UNA CITA EN VERANO
Capítulo uno "¿Él tendrá una cita?"
Harry se sorprendió, cada vez que tía Petunia entraba a casa con esa estúpida sonrisa, era por las siguientes razones:
* Había escuchado un interesante chisme qué compartir con sus amigas
* Alguien había le había mentido y le había dicho que Dudley era adorable. (Nota: ella no sabía que era mentira).
* Algo interesante le había sucedido a su vástago.
* Dudley había hecho algo bueno…. ¡Corrección, eso es imposible! (la verdad es que el obeso primo de Potter no era eficiente en nada).
Ella se acercó a su maltratado sobrino, pero lo pasó de largo y corrió hacia la cocina, eso lo hizo con mucho entusiasmo, luego comenzó a sacar sus recetarios de comida, tenía claramente la intención de preparar algo "especial".
Tío Vernon entró minutos después, abrazaba a Dudley orgullosamente "¡Ese es mi muchacho!" gritaba frenéticamente, entraron a la sala y aposentaron sus enormes traseros en los sillones.
- ¡Harry! - gritó Tío Vernon - ¿Sabes qué le pasó a mi diablillo hijo en el Centro Comercial?
El chico no sabía que responder, posiblemente su primo se había sacado un video juego gratis o le habían comprado un helado gigante, como sea, realmente a él le era indiferente pero sabía que era mejor fingir interés y dar negación.
- No lo sé, tío - dijo con cara cansada, las cosas este verano estaban verdaderamente patéticas, el pobre tenía miedo de que Voldemort pudiera aparecer de repente, no podía recibir correos "por su seguridad" y sobra decir que el no tener noticias de Ron Weasley y Hermione Granger, era denigrante.
Los ojitos de topo del Sr. Dursley brillaron celestialmente, el corpulento hombre le dio una palmadita al obeso joven de 15 años, Dudley se sonrojó.
- Mi hijo - dijo en tono de ebrio - ¡Es todo un rompe corazones!
¿Dudley?, ¿Un Caza Novas?… Harry no recordaba que Dudley hubiera tenido mucho contacto con las mujeres, bueno, a excepción de las meseras que servían en los restaurantes; tuvo enormes ganas de reír, de burlarse en cara de sus tíos, pero se contuvo, sólo sonrió con curiosidad y decidió averiguar más.
- ¿Dudley tiene novia? - preguntó haciéndose el inocente, su primo frunció el ceño.
- ¿Acaso lo dudas? - preguntó refunfuñando tío Vernon, Harry negó con la cabeza.
- No, sólo preguntaba.
Tía Petunia apareció de la nada y exclamó con su voz chillona.
- ¡Dudy, tenemos que ir a comprarte un atuendo apropiado para la ocasión!
Lo que seguramente sucedía aquí, era que Tía Petunia le había facilitado a su hijo una cita, probablemente había acordado con una de sus amigas hacer salir a sus respectivos vástagos, a Harry le dio mucha lástima la chica con que saldría Dudley… seguramente no había visto con anterioridad al mastodonte.
- ¡Y Tú, ponte a trabajar! - le ordenó a Harry - Tiene que estar todo perfecto para mañana.
- ¿Mañana?, ¿Qué habrá mañana? - preguntó el sobrino, con cara de naufragio, antes de que los Dursley llegaran, él había estado sacudiendo la casa, por órdenes de los tíos, lógicamente.
- ¿Qué no lo sabes? ¡Dudy tendrá una cita!; en el Centro Comercial una hermosa jovencita se acercó a mi angelito y lo cautivó, lo mismo que él a ella, ¡Oh, fue como si cupido lanzara una flecha en sus corazones puros! - Harry sabía que su primo tenía el corazón con bastante manteca, pero decidió no replicar - El caso es que ella vendrá mañana a comer, y todo… "Todo" debe ser absolutamente perfecto, Así que termina de sacudir.
Harry asintió bastante impresionado, Tía Petunia se veía totalmente trastornada, tío Vernon aplaudía y Dudley seguía igual de sonrojado. Él sabía que el hecho de que su primo tuviera una cita, sí era memorable, la vida romántica de Dudley siempre había estado apaciguada, bueno, más bien nunca existió, aunque Harry no quería hacer hincapié en esos temas, tampoco había tenido mucha suerte, se había limitado a sentir un aprecio especial por Cho y a invitar al baile a Parvati Patil.
