Los Personajes de Rurouni Kenshin no me pertenecen si no que a el gran Nobuhiro Watsuki. (Ojala fueran míos… Sanosuke - ñam ñam)

Algún día•

Fijó su vista en la oscuridad de la noche, y solo la luna parecía dar luz a ese azul intenso.

Apoyó su cabeza en uno de los pilares de madera que sostenían el dojo recibiendo la agradable brisa nocturna.

El pasado y el presente, algo que iba tan conectado, uno dependía del otro, no existía ningún presente ni ningún futuro sin el pasado, el hermoso pasado, que tanto a veces deseamos borrar, olvidar.

"Kenshin…", susurró a la nada, posando una mano en su pecho.

Cuando deseaba que finalmente el antiguo hitokiri al fin tuviera paz, tranquilidad, que por un día dejara de recordar su pasado, o la gente dejara de recordar lo que fue.

Pero no, constantemente venía y desaparecían personas poniendo en el presente algo que hace tiempo él dejo de ser.

Movió sus piernas alternándolas mientras estas colgaban sin tocar el suelo, pues estaba sentada en el pasillo del patio.

En ese momento reinaba la tranquilidad, ¿pero por cuanto duraría?, antes que conociera a el famoso samurai su vida no tenía muchos sobre salto, después que su padre fue a la guerra de seinam, y tomo el lugar de dirigir el dojo kamiya, nada interesante pasaba en su vivir diario, además de los pocos alumnos que había tenido. Sin embargo cuando él apareció, una adrenalina invadió su ser, unas ansias de vivir fuertemente y de no saber que sucedería al siguiente día la movían con incertidumbre, y por sobre todo esa exquisita sensación, ese calor en su pecho, eso que oprimía su corazón de manera abrupta pero encantadora.

Lo estaba esperando en ese lugar hace un buen rato ya, pero aun no regresaba de ir a dejar a las pequeñas niñas.

Y mañana, mañana él tendría que decidir si ir a la nueva guerra que se estaba formando o no. ¿Qué decisión tomaría?, pero Kenshin le había dicho que no deseaba pelear más.

Pero es por la paz del Japón.

Recordó con pesar las palabras del comandante Yamagata Aritomo.

"la paz… ¿finalmente que será?", se preguntó para si misma.

"¿Oro?", escuchó cerca de ella, volteo su rostro y lo vio a unos metros con su típica sonrisa aparentemente relajada.

"Me preguntó Kenshin, cuando será el día que sonrías de verdad…", miró sus manos que estaban sobre sus piernas, y arrugó su azul kimono. "De corazón…" continuó. "Lo siento…", se arrepintió de pronto y lo miro a los ojos, le sorprendió capturar en su mirada una huella de dolor, que él siempre trataba de esconder, "fui imprudente…gomen"

"No Kaoru-dono…", dijo acercándose lentamente a ella. "Kaoru-dono…"

Un suave viento los acaricio, y la muchacha se relajó un poco, pero la incertidumbre la envolvió cuando recordó la decisión que él tendría que tomar.

"Kenshin…"

"dígame Kaoru-dono", se sentó a su lado poniendo su espada sin filo entremedio de sus piernas mientras el mango descansaba en su hombro.

"ya tomaste una decisión…", le miró a los ojos directamente, sin limitación, quería que él se diera cuenta de su preocupación, por Kami, lo quería mucho, demasiado, lo amaba, iría con él hasta el fin del mundo, hasta la muerte.

"Kaoru-dono…", un escalofrió lo envolvió, al percatarse de la nostalgia que rodeaba sus orbes azuladas de manera triste. "Gracias por preocuparse Kaoru-dono"

"¿preocuparme? Es lo más normal yo a ti te… ¡Espera! No me haz respondido" tímidamente tomo la mano del pelirrojo que estaba apoyada en el suelo de madera. "Kenshin… onegai"

"defender al Japón… ir a una guerra solo desata más venganza y provoca un aumento de luchas innecesarias… mover la espada para matar solo desencadena más ira y desamparo…"

Ella lo escuchó con una pequeña esperanza en su respuesta al instante que observaba una luciérnaga volar frente a ambos su esperanza terminó.

"Pero esto es para proteger al Japón y la tranquilidad de nuestro país, la paz que tanto deseamos, para proteger a la gente, para protegerlos a ustedes…", apretó la frágil mano femenina entre la suya.

"entonces Kenshin… iras…cierto…iras" su vista se nubló un momento cuando las lágrimas amenazaron por caer de sus mejillas.

Él solo se quedó en silencio incapaz de saber que decir, quizás ese no fuera el momento apropiado para hablar de sentimientos.

Una lágrima finalmente escurrió por la blanca mejilla y el instintivamente se la retiró, entonces Kaoru tomo la mano de el pelirrojo y la beso suavemente y con ternura.

"Kaoru…do"

"no lo digas Kenshin…para ti yo soy solo Kaoru", volvió a besar la mano tibia de él.

