaimer: Ni la historia ni los personajes me pertenecen. La historia le pertenece a la autora Gigi256 y los personajes son de Richelle Mead, yo solamente me encargo de traducirla.


Prólogo

Rose

Sostuve su cuerpo en mis brazos. Acuné su cabeza contra mi pecho mientras presionaba mi rostro contra sus rizos rojos. Mi mejor amigo estaba muerto... por mi culpa.

Si no le hubiera dicho dónde estaban los Strigoi... Si hubiera insistido en que nos fuéramos inmediatamente cuando lo encontré a él y a los demás... Si él no hubiera regresado por mí... Si simplemente lo hubiera amado de la forma en que él me amaba, de la forma en que se merecía que yo lo amara... estaría a salvo. Tantos "si", pero solo una verdad: él estaba muerto y solo yo tenía la culpa. Debería haber sido yo la que muriera.

Levanté la vista de su cabello, donde mis lágrimas cayeron en el olvido. Las envidié. Envidié la capacidad de desaparecer, olvidar, simplemente dejarme ir y perderme en el mundo. Mirando a mi alrededor, vi los otros dos cuerpos cercanos. Eran fríos, pálidos y sin alma... pero eso había sucedido hacía mucho tiempo. Yo simplemente les había arrebatado la última semblanza de vida. De alguna manera, también los envidié a ellos. Habían sido asesinos, pero ahora... yo también lo era. Al menos yo les había brindado paz.

Miré a Mason de nuevo. Se veía tan pacífico en mis brazos. Su cuello estaba roto, pero apenas había otra marca en él. La sangre que manchaba su perfección era mía o de una de mis víctimas. Parecía como si pudiera estar durmiendo, pero yo sabía que no era así.

Con un último beso, lo recosté suavemente en el suelo. No me quedaban más lágrimas. Me sentí entumecida. Me sentí sin esperanza. Sentí que no tenía otras opciones...

...así que corrí.

Corrí como me había enseñado Dimitri. Corrí más allá de los edificios y las señales de las calles. Corrí hasta que el sol comenzó a ponerse detrás de las colinas desconocidas. Corrí rápido y lejos de la casa. Había sido una prisión para mí y para mis amigos, y ahora era una tumba. Las constantes pisadas creaban un ritmo meditativo mientras mi mente corría entre pensamientos, casi como si mi vida pasara ante mis ojos. No tenía idea de hacia dónde iba, pero la sensación de que tenía que seguir avanzando me empujó.

Los recuerdos venían y se iban. Mi madre abandonándome en la Academia cuando aún era una niña, y su repentino regreso hace apenas unas pocas semanas. Nuestra relación era difícil y prácticamente inexistente, pero ella seguía siendo mi madre, y yo la amaba a pesar de todo.

Vasilisa. Lissa. No estábamos relacionadas por la sangre, pero era mi hermana. Más que eso, era mi compañera de vínculo y estábamos unidas por algo más fuerte que la sangre. Estábamos unidas por el Espíritu. Le debía la vida y sabía que si le abría la mente por un momento sentiría todas sus emociones precipitándose sobre mí. No podría hacer eso sin embargo. Ni siquiera podía manejar mis propias emociones ahora, mucho menos las de ella. Había prometido estar siempre allí para ella, para protegerla. Ahora la estaba abandonando.

Una a la vez, otras caras brillaron ante mis ojos. Mason, Eddie, Christian, Mia, Adrián, el Sr. y la Sra. Dragomir, Andre, incluso Alberta, que era como una segunda madre para mí. Parecía que todos los que había conocido en mi vida, buenos o malos, aparecieron un momento en mi mente antes de desaparecer.

