Te ame profunda y enteramente. Me entregue a ti en cada milímetro de mi extensión, como solo pueden hacerlo los idiotas. Con el temblor puril de mis labios por sentir los tuyos cerca, con el sonroje que me provocaba el aire que movía tu aliento a mi alrededor.

Y ahora que no estas tu recuerdo es lo mas sagrado que tengo. Noches enteras agonizo pensando en tu cuerpo. Frío y triste lejos del mío. Inanimado ya como una bellísima cáscara vacía. Pienso a veces que seria feliz siendo la tierra que te cubre, pudiendo hacer crecer las flores para ti.

Mi corazón se rompe como cada vez que te rememoro, con cada nota de este violín que tanto te gustaba. Se que no soy un gran hombre, soy cruel y vengativo. Pero amo y de alguna manera creí que eso me hacia digno de ti. Debí decirte que fui un imbécil por dañarte con mis palabras, por dejarte en brazos ajenos. Pero es que la vergüenza me azotaba y ya ni siquiera podía verte a los ojos, tus ojos verdes como dos joyas, como dos esmeraldas iluminándolo todo.

Viene a mí a menudo, la tarde en la que te encontré llorando en los jardines. Tu rojo cabello caía arremolinado sobre tu cara, la luz del atardecer te iluminaba, eras la materialización de la belleza. Me pediste que te abrazara y lo hice con tal intensidad que creí hacerte daño. Me dijiste que sabias que me hacías daño, amándote con Potter por los pasillos, que sabias que yo te amaba y que querías corresponderme. Quise besarte pero no pude, tuve mi primer y único acto de grandeza. Te dije que eras mi amiga y que quería lo mejor para ti, que si amabas a ese bastardo y el te amaba de vuelta yo seria feliz. Hundiste tu cara en mi cuello y me rodeaste con tus brazos. Ni siquiera puedo respirar cuando lo recuerdo, tú, allí, alrededor de mí. El tiempo paso imperturbable contigo en mis brazos. Potter nos descubrió y me golpeó tan duro que me rompió las costillas, el te amaba, yo podía sentirlo, por la furia con la que azotaba mi cuerpo. Tú gritabas y llorabas a mi lado, no recuerdo por que él cayó al piso, creo que tú le desmayaste y me llevaste a la enfermería. Te sonreí con mi boca llena de sangre, de alguna forma me sentía feliz.

Las mazmorras son tan tristes Lily, a veces puedo verte caminando a mi lado por ellas, y me pregunto hasta la histeria si estarás en algún lado, si serás feliz.

El viejo violín me recuerda mi propia infelicidad y se que no me queda mucho tiempo mas. Ya me eh vuelto completamente loco, no duermo, ni como, todo mi tiempo libre lo gasto en sentarme aquí solo, en mi habitación imaginando que hablo contigo, que me río a tu lado, que soy el dueño de tu cuerpo y te hago el amor. Mil veces, mil tardes y noches contigo a mi lado aquí.

Se que te eh escrito innumerables cartas Lily, pero te prometo y esta será la ultima. Por que esta noche cumpliré mi sueño y haré con mi existencia, lo más noble que puedo hacer, haré crecer las flores para ti, seré la tierra que rodea tu cuerpo, y estaremos juntos en aquel suelo frío, por toda la eternidad.

Te Amo. Sev.