Lo único que el chico sabía, es que Tía Petunia tenía la manía de describir a las personas erróneamente, en muchísimas ocasiones había insistido en que Dudley parecía un angelito, siendo que parecía un cerdo rosa con peluca rubia… no dudaba que la "hermosa jovencita" , fuera en realidad muy diferente; también suponía que las cosas no se habían dado de la manera explicada, pero realmente eso no importaba, fuera lo que fuese, Dudley tenía una cita, y cuando algo bueno le pasaba a su pariente, algo malo le pasaba a él.
Se acercó a la chimenea que los Weasley habían destruido el año pasado, sonrió al recordar la cara de susto de sus tíos y los amables rostros de los Weasley (bueno, Fred y George, que tenían intensiones macabras para con su primo, no se veían tan amables esa vez). Ahora el sitio de la chimenea estaba tapado con cemento, el mismo tío Vernon había destruido la entrada de la chimenea echando mezclas de muggles, quería asegurarse de que cierto incidente no se repitiera, sobra decir que desde entonces, vivían atemorizados, todas las ventanas habían sido protegidas con barras de hierro, y el número 4 de Privet Drive, parecía más una prisión elegante que una armónica casa, "Vernon decidió proteger mejor a la familia" le había dicho Petunia a las vecinas "Hay mucho ratero y asesino suelto, ya saben, como buen padre, quiere la seguridad para nosotros" y muy a pesar de Harry, el discurso hipócrita de su tía había provocado que otras familias mejoraran la seguridad de sus casas, cubriendo las ventanas con protecciones exageradas, que servirían para detener a muggles sin moral, pero nunca a magos como "Quien ustedes saben".
Los preparativos siguieron toda la noche, pero Los Dursley seguían preocupados porque no habían conseguido la manera apropiada de deshacerse de Harry, la Señora Figg había desaparecido misteriosamente y no querían que Harry anduviera rondando por ahí.
- No quiero…. ¡No quiero que él esté! - había chillado Dudley, apuntando a Harry - ¡Me arruinará todo!
- Tranquilo, hijito - dijo su madre acariciándole los cachetes y las múltiples papadas - él jamás podrá robártela, eres demasiado apuesto.
- Podría quedarme en mi habitación sin hacer ruido - replicó Harry con voz molesta, no porque su tía lo considerara más feo que Dudley, sino por la actitud infantil de éste.
- ¿Y quedarte sin hacer nada? - interrumpió Tío Vernon - No estarás de parásito.
Luego se acercó a tía Petunia con cara de malicia y agachó su corpulenta figura, todo con el objetivo de decirle un secreto a su esposa.
- Querido, es muy buena idea - agregó la tía alzando el largo cuello y observando a Harry de forma pilla - aunque… no sé si se verá bien, ya sabes, no tiene mucha clase.
Harry miraba con angustia a sus tíos, seguro lo humillarían y no estaba seguro de que el mencionar a su "padrino" ayudara mucho esta vez.
- Harry, serás el "mayordomo", usarás el traje que se puso Dudley en su cumpleaños #12 - informó Tío Vernon con rostro complacido.
- ¿Qué? - rezongó el muchacho - Pe-pero… no creo que mi padrino esté de acuerdo con eso
- Tú padrino no tiene por qué enterarse, ¿Verdad?, si no, creo que no te llevaré a tomar el tren para irte a tu escuelita.
Harry no siguió retando a su tío, por una parte, no podía comunicarse con nadie del mundo mágico (Ni siquiera con Sirius) y no había quien lo llevara a tomar su expresso a Hogwarts, pero por otra parte, pensó que sería divertido intervenir en la cita de Dudley.
- Vale - dijo haciéndose el vencido - acepto
- ¡Pero en ningún momento menciones que eres pariente nuestro! - advirtió tía Petunia - No porque tu seas, tu seas… esa cosa, las demás personas tenemos que sufrir tu reputación.
Pero Dudley no parecía muy contento y desquitó su furia empujando a Harry y gritándole "¡Quítate imbécil!", subió trotando la escalera, Harry sabía que iba a la máxima velocidad posible para su obeso cuerpo y rió al notar como botaban las lonjas de su primo.
- Y tú, ¿De qué te ríes? - indagó Tío Vernon
- Ehhhh, de nada - contestó Harry Potter, mientras acomodaba su cabello tras la oreja, y dejaba ver su extraña cicatriz
--
Al otro día…
--
La casa de los Dursley casi brillaba de lo limpia que estaba, los jardines estaban perfectamente podados, los pisos pulidos a más no poder, todo parecía perfecto y tía Petunia sonreía muy feliz por la buena impresión que daría.
