Bueno, he vuelto y para no variar con un drabble pero algo si ha cambiado: en esta historia no hay ni amor, ni yaoi, ni lemon. Se sitúa en la noche siguiente a la muerte de Itachi y son basicamente los sentimientos de Sasuke expresados de modo metafórico. Espero que os guste.

Ni Naruto ni ninguno de sus personajes son de mi propiedad.


La noche se funde a mí alrededor. Tímidamente, lentamente me rodea, me abraza como un fiel amante que finalmente se reúne con su amor. Y yo le devuelvo el abrazo, dejo que su oscuridad cale en mí íntimamente, profundamente. Siempre me ha gustado la noche, su serena soledad, su calmo silencio. Pero esta noche es diferente, tan diferente y, al mismo tiempo, tan similar… Esta noche no hay estrellas parpadeantes ni brillante luz de luna que me acompañen, solo estoy yo, solo con la oscuridad, y así seguirá siendo. No importará que llegue la mañana y salga el sol, no podré sentir ni su radiante luminosidad ni su reconfortante calor. Solo será una estrella más, una estrella más que no brilla para mí. ¿Y que esperaba?, me pregunto. Al fin y al cabo, hace tiempo que me esfuerzo por apartar la luz de mí temiendo que me ciegue, como una vez lo hizo.

Es cierto, no siempre busque la oscuridad, hubo un tiempo en que incluso la temía. En ese tiempo la luna que me iluminaba era tan resplandeciente que su luz me cegaba, pero yo no deseaba más que estar siempre junto a ella. Tal era mi ceguera que ni siquiera podía distinguir como su luz se apagaba. Poco a poco, día a día la oscuridad crecía también en su interior. Hasta que la oscuridad fue tal que eclipso la luna y destruyo el brillo de cuanta estrella había a su alrededor.

Pero la luna sobrevivió, lejana, débil, tenue, como una deforme y corrompida sombra de su anterior esplendor. Su pálido destello era todo cuanto podía ver, todo en cuanto podía pensar con odio. Sí, con odio, por aquello que fue y jamás podría volver a ser, por todo lo que se llevó con ella cuando se fue, por la vergüenza que sentía al pensar en cuanto la necesite una vez.

Le di la espalda a la luna, pero nuca la olvide. Y, mientras que mis ojos se acostumbraban a las tinieblas que me acompañaban, poco a poco empecé a distinguir otras luces, nuevas estrellas nacientes. Una sola, al principio, luego dos más la acompañaban, y algo después otras más, pero ninguna tan brillante como la primera. Sin embargo, el brillo de estas estrellas me recordaba constantemente el fulgor de mis estrellas perdidas, el resplandor de mi luna corrompida y el odio siguió creciendo dentro de mí. Jamás podría apreciar la luz de mis nuevas estrellas sin antes destruir esa luna maldita. Así que me aleje de ellas, volviendo a mi noche oscura en la que solamente quedaba la luna.

Ahora ya no hay luna pálida que me atormente, ni luna resplandeciente que me ciegue, ni fulgurantes estrellas antiguas que me acompañen, ni brillantes nuevas estrellas que me consuelen. Solo estoy yo, solo con la oscuridad, y así seguirá siendo… siempre.


¿Fatalista? ¿Demasiado depresivo?

Si es así lo siento, no era esa mi intención aunque espero que aun así os haya gustado.

Aclararé, por si acaso, que la luna es Itachi, o mejor dicho, como Sasuke ve a Itachi. Resplandeciente cuando era niño e Itachi era su modelo a seguir, débil y corrompida después de la masacre del clan. Las estrellas antiguas son los miembros del clan Uchiha que murieron y las estrellas nuevas sus amigos y compañeros de academia (Naruto, Sakura, Kakashi...).

Es la primera vez que publico un fanfiction de este estilo así que estoy deseando leer sus comentarios. Y ya, sin nada más que decir, se despide,

Xay-chan