Hola a todos! este es mi primer fic, lo hice con mucho amor, espero sea de vuestro agrado :), acepto críticas constructivas, y demás!

Agradecer a mi mojona y mejor amiga littlemonster por introducirme en este vicio del yaoi y el Spuk, ya que es una de mis parejas favoritas.

Advertencia: Decir que estos personajes obviamente no me pertenecen, si no a Himaruya Hid.

Yaoi, sexo, palabras subidas de tono, etc. El ranking irá subiendo de nivel poco a poco.


I.-Cambio de personalidad

Era un hermoso atardecer en una playa de Barcelona, la luz del sol penetraba su piel dorada y resaltaba sus ojos verdes, el viento movía aquellos castaños cabellos y entreabría su camisa blanca.

"Antonio!"- exclamó un apuesto joven desde otro extremo, llamando la atención del español.

"Lovino, pensé que ya no vendrías" corrió a abrazar al italiano y le dio dos besos- "¿Y bien a dónde iremos a cenar por nuestro aniversario esta vez?"- preguntaba mientras lo cogía de la mano.

"¿Podemos cenar en tu casa? Necesito hablar contigo en un lugar privado" al decir esto, el español tuvo sentimientos encontrados, por una parte presentía que esas palabras le traerían problemas, pero por otra parte, llevaban 3 años juntos, con sus altas y bajas pero seguían juntos a pesar del mal carácter del italiano. "Pues vale, vamos al coche entonces" dijo Antonio con una sonrisa no muy segura.

Antonio vivía en un chalet en Castelldefels cerca de la playa, a pesar de que el recorrido en coche no era muy largo, al Italiano se le hizo agobiante, mientras veía al español sonreír y hablarle de su día y que había estado buscando un huerto para poder sembrar tomates.

Cuando finalmente llegaron a casa, Antonio –que se había estado conteniendo desde ya hace mucho- se abalanzó sobre los labios de Lovino y lo inmovilizó con un abrazo; inmediatamente el italiano lo apartó y con un tono de voz algo molesto le dijo:

"Che palle! Quieres parar de ser tan pegajoso? Ni si quiera hemos entrado y ya te comportas de esta manera "

"Joder cari, tu siempre tan cariñoso, ni por ser nuestro aniversario me dejarás disfrutarte a mi manera? "– decía mientras le lanzaba una mirada pícara y se mordía el labio inferior. Antonio sabía que el carácter de Lovino no era amor puro del todo, pero a su manera el disfrutaba de su compañía y lo amaba demasiado como para enojarse por pequeñeces.

El experto en pastas, se puso a lo suyo e hizo la cena para ambos: Espaguetis con albóndigas a la boloñesa, acompañados de una copa de vino Gran Reserva de La Rioja que tenía el español guardada para una ocasión especial.

"Pues bien amor mío, dime por qué querías tanta privacidad? Acaso quieres hacerme cosas indecentes? Porque si es así pongámonos a ello- el español estaba realmente hambriento, pero podría obviar esa parte teniendo a su amante tan cerca. Lovino agachó la mirada, tomó un sorbo su copa de vino para armarse de valor y le dijo:

"Antonio, el motivo por el cual quise que nos viéramos en un lugar privado es que...-dudó unos segundos y bebió el resto de su copa- es que quiero terminar contigo". El español no consiente aún de lo que acababa de oír, sintió como un vacío absorbente se apoderaba de su estómago, la presión de su cuerpo bajaba y su mirada se perdía; intentaba articular palabra alguna, pero sus labios estaban paralizados, solo lágrimas brotaban de esos ojos verdes, sin hacer ningún movimiento.

"Antonio, sé que no te mereces este tipo de ruptura, pero de verdad que he tratado de cambiar por ti, de pensar solo en ti y en el amor incondicional que me brindas, pero ya no puedo fingir más. Me siento mal, pero tengo que confesarte que nunca dejé de amar a Felicia..no" –de repente fue interrumpido por un brusco grito quebradizo "CÁLLATE!"- gritó el español, secando las lágrimas que aún no dejaban de brotar.

"Antonio yo"…"Cállate gilipollas! Por favor no, no quiero escuchar más, vete". El italiano entendió la posición en la que estaba, no queriendo empeorar la situación, cogió su chaqueta y salió del chalet, no sin antes decir "Espero encuentres la felicidad en alguien más".

Sentado con su copa de vino aún en la mano, el español sonrió sarcásticamente " ¿Con alguien más? Cómo cojones pretendes que sea feliz con alguien más, si al único al que me he entregado de todas las maneras posibles es a ti, si mi mundo giraba en torno a ti maldito cabrón y ahora te marchas de mi vida, dejándome como un puto imbécil". Antonio estaba furioso pero sobre todo dolorido, pasó la noche bebiendo y llorando sin más.

Desde ese día Antonio decidió dejar de creer en el amor, puesto que ya habían transcurrido dos meses desde aquello, comenzó a salir de marcha con sus colegas, se acostaba con las chicas que él deseaba, ya que su inseparable amigo de ligue era Francis –un francés muy bien parecido, estiloso, con amplia experiencia en mujeres, hombres, o ser humano viviente-

"Mon ami para haber tenido una ruptura hace poco, te recuperas muy rápido" decía el francés arqueando una ceja y mirando coquetamente al español. "Calla capullo! No me recuerdes cosas lamentables cuando trato de pasar un buen momento" dijo el español mientras se liaba a besos con una curvilínea catalana.

Si ciertamente Francis no era el tipo de chico al que le preocupaba si había romanticismo o amor en una relación, puesto que él era más práctico y directo –sí, follaba como si no hubiera mañana-, estaba un poco temeroso por la forma de comportarse del español, puesto que cuando estaba con Lovino, él siempre hablaba rosas sobre el italiano, con una sonrisa que opacaría hasta la persona más feliz del mundo; y con su ruptura, ese Antonio alegre y bueno había quedado enterrado en lo más profundo de su ser.

~Lo que el francés no sabía era que ese comportamiento del español lo llevaría a conocer a la persona que se convertiría en su nuevo talón de Aquiles.~