Harry se había visto obligado a levantarse temprano y ayudar en la limpieza, luego se había duchado y vestido con el traje viejo de su primo, gracias a las enormes proporciones que Dudley tenía a los 12, el traje le venía bien; era ahora un apuesto muchacho de 15 años, su cabello negro azabache tenía el mismo corte de siempre, había crecido notablemente y había embarnecido, pero seguía siendo chico comparado con su cerdo primo.
Eran las 12:00 del mediodía, Harry terminaba de limpiar la puerta principal cuando observó con asco que su primo venía bajando las escaleras y tío Vernon filmaba todo con la nueva cámara digital que había comprado, seguro se vería hasta la más milimétrica papada que portaba Dudley, Harry no entendía cómo era posible que sus tíos dejaran pasar por alto la enfermedad de su hijo, sí, porque la obesidad es precisamente eso.
"¡Por Dios!, parece como si fuera una chica asistiendo a su primer baile" pensó atónito, mientras el cerdito bajaba lentamente y con cara triunfante, moviendo sus micro ojitos azul acuoso con orgullo "Me pregunto… ¿Con qué clase de chica saldrá Dudley?" siguió reflexionando.
Tía Petunia vestía sus mejores galas, de hecho, Harry se dio cuenta de que la susodicha se había comprado un vestido nuevo, había adornado su delgado cuello de jirafa con muchos collares plateados, y brillaban demasiado al chocar la luz del sol con ellos. Tío Vernon también se veía pulcro y con su mejor traje y corbata.
- ¡Debemos estar listos! - exclamó la Sra. Dursley - ella llegará muy pronto, ¡Oh, que emocionante!
Dieron las 12:05 pm, habían pasado 5 minutos y la chica no llegaba, Harry sonreía triunfante, estaba empezando a pensar que a su primo lo dejarían plantado, extrañamente sentía un gozo interno enorme, casi se asemejaba a cuando ganaba un partido o la copa de las casas.
- Tal vez… tal vez se confundió de dirección, bomboncito -opinó Tía Petunia con cara de muerta.
Pero Dudley había dejado de sonreír, Tío Vernon había apagado la cámara de video y miraba el piso refunfuñando. Ahora Harry, sintió algo que no sentía muy a menudo, tuvo compasión de la familia… pensaba que la chica había sido muy lista al no presentarse, pero también algo cruel, los Dursley parecían muy entusiasmados y sus ilusiones se habían ido al caño.
El timbre sonó de repente "ding-dong", y con ello, renacieron las esperanzas de los Dursley, Tía Petunia se puso de pie y casi pateó a Harry para que abriera la puerta, Dudley volvió a Sonreír como estúpido y el Tío Vernon puso la cara seria, mientras despistadamente volvía prender la cámara de video.
Harry suspiró y giró la perilla, había un silencio indescriptible, sólo sobresalía el ruido de cerdito que solía emitir su primo cuando estaba nervioso, sentía la mirada de sus tíos sobre él, era como si estuviera desenterrando un tesoro, pero no, lo que él estaba haciendo era abrir la puerta, para dejar entrar a la chica.
Sin más preámbulos abrió, y miró a la "invitada", Harry quedó helado y emitió un gemido discreto, para luego exclamar.
- ¡¡¡ ¿Tú? !!!
La chica sólo le sonrió, era bastante bonita, tenía el cabello castaño y algo enmarañado, bueno, había que admitir que estaba bien peinado, pero Harry sabía a la perfección que ese pelo era de naturaleza rebelde, la joven vestía un vestido muy corto de color azul y una pequeña mochila colgaba de su espalda; por primera vez en la vida, la descripción de tía Petunia concordaba con la del chico Potter, pero había un Problema, la cita de Dudley no sólo era una chica bonita, también era la mejor amiga de Harry: Hermione Granger.
Fin del capítulo 1.
Este Fanfic se lo dedico a mi prima Caro-chan, con mucho cariño.
Notas: ¡Hola!, bien, este es mi primer fanfic de Harry Potter, decidí hacerlo cómico y esta situación me pareció ideal, por favor, díganme qué opinan, lo más importante al escribir, es divertirse, y si puedo divertir a alguien más, me sentiré muy bien.
Comentarios, dudas a: ziddycm@hotmail.com o déjenme un Review, se los agradecería mucho.