Finalmente, vi a Dimitri. Caí de rodillas cuando su cara apareció. Lo había conocido solo hace poco, pero había tocado mi corazón de una manera que nadie más podría hacerlo. Era como si su alma supiera cómo hablar con la mía y viceversa. En los pocos meses que había estado en mi vida, me había cambiado muchísimo. Él había ayudado a ponerme los pies sobre la tierra, y me había vuelto más centrada bajo su dirección. Él había visto el potencial en mí que otros pocos habían visto pero que nadie más se había preocupado por nutrir. Le debía mucho por eso. Él había sido un mentor para mí, pero también era mucho más. Lo amaba. Sabía que él también me amaba... al menos hasta cierto punto, fuera lo que fuera. Nunca podríamos estar juntos por muchas razones fuera de nuestro control, pero sabía que una parte de mí siempre amaría a Dimitri.

No podía ver nada a mi alrededor mientras yacía jadeando en la hierba húmeda de algún parque al azar, y el recuerdo de Dimitri me consoló. No quería que me viera así, que viera cómo le había fallado en mi entrenamiento, pero la imagen de su esquiva sonrisa y la sensación de sus brazos a mi alrededor fue todo lo que me mantuvo anclada a la realidad. Desafortunadamente ese agarre fue temporal, y pronto me encontré sucumbiendo al agotamiento y al estrés. Sentí que los hilos finales de la conciencia se desvanecían cuando lo escuché llamar mi nombre desde un lugar muy lejano en mi mente.

"Roza…"

Dimitri

Parecía ser que llevábamos horas buscando. No teníamos mucha información que nos ayudara a encontrarlos, solo la vaga sugerencia de Adrián sobre una casa con sótano y algunos informes recientes de avistamientos de Strigoi en algunos barrios residenciales. Mi energía se estaba drenando casi tan rápido como mi esperanza en cada calle que pasábamos. Había muchas casas en esta área con sótanos, demasiadas para simplemente tocar a sus puertas. Como no teníamos una dirección o descripción, lo mejor que podíamos hacer era peinar el área y rezar para que viéramos alguna otra pista que condujera a su ubicación.

El crujido de mi auricular me llamó la atención—. Hemos localizado a los estudiantes. Rinaldi, Ozera y Castile han sido localizados.

Un momento... solo eran tres de los cinco. Mi pecho se sentía como plomo mientras esperaba el resto del informe.

—Ashford y Hathaway todavía están en la casa. —Una dirección siguió rápidamente y reconocí el nombre de la calle. La había pasado hace poco tiempo. Probablemente había pasado por allí. Empecé a correr en esa dirección antes de que las siguientes palabras me detuvieran en seco—. Una baja reportada.

No recuerdo cómo fue que llegué frente a la vieja casa azul, con pintura descascarada y adornos blancos. Había visto esta casa hacía solo unas horas. Recuerdo haberme parado justo en frente de ella, preguntándome si ella estaba dentro. Tal vez Rose me había estado esperando y yo me había alejado.

Los guardianes entraban y salían de la puerta principal sin urgencia. En casi cualquier otra situación, sería tranquilizador verlos tan serenos, pero su falta de prisa solo podía significar una cosa: no había nada por lo que valiera la pena apresurarse.

—Guardián Belikov. —La voz de la Guardiana Alberta Petrov me sacó de mi quietud. A pesar de su edad, su experiencia y presencia imponente la hacían perfecta como la capitana de los guardianes de la escuela. Desafortunadamente, su voz también estaba cargada con algo que nunca antes había escuchado en ella: lástima. Era sutil, pero allí estaba—. Creo que deberías venir a ver esto.

Sin mi permiso, mis pies se movieron hacia la puerta de entrada. El caos interior me confundió inicialmente. Agua, vidrios y peces estaban esparcidos por el piso. Algunos muebles estaban derribados o rotos. Los guardianes estaban reunidos en grupos, hablando en voz baja y tomando notas. Pude escuchar algunos fragmentos de sus conversaciones pero no pude entender de qué hablaban.

—Las espadas no tienen filo. Parecen que no se han usado en años.

—Seguramente necesitó una fuerza insana para hacer esto.

Finalmente vi de qué estaban hablando. Dos cuerpos Strigoi yacían en el suelo, rodeados de sangre con sus cabezas separadas de sus cuerpos por unas pocas pulgadas. Habían sido asesinados por decapitación. Era, por mucho, el método más difícil y uno que ningún guardián habitual habría tomado si estuvieran armados con estacas. Debía de haber sido uno de los novicios.

