Advertencias del fic: OoC ligero, contenido del Episodio-G, muerte de varios personajes, violencia, maltrato infantil (sutil).
Tipo: Aventura, Angst, Amistad, Slice of Life, General, Drama, Acción, Romance, Universo Original.
Comentarios adicionales:la idea consiste en mezclar a los catorce dorados entre sí, haciendo un total de 91 drabbles. Cada combinación se repite una sola vez, a lo largo de toda la historia del santuario. Realizado para un reto 30D del foro SSY dot net
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Extraviado – Shion y Kanon
Kanon estaba atemorizado, no soltaba la mano de su hermano a pesar de que éste trata de retirarla cada cierto tiempo, no sólo porque le apretara demasiado fuerte y estuviera sudando, también porque no quería mostrar cobardía frente aquel hombre.
El anciano que los miraba resultaba imponente, casi dos metros de altura, una túnica gruesa de hombros anchísimos coronados por un peto agresivo y un casco con imágenes demoniacas. Kanon sabía que su hermano le reprocharía su temblor y su miedo pero no podía evitarlo. Habían sido arrancados de un viejo orfanato en las orillas del mar Egeo, no conocían otra cosa y no terminaba de entender por qué los habían llevado allí. Ese hombre les había dicho que sólo necesitaba a Saga pero Kanon se había negado a ser dejado atrás. Se había prensado de la mano de su hermano y había sido arrastrado hasta aquel lugar desconocido y aterrador.
Otro hombre penetró en la habitación, era bastante grande de cuerpo, aunque menos que el otro. Hincó una rodilla en el suelo brevemente y ante un asentimiento del patriarca se dirigió a los gemelos, tomó a Saga del hombro y lo apartó.
–Ven.
Su voz fue dura, una orden, Saga sacudió su muñeca, dispuesto a obedecer pero Kanon se aferró con más fuerza.
– ¡Quítate!
Un férreo empujón lo lanzó al piso y al caer se hizo daño en el hombro. Saga no miró atrás al alejarse. Pasó un largo rato en silencio, el patriarca esperó hasta que el menor dejó de llorar para hablarle.
–Kanon, tú no tienes lugar aquí, debes volver a tu casa.
Shion luchó para que sus propias palabras no le atragantaran porque eran una mentira. Sabía de sobra que el niño no tenía ninguna casa a la cual volver, y más aun, sabía que no podía dejarlo ir luego de haber pisado el Santuario. Si el chico trataba de irse los guardias lo matarían; sin embargo quizá eso fuera mejor que la vida que tenía para ofrecerle.
–No… yo… Saga…
–Saga será entrenado, será un soldado de los dioses. Si llega a morir tú podrías ser entrenado en su lugar, pero mientras él viva no tenemos nada aquí para ti y los extraños no pueden vivir en el Santuario.
Kanon no entendió nada, no tenía idea de qué estaba hablando el otro, ni siquiera llegaba a comprender a cabalidad qué eran los soldados, los dioses o la muerte, sólo sabía que no podía irse.
– ¡Voy a quedarme!
Se sorprendió por atreverse a decirlo, por –a su manera– desafiar a aquel hombre. Shion cerró los ojos, era el destino el que decidía.
–Bien, podrás quedarte. Pero has de permanecer oculto. Si alguien te ve, si alguien descubre quien eres te matarán de inmediato. Recibirás alimento y asilo, nada más. Nunca podrás irte, nunca podrás hablar con nadie. Tú lo has querido así.
La voz del patriarca tembló, acababa de condenar a un niño a una vida de extravíos y dolor. Kanon también tuvo tiempo de arrepentirse.