Capítulo uno "¿Él tendrá una cita?"
Harry se sorprendió, cada vez que tía Petunia entraba a casa con esa estúpida sonrisa, era por las siguientes razones:
* Había escuchado un interesante chisme qué compartir con sus amigas
* Alguien había le había mentido y le había dicho que Dudley era adorable. (Nota: ella no sabía que era mentira).
* Algo interesante le había sucedido a su vástago.
* Dudley había hecho algo bueno…. ¡Corrección, eso es imposible! (la verdad es que el obeso primo de Potter no era eficiente en nada).
Ella se acercó a su maltratado sobrino, pero lo pasó de largo y corrió hacia la cocina, eso lo hizo con mucho entusiasmo, luego comenzó a sacar sus recetarios de comida, tenía claramente la intención de preparar algo "especial".
Tío Vernon entró minutos después, abrazaba a Dudley orgullosamente "¡Ese es mi muchacho!" gritaba frenéticamente, entraron a la sala y aposentaron sus enormes traseros en los sillones.
- ¡Harry! - gritó Tío Vernon - ¿Sabes qué le pasó a mi diablillo hijo en el Centro Comercial?
El chico no sabía que responder, posiblemente su primo se había sacado un video juego gratis o le habían comprado un helado gigante, como sea, realmente a él le era indiferente pero sabía que era mejor fingir interés y dar negación.
- No lo sé, tío - dijo con cara cansada, las cosas este verano estaban verdaderamente patéticas, el pobre tenía miedo de que Voldemort pudiera aparecer de repente, no podía recibir correos "por su seguridad" y sobra decir que el no tener noticias de Ron Weasley y Hermione Granger, era denigrante.
Los ojitos de topo del Sr. Dursley brillaron celestialmente, el corpulento hombre le dio una palmadita al obeso joven de 15 años, Dudley se sonrojó.
- Mi hijo - dijo en tono de ebrio - ¡Es todo un rompe corazones!
¿Dudley?, ¿Un Caza Novas?… Harry no recordaba que Dudley hubiera tenido mucho contacto con las mujeres, bueno, a excepción de las meseras que servían en los restaurantes; tuvo enormes ganas de reír, de burlarse en cara de sus tíos, pero se contuvo, sólo sonrió con curiosidad y decidió averiguar más.
- ¿Dudley tiene novia? - preguntó haciéndose el inocente, su primo frunció el ceño.
- ¿Acaso lo dudas? - preguntó refunfuñando tío Vernon, Harry negó con la cabeza.
- No, sólo preguntaba.
Tía Petunia apareció de la nada y exclamó con su voz chillona.
- ¡Dudy, tenemos que ir a comprarte un atuendo apropiado para la ocasión!
Lo que seguramente sucedía aquí, era que Tía Petunia le había facilitado a su hijo una cita, probablemente había acordado con una de sus amigas hacer salir a sus respectivos vástagos, a Harry le dio mucha lástima la chica con que saldría Dudley… seguramente no había visto con anterioridad al mastodonte.
- ¡Y Tú, ponte a trabajar! - le ordenó a Harry - Tiene que estar todo perfecto para mañana.
- ¿Mañana?, ¿Qué habrá mañana? - preguntó el sobrino, con cara de naufragio, antes de que los Dursley llegaran, él había estado sacudiendo la casa, por órdenes de los tíos, lógicamente.
- ¿Qué no lo sabes? ¡Dudy tendrá una cita!; en el Centro Comercial una hermosa jovencita se acercó a mi angelito y lo cautivó, lo mismo que él a ella, ¡Oh, fue como si cupido lanzara una flecha en sus corazones puros! - Harry sabía que su primo tenía el corazón con bastante manteca, pero decidió no replicar - El caso es que ella vendrá mañana a comer, y todo… "Todo" debe ser absolutamente perfecto, Así que termina de sacudir.
Harry asintió bastante impresionado, Tía Petunia se veía totalmente trastornada, tío Vernon aplaudía y Dudley seguía igual de sonrojado. Él sabía que el hecho de que su primo tuviera una cita, sí era memorable, la vida romántica de Dudley siempre había estado apaciguada, bueno, más bien nunca existió, aunque Harry no quería hacer hincapié en esos temas, tampoco había tenido mucha suerte, se había limitado a sentir un aprecio especial por Cho y a invitar al baile a Parvati Patil.