Al examinar el piso, vi una espada vieja que era más adecuada para servir de decoración que para la defensa. Sin embargo, las marcas de sangre en la cuchilla no dejaba lugar a dudas sobre su uso más reciente. Sin embargo, solo me llamó la atención por un momento, antes de que la mano al lado de ella hiciera que mi corazón se detuviera.

La mano estaba quieta e inmóvil. El resto del cuerpo estaba protegido por otros guardianes. Sin embargo, dos cosas eran ciertas: primero, estaba demasiado pigmentada como para ser Strigoi. Segundo, estaba demasiado pálida para ser Rose.

Me abrí paso, confirmando esa pequeña esperanza cuando vi el pelo rojo de Mason Ashford. Por mucho que me doliera ver al joven novicio muerto a mis pies, una pequeña parte de mí se sintió aliviada de que no fuera mi bella Roza. Aún podría aferrarme a la esperanza.

Desesperadamente, escaneé a la multitud de nuevo. Ella debía de estar aquí. Solo se había reportado una víctima, por lo que debía estar en algún lado. Mi corazón se hundió cuando vi la increíble vista de la guardiana Janine Hathaway sentada en el sofá y mirando fijamente delante de ella, aparentemente en estado de shock con lágrimas silenciosas que corrían por sus mejillas. La Guardiana Hathaway era uno de los guardianes más controlados que había, y solo algunas cosas podían sacudirla así. Rose estaba desaparecida. En nuestra profesión, podría ser un destino peor que la muerte.

Eché un vistazo por la casa una última vez, mi corazón latía aceleradamente mientras buscaba sus mechones de color marrón oscuro. Cuando no pude encontrarla allí, salí de la casa otra vez. La Guardiana Petrov estaba hablando con la pequeña Moroi rubia, Mia. Caminé hacia la pareja, desesperado por respuestas.

—¿Donde está? —Exigí.

—Guardián Belikov, —respondió Alberta—, estamos haciendo todo lo posible para encontrar a Rose. Mia fue la última en verla. Según su versión, Rose se quedó atrás para permitir que los demás escaparan hacía la luz del sol. Ashford regresó para ayudarla y murió en el proceso. Sin embargo, Mia fue capaz de romper un acuario y causar una distracción que le permitió a Rose decapitar a los dos Strigoi. Mia alentó a Rose a venir con ellos para buscar ayuda, pero ella se negó a abandonar el cuerpo de Mason. Dijo que solo había dos Strigoi en la casa en ese momento, ambos ahora muertos. Esto ha sido confirmado por los cómplices humanos que encontramos atados en el sótano. No sabemos el paradero de Rose en éste momento, pero te aseguro que haremos todo lo posible para encontrarla.

Aunque estaba desaparecida, Rose había matado a los únicos dos Strigoi presentes. Era un pequeño consuelo ya que eso significaba que no era probable que Rose hubiera sido transformada. Sin embargo, eso no significaba que no estuviera en peligro. Probablemente estaba herida, tal vez desorientada, y definitivamente perdida. Pero al menos ahora tenía algo de información sólida. Podía construir un plan a partir de esa información.

—¿Ya tienes un equipo peinando el área? —Pregunté.

—Aún no.

—Me ocuparé de eso.

Ella asintió con la cabeza cuando me volví para buscar ayuda. No te preocupes, Rose, pensé, ya voy. Te encontraré. Lo prometo.


Chicos, aquí está el inicio de ésta nueva historia. Espero que les haya gustado.

Ésta historia solo la voy a subir los viernes porque mi prioridad es Shadow Kiss, pero por favor les pido que me apoyen con sus reviews si les gusta, se los agradecería enormemente.

¿Qué opinan de éste primer capítulo? ¿Les gustó, no les gustó? ¿Están emocionados por seguirla leyendo? Déjenme todas sus opiniones y sus teorías. Cuídense y nos seguimos leyendo en el próximo capítulo.