La otra mano de Himura subió lentamente por el brazo de la muchacha, pasando delicadamente por el cuello hasta llegar a la mejilla entre rosa de ella.

"regresaras, lo sé", cerró los ojos esperando escuchar la respuesta deseada, pero a cambio de eso obtuvo un calido beso, primero fue un simple rose, pero luego esos labios la envolvieron con mayor intensidad y ella le correspondió sin perder el tiempo, fue un beso sutil, tierno y prometedor. "Kenshin"

"Volveré, porque tengo un hogar seguro donde llegar…y" entrelazo los dedos con los de la pelinegra, "porque te tengo a ti, y se que me estarás esperando, Kaoru-dono yo a usted…"

"Suki… Kenshin, Sukidayo", se levantó levemente, estando arrodillada y lo abrazó de forma cálida, hundiendo su rostro en el hueco del cuello de él. Sintiéndose plena cuando él correspondió a su abrazó, la luciérnaga pasó ante sus ojos y la hizo recordar aquella vez en que el se marchó a Kyoto y la dejó, pensó que jamás lo volvería a ver, pero no fue así afortunadamente "Kenshin", suspiró.

"Kaoru"

"¿haz cenado ya?", le preguntó la chica, cambiando totalmente de tema, lo que sorprendió a Kenshin.

"Iie…"

"te llevaré la cena a tu habitación…Kenshin"-nombro el nombre del muchacho de forma sutil pero con aire seductor, lo que hizo que el hombre no pudiera más que sonrojarse.

Cuando ella entró Kenshin estaba mirando hacia el cielo oscuro que se dejaba apreciar por la puerta corrediza que daba al patio.

Kaoru se puso a su lado y comenzó a servirle la cena.

"Arigatou Kaoru…"

"de nada…", se miraron intensamente, con los ojos clavados el uno en el otro, las palabras simplemente sobraban, ella despertó del sueño en que solo estaban los dos y no habían ni guerras, ni enemigos que enfrentar. Parándose de su lugar torpemente caminando para cerrar la puerta.

Él comió en silencio y ella solo lo observaba desde su lugar.

"Kenshin… yo", comenzó insegura y tímidamente mirando el suelo para que él no viera sus ojos nerviosos ni sus mejillas rojas.

"¿qué sucede Kaoru?", dijo poniendo absoluta atención en la muchacha y dejaba aun lado la cena que acababa de terminar.

"Yo… puedo dormir…a tú lado esta noche", soltó al fin apretando más la tela de su Kimono.

Silencio… Kaoru agachó un poco más su cabeza entre cerrando sus ojos sintiéndose avergonzada

Silencio….cerró sus ojos apretándolos fuertemente arrepentida…

Silencio…

"Lo siento, fui atrevida… yo"

Un beso en su frente, otro beso en cada parpado, un beso en su nariz, y otro finalmente en sus entre abiertos labios.

"Ken…"

Él solo le sonrió, le sonrió de forma abierta y sincera, de corazón y ella no pudo más que corresponder a esa sonrisa finalmente verdadera y se puso levemente de puntillas para besarlo y pasar sus brazos por los hombros de él.

Lentamente las ropas dejaron de existir para que sus cuerpos juntos se proporcionaran el calor debido.

Tendidos en la cama, amándose con gestos, sin palabras, se adentró en ella al momento que la besaba ahogando su grito de virginidad.

"Koishi"- le susurró sobre los labios curvando sus labios hacia arriba al momento que ella se había acomodado a su unión y empezaban a moverse juntos, fundiendo sus cuerpos en uno solo y palpándose el amor entre cada uno de los poros de la piel.

Entrelazando sus manos experimentaron el ansiado cielo de hacer el amor, y cayeron aferrados el uno al otro en un abrazó eterno.

….

"Te esperaré", le dijo sonriendo al momento que con una de sus pequeñas manos le acariciaba la mejilla con la cicatriz, y luego con su dedo índice le hacía la forma de X.

"Volveré" le respondió y beso su frente seguido por un cálido abrazo.

Cuando se comenzó a marchar Kaoru tomo fuerzas de flaqueza para no llorar hasta que él desapareciera y cuando así sucedió cerró la puerta de entrada del dojo rápidamente y apoyo su espalda en ella mientras se deslizaba hasta sentarse en el suelo y lloraba silenciosamente.

"Algún día tendrás la verdadera paz… algún día", con la manga de su Kimono amarillo se secó las lágrimas que seguía cayendo sin piedad, "mientras tanto te esperaré….Kenshin, mi Kenshin"

Ufff, hace tiempo que quería escribir un Fics de Kenshin y me salio este One-Shot, ojala les gusten, si quieren puedo hacerle un Epilogo, solo díganmelo en los Rewiews, porque ganas no me faltan, y podría poner ahí un buen Lemon, de esta hermosa pareja tan nostálgica.