Los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto.

Aviso: Este fic participa en el reto Regalos de San Valentín del foro La Aldea Oculta entre las Hojas.


Pequeño e infantil secreto.

¿Cómo caracterizar su situación? Infantil, tonta, absurda, vergonzosa. Sentada en el marco de la ventana, con una pierna del lado de adentro y la otra colgando del lado de afuera se maldijo varias veces. Impulsiva. Al oír de su madre la explicación del por qué toda la aldea tenía descuentos en chocolates y dos por uno en algunos lados no hizo más que pensar en su compañero de equipo. Imprudente. Si su orgullo familiar hubiera sido un poco más fuerte ahora estaría, probablemente, riéndose de las niñas tontas que se confesaban a sus amores secretos. ¿Por qué no se reía? Porque ella no estaba tan lejos de hacer casi lo mismo.

Sin más preámbulos entró. Observó el cuarto detenidamente. Olía como él. A chico mezclado con perfume. Inadmisible. Para sorpresa suya todo estaba en orden. Desde el escritorio acomodado hasta la cama ordenada. Esperaba encontrar un tumulto de ropa sucia, calcetines, esas cosas que se asemejaban a su personalidad relajada. Dio un largo suspiro antes de dejar la canasta con galletas.

Hinata-sama fue muy amable al ayudarla puesto que acudir a su madre no era opción. Sabía por viejas historias que ella y las artes culinarias no iban de la mano. Y como nunca le interesó este tema del día de San Valentín no tenía ni mínima idea de cómo derretir un chocolate. Para su suerte, su padre había vuelto y pensó utilizar esa excusa por si a la esposa del Hokage se le ocurría preguntar. Aunque la mujer no curioseó y accedió con mucha felicidad enseñarle.

Dejó la canasta en la cama. ¿Qué pasaría si entraba Hinata-sama? ¡La descubriría! Inmediatamente la sacó. Pero fue mucho trabajo. Volvió a ponerlas. ¿Si no le gustaban? Otra vez las sacó. Las probaste, saben deliciosas. Las dejó. ¡Al diablo esto era de lo más infantil! Y justo en ese instante, cuando iba a tomarlas, el ruido de los escalones la alteró. La voz de Boruto resonó en el pasillo.

Salió rápidamente, dejando la ventana abierta y la canasta ahí. Maldición. Ya estaba hecho. No había vuelta atrás. Se alejó a una distancia prudente para no ser descubierta. Con su Sharingan veía todos los movimientos de él. Aguardó como diez minutos. Las examinaba. ¿Tan mala pinta tenían? De pronto, cuando el rubio saltó a la canasta ella dio un brinco. Y cuando vio esa sonrisa al leer su carta... Oh, por Kami.

Su corazón volvió a rebotar al igual que su boca se curvaba. Le habían gustado. Era un sentimiento extraño. Como esa felicidad que tienes cuando algo que quieres con mucha fuerza se hace realidad. Le había gustado. El calor y las cosquillas bajaron por su cuerpo. Fue curioso, estaba contenta y una parte de ella... sentía ser correspondida.


Espero que les haya gustado. Esta historia se conecta con la otra, Happy Valentines Day.

No olviden dejar un review.

Me despido!

Byee!