Lo único que el chico sabía, es que Tía Petunia tenía la manía de describir a las personas erróneamente, en muchísimas ocasiones había insistido en que Dudley parecía un angelito, siendo que parecía un cerdo rosa con peluca rubia… no dudaba que la "hermosa jovencita" , fuera en realidad muy diferente; también suponía que las cosas no se habían dado de la manera explicada, pero realmente eso no importaba, fuera lo que fuese, Dudley tenía una cita, y cuando algo bueno le pasaba a su pariente, algo malo le pasaba a él.
Se acercó a la chimenea que los Weasley habían destruido el año pasado, sonrió al recordar la cara de susto de sus tíos y los amables rostros de los Weasley (bueno, Fred y George, que tenían intensiones macabras para con su primo, no se veían tan amables esa vez). Ahora el sitio de la chimenea estaba tapado con cemento, el mismo tío Vernon había destruido la entrada de la chimenea echando mezclas de muggles, quería asegurarse de que cierto incidente no se repitiera, sobra decir que desde entonces, vivían atemorizados, todas las ventanas habían sido protegidas con barras de hierro, y el número 4 de Privet Drive, parecía más una prisión elegante que una armónica casa, "Vernon decidió proteger mejor a la familia" le había dicho Petunia a las vecinas "Hay mucho ratero y asesino suelto, ya saben, como buen padre, quiere la seguridad para nosotros" y muy a pesar de Harry, el discurso hipócrita de su tía había provocado que otras familias mejoraran la seguridad de sus casas, cubriendo las ventanas con protecciones exageradas, que servirían para detener a muggles sin moral, pero nunca a magos como "Quien ustedes saben".
Los preparativos siguieron toda la noche, pero Los Dursley seguían preocupados porque no habían conseguido la manera apropiada de deshacerse de Harry, la Señora Figg había desaparecido misteriosamente y no querían que Harry anduviera rondando por ahí.
- No quiero…. ¡No quiero que él esté! - había chillado Dudley, apuntando a Harry - ¡Me arruinará todo!
- Tranquilo, hijito - dijo su madre acariciándole los cachetes y las múltiples papadas - él jamás podrá robártela, eres demasiado apuesto.
- Podría quedarme en mi habitación sin hacer ruido - replicó Harry con voz molesta, no porque su tía lo considerara más feo que Dudley, sino por la actitud infantil de éste.
- ¿Y quedarte sin hacer nada? - interrumpió Tío Vernon - No estarás de parásito.
Luego se acercó a tía Petunia con cara de malicia y agachó su corpulenta figura, todo con el objetivo de decirle un secreto a su esposa.
- Querido, es muy buena idea - agregó la tía alzando el largo cuello y observando a Harry de forma pilla - aunque… no sé si se verá bien, ya sabes, no tiene mucha clase.
Harry miraba con angustia a sus tíos, seguro lo humillarían y no estaba seguro de que el mencionar a su "padrino" ayudara mucho esta vez.
- Harry, serás el "mayordomo", usarás el traje que se puso Dudley en su cumpleaños #12 - informó Tío Vernon con rostro complacido.
- ¿Qué? - rezongó el muchacho - Pe-pero… no creo que mi padrino esté de acuerdo con eso
- Tú padrino no tiene por qué enterarse, ¿Verdad?, si no, creo que no te llevaré a tomar el tren para irte a tu escuelita.
Harry no siguió retando a su tío, por una parte, no podía comunicarse con nadie del mundo mágico (Ni siquiera con Sirius) y no había quien lo llevara a tomar su expresso a Hogwarts, pero por otra parte, pensó que sería divertido intervenir en la cita de Dudley.
- Vale - dijo haciéndose el vencido - acepto
- ¡Pero en ningún momento menciones que eres pariente nuestro! - advirtió tía Petunia - No porque tu seas, tu seas… esa cosa, las demás personas tenemos que sufrir tu reputación.
Pero Dudley no parecía muy contento y desquitó su furia empujando a Harry y gritándole "¡Quítate imbécil!", subió trotando la escalera, Harry sabía que iba a la máxima velocidad posible para su obeso cuerpo y rió al notar como botaban las lonjas de su primo.
- Y tú, ¿De qué te ríes? - indagó Tío Vernon
- Ehhhh, de nada - contestó Harry Potter, mientras acomodaba su cabello tras la oreja, y dejaba ver su extraña cicatriz
--
Al otro día…
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La casa de los Dursley casi brillaba de lo limpia que estaba, los jardines estaban perfectamente podados, los pisos pulidos a más no poder, todo parecía perfecto y tía Petunia sonreía muy feliz por la buena impresión que daría.
Harry se había visto obligado a levantarse temprano y ayudar en la limpieza, luego se había duchado y vestido con el traje viejo de su primo, gracias a las enormes proporciones que Dudley tenía a los 12, el traje le venía bien; era ahora un apuesto muchacho de 15 años, su cabello negro azabache tenía el mismo corte de siempre, había crecido notablemente y había embarnecido, pero seguía siendo chico comparado con su cerdo primo.
Eran las 12:00 del mediodía, Harry terminaba de limpiar la puerta principal cuando observó con asco que su primo venía bajando las escaleras y tío Vernon filmaba todo con la nueva cámara digital que había comprado, seguro se vería hasta la más milimétrica papada que portaba Dudley, Harry no entendía cómo era posible que sus tíos dejaran pasar por alto la enfermedad de su hijo, sí, porque la obesidad es precisamente eso.
"¡Por Dios!, parece como si fuera una chica asistiendo a su primer baile" pensó atónito, mientras el cerdito bajaba lentamente y con cara triunfante, moviendo sus micro ojitos azul acuoso con orgullo "Me pregunto… ¿Con qué clase de chica saldrá Dudley?" siguió reflexionando.
Tía Petunia vestía sus mejores galas, de hecho, Harry se dio cuenta de que la susodicha se había comprado un vestido nuevo, había adornado su delgado cuello de jirafa con muchos collares plateados, y brillaban demasiado al chocar la luz del sol con ellos. Tío Vernon también se veía pulcro y con su mejor traje y corbata.
- ¡Debemos estar listos! - exclamó la Sra. Dursley - ella llegará muy pronto, ¡Oh, que emocionante!
Dieron las 12:05 pm, habían pasado 5 minutos y la chica no llegaba, Harry sonreía triunfante, estaba empezando a pensar que a su primo lo dejarían plantado, extrañamente sentía un gozo interno enorme, casi se asemejaba a cuando ganaba un partido o la copa de las casas.
- Tal vez… tal vez se confundió de dirección, bomboncito -opinó Tía Petunia con cara de muerta.
Pero Dudley había dejado de sonreír, Tío Vernon había apagado la cámara de video y miraba el piso refunfuñando. Ahora Harry, sintió algo que no sentía muy a menudo, tuvo compasión de la familia… pensaba que la chica había sido muy lista al no presentarse, pero también algo cruel, los Dursley parecían muy entusiasmados y sus ilusiones se habían ido al caño.
El timbre sonó de repente "ding-dong", y con ello, renacieron las esperanzas de los Dursley, Tía Petunia se puso de pie y casi pateó a Harry para que abriera la puerta, Dudley volvió a Sonreír como estúpido y el Tío Vernon puso la cara seria, mientras despistadamente volvía prender la cámara de video.
Harry suspiró y giró la perilla, había un silencio indescriptible, sólo sobresalía el ruido de cerdito que solía emitir su primo cuando estaba nervioso, sentía la mirada de sus tíos sobre él, era como si estuviera desenterrando un tesoro, pero no, lo que él estaba haciendo era abrir la puerta, para dejar entrar a la chica.
Sin más preámbulos abrió, y miró a la "invitada", Harry quedó helado y emitió un gemido discreto, para luego exclamar.
- ¡¡¡ ¿Tú? !!!
La chica sólo le sonrió, era bastante bonita, tenía el cabello castaño y algo enmarañado, bueno, había que admitir que estaba bien peinado, pero Harry sabía a la perfección que ese pelo era de naturaleza rebelde, la joven vestía un vestido muy corto de color azul y una pequeña mochila colgaba de su espalda; por primera vez en la vida, la descripción de tía Petunia concordaba con la del chico Potter, pero había un Problema, la cita de Dudley no sólo era una chica bonita, también era la mejor amiga de Harry: Hermione Granger.
Fin del capítulo 1.
Este Fanfic se lo dedico a mi prima Caro-chan, con mucho cariño.
Notas: ¡Hola!, bien, este es mi primer fanfic de Harry Potter, decidí hacerlo cómico y esta situación me pareció ideal, por favor, díganme qué opinan, lo más importante al escribir, es divertirse, y si puedo divertir a alguien más, me sentiré muy bien.
Comentarios, dudas a: ziddycm@hotmail.com o déjenme un Review, se los agradecería